domingo, 30 de septiembre de 2012

El guión de un sainete carroñero



Los estudiantes argentinos en Harvard pagan 70 mil dólares al año para terminar adoctrinados por los titulares de Clarín y La Nación. Sin lugar a dudas, los están estafando. Si tan molestos se mostraron algunos popes de la política local por el juego didáctico del Eternauta, ahora deberían emprender acciones legales contundentes ante tal atropello pedagógico. El miércoles, en Telenoche, el Jorge Lanata versión 2012 parecía satisfecho por el papelón que los estudiantes de Georgetown le habían hecho pasar a Cristina con sus preguntas. Nada de eso hubo, por supuesto. Pero, para los que no vieron en directo las escenas, resulta efectivo sembrar esa imagen manipuladora. En Harvard, donde parece que muchos juegan de locales, la opereta quedó en evidencia. Tanto es así, que tuvieron que tomarse de un episodio menor para ocultar la habilidad de CFK para librarse de la obvia emboscada. O tal vez, como son muy brutos, no entienden de ironías. Siempre aprovechan el momento más superficial de sus intervenciones para ocultar lo más profundo. Estrategia que sirve, por supuesto, para alimentar los prejuicios de los que no quieren comprender.
Cuando los que se quejan son los que más tienen significa que el camino emprendido es el correcto. Lo peligroso es que tienen herramientas más que suficientes para bombardear a las autoridades democráticamente elegidas. Contactos de clase. Y no tienen escrúpulos, pues son capaces de confabularse con los representantes de los fondos buitre con tal de lograr su objetivo: desterrar al kirchnerismo del territorio nacional. Aunque disfrutan de sus fortunas muchas veces mal habidas, no dudan en apelar a sus viejas mañas predatorias para retomar el control de una situación que se les está yendo de las manos. Esto no significa que temen volverse pobres a causa de las medidas tomadas por el Gobierno Nacional. Al contrario, a la mayoría le ha ido mejor que en años anteriores. Lo que les molesta es compartir el país con los ciudadanos de segunda. Esos caceroleros vip detestan que la recuperación de derechos produzca una leve limadura en sus cuantiosos privilegios. Porque ningún argentino estudia en Harvard a costa del sacrificio familiar. Para llegar a eso tiene que sobrar… y mucho.
Una inversión que puede dar cuantiosos dividendos, a fuerza, por supuesto, de negar toda pertenencia nacional. Porque, para ellos, Argentina no es más que un surtidor para engrosar sus billeteras, aunque tengan que aliarse con las sanguijuelas del Norte. Una fuerza de choque contra argentina, ATFA, liderada por el multimillonario Kenneth Dart busca desprestigiar las políticas económicas desplegadas por el Gobierno Nacional. Integrantes de esta organización distribuyeron unas tarjetas rojas durante el cacerolazo realizado por residentes y turistas argentinos frente al hotel donde se alojaba La Primera Mandataria, en obvia alusión a las amenazas futboleras del FMI. Esta misma escena se repitió en las universidades de Georgetown y Harvard.
En este último centro de estudios también distribuyeron un folleto que mostraba una foto de Cristina en la ONU, encabezado por la pregunta “¿cuán libre es la prensa en Argentina?” y un subtítulo un poco más explicativo: “la libertad de prensa está bajo ataque”. Allí se detallan las denuncias presentadas por el World Press Freedom Committee, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) o la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) sobre inexistentes violaciones a la libertad de expresión. Esto sin aclarar, por supuesto, que son organizaciones empresariales que sólo defienden intereses económicos. Después, un listado de titulares con forma de consignas, como el  deterioro de la libertad de expresión, el acoso constante y la intimidación de los periodistas independientes y críticos, entre otros. Las quejas habituales de las luminarias vernáculas, pero for export. Para ilustrar el peligroso giro político que está tomando nuestro país, el libelo destacaba el premio que había otorgado la Universidad Nacional de La Plata al cuco de Latinoamérica, Hugo Chávez, por su defensa de la libertad de expresión. Y lo más sorprendente es que citaba una crítica del diputado del PRO, Federico Pinedo, cuya proyección internacional brilla por su ausencia. Y su intelecto, también
Pero, por si todo esto fuera poco, el decano y moderador de la fábrica neoliberal, David T. Ellwood, recibió días antes de la visita de Cristina una curiosa carta firmada por Gonzalo Blousson, un liberal criollo con aspiraciones electorales. En esta misiva, el operador político advertía que "los argentinos estamos perdiendo nuestras libertades civiles y económicas, y Kirchner no da conferencias de prensa para responder preguntas".  Y para que la presión manipuladora sea efectiva, afirmaba que habían enviado el mismo texto a más de mil medios americanos y al “Centro de Estudiantes de Harvard”. En catorce puntos, la dramática carta explicaba las atrocidades cometidas por el autoritarismo K, como la privación para comprar dólares o los impedimentos para salir del país, sin aclarar, por supuesto, que el fin de tales controles es evitar la evasión tributaria.
En definitiva, un puñado de patricios complotaron en el Imperio para salpicar la visita de Cristina. Si esto no es traición, se le parece bastante. No se conforman con manipular a una minoría individualista de la CABA. Como no tienen argumentos ni propuestas, tratan de poner zancadillas. Como son malos perdedores, quieren patear el tablero. Como no encuentran cuarteles donde cobijarse, buscan la sombra protectora del envejecido y tambaleante Tío Sam. Como saben que la excusa perfecta para la intervención norteamericana son las violaciones a los derechos humanos y la democracia, dibujan una realidad monstruosa. Sus malas artes recorren kilómetros. No estaría de más dejarlos en evidencia.
Pero CFK estaba advertida de la maniobra y ante el atril de Harvard tuvo que hacer mucho esfuerzo para disimular su malestar. Los diez estudiantes formularon preguntas que habían sido preparadas por los periodistas presentes y basadas en el engañoso contenido de los panfletos. Un estudiante se deschavó, al advertir que “no iba a preguntar lo que quieren ellos”, sin aclarar a quiénes se refería. En definitiva, como Cristina no da conferencias de prensa en Argentina, la trasladaron a Estados Unidos y los estudiantes vip fueron los chirolita de estos habilidosos ventrílocuos. En algunos casos, no tanto. Una puesta en escena de la desesperación que sienten porque no pueden recuperar el sentido común que dominaron durante tanto tiempo. Y si hubo silbidos, también fueron a control remoto. Entonces, vino la comparación con forma de ironía: actúan como los que tanto desprecian. La reacción fue la esperada: la sobreactuación. Titulares, columnas y declaraciones de pseudo políticos serviles y desorientados trataban de señalar una gruesa contradicción de La Mandataria. Hasta dos exponentes de la Coalición Cívica presentaron una denuncia en el INADI, algo que no hicieron cuando Marcos Aguinis comparó dos organizaciones sociales con las juventudes hitlerianas, por ejemplo.
Algunos dicen que Cristina no debió hablar en Harvard. Sin embargo, el resultado de la comedia es por demás de auspicioso. Por un lado, en la desesperación ante tanta impotencia son capaces de traicionar la voluntad popular en todo terreno y demostraron que en eso no tienen límites. Hasta pueden suplicar al FMI para que nos saquen por fin la tarjeta roja o solicitar ayuda a los marines para que invadan el país antes del 7D. Por el otro, quedó claro para qué quieren conferencias de prensa: para interrogar y condicionar, no para escuchar las respuestas. Si de algo sirvieron las charlas en las universidades norteamericanas fue para dejar al descubierto la miseria que nutre a los carroñeros locales. Aunque simulen celebrar el éxito de la celada, en la intimidad no encuentran rincón dónde llorar tanto fracaso.

