miércoles, 27 de febrero de 2013

Discusiones en el bosque



Como si fuera el protagonista de una fantasiosa película de animación, el Jefe de Gobierno porteño sostiene interesantísimas conversaciones con los árboles de Tecnópolis. Eso sí: pierde la discusión, porque le falta madera… o le sobra. Pero no importa, porque es tan abierto al diálogo que continúa hablando, aunque sea solo. Los arbóreos argumentos esgrimidos por las diferentes especies de Villa Martelli fueron más contundentes que las justificaciones del ingeniero para arrasar con todo. El antojo de incrustar un innecesario metrobús en la avenida 9 de julio es cuestionado por tantos, que hasta el tan prestigioso New York Times le ha dedicado unas líneas bastante duras. Pero mientras Macri hace sus negocios en la CABA con el plan Metrobús para Todos, pasan cosas importantes en el mundo real. La democratización de la Justicia es el tema que ha entrado al debate en estos días de vientos renovados. Muchos conocedores del tema acercan sus propuestas y quienes se sienten cómodos con el status quo dicen cualquier cosa, como siempre. El año judicial comienza con las palabras del Presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, que en sintonía con las formas, es promotor del programa Titulares para Todos, porque aporta ideas para conformar a todo el espectro mediático. En la Cámara de Diputados, en cambio, el clima no es tan apacible. El último capítulo de la aprobación del Memorando de Entendimiento con Irán promete un compendio de los más explosivos cruces entre oficialistas y opositores.
Pero nada de esto conmueve al Alcalde Deforestador. Enfurruñado porque nadie aplaude la mutilación de la avenida más ancha del planeta, envió una carta al Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, para exigir disculpas por sus dichos. Razonable: a nadie le gusta que le digan que es "un mentiroso y un vago irresponsable", por más que haya justificados motivos para pensarlo. Porque hay un conflicto numérico que involucra árboles. Claro, como vecinos, urbanistas, dirigentes políticos y otros más salieron en defensa de la postal más conocida de Buenos Aires, el Líder Amarillo acusa al kirchnerismo por la oposición ante el progreso que viene de su mano. El urbanista Daniel Politi, editor del blog “Latitudes: vistas alrededor del mundo”, del New York Times, afirma que “la capital de Argentina puede estar a punto de perder su postal más icónica: un nuevo proyecto del jefe de gobierno Mauricio Macri está convirtiendo a la avenida 9 de Julio en una sombra de sí misma, en el nombre de un proyecto de transporte público mal concebido”. Sin embargo, desoyendo voces más equilibradas y para justificar la tala de los añosos árboles que garantizan flores todo el año, acusó al Gobierno Nacional por la deforestación en Villa Martelli para construir Tecnópolis. La Presidenta le contestó desde ese lugar -que Macri jamás ha visitado- con una comparación fotográfica y con filmaciones que evidencian que hay más árboles que antes.
Pero el ingeniero insistió y en una luminosa epístola con el metafórico título “La Ceguera”, desplegó su yermo ideario. Con planimetrías bastante amañadas, afirma que  en el territorio que ocupa la muestra de ciencia y tecnología en Villa Martelli, "se redujo en un 62 por ciento el espacio verde". Una manera pueril de hacer política: algo así como si la hermana mayor cortó árboles, él –en lugar de denunciar tal atrocidad- reclama su derecho a des-arbolar la vida. Con magistral muñeca, el Jefe de Gobierno transforma una discusión ecológica en una lección política y afirma que "es casi seguro que no estén en condiciones de verla con claridad, porque su gobierno tiene serias dificultades para percibir la realidad”. Y no conforme con eso, nutrió su escrito con esclarecedores ejemplos: “no pueden ver la inflación. No pueden ver la inseguridad en las calles, a la que han transformado en una 'sensación de inseguridad'. No pueden ver el estado de ánimo social que han creado, aunque multitudes se manifiesten fastidiadas en las calles de todo el país".
Tanto enojo despiertan las fabulaciones de Macri, que hasta los árboles de Tecnópolis le contestaron. "Nos enteramos de que estás muy preocupado y que anduviste hablando de nosotros –ironizan los vegetales- Queremos decirte que tendrías que habernos venido a ver en vivo y en directo en lugar de espiarnos por Internet”. Y para revertir la desinformación del ex presidente de Boca y apologista del Fútbol Para Pocos, los frondosos escribientes le comunican que éramos 2042 árboles (no 1145 como afirmaste) los que estábamos antes de que se iniciara la construcción de este Parque. Y que ahora somos 894 árboles más”. Y para no ruborizar más al Alcalde, le facilitan la suma en la firma: “los 2936 estamos bien”.
En tanto, los que no están hechos de madera ni pertenecen al reino vegetal, intercambian ideas para construir un nuevo sistema de justicia. El Presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, comenzó el año judicial con guiños y advertencias hacia todos los que participan del debate. En un año electoral como el que está en curso, éste será un tema que permitirá distinguir entre los custodios del Poder Fáctico y los que promueven transformaciones tan cruciales. Los primeros desplegarán ante los micrófonos las generalidades de siempre: el respeto por las instituciones y la independencia de los poderes; defender la libertad de expresión; denunciar las presiones de la tiranía K hacia los influenciables y desvalidos jueces y demás sutilezas por el estilo. Nada dicen de los obstáculos en que se convierten las decisiones de los jueces, sobre todo cuando favorecen a las voraces megaempresas. A partir de un documento difundido hacia fines de año, el movimiento Justicia Legítima hizo pública su intención de construir un nuevo Poder Judicial pensado desde y para la democracia. La Presidenta instaló el debate a finales del año pasado, después de conocerse la sentencia absolutoria en el caso Marita Verón.
Para la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, el Poder Judicial sigue siendo “un sistema cerrado, alejado de la comunidad y lo hace permeable y cercano a todas las influencias de sectores de poder”. Según la funcionaria, el punto principal de este debate debe comenzar por “quebrar esta forma de funcionar que nada tiene que ver con los intereses de la sociedad”. No conforme con eso, Gils Carbó consideró que es el poder que menos se ha transformado desde el retorno a la democracia y “sigue teniendo una matriz autoritaria que se ve exacerbada en los últimos tiempos”. Pero además, destacó que “el Poder Judicial ha tenido siempre una función legitimadora de las grandes inequidades como han sido las dictaduras o los vaciamientos del Estado en la época liberal”.
El Supremo, a pesar de sus zigzagueos, aseguró que “no hay que tener miedo a los debates fuertes”. “Nosotros pensamos que el Poder Judicial también debe cambiar y que esos cambios deben ser en beneficio del pueblo”, declaró en representación del resto de los integrantes del máximo Tribunal. Como ejemplo de su intención democratizadora, sólo afirmó estar a favor con que “todos los jueces paguemos Impuesto a las Ganancias”. Pero  no dijo que no hace falta una ley, sino un fallo de Ellos Mismos que elimine una cautelar presentada hace muchos años. Pero el tema crucial que rozó el Magistrado se relaciona con lo que pocos exponentes de la oposición denuncian: “debemos mostrar una clara independencia de los intereses económicos”. Interesante sutileza la diferencia entre ‘mostrar’ y ‘ser’. La orden parece ser “mostremos independencia aunque no la tengamos”. El debate no se agota porque recién comienza. Sólo podrá darse en serio cuando toda la sociedad comprenda que los jueces no son ángeles validados por una elección divina, sino seres de carne y hueso que tienen que cumplir una concreta misión: proteger a los ciudadanos de los descarriados, sobre todo de aquéllos que no tienen límites para hinchar sus arcas con nuestro esfuerzo.

