Por
reiterada, la humorada no pierde su eficacia: la única promesa de campaña que
está cumpliendo el empresidente Macri
es la de unir a los argentinos, pero en
su contra. Las demás, quedarán para el tercer
semestre del año, como aseguró alguno de sus apologistas. Por ahora, lo más parecido a una inversión extranjera que
hemos visto en estos días es el atracón de John Travolta en una panadería de
Castelar. Mientras los piratas del Caribe
siguen buscando tesoros en la
Patagonia, los trabajadores pueblan las calles para expresar su
disconformidad con la Revolución de la
Alegría. Los medios hegemónicos, en tanto, no saben cómo esconder la podredumbre que aflora del engendro que
armaron como alternancia. El cambio recién
estrenado emana hedor a fracaso y si no
soplan nuevos vientos terminará asfixiándonos a todos.
En
realidad, la idea del fracaso es relativa. Todo
depende de lo que en verdad querían hacer en el país. Si el deseo del Gran
Equipo era distribuir bienestar, no lo
está logrando. Si el plan pasaba por dejar lo bueno y transformar lo malo, ante la ausencia de discernimiento,
destruyen todo. Si venían con la idea de desarrollar nuestra economía, nos están transformando en colonia. Si
éstas eran las intenciones de Macri como candidato a presidente, las medidas tomadas van en sentido
contrario. Entonces, por torpeza, incomprensión o inexperiencia su gobierno está fracasando.
Pero
no hay que ser tan ingenuo. La derecha empresarial no es tan generosa ni
solidaria. Menos aún patriótica. Nada de
lo que prometía Macri en su campaña pretendía convertirse en realidad. De
lo contrario, sus primeras medidas hubieran sido otras. Con una saña inusitada
para un gobierno democrático, la
pandilla amarilla copó el poder para aniquilar todos nuestros sueños en
beneficio de una minoría empachada, pero eternamente insatisfecha. La trasferencia de recursos hacia los
sectores más poderosos se evidencia con la devaluación, la quita de las
retenciones, la eliminación de controles a la adquisición de divisas, la
libertad para importar y exportar, entre
muchas otras decisiones inexplicables de aciagas consecuencias. En este
sentido, el gobierno de Macri no está
fracasando, sino todo lo contrario.
Si
venían a salvar el país del populismo –etiqueta
para denostar la equidad- están
hundiendo a gran parte de sus habitantes en la desesperación. Si venían a experimentar
una manera de gobernar con transparencia, el arribo de ceos que operan a favor
de sus empresas, el encono con que pauperizan al Estado y la proliferación de
personajes inadmisibles en la función pública los convierten en los más opacos de nuestra historia constitucional
reciente. Y como moño de este paquete de boñigas están las cuentas off
shore, que salpican a cada uno de los integrantes del Gran Equipo.
El principio del fin
Si
el descontento aún no ha calado hondo en muchos de los votantes PRO es porque las excusas hegemónicas todavía resultan
efectivas. La pesada herencia está
compuesta por un abanico de
incongruencias camuflado de motivos que todavía son funcionales para un público
colonizado. Como los K se llevaron todo, ahora debemos padecer la escasez.
Como los K gastaron fortunas para contentar a sus seguidores, las arcas están casi
vacías y –por lógica neoliberal- lo que
queda hay que dirigirlo hacia los que más tienen para que alguna vez se
produzca un derrame ilusorio. Como los K fueron tan corruptos, la mejor
manera de reconstruir el país es con tarifazos,
despidos y ajustes brutales. Pero este pueril verso está haciendo aguas por todos lados y la inestable barcaza en la que navegan los amarillos está pronta a
naufragar.
A
pesar de los esfuerzos del sistema judicial consustanciado con la impronta
imperial, aún no han demostrado ninguno
de los prejuicios que constituyen la ruta
del dinero K. Todas las denuncias presentadas por legisladores y
periodistas se pierden en los burocráticos
laberintos de los Tribunales o se dan de
narices con la cruda realidad. Una de las denunciadoras seriales –Graciela
Ocaña- quedó, una vez más, entrampada en sus prejuicios. Los peritos contadores
de la Corte Suprema de Justicia no
encontraron inconsistencias en el crecimiento patrimonial de Mariano Recalde
desde su asunción al frente de Aerolíneas Argentinas. Las horas de radio y
televisión que ha invertido la otrora
hormiguita para denostar al ex funcionario no son proporcionales a la difusión de esta resolución judicial. Si
fuera responsable, Ocaña debería recorrer los estudios para disculparse por su
falsa denuncia y ofrecer parte de su
patrimonio para saldar los gastos que produjo. Sin embargo, ni ella ni los
personajes que pueblan las pantallas desbordando purismo se desdicen de las
inmundicias que han vomitado durante años. El Congreso debería sancionar alguna ley que los obligue a pagar cuando
las denuncias son producto de la imaginación o de las operaciones políticas.
