sábado, 17 de marzo de 2012

Sobre mentiras y rencores

Ya es vox populi. La frase se transformará en una muletilla que será pronunciada por distintas voces en dispares contextos y en referencia a cosas diferentes. Días atrás, en la puerta de un complejo de cines, dos jóvenes miraban los afiches que anunciaban las películas exhibidas. En uno de ellos -“Un dios salvaje” (Carnage)- había dos flagrantes mentiras: “la película más divertida del año” y “una carcajada detrás de la otra”. Aunque no a la altura de su director, Roman Polansky, el film no defrauda y entretiene de manera extravagante y sorpresiva, pero está lejos de ser una comedia para reír a carcajadas. Los jóvenes miraron el afiche en cuestión y uno le pregunta al otro: “¿quién hizo este afiche?¿Clarín?”. Y puede ser que a partir de ahora, prestando más atención a los diálogos cotidianos, podamos encontrar situaciones parecidas a ésta, donde la palabra ‘Clarín’ aparezca como sinónimo de ‘mentira’. Pero no hay que dejarse engañar por la picardía popular. Aunque se naturalice la sinonimia, la cuestión no deja de ser grave. La mirada subjetiva sobre los hechos desde una determinada posición ideológica es inevitable por parte de los sujetos que realizan un diario. Pero la mentira –afirmar una cosa cuando se sabe que es todo lo contrario- rompe con un derecho fundamental: el de los ciudadanos a ser informados en forma veraz y confiable.
Los que tanto reclaman por derechos que nadie vulnera, son los primeros en pisotearlos, pero vulnerándolos en serio. Inútil pedir escrúpulos a quienes nunca los tuvieron. Si pudieron construir un imperio monstruoso a partir de la tortura y la desaparición, si condicionaron gobiernos democráticos para garantizar su expansión, si sembraron vientos para cosechar tormentas, ¿cómo no van a poder mentir sin ponerse colorados? Al borde ya de la desesperación, construyeron un “notición” con la increíble censura al programa de Longobardi cuando estaba entrevistando a Alberto Fernández. Y aunque los directivos del canal C5N salieron a explicar que el corte se produjo porque el programa se había excedido ya cinco minutos de su horario y la charla pintaba para extenderse más, Clarín, La Nación y todos sus satélites propalaron la insostenible mentira de la censura. Seguramente la investigación hacia los directivos del grupo Noble por estafa hacia los fondos de las AFJP será titulada como una “nueva embestida del Gobierno contra la prensa independiente”. Como han hecho, hacen y harán cuando alguna acción o declaración pone en cuestión su otrora dominante relato.
Y el pulpo polifuncional ve con desesperación que sus tapas ya no ponen en jaque a un presidente como ocurría en un país cada vez más lejano. Si la frase “la realidad se puede tapar o se puede hacer tapa” aparecía hace unos años como la cínica declaración de un principio, ahora es la confesión de un pecado: la mentira. Porque sus tapas, títulos y comentarios ya no tienen como objetivo fijar una posición sobre la realidad sino construir una realidad para resguardar su posición. De lo contrario, ¿qué busca un título como “tres provincias se suman a la embestida del Gobierno a las petroleras”? ¿Esperarán la adhesión de las cacerolas destituyentes? Con estas mentiras y exageraciones sólo buscan desviar la atención; sólo esperan tapar para unos pocos el país que se está construyendo para muchos. Este muro de papel es la última defensa de un modelo que le hizo mucho mal a la Argentina y que por suerte ya se está desmoronando. Y el “por suerte” no es más que una expresión. Un país no se transforma de esa manera por suerte. Una recuperación de la política es lo que hubo; decisión y coraje también; y mucho compromiso y creatividad. La lista es larga pero una frase puede resumir lo que estamos protagonizando: la economía al servicio del hombre y no a la inversa.