lunes, 25 de febrero de 2013

Caminos al andar

      I
El dolor por la pérdida de un familiar parece conducir a laberintos inextricables: se puede rechazar un abrazo solidario y, a la vez, aceptar un monumento oportunista. Sólo la justicia podrá establecer las responsabilidades y las penas correspondientes. Pero la política será la encargada de transformar el escenario para que catástrofes así no vuelvan a ocurrir. El año pasado, a pocos días del accidente de Once, Apuntes Discontinuos publicó:
“El problema del servicio de los trenes suburbanos tiene una resolución posible en tres etapas. Un primer paso es estrictamente político y es el cambio de titularidad de la concesión. La empresa debe perder el derecho concedido sin indemnización alguna, pues bastante se han enriquecido en estos veinte años sin poner casi nada, sino todo lo contrario. Un segundo paso es el judicial, que tal vez lleve más tiempo, pero debe impulsar una investigación profunda de las causas del accidente, del mantenimiento de las vías, del destino de los fondos aportados en forma de subsidios por el Estado, de los sobreprecios en compras y el cumplimiento del contrato. Posterior castigo a los (i) responsables sería muy conveniente. Un tercer paso, mucho más profundo y a largo plazo, es la desconcentración urbana y laboral. Que el conurbano en pleno se traslade a CABA todos los días produce amontonamiento y seguros inconvenientes. Desarrollar la oferta laboral en el Gran Buenos Aires y demás localidades bonaerenses va a disminuir la superpoblación de los trenes”.
Algunos de los pasos que se proponen en ese párrafo ya se han dado. Otros están por darse. Y en el resto, todavía no se piensa. Eso sí: nada ha quedado ni quedará igual desde aquel 22 de febrero. Permanecen sólo los que aprovechan el dolor para treparse a un podio que cada vez se hace más inaccesible. Para ellos, por supuesto. Y recurren a lo único que saben, que es mordisquear los talones de las autoridades democráticamente elegidas, no ya para desgastar su legitimidad, sino para quedar primeros en el casting organizado por aquellos medios que se encuentran en el ocaso de su hegemonía. La dramática foto de aquel 22F no es representación de una tragedia, que es, ni más ni menos, el padecimiento de los mortales producto de una decisión caprichosa de dioses inexistentes. No hay tragedia sino drama, que es el resultado de acciones humanas. Errores, omisiones, transas y otras variantes que se enlazan en el abarcador término ‘corrupción’. Treinta años de deterioro aportan lo suyo, aunque no pueda esgrimirse como excusa. Tampoco debe tenerse en cuenta la idea de que nada devolverá la vida de las víctimas como pretexto para no hacer nada. Sin embargo, aunque a destiempo, algo se ha hecho.
II
Casi treinta sospechosos –ex funcionarios incluidos- se sentarán en el banquillo y la Justicia deberá decidir qué responsabilidad han tenido y qué condena recibirán por eso. El juez federal Claudio Bonadío resolvió cerrar la investigación que condujo el fiscal Federico Delgado y el proceso está en etapa de juicio oral en el Tribunal N°1, en plazos sorprendentes. Además, el Estado, a través del Ministerio del Interior y Transporte resolvió quitar la concesión al Grupo Cirigliano, que la explotaba con impunidad desde 1994. Que el usufructo haya sido generosamente regalado por la Ley 23696 de Reforma del Estado sancionada en 1989, a poco de asumir el Infame Riojano, no disculpa el descontrol ni el deterioro. Como muchas veces ha ocurrido, un hecho atroz se convierte en un punto de inflexión. Eso sí, a costa de lo irreparable. Pero no hay indiferencia posible, sólo transformación.
III
“No hay palabras para alguien que perdió a un hijo, un padre o alguien que quería”, advirtió el ministro Florencio Randazzo. Este hecho “enlutó a todo el pueblo argentino”, recordó el funcionario y aseguró que en los últimos siete meses se hizo “muchísimo”, aunque reconoció que “falta mucho camino por recorrer”. Y consideró que es imposible, en seis o siete meses “resolver lo que no se resolvió en los últimos cincuenta años”. Sin embargo, respecto al ferrocarril Sarmiento, “podemos ver hoy que las vías han sido cambiadas en su totalidad en el tramo de Moreno a Once. Hemos tenido un proceso de recuperación de formaciones realmente muy importante, poniendo en marcha la industria ferroviaria con más de 1270 trabajadores”, explicó Randazzo. Además, el Ministro detalló que el plan de inversiones contempla mejoras operativas de corto plazo, como la renovación y reacondicionamiento de material rodante, cambios de vías, recuperación de talleres y depósitos, reparación de pasos a nivel, modernización de los sistemas de señalización y mejoras en las estaciones. Nada de esto devolverá las vidas, aunque hay que reconocer que la respuesta no se limitó al abrazo simbólico que La Presidenta destinó desde Tecnópolis.
También en otras áreas del transporte ferroviario el Gobierno Nacional está posando su mirada. El Estado recuperó el Belgrano Cargas, gestionado hasta hace poco por la empresa Shima, integrada por el Grupo Macri y Sanhe Hopefull Grain & Oil, ampuloso nombre de imperial estirpe. “Lo que pasó en el transporte es consecuencia de más de 30 años de historia donde se destruyó el sistema productivo del país, se cerró la industria naval, al igual que las siderúrgicas que contribuían al sistema de transportes”, explicó el secretario del área, Alejandro Ramos. “Ahora estamos tratando de reconstruir lo que se destruyó”, agregó. Pero no sólo estos cambios pasarán por un mayor control o recuperación de empresas: el trabajo de fondo incluirá la formación de profesionales idóneos. “El transporte ferroviario requiere cierta demanda de proveedores locales –explicó el funcionario- por eso es bueno trabajar con las universidades para formar esos recursos humanos que necesitamos. Así como orientaremos a algunas industrias para que se metan en el sector, debemos incentivar las carreras universitarias que nos permitan formar profesionales para recuperar el sistema ferroviario”.
IV
Nada devolverá Todo lo que se perdió. Pero no debemos congelarnos en eso. Para andar hacia el futuro hay que superar los obstáculos y evitar en lo posible las pérdidas. En un momento inoportuno, el entonces secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, mencionó la cantidad de pasajeros. Un dato que no hay que omitir. Por supuesto que los trenes –como todo medio de transporte- deben ser seguros tanto para diez como para mil, pero el amontonamiento y la incomodidad potencia los accidentes. La cantidad de gente que se traslada desde el conurbano hacia Capital ya es en sí un problema. Que miles de personas desperdicien tanto tiempo en viajar hacia puestos de trabajo mal remunerados debe concluir en profundas medidas, como impulsar el desarrollo en el lugar de origen para evitar semejante número de pasajeros. Pero eso es más lento y requiere esfuerzos conjuntos. Nada devolverá las vidas, pero nada seguirá igual. Una dolorosa lección nos golpeó sorpresivamente. A unos más que a otros. La recuperación del transporte ferroviario se debe convertir en una prioridad del Estado, no sólo en el conurbano sino en todo el país. Y deben tomarse todos los recaudos institucionales posibles para que no vuelva a perderse. Porque los que hoy prometen monumentos son los que, sin dudas, pondrían bandera de remate a todos los bienes del país.

