miércoles, 25 de marzo de 2015

Una Plaza para toda la vida



Algunos se sorprenden porque en las tapas de los diarios hegemónicos no aparece ni una mención sobre el Día Nacional de la Memoria. Mejor, porque de  hipocresía estamos hartos. Aunque no quedan dudas, ya sabemos de qué lado están. No es posible conciliar la reivindicación de la Memoria con el consumo de esos medios. Un episodio más de la famosa grieta. El que basa sus opiniones a partir de ellos, está absorbiendo inevitablemente su veneno. En lugar de hablar de ese tema, con justificable alarma, La Nación presenta un informe sobre el “uso y abuso” de la Cadena Nacional por parte de La Presidenta en lo que va del año. Sin dudas, la Tribuna de doctrina quiere marcar la cancha, pero no le da el cuero. Impotencia es lo que sienten sus escribas porque los esfuerzos realizados para desplazar al kirchnerismo de la Casa Rosada, para que la población salga a la calle a exigir la renuncia de Cristina y para instalar en el futuro al candidato del establishment no les está dando resultado. Las nueve horas ocupadas por la Voz de CFK pueden más que las casi 2000 horas que han tenido a disposición los medios concentrados para manipular la conciencia de los ciudadanos. Impotencia y desesperación es lo que inspira ese informe. Nada más que eso.
Como muchas veces se ha demostrado, que los bárbaros apelen a la palabra debilita el discurso del Círculo Rojo. Sus integrantes añoran los tiempos en que reinaba la armonía del pensamiento único, cuanto todos estaban de acuerdo con las privatizaciones, el modelo del derrame y la obediencia a los capitales financieros internacionales. Y los que no estaban de acuerdo, no tenían manera de manifestarlo. Esto en los noventa, pero en la dictadura, la represión y la censura hacían el trabajo de evitar las voces disonantes. En los últimos años, la batalla cultural los está dejando al desnudo.
Entonces, hacen lo imposible para que el público cautivo no escuche a Cristina, que preside actos varias veces por semana, pero muchos ni se enteran. Y si en esos medios agoreros presentan algún informe tergiversan lo anunciado para que se convierta en una decisión malísima. Si hay muchas Cadenas Nacionales es por la tendencia a malversar la información. Como si ellos fueran los dueños del éter, agitan su dedito admonitorio para establecer cuándo debe usarse la cadena. La ley la reserva a asuntos de emergencia pública o trascendencia institucional. ¿No entran bajo este tópico los incrementos a jubilados y beneficiarios de la AUH, la ampliación del Progresar, la respuesta a las embestidas de los buitres, la inauguración de obras hidroeléctricas,  la asignación de recursos para los afectados por las inundaciones, la nacionalización de FFCC o la llegada de nuevos coches? Si todo esto no es trascendencia institucional, ¿qué sería para ellos? ¿La presentación de su renuncia o la claudicación de sus banderas? Si eso es lo que quieren escuchar por Cadena Nacional, que esperen sentados.
Ejemplos para iniciados
En estos días, el IARC, organismo dependiente de la OMS, dictaminó que el glifosato, el pesticida más usado para el cultivo de la soja transgénica, es “probablemente cancerígeno para seres humanos”. La probabilidad ya es un argumento válido para empezar a reducir su uso, aunque eso signifique desalentar la explotación sojera. Si el ministerio de Agricultura diseña un plan o un proyecto de ley para controlar o prohibir el uso del glifosato, ¿no sería un tema de trascendencia institucional que merece la argumentación oficial en manos de La Presidenta? ¿O no justifica una cadena porque afectaría el fácil negocio de los Grandes Poroteros?
Un segundo caso puede ayudar a dilucidar el tema. Mauricio Macri asegura que en su gobierno generará la confianza necesaria para que nos lluevan inversiones extranjeras, aunque el precio de semejante honor sea la precarización laboral y la destrucción de las empresas locales. Sin embargo, casi el 60 por ciento de nuestra economía está en manos de capitales foráneos. Más que inversiones de afuera, necesitamos que los de adentro abran un poco más la caja de caudales para contribuir al desarrollo del país. ¿No sería trascendente empezar a fomentar la inversión vernácula para desalojar de a poco a los forasteros? ¿No justificaría una decisión así una Cadena Nacional en horario central, aunque para ello debamos sacrificar unos minutos de Telenoche y sus desalentadores contenidos?
Un tercer ejemplo se asoma en este apunte. Seguramente, el público cautivo de los medios dominantes ni se ha enterado de que el incendio de Iron Mountain, ocurrido en febrero de 2014 y que costó la vida de diez personas, fue pergeñado para destruir información comprometedora de grandes empresas que operan en nuestro país. Ni que, a pesar de todas las insuficiencias de seguridad evidentes, la administración macrista jamás sancionó a la empresa. Muchos funcionarios PRO están involucrados en este caso, como cómplices necesarios de la destrucción de documentos, entre otras, del HSBC, JP Morgan y BNP Paribas, vinculadas a serios delitos económicos. ¿No es un tema de trascendencia institucional revelar este hecho a través de una cadena, ya que el Alcalde Amarillo tiene pretensiones presidenciales? 
La construcción de ciudadanía necesita información veraz y completa, algo que, sin dudas, no proviene de esos medios. Por eso se incomodan ante las voces oficiales, porque los descoloca, los desenmascara en su intención manipuladora, los exhibe como enemigos de los intereses colectivos. Las voces oficiales los muestran tal cual son, como han sido siempre: defensores de sus privilegios en detrimento de los derechos y el bienestar de la mayoría. Aliados y beneficiarios de todas las dictaduras; orquestadores del peor pasado y extorsionadores del presente; una seria amenaza para nuestro futuro. Impunes y cínicos, hipócritas y peligrosos, ilegales y destituyentes, conspiradores y despiadados.
Este 24 de marzo nos encontró una vez más en las plazas del país. Un grito poderoso se hilvanó en todo el territorio. Un Nunca Más en serio que los involucra, que los acusa. Un compromiso para que no formen parte del mañana. O aceptan las normas de la democracia avaladas por la mayoría o se quedarán para siempre del lado más infecto de la grieta, invocando en vano a los demonios que, en el pasado, fueron fieles servidores de sus perversos planes. Eso sí, solos y debilitados, para que no puedan amenazarnos otra vez.

2 comentarios:

  1. Y asi fue , presentes en la plaza , abrumadoramente joven , yo con mis hijas y mis nietos ( unoi todavia en panza ) sembrando la semilla para el futuro , cada vez lo cuestionamientos a los poderes facticos se mantengan en el futuro , cuando en el presente inmediato como has descripto en tus apuntes , presenciamos claramente que la anecdocta ... de presidente ...puesto menor , se hizo real con Pollicita , Moldes Ercolini etc, los medios hegemonicos , pero las plazas marcan claramente que ya nada sera igual.Abrazo
    J.Pierantoni

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    Respuestas
    1. Así es. En esta década aprendimos a cambiar las cosas y a descubrir los escollos para poder esquivarlos. Nada será igual, sino mejor. Abrazo

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