sábado, 13 de agosto de 2011

Elucubraciones sobre la jubilación

Antes de comenzar con el apunte de hoy, debo advertir que por unos días no habrá actualizaciones en este espacio porque mis actividades laborales me conducen a realizar un viaje. Bariloche me espera con un licuado de nieve y cenizas, además de adolescentes desenfrenados que terminan el secundario. Que no se asusten los visitantes habituales. Volveré renovado para seguir con este aporte a la batalla cultural que hemos comenzado ocho años atrás.

En esta semana se recalentó la discusión sobre la jubilación de los docentes en la invencible provincia de Santa Fe, a la que habría que cambiar su nombre por algo menos dogmático. El gremio AMSAFE y los otros que nuclean a los docentes comenzaron a reclamar por las promesas incumplidas por el gobierno durante los últimos meses. Ni se ha discutido el tema, para ser más claro. Ante la constante ostentación de las autoridades pertinentes de que Santa Fe es la única provincia que paga a sus jubilados el 82 %, vale aclarar que no es así. A esa cifra se llega después de algunos años de recategorización y no con los treinta años de servicio que se exigen por ley.
Veamos un ejemplo: el de este humilde cronista. En marzo llego a los 24 años de servicio con 49 de edad. En seis años cumpliría con los treinta años frente al aula con 55 de edad, pero no se me permitirá la jubilación porque para los varones la edad jubilatoria es de 62 años. Por lo tanto, deberé esperar siete años más para acceder al jubileo etario, con 37 de servicio. Ese período excedente me permitirá alcanzar el 82% móvil, lo que trabajo de más para alcanzar la edad del retiro. En el medio de esta discusión, está la diferencia  en la edad para la jubilación entre mujeres y varones que se mantiene a pesar de los muchos intentos por superar los problemas de género. Claro, ante el mismo trabajo, el mismo esfuerzo, el mismo desgaste, ¿por qué se supone que el varón tiene más tolerancia a la tarea que la mujer?¿No es eso una manifestación no discutida de la fortaleza de género?¿No hay ahí una aceptación no declarada del mito del sexo débil y el sexo fuerte? A esta altura de la vida, la edad jubilatoria debería ser la misma, no sólo en el gremio docente sino en todas las actividades laborales del país. Y con esto no estoy diciendo que debe elevarse la edad exigida para la mujer. En este caso, estaría permitido igualar para abajo, para que mis compañeras no se enojen.
Los gremios docentes proponen una baja en la concepción de la edad para el retiro: 25 años de servicio y cuando toque con el 82% móvil. Por supuesto que esto es un reclamo de máxima para sentarse a discutir. Si tenemos en cuenta que –sobre todo las maestras- comienzan a trabajar muy jóvenes, los 25 años se cumplen antes de llegar al medio siglo. Entre las dos posiciones extremas –gobierno provincial y gremios- hay muchas alternativas intermedias. Pero hay que sentarse y evaluarlas. No vale la constante negativa oficial y más aún cuando se pregona siempre con la necesidad de mejorar la calidad educativa. También hay que reconocer que en los últimos años, los ingresos han mejorado muchísimo respecto de las retribuciones salariales de los tiempos del neoliberalismo de los noventa. Los abusos, los maltratos monetarios, las sanciones y las exigencias desproporcionadas han quedado en el olvido. Si bien falta mucho para considerar óptimos los ingresos, se ha avanzado bastante en la dignidad salarial. Además se ha titularizado a muchos que estaban en una situación precaria y de inestabilidad. Eso hay que reconocerlo, aunque el proceso de transformación tiene sus aristas negativas, que no merecen la pena ser destacadas en este espacio. Pero siempre se puede mejorar y eso es necesario.
Aunque algunos no lo comprendan –o no quieran- el desgaste de estar frente a un curso es enorme y más aún cuando se trabaja con chicos de nivel inicial y primario. La energía no se repone, por más que se nos reproche el tener treinta días de vacaciones en verano y quince más en invierno. En este sentido, todo trabajo desgasta y el período vacacional de quince días en la mayoría de los sectores es insuficiente. Dos semanas de descanso contra 52 que tiene el año es una relación que debería re-considerarse en todas las áreas laborales del país. En los países vecinos, Chile, Uruguay y Brasil los días de descanso son más generosos.
Volvamos a la jubilación. El retiro de docentes con más de 50 años cronológicos permitiría la renovación de cargos, el ingreso de maestras y profesores más jóvenes y, por lo tanto, con más energía. La diferencia generacional que hay entre chicos de siete años y maestras con más de cincuenta es enorme. Y de alguna manera eso afecta. Además, también hay que considerar la desproporción que significa trabajar con cursos integrados por más de treinta chicos, incumpliendo, ahí sí, lo que dicta toda ley educativa y principios pedagógicos. Las cajas previsionales no se van a vaciar si hay más trabajadores que jubilados, si se amplía el plantel docente para atender mejor a los alumnos.
Una alternativa interesante es mantener en treinta los años de servicio, pero sin exigencias de edad. Además, podría incluirse la voluntad de aquellos docentes que quieran seguir trabajando más allá de esos límites. O pensar en jubilaciones parciales, retiro gradual o algo así. Hay muchas posibilidades para pensar un sistema de retiro para los docentes que deje conformes a las partes. La simple negativa no es una de ellas. Como siempre, la política es el camino.
Y para que no se enojen los lectores que no son docentes, todos los trabajadores deberían tener la posibilidad de jubilarse antes de la edad que ahora estipula la ley. Sería bueno tener jubilados con menos de sesenta años, con energía para disfrutar del tan merecido descanso después del retiro. No puedo decir demasiado por la veda electoral, pero en estos años se ha hecho mucho para otorgar más dignidad a los jubilados, a pesar de las innumerables quejas de los malintencionados. Todavía falta, pero estamos en el buen camino.

1 comentario:

  1. Cuando se llega a la jubilación, por lo general, la persona está tán hecha mierda que poca ganas le queda para disfrutar del descanso. Y eso si no está enferma. Por otro lado el 82% ES OTRA MENTIRA SOCIALISTA como la Rosario turística y para todos. Los precios inmobiliarios en Rosario se dispararon de tal manera que es mas barato alquilar un local en once que en el centro de Rosario, salvando las distancias. No es gratuito que la emigración china y peruana haya elegido capital federal y no rosario para establecer sus negocios. Es imposible para un rosarino clase media acceder a una vivienda digna por menos de 40.000 dólares. Claro que la gente sigue apoyando al socialismo, vaya a saber porque.

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