viernes, 22 de febrero de 2013

Cuando los primeros son los últimos


De seguir la agenda de los medios, Apuntes Discontinuos debería abordar el primer aniversario del accidente ferroviario de Once o los conflictos que habitualmente se generan en todo inicio del ciclo lectivo. También, la media sanción que obtuvo en el Senado el acuerdo con Irán para indagar a los sospechados de cometer el atentado a la sede de la AMIA y las perlitas del debate. Quizá sea atractivo y hasta divertido hablar de los documentos que revelan los escándalos amatorios que ocurrían en el Vaticano y que involucran al recién renunciado Papa. Pero este espacio no es informativo y no corre detrás de una lectura improvisada de los hechos del día. A veces puede haber coincidencia, pero no es la intención de su autor. Por eso, los temas abordados, serán otros.

Lincoln, la peli de Spielberg no sólo contribuye a conciliar el sueño sin demasiado esfuerzo, sino que permitió descubrir un error administrativo: un profesor universitario detectó la ausencia de notificación oficial sobre la abolición de la esclavitud en el estado de Mississipi. El Primer Mundo también presenta fallas en el sistema que tantos idolatran. En algunos países europeos, la carne de caballo se filtra en las góndolas de los supermercados para beneficiar a algunos turistas habituales de los paraísos fiscales. Mientras tanto, Mariano Rajoy justificó su accionar destructivo con impudicia y promete estrangular un poco más a los españoles ante los desconcertados Diputados. Lejos del mundanal ruido, algunos países latinoamericanos emprenden un camino soberano en pos de la dignidad de sus pueblos. Rafael Correa, desde Ecuador, tiende su mano a la distancia para transformar en serio el desquicio heredado, aunque algunos aconsejen tomar un tenebroso atajo hacia el pasado.
En estos días se hizo público un mensaje que sus propaladores, en vano, trataron de ocultar. Un afiliado al partido Unión por Todos, el abogado Carlos Maslatón, incluyó en la página oficial un texto en el que aconseja a los productores agropecuarios derrotar a la Dictadura K apelando a la desobediencia civil. Tal vez el leguleyo no entienda muy bien el nombre de esa agrupación política o lo que sea que hagan. O quizá lo entienda demasiado bien. El término ‘unión’ sugiere un pegote de cosas diferentes –y hasta opuestas-, que nunca llegarán a conformarse como un todo. ‘Unidad’, en cambio es la búsqueda de la totalidad a partir de las diferencias. En una unidad, no se notan las partes porque hay armonía entre ellas en pos de objetivos compartidos. ‘Unión por todos’ induce a pensar que hay un amasijo de mentes iluminadas –y resentidas- para beneficio de todos, aunque ese ‘todos’ no abarca a la totalidad de los ciudadanos.
Lo preocupante del escrito de Maslatón no es sólo la propuesta de desobediencia a la autoridad por parte de los productores agropecuarios, sino la categorización que hace del Gobierno Nacional. Tiranía, dictadura, régimen, hitleriana, confiscatoria son los términos insultantes y antidemocráticos que utiliza el abogado para justificar su incitación para desfinanciar al Estado. “Mensaje para todos los productores de granos de la República Argentina. Hoy, como nunca antes en la historia nacional, es legítima la evasión tributaria, aunque el gobierno la repute como criminal. Cada peso que se le pague a la dictadura kirchnerista será malversado y puesto al servicio de la consolidación del régimen”. El texto exhorta a contrabandear para no tributar a la “confiscatoria Aduana Argentina”, sub-facturar exportaciones, retener las divisas en paraísos fiscales –fuga y evasión- para esquivar a la “hitleriana AFIP”. Volviendo al nombre de ese grupete, es claro que el ‘Todos’ no es el que todos pensamos, sino un grupo más reducido que no incluye a la mayoría de los ciudadanos.
Algo parecido al éxito del que se ufana el presidente español, Mariano Rajoy. Ante el parlamento, defendió con uñas y dientes su primer año de gestión y afirmó que se evitó “el naufragio” del país. Eso sí, a costa de ahogar a los ciudadanos con ajustes, despidos y desahucios. Algo que los argentinos conocemos muy bien. Con una congoja mal actuada, Rajoy comenzó el debate con una cifra escalofriante: 5965400 desempleados. “La frialdad de la cifra no puede ocultarnos el drama que en ella subyace, seres humanos que sufren”, simuló conmoverse. El diputado socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, advirtió que la situación de España es actualmente “explosiva”, pues consideró que la gestión de Rajoy trajo recesión, desempleo y desigualdad. Pero evitó referirse a la herencia dejada por Rodríguez Zapatero, también socialista, que nada hizo para impedir que la voracidad del mercado arrasara con el Estado de Bienestar que tanto costó construir.
“La incertidumbre de entonces es desesperación”, sintetizó Rubalcaba pues, según él, después de quince meses “España está empobrecida, indefensa y entristecida y el país que saldrá de la crisis será más injusto, más pobre y más inhumano”. Lo curioso de la intervención del líder opositor es que, sobre el final, le recrimina que su actuación fue guiada por “pura ideología”. Que un socialista acuse a un neoliberal de algo así, resulta incomprensible. Claro que actúa por pura ideología, aquélla que sólo busca satisfacer la infinita avaricia de una minoría insaciable. Y el socialismo, en todo caso, no supo defender los intereses de la mayoría por abandonar sus principios. No hay manera de llevar adelante un programa de gobierno por fuera de la ideología. Quien diga que puede hacerlo, intenta ocultar sus peores intenciones.
Pero la difícil situación que atraviesa España y otros países europeos no es producto de un fenómeno meteorológico ni una catástrofe telúrica. La crisis económica es el resultado de una ausencia moral por parte de dirigentes, bancarios y empresarios que han abrazado la más despiadada acumulación en detrimento del bienestar de los ciudadanos. La venta de carne de caballo en productos que afirman ser otra cosa llega a relacionarse con grandes fortunas en paraísos fiscales y hasta blanqueo de fondos ligados al narcotráfico y la venta ilegal de armas. Desde que las autoridades irlandesas descubrieron rastros equinos en hamburguesas, los cascos resuenan en toda Europa y permite vislumbrar una cadena globalizada de producción de alimentos con muchos intermediarios que comienza en Rumania. Draap, registrada en un paraíso fiscal de las Islas Vírgenes, admitió la compra en frigoríficos de Rumania y su director, Jan Fasen, fue condenado el año pasado por vender carne equina de Sudamérica como carne vacuna alemana y holandesa. Además, esta empresa utiliza la misma red de distribución que el traficante de armas ruso Víctor Bout. El Primer Mundo se está desmoronando y hay que protegerse de sus fragmentos. Tan serios que parecen sus dirigentes, con sus expresiones estreñidas y los ostentosos trajes.
“¿Estoy bien sin corbata?”, preguntó el presidente re-electo Rafael Correa, antes de comenzar una entrevista. Por supuesto, que esto fue una broma, porque la corbata ya no debe ser vista como un símbolo de seriedad. Casi todo lo contrario. En muchos, parece la máscara que oculta sus más pestilentes intenciones. Los tratados bilaterales de inversión fueron vendidos por crápulas trajeados y resultaron muy perjudiciales para los países más vulnerables. Estos tratados “fueron una entrega total de nuestros países en manos de las transnacionales. ¿Ahora las transnacionales tienen más derechos que los seres humanos?”, se preguntó Correa. Eso es lo que la región intenta revertir, la supremacía del mercado sobre la vida de los ciudadanos. Y parece que tenemos mucho a nuestro favor.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Faros contra personajes sombríos

    El triunfo de Rafael Correa en Ecuador confirma el rumbo común de varios países de la región y fortalece este proceso que busca desterrar el neoliberalismo para siempre. También muestra quiénes son los adversarios que aspiran a convertirse en enemigos. Enemigos porque, lejos de proponer un camino diferente para construir un país mejor, conspiran para aplicar un programa económico que dejaría en la exclusión a gran parte de los ciudadanos. Enemigos porque insisten en anteponer sus mezquinos intereses a cualquier objetivo comunitario, sobre todo aquél que apunta a convertir la exclusión en una sombra del pasado. Confabulaciones, mentiras, amenazas y demás estratagemas conducentes a producir algún sacudón en la escena política para obligar a los mandatarios a que obedezcan sus órdenes. Eso es lo que Ellos llaman consenso. Los carroñeros vernáculos atacan desde distintos flancos, con la ilusión de acorralar al Gobierno Nacional y comenzar a debilitarlo. Lejos de proponer una manera para mejorar las cosas, buscan empeorarlas, porque de los escenarios agitados es de donde obtienen mayores ganancias. Ya están tan en evidencia que no significa un desafío denunciar sus inmundicias. Eso sí: resulta muy divertido, aunque un poco doloroso.
El Presidente ecuatoriano arrasó en los comicios del domingo y no sólo obtuvo una nueva reelección, sino también dio cátedra. Con casi el 57 por ciento de los votos, dedicó el triunfo a los seguidores de la “patria chica” ecuatoriana y la “patria grande” americana. Guillermo Lasso, el banquero que se convirtió en opositor, quedó lejos con el 25 por ciento de los sufragios. En su discurso de aceptación de la derrota, Lasso prometió a quienes no lo votaron que “seguirá respetándolos”. Menos mal, todos tranquilos. “A esta revolución no la para nadie –señaló Correa- Estamos construyendo la patria chica, Ecuador, y la patria grande, nuestra América. Esta victoria es de ustedes, ¡que viva la patria!”.
La conferencia de prensa que brindó después de los comicios se convirtió en un compendio de los motivos de la victoria. “Aquí ya no mandan la partidocracia, ni la bancocracia, ni los medios de comunicación, ni el Fondo Monetario Internacional”, anunció varias veces, desatando el entusiasmo del público. Para Correa, el desafío para los próximos años será “hacer irreversible el cambio” en la lucha contra la pobreza. Y aquí viene lo más contundente. Cuando le preguntaron si tendería puentes hacia la oposición, el Mandatario explicó que no hablaría con una dirigencia “impresentable”, como Lucio Gutiérrez y Álvaro Noboa. “¿Qué se puede debatir con ellos? Son los demagogos, los que no presentaron ninguna propuesta y han sido los grandes derrotados”, afirmó.
Pero no han sido los únicos. “Otras de las grandes derrotadas es la prensa mercantilista, que conspiró y desinformó”, especificó Correa. Y, por las dudas, explicó: “una de las cosas que hay que arreglar es una prensa que quiere juzgar, y no lo vamos a permitir. Con la prensa honesta no tenemos ningún problema. Vamos a luchar por una ley de Comunicación que logre aprobar la asamblea”. Una endemia peligrosa en la región, la de la prensa independiente. Independiente de toda construcción colectiva, solidaridad o sentido de futuro. Sólo dependiente de intereses destructivos, de angurria insaciable y que destilan veneno, angustia, desánimo a través de sus titulares malintencionados.
Aunque no utilizó esos términos, la prensa canalla y la oposición impresentable son los enemigos de cualquier patria. Denunciarlos no es perseguirlos, sino crear conciencia. Señalarlos es dejarlos solos con sus aliados y seguidores, para que no se mezclen con los buenos ciudadanos. Y lo importante: dejar en claro cuáles son las estrategias oscuras a las que apelan para provocar el caos, no porque sean los genios del mal que suelen verse en los comics, sino seres de carne y hueso –es un decir- que sólo piensan en desbordar sus arcas, a costa de empobrecer al resto.