Si no, no hay democracia posible.
En
medio de este panorama oscuro, hay una
luz de esperanza. La movilización del viernes resulta imposible de
invisibilizar. Aunque los titulares cuenten los micros o los choripanes, las más de 300 mil personas que asistieron a expresar su descontento con
las políticas de Macri constituyen un hecho político insólito: a poco de
andar, el Gobierno Amarillo descubrió
que la luna de miel no es eterna. Más allá de los cuestionamientos hacia
los dirigentes, los manifestantes están
advirtiendo un deterioro significativo en su vida cotidiana. A pesar de que
Hugo Moyano debería pedir disculpas por su contribución al triunfo de Macri, la concentración del viernes puede convertirse
en el principio del fin.
Lejos
de atender cuánto se está equivocando, el empresidente
sigue socavando los cimientos de la
gobernabilidad. Justo el día del Trabajador, el mismo Mauricio que en los
spots de campaña mantenía su gélida
mirada ante la cámara como una muestra de franqueza, trató de inútiles a
los homenajeados. "El gobierno
anterior ocultó la desocupación y el estancamiento creando empleo inútil
–pontificó- que tiene como costo que
detrás de cada empleo inútil haya un maestro, un médico o una enfermera que no
pudimos poner a trabajar donde hacen falta". Una mentira de las infinitas que expele a diario por su imprudente
boca. Si ellos mismos han echado médicos y enfermeras de hospitales
públicos y han desmantelado organismos
imprescindibles para atender las necesidades de los más vulnerables.
Nunca
hemos presenciado tanta falsedad y
cinismo fluyendo desde La Rosada. Jamás los medios de comunicación han
construido tantas fábulas para ocultar
un gobierno tan infausto. En la vida hemos visto fiscales y jueces como
protagonistas de comedias tan vergonzantes. Los ángeles son demonios y las bóvedas son cualquier cosa menos eso.
Quienes sigan esperando humanidad de esta banda de desaforados se encontrarán
con el fango al cuello en pocos meses. Los
que nos están gobernando parecen nuestros peores enemigos y no hay que esperar
nada bueno de ellos. Exigir que esta pesadilla llegue a su fin no es un
gesto antidemocrático, sino todo lo contrario: es una necesidad patriótica.
Humanidad, creo que esa es la palabra clave. Quien espere que un gobierno no robe es un iluso, pero al menos que gobiernen con algun atisbo de humanidad, que dejen respirar al pueblo, que es a quien roban. Pero que en su pillaje encima asfixien a su victima, eso es insoportable...
ResponderBorrarAl principio pienso: Qué forma fantástica de redactar la realidad. Luego me doy cuenta que todo esto se debe a que el presidente es Macri. Cuando esto pasaba con Cristina, vos no criticabas al gobierno. Cuando había paros nacionales, vos no criticabas. Cuando había inflación? Tampoco. Cuando había corrupción? Menos!
ResponderBorrarSobre la ruta del dinero K, quedate tranquilo que van a ir todos presos. Las pruebas recontra sobran. Se encargaron de ser tan obcenos como se puede ser. Lo que falta es el momento político correcto para llevarlos detenidos. Y eso va a llegar cuando el gobierno de Macri se acomode. Dale tiempo y van a caer 1 a 1.
Las pruebas no recontra sobran. No tienen nada. La inflación de Cristina es nada comparada con la de Macri. Te faltan argumentos y te sobra veneno
BorrarNada de lo que pasa ahora paso con el kirchnerismo. Estos gatos, ademas de malvados estan rabiosos. Camilo Romano
BorrarCristian habla de la ruta del dinero K pero se olvida de la carretera de la guita M. Hace más de treinta años que él y su familia vive del Estado. Su fortuna es más nuestra que de sus familiares. Carola Miño
BorrarNo tienen nada! Decía el tipo, y aparece el hijo del cajero de banco contando dólares, brindando con Wisky importado!
BorrarLa inflación es nada comparando con la de Macri! cuando recién lleva 6 meses de gobierno.
Tomá, lee un poco, enterate.
http://www.cartafinanciera.com/tendencia-actual/cuanto-han-tardado-los-paises-en-bajar-su-inflacion
No publiques el mensaje si querés, pero por lo menos enterate vos, y dejá de ser un fan.
Cristian
Lo publico para que quede expuesta tu torpeza.¿Desde cuándo es delito contar plata y tomar whisky? Tenés un presidente con cuentas off shore y corrupto desde la dictadura y que provocó la inflación más alta de los útimos 14 años. Razoná, aunque sea por dignidad.
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