jueves, 13 de julio de 2017

El saqueo recrudece



Quienes aún crean que los miembros del Gran Equipo tienen el empeño de desarrollar nuestro país para que lo disfrutemos todos, las escuchas de Cristina y el traslado del avión terminaron por enloquecerlos. Si alguien acuerda con el crecimiento del desempleo, el cierre de fábricas y el empobrecimiento general debería examinar su conciencia. No está mal eso de observar con microscopio la gestión anterior para encontrar alguna irregularidad, pero eso no justifica desatender tanto el presente porque el futuro que se viene no da para inflar globos. Tampoco para seguir estafando a la gente con los teatrales timbreos. Cada vez quedan menos candidatos a las visitas sorpresa y dentro de poco van a tener que contratar extras, si es que no están apelando a ese recurso. Las fotos con funcionarios escuchando con atención las demandas de los vecinos ya no son tan efectivas cuando otras imágenes más reales y dolorosas logran atravesar el cerco mediático.
Desde el comienzo de la Revolución de la Alegría hemos visto cerrar comercios y empresas por el incremento de las tarifas y la caída del mercado interno. Si los más grandes –sobre todo los extranjeros- se suman a esta ola es a la espera de la tan deseada flexibilización laboral, que ya se ha hecho realidad en Brasil: echan obreros sabiendo que en breve los reemplazarán con otros a salarios más bajos. Por ahora, se reconvertirán en importadores y traerán sus productos desde afuera a menor precio porque no pagan aranceles. Y todo esto sin que al empresidente y sus secuaces se les mueva un músculo, como si la crisis que están provocando formara parte del plan. Mientras tanto, Unicef nos informa que la mitad de los pibes entre 13 y 17 años son pobres. Y muchos de ellos están entre los que no estudian ni trabajan, los famosos “ninis” por los que tanto se rasgaban las vestiduras los apologistas mediáticos que hoy se hacen los distraídos.
Quizá se ha hecho carne la insólita lectura que compartió Javier González Fraga cuando aún no era presidente del Banco Nación: les han hecho creer a los sectores de ingresos medios que con sus ingresos medios podían acceder a plasmas y viajes al extranjero”. Para la mirada patricia de la minoría que gobierna, sus beneficiarios y adláteres, gran parte de la población tiene que resignarse a satisfacer lo básico y darse algún gustito cada tanto y el resto conformarse con las más miserables migajas que caigan de la mesa de los patrones. Quien no acepte la normalidad del país que prometen y se resista al formateo de su conciencia progresista se hará merecedor de los más novedosos métodos represivos que se ofrezcan en el mercado y la demonización obsesiva de los medios hegemónicos que han multiplicado su poder para adulterar el pensamiento del público.
Los Amarillos vienen por todo
La represión bestial es la única respuesta que dan a los damnificados por sus medidas. Con los empresarios de Pepsico –que cerró su planta en Florida sólo para especular- palmadas en la espalda y un par de consideraciones de ocasión. Para los trabajadores que intentan recuperar sus puestos, los más violentos efectivos para desalojarlos de la planta fabril. Detrás de este triste episodio se esconde el esfuerzo para revolucionar –sin alegría, por supuesto- la relación entre los empleados y los patrones. El “vamos a estar cada día mejor” –con un leve sacudón del puño derecho- quedó atrás en la campaña y se ha transformado en lo contrario, salvo para una exclusiva minoría.
Y si no es la represión es la indiferencia, la crueldad del que observa cómo agoniza su presa después del golpe letal: despiden a estatales sólo para engrosar el número de desocupados y los reemplazan por hijos de ricos que no necesitan un centavo; hablan de progreso y echan a 1500 empleados de Atucha, en lugar de finalizar las obras; cuestionan las políticas energéticas del kirchnerismo pero en este año y medio de gestión la producción de petróleo decreció a la de 1981; se emocionan hasta las lágrimas cuando hablan de las economías regionales, pero los pequeños productores de las provincias no pueden competir con los bienes primarios o apenas manufacturados que vienen de afuera. Tanto prometer que no íbamos a perder nada y recitar lo de la pobreza cero, los grandes perdedores son los que se suman a las filas de los desamparados.
Al deterioro cotidiano que estamos padeciendo hay que sumar el poco apego a la institucionalidad que tanto decían respetar. Si a los desplazados sólo destinan bombas y gases, a los dirigentes, fiscales y jueces que se niegan a alinearse en la campaña proscriptora les arrojan incongruentes procesos judiciales y los peores dicterios mediáticos. Las víctimas son elegidas en las propaladoras de estiércol, el Ejecutivo legitima la estigmatización y los alfiles de Comodoro Py se encargan de malinterpretar las leyes para inventar causas eternas. La telenovela de la procuradora Alejandra Gils Carbó es un caso testigo. El punto de partida es la venganza de Magneto porque fue ella la que impidió la fusión entre Cablevisión y Multicanal allá lejos y hace tiempo. Si Macri se expone al ridículo embistiendo contra la procuradora es para obedecer la orden emanada del Poder Real encarnado en Clarín, como hizo con la aniquilación de la Ley de SCA y el nombramiento de dos miembros de la Corte, ambas por decreto.
La excusa, como siempre, es la sospecha que se construye en las tapas del ex Gran Diario Argentino: una comisión pagada por un privado y recibida por un intermediario convierte a Gils Carbó en un emblema de la corrupción. Y para seguir recibiendo la protección mediática que lo mantiene en la presidencia, Mauricio recita las mayores inconsistencias: “lamento que ella insista en permanecer en el cargo porque lo lógico es que siempre el presidente proponga un procurador y que el Congreso lo apruebe”. Siempre mal asesorado y peor informado. Si la procuradora no renuncia es porque su cargo es tan vitalicio como el de un juez. Sin dudas, el Ingeniero quiere un jefe de fiscales de su confianza –un ex empleado de sus empresas o un elegido de Magneto- que ignore los evidentes trapos sucios amarillos y oriente su función a convertir en realidad el sueño del establishment: los K entre rejas para siempre.
O al menos lo más cerca posible del destierro, tanto electoral como simbólico. Por eso aturden tanto con grabaciones, bóvedas y bolsos, para que el público cautivo se convenza de que cualquier cosa es mejor que el pasado de corrupción que tejieron con denuncias domingueras; que el individuo se olvide que ayer fue más ciudadano que hoy; que la dignidad y los derechos son menos importantes que la satisfacción de los poderosos; que el votante malverse su voluntad por fundamentar sus prejuicios en titulares perniciosos. El que no encuentra nada bueno en el Cambio pero lo sigue apoyando, será víctima de su propia confusión y cómplice del abismo que estos saqueadores están abriendo bajo nuestros pies.

2 comentarios:

  1. “les han hecho creer a los ceos de ingresos altos que con sus capacidades mediocres y usureras podían acceder a ganar las elecciones y desgobernar una nación” y la clase media lo hizo posible, la misma que ahora no puede acceder a plasmas y viajes al exterior...gracias Gustavo, siempre reconforta leerte al final de un día mas en la angustiante macrilandia-abrazos

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  2. El año pasado me parecían exagerados tus pronósticos. Hoy estoy convencido de que te quedaste corto. A partir de ahora no te voy a considerar exagerado. Gracias. Cristian

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