En estas tierras, el acuerdo celebrado entre el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno y diferentes asociaciones de comercios minoristas ha sido denostado desde sus primeros pasos. Como visionarios esclarecidos que no son, anuncian el fracaso de esas medidas que intentan controlar la inexplicable inflación que se produce mes a mes. Una primera observación: si un acuerdo fracasa es porque una de las partes no cumplió. Algo que no dicen, porque para ellos la inflación es una especie de flagelo disparado por inasibles dioses y no producto de la avaricia de los que no tienen límites al incrementar sus ganancias. En lugar de celebrar un acontecimiento que busca aliviar una situación, apuestan a generar miedo y desconfianza en la población, no como advertencia, sino convocando a nuestros peores fantasmas. 
Como refuerzo de todo esto, despliegan nefastas estrategias para que, en el futuro todo se vaya por la alcantarilla. Las amenazas de los estancieros constituyen una primera pata. Sin el poder de convocatoria infausta de 2008, ahora tratan de amedrentar al Ejecutivo negándose a comercializar los granos y sumarse a cualquier protesta que se produzca por ahí. El diputado Facundo Moyano, que ostenta algo más de coherencia en la familia, aunque no para hacer derroche, les echó insecticida. Claro, ellos no tienen nada que hacer junto con los trabajadores, a los que explotan con vileza en sus campos.
Lo que más irrita son sus constantes lloriqueos. A pesar de que, de acuerdo a sus propios informes, durante 2012 pudieron invertir un 27 por ciento más que en 2011, alcanzando la suma de 236 millones de pesos. Para los productores sojeros, la rentabilidad bruta de los propietarios de la zona núcleo se ubica entre el 130 y el 200 por ciento y los arrendatarios ronda el 50 por ciento. En una zona no núcleo como Santiago del Estero, la ganancia se sitúa en 48 por ciento para los propietarios y un 30 para los arrendatarios. Tanto lloran que ahora amenazan. “Hay que ir a un cese de comercialización de lo que más se siente en este país, que es la soja –prepoteó Eduardo Buzzi- Desde el momento en que haya decenas de barcos parados en el Río de la Plata porque no pueden venir a cargar soja, ahí van a tener que convocar y venir a discutir de otra manera”.
Desde Coninagro, Carlos Garetto se diferenció de los demás integrantes de esa mesa desenlazada. “En la gran escala, la producción de soja sigue siendo rentable –explicó- debido a que los precios internacionales compensan los costos y ofrecen mayor seguridad de cosecha”. Para el titular de esa entidad rural la propuesta de no comercializar “es insostenible en el tiempo, porque los compromisos fiscales, financieros y comerciales por los compromisos que tienen que cumplir los productores” que no tienen “tanta espalda” como los que impulsan la medida. Por supuesto, el objetivo de la movida de los estancieros es generar algún impacto financiero que reste algunos votos al Gobierno Nacional.
La opereta de los Moyano en Maxiconsumo se encuadra en estos intentos. Esgrimir la cifra salarial para succionar trabajadores, aunque no cumplan tareas propias de transporte, resulta incomprensible. Pero la escena más patética de esta pantomima es que sea el macrismo, de la mano de la Subsecretaría de Trabajo porteña, que nada tiene que ver en un conflicto de alcance nacional, el que ponga paños fríos. Tan armado que más que drama, parece parodia. El episodio se presenta como una injusticia más del Gobierno Nacional, a tal punto de llamar traidor al Ministro de Trabajo, Carlos Tomada, uno de los más comprometidos de la historia. Y lo peor, la intención de mostrar al Jefe de Gobierno como el gran solucionador. Una película tan absurda que tiene como objeto conducir al fracaso todo acuerdo en la comercialización de productos básicos.
   Pero sólo los prejuiciosos y desinformados creen en esta historieta. Sólo los manipulados llegan a conclusiones adversas. Cada paso que dan los deja en evidencia. Conspiradores que merecen la soledad de los villanos. Y el fracaso también pues, de triunfar, este colectivo que tanto costó alcanzar padecerá las consecuencias de semejante distracción, como ha ocurrido tantas veces. El triunfo de Ellos será el fracaso de todos. No merecemos volver a probar semejante veneno, porque nos cuesta mucho sobreponernos de sus efectos. Y no vale la pena siquiera intentarlo.