En pocos días, hubo inmensas señales al respecto. Cuatro provincias petroleras están tomando las riendas de la recuperación de los recursos. Los gobiernos de Chubut y Santa Cruz cancelaron cuatro concesiones a YPF por falta de inversiones. Mientras, Mendoza y Neuquén están esperando un documento por parte de la petrolera en el que debe explicitar sus compromisos de explotación. Si las autoridades provinciales no encuentran satisfactorio el escrito, seguramente rescindirán el contrato en esas jurisdicciones. “Nos cansamos de que nos ninguneen –declaró el gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta- de políticas que se dirigen en España para sacar el petróleo de nuestra Patagonia querida”. En ese sentido, el Ministro de Producción español sintetizó la mirada que tienen desde la otra orilla del Atlántico: “los intereses de YPF son los intereses de los españoles”. ¡Intereses de los españoles, las pelucas! diría Tato Bores. “Ustedes han visto que el precio de las acciones de YPF bajaron en España, Buenos Aires y Nueva York –afirmó Martín Buzzi, de Chubut- Esas acciones van a seguir bajando porque están subiendo las acciones del pueblo patagónico”. Si bien esto no significa una re estatización de la empresa que remite el 90 por ciento de sus utilidades a la Madre Patria, es un claro indicio de que se están tomando las riendas para la recuperación de la soberanía sobre los recursos.
Y si de soberanía se trata, un gran paso se ha dado desde la diplomacia argentina para obligar al Reino Unido a sentarse a negociar la devolución sin condiciones de las Islas Malvinas. El canciller Héctor Timerman anunció un “plan de acciones legales” hacia aquellas empresas que realizan tareas “ilícitas” de explotación hidrocarburífera en el archipiélago, así como con todas las firmas que le brindan apoyo logístico y asesoramiento. En total, serán alrededor de cien empresas británicas y de capital internacional las afectadas por estas medidas. “Queremos que sepan que están violando las resoluciones de las Naciones Unidas”, explicó Timerman en conferencia de prensa. En primer lugar, habrá “acciones administrativas, civiles y penales” contra las cinco empresas petroleras que realizan en las islas operaciones de exploración. Después, las firmas que les brindan el apoyo logístico con el alquiler de las plataformas de perforación Ocean Guardian y Leiv Eriksson. Y lo más sorprendente es que las acciones sancionatorias se extienden a quienes brindan servicios financieros y de asesoría como bancos, brokers, auditores y analistas de riesgo. Entonces, todos aquellos que sean cómplices de la piratería británica en las Islas Malvinas podrán recibir sanciones internacionales por incumplimiento de las resoluciones de la ONU.
También esta semana se ha dado un paso trascendental para la recuperación de la soberanía económica. La Cámara de Diputados de la Nación dio media sanción al proyecto para la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central. De esta manera, se pone fin a la carta orgánica de 1992, pergeñada por Domingo Cavallo y avalada por Menem, un instrumento que permitía el saqueo de los recursos nacionales en beneficio de los especuladores financieros. Sin perder la autonomía, con la nueva Carta Orgánica, el BCRA incorporará otras funciones además de la preservación del tipo de cambio. “La verdad es que acá hay sólo dos posiciones –explicó el diputado por Nuevo Encuentro, Carlos Heller-  Una es la de quienes con distintas palabras y de distinta manera están defendiendo el mercado y quieren un sistema que funcione con las reglas del mercado y otra la de quienes creemos que hay que tener una activa participación del Estado, y que hacen falta más políticas públicas”.
Claro, cómo no van a mentir estos medios para defender intereses sectoriales y minoritarios; cómo no van a decir que todo lo bueno del gobierno es malo; cómo no van a intentar por todos los medios romper la alianza que hay entre los ciudadanos y Su Presidenta. Por eso Clarín y sus secuaces se convierten en destiladores de confusión, en sembradores de sospechas, en difusores de odio. Porque odian en serio todo lo que está pasando en Argentina. Y lo que peor los pone es que ese odio no sea respondido; cuanto mucho, alguna respuesta verbal o sino, la indiferencia. Sólo algunos lectores toman la posta de ese odio. Ya lo dijo Arturo Jauretche, con su cruda sabiduría: “Los pueblos no odian, odian las minorías. Porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca rencor.” Entonces, la conquista de derechos produce rencor en aquellos que pierden sus privilegios. De ahí la mentira, la agitación, el desánimo, la desmesura. Pero ese odio es tan desproporcionado y creciente que sus efectos son cada vez menos dañosos.

2 comentarios:

  1. Sin comentarios ni desperdicio. Excelente.

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  2. Muy bueno. Hay antiguos diarios que hoy son oficinas de prensa de grupos económicos. Lamentable

    http://adriancorbella.blogspot.com.ar/2012/03/sobre-mentiras-y-rencores-por-gustavo.html

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