3 comentarios:

  1. Interesante Articulo.
    Esta claro, desde mi punto de vista, que esa conferencia de prensa estuvo preparada. Los temas instalados o tratados desde la prensa local coincidieron con las preguntas que fueron formuladas por los estudiantes, entre ellos: inflacion, libertad de prensa, cepo al dolar, inrequecimiento ilicito, inseguridad, falta de comunicacion con periodistas locales, INDEC.

    Saludos

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  2. A quien se le ocurrió exponerla así a Cristina? a que cráneo? al ex grossista y duhaldista Jorge Arguello o al hijo de Timermann?. La misma Cristina a quien entre los patriotas, nunca delante de los contreras y los zonzos pensados por Clarín, le pegamos porque no puede ser tan tonta por momentos. Para que nombrar asi a la Matanza? esto es como el fútbol, le das la pelota a Clarín y te pasa el trapos. También se entiende porqué el gran Néstor, de quien aún lloro su prematura muerte, la escondía un poco a su mujer. Tampoco podemos ser zonzos y desconocer que si Clarín en 40 años fue y sigue siendo en elegido, el número leído, junto a que se quedaron con muerte con Papel Prensa y luego Menem, Duhalde, De la Ruina le dieron todo y lo salvaron, también saben lo que hacen y si les das la pelota, te bailan. Por eso no me gusta Abal Medina; es como Massa ese cargo le queda muy grande. Aníbal Fernández, ese que en 2009 salvó el Gobierno, gracias a una visión del entonces derrotado por nadie, Kirchner, tiene que volver con más protagonismo.
    Gracias Gustavo; quería pedirte si podes profundizar el sobre el ATFA.

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  3. Lo del ATFA es un tema complejo. Es una agrupación de fondos buitre que buscan desestabilizar nuestra economía porque de esa manera pueden presionar para cobrar los bonos de deuda que compraron a dos mangos. Por eso la tarjeta roja, la mala puntuación como riesgo país, la movida en Harvard. Es una confabulación.

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