lunes, 18 de febrero de 2013

En la arena del circo

    Pan y circo es una de las imágenes más frecuentes cuando se quiere abordar la relación entre un gobierno y sus representados. Inevitable que afloren en nuestra memoria escenas de películas de romanos, donde los panes vuelan sobre la cabeza de los asistentes junto con el hedor de la sangre que asciende desde la arena del circo. La demagogia es el concepto teórico que se quiere ejemplificar con estas evocaciones; un concepto que encierra una especie de soborno que un mandatario ejecuta sobre sus gobernados para reforzar la relación. En estos días en que alguien se animó a cuestionar el Fútbol para Todos y amenazó con eliminarlo en el hipotético –casi quimérico- caso de acceder a la presidencia, la idea de pan y circo se actualiza. Muchas de las medidas tomadas por el Gobierno Nacional son presentadas por medios y políticos opositores como acciones populistas o demagógicas. O en el peor de los casos, como mero simulacro. Para estas luminarias empecinadas en retornar a nuestro peor pasado, estos diez años de inusitadas transformaciones no son más que ilusiones que se encuadran en un hábil relato que logra engañar a las masas obnubiladas.
No sólo el FPT ha sido catalogado como medida demagógica. También el incremento del número de feriados anuales ha estado muchas veces bajo la mirada admonitoria de los fiscales de la moral. De apenas diez que teníamos a finales del siglo pasado, hoy podemos ostentar 19. Ante cada feriado aparecen las voces que condenan la institucionalización del ocio, en detrimento del trabajo y la producción que “tan necesarios son para el crecimiento del país”. Primera objeción: cuando en el calendario había pocos feriados no nos iba mejor que ahora, sino todo lo contrario. Segunda objeción: los que se quejan son, por lo general, los patrones que no necesitan feriados para tomarse días libres. Y de todos los feriados que se han incluido, los más denostados son los de carnaval. Herida que todavía sangra para los alineados con la Iglesia.
Los festejos de carnaval son paganos para el ideario eclesiástico. En tiempos de la Edad Media, cuando la Iglesia ostentaba un poder mayor que el de ahora, la preparación de la cuaresma –los 40 días previos a la Pascua- era mucho más rigurosa. La ingesta de alcohol y carne, la risa, el baile, el sexo eran castigados severamente con penas de prisión y otros tormentos si se practicaban durante ese período. Ante la perspectiva de esas semanas de abstinencia, el pueblo organizaba en los días previos a su inicio fiestas callejeras como una manera de pecar a cuenta. Total, la santidad de la cuaresma desintoxicaría los espíritus. De ahí el rechazo hacia el carnaval, que proviene de la palabra carne. Esos descontroles populares significaban una explosión del cuerpo, en los que se dejaba de lado toda idea de pureza espiritual y jerarquía y el disfraz rompía con el estratificado orden de la comunidad.
La eliminación de los feriados y la prohibición de los festejos durante la Dictadura se  fundamentan, en parte, en esa relación “nociva” entre santidad y perversión. Lo demás, se corresponde con el Estado de Sitio, que impedía cualquier aglomeración callejera por considerarse peligrosa. Sin embargo, y a pesar de las demandas de las agrupaciones populares de murgas, el retorno de la Democracia no significó una recuperación de los feriados. Por el contrario, los presidentes que se sucedieron desde 1983 eludieron el tema. Recién un par de años atrás, CFK dispuso su incorporación en el listado de los días no laborables.
Para los agoreros, los feriados y el FPT se encuadran en medidas demagógicas del Gobierno Nacional. Las decisiones de un gobierno no pueden calificarse de demagógicas per sé, sino en su contexto. Un breve contrafáctico arrojará un poco de luz. Si en 2002, en medio de la crisis, Eduardo Duhalde decretaba el retorno de los feriados de carnaval o implementaba el FPT, entonces sí podría pensarse en clave de demagogia. Como si la orden presidencial fuera: festejen aunque no haya motivos. Si lo hubiera dispuesto Néstor Kirchner, apenas asumido, con más del 50 por ciento de pobreza y el 25 de desocupación, también hubiera sido demagógica. En cambio, cuando CFK toma esas decisiones, la situación de crisis se había superado y habíamos recuperado muchas otras cosas que ameritaban el festejo. En medio de la explosión económica y social de principios de este siglo se hubieran considerado mera distracción para sobornar a los sufrientes ciudadanos. Pero, aunque muchos se nieguen a reconocerlo, nuestra situación actual permite ciertos lujos para el disfrute de la mayoría.
El Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, aclara muy bien este punto, aunque con intenciones harto diferentes. “Si vos sos gobierno, tus prioridades tienen que ser la pobreza, la exclusión, la marginalidad, la seguridad de la gente, la educación pública. No puede ser, la verdad, solamente el entretenimiento y el relato”, argumentó, exponiendo su más despreciable cinismo. Él también es gobierno, a pesar de que se niegue a reconocerlo y esas cosas que señala como prioridades no figuran en su agenda. Sólo apela a esas palabras que le cuesta pronunciar porque quiere que el negocio del fútbol vuelva a manos de sus aliados económicos y políticos. Además, de manera no muy bien encubierta, desea que el disfrute de la televisación de los partidos sea el privilegio de los que pueden abonar las infinitas codificaciones que el Monopolio dispuso.
Con respecto a los feriados, nada dijo el Alcalde Deforestador. Pero no hace falta mucha imaginación para descubrir lo que piensa del tema. Patricio como es y también patrón, no dudaría en eliminar de un plumazo los feriados incorporados por la gestión K, con la convicción de que el trabajo agobiante y mal retribuido es la mejor manera de contener la vagancia del pueblo. Y afirmaría estas cosas desde ese lugar des-ideologizado que siempre defiende, ese sentido común que no es otra cosa que el plexo de preceptos propios del discurso otrora dominante y ahora en retirada. El que sostiene que el Estado no debe intervenir en la economía, salvo para garantizar el latrocinio del Poder Fáctico. El que defiende la idea de que el pobre seguirá siéndolo durante muchas vidas por propia decisión. El que piensa la pobreza como una epidemia y no como el resultado de las acciones rapaces de la clase más privilegiada. En síntesis, ese discurso que se instauró a mediados de los setenta a fuerza de sangre y que recién ahora estamos desterrando. 
Un discurso que pretende volver de la mano de estos personeros del horror, que incrementaron sus groseras fortunas a costa de las angustias de millones. Todavía no están derrotados pero están a punto de serlo. En breve, sólo serán un mal recuerdo, aunque jamás dejarán de representar una permanente amenaza.

sábado, 16 de febrero de 2013

El color del futuro


El asteroide DA14 atravesó la órbita geoestacionaria sin provocar daños en los sistemas comunicacionales que por allí pululan. Del tamaño de media cancha de fútbol y casi 130 mil toneladas, despertó las más espeluznantes fantasías apocalípticas. El meteorito que cayó en Cheliabinsk y dejó unos mil heridos y muchos daños materiales, parecía el anticipo de la hecatombe. Por eso, los integrantes de la Mesa de Enlace se reunieron en Pehuajó, no para conocer el destino de nuestro planeta ni para homenajear a Manuelita, sino para ensayar lo que mejor saben: desplegar dramáticos lloriqueos en pos de defender sus más mezquinos intereses. Y destilar todo el veneno posible para agitar la escena. Un meteorito en su contra dicen que lanzó el Líder Amarillo, Mauricio Macri, al anunciar que, de concretarse la leyenda urbana que lo imagina presidente, eliminaría el Fútbol para Todos. Sus seguidores ya estarán haciendo las maletas para buscar un mejor futuro en otra agrupación que garantice, al menos, un puestito en alguna vecinal. Otros meteoritos, más cotidianos y rutinarios, arrojan algunos medios desde sus titulares, pero ya con nulo poder destructivo. Ni el presidente venezolano, Hugo Chávez, acepta cumplir los agoreros deseos de la derecha recalcitrante y destructiva. Una foto más colorida lo mostró con vigor, encaprichado en seguir con vida. Nada les sale bien porque son otros tiempos los que estamos viviendo. Los tiempos de la vida y no de la muerte que siempre prometen. Y vida para todos, por supuesto.
Sin que nadie le susurre al oído, el Jefe de Gobierno porteño se lanzó a hablar por su cuenta, fuera del márketing no-político en el que acostumbra moverse. Y cuando aparece crudo, se muestra bestial. De ser presidente, “eliminaría Fútbol para Todos, porque el fútbol se organizaba muy bien sin la intervención ni la manipulación del gobierno nacional”, declaró, sin pudor, Macri. Frase mentirosa que revela el núcleo de sus ideas, que se centran en el afán depredador propio de la clase a la que pertenece. Primero, las cosas no se organizan solas; segundo, no funcionaba muy bien en aquellos tiempos en que los únicos protagonistas de las pantallas eran los equipos capitalinos y alguno que otro más; tercero, la corrupción del juego era mayor porque significaba un negocio en el que unos pocos metían sus mugrientas manos; cuarto, lo que molesta es, justamente, la intervención del Estado que, para alguien como él, debe ser un esclavo al servicio de las angurrias privadas; quinto, si hay Fútbol para Todos, es porque todos lo merecen, tanto los millones que ahora lo disfrutan como los que se perdieron semejante negocio.
Con algo de memoria y bastante sinceridad, hay que reconocer que el fútbol televisado como el que existe hoy es prácticamente un invento de la TV por cable. En tiempos en que reinaba la televisión abierta, sólo algunos partidos trascendentes podían verse en la pantalla. Un lugar para la historia, nada más. Después, borraron la página que habían escrito con todos los codos a su alcance. La avaricia los cegó y privatizaron la pasión popular hasta el extremo de pisotear el derecho a la información. No se conformaron con exhibir los partidos para sus abonados y crearon canales codificados, al que volcaron todas las transmisiones. Peor aún, anularon toda posible competencia. Después, recodificaron algunos partidos. Y lo más grave: ningún canal podía mostrar los goles porque un programa del monopolio, que primero se podía ver en Canal 13, después pasó al cable y finalmente se codificó, había obtenido una exclusividad mal habida. Entonces, pocos hablaban de la libertad de expresión y del derecho a la información. Programas deportivos que sólo difundían el audio pero no la imagen, monigotes digitales o una absurda recreación de la jugada. Infame. Por eso merecen que el fútbol sea gratuito, como un acertado castigo a su egoísmo destructivo.
De cualquier modo, resulta saludable que estos personajes se muestren al desnudo, por más horroroso que parezca; que abandonen la hipocresía que en el pasado confundió a tantos ciudadanos; que declaren que les importa medio soberano pepino la felicidad de la mayoría; que confiesen su desinterés por los pobres, mientras puedan disfrutar hasta el asco del botín del que se apropian. De manera sorprendente, estos tiempos no admiten los discursos vacíos y las generalidades. Cada vez están más solos, con menos público al que representar. Y lo más auspicioso es que están encerrados en una lógica que ya no pueden camuflar.
En ese enredo se encuentran los integrantes de la Mesa de Enlace, emblema indiscutible de la oposición al Gobierno Nacional, que otrora logró convencer a muchos individuos con sus desconsolados llantos de doncella ultrajada. Y, aunque el escenario es diferente, continúan con la misma estrategia. En las sombras, evaden, acumulan, especulan, presionan, pero en público siguen apelando a la victimización para conquistar la voluntad de los desprevenidos. “Hay una persecución a los productores por parte de la AFIP que está yendo a los domicilios fiscales y los campos de los productores. Lo tomamos como una presión para amedrentar, atemorizar a los productores”, sostuvo Luis Etchevehere, titular de la Sociedad Rural. Que lo tomen como quieran, pero es lo que corresponde. Ya no debe haber lugar para actitudes mezquinas. Ni para las mentiras.
Estos cuatro jinetes de cualquier apocalipsis suelen expresar que “la situación del campo no da para más” y que “nunca estuvieron tan mal”. Sin embargo, ellos mismos presentaron un informe a fin de año en el que afirman que las inversiones en el campo se habían incrementado un 27 por ciento. A pesar de eso, en lo que va del año, sólo comercializaron un 30 por ciento de lo que tienen producido, con el claro objetivo de obtener mejores ganancias con una devaluación de la moneda. Porque ellos –que se sienten dueños del país- acumulan más cuando las cosas van mal. Pero también están cada vez más solos, abroquelados, arrinconados en la fiereza de su egoísmo.
Este año electoral promete mucho más que las amenazas de Macri y los lacrimógenos lamentos de los estancieros. Si el acuerdo de precios logra resultados favorables y deja al descubierto la despreciable trama especulativa en la cadena de comercialización, la inflación sólo será un mal recuerdo. Si el Poder Político logra que el Poder Judicial contribuya con el impuesto a los altos ingresos, dejarán sin excusas a los que pretenden reducir el tributo. Si la AFSCA consigue que el Monopolio se desarme, la igualdad ante la Ley se habrá anotado un nuevo tanto. Si el modelo K sigue generando ideas y concretando obras como lo ha estado haciendo hasta ahora, si la YPF con control estatal continúa creciendo y garantizando el suministro energético, si los puestos de trabajo registrado combaten al desempleo, si la economía local funciona como promete y muchos más ‘si’ que se quedan en el tintero, nada podrá alterar el recorrido de este colectivo. Y un condicional para el cierre: si los exponentes de la oposición insisten en sacrificar la política para recitar titulares, el Congreso Nacional tomará casi un único color: el de la victoria.

jueves, 14 de febrero de 2013

Propuestas fuera del tarro

     El rayo que acarició la cúpula de la Basílica de San Pedro pareció emitir la opinión del Supremo sobre la nueva situación de su Sucursal Terrena. Tal vez haya sido un truco digital y nos tragamos el efecto. Y bueno, muchos creen en Dios aunque, en realidad, hace muchísimo tiempo que no hace trucos. Si es que alguna vez los ha hecho. Quienes siguen intentando engañifas son algunos futuros fracasados de la escena política. Francisco de Narváez –adelantándose ilegalmente a la campaña electoral- pobló el recorrido de una autopista con enormes carteles que expresan la desesperación de alguien que no sabe qué proponer. Otros, en cambio, pretenden adornar sus listas electorales con estrellas de escaso brillo político pero abundante esplendor mediático. Eso sí, todos, absolutamente todos, basan su razón de ser en una rabiosa oposición al Gobierno Nacional, detrás de la agenda propuesta por los medios con agónica hegemonía. Así, a fuerza de nutrir titulares, abandonan cualquier principio para rapiñar algún poroto, único fin que persiguen.
El cartel de De Narváez es emblemático. En tres palabras encierra conceptos con hedor a naftalina. “Ella o vos” expresa toda una concepción de la vida política. Además de no contener una sola propuesta, contradice lo que gran parte de la oposición esgrime como motivo de sus estrepitosos fracasos. Según ellos, es el kirchnerismo el que genera la división entre los ciudadanos y los intima a estar de un lado o del otro. El adversativo –la construcción “a o b”- de El Colorado es eso, pero potenciado. Si el publicista autor del mensaje se hubiera esforzado más, habría sugerido un “Ellos o nosotros”. O, al menos, “Ella o nosotros” –como reza en la solicitada que se publicó en los diarios de mayor tirada- que expresaría mejor esa ficticia lectura de la realidad que hacen los agoreros. Con una falta de precisión absoluta, apta para caceroleros -prejuiciosos y desinformados, como todos- describe al país de Ella como el “de la inseguridad, la inflación, la corrupción, la prepotencia. Un país lleno de incertidumbres. Un país sometido a los caprichos de una Presidenta que pretende reformar la Constitución para perpetuarse en el poder y que gobierna según el humor con el que se despertó a la mañana".
Pero no, el anuncio está dirigido a un individuo absoluto que se opone a otro individuo absoluto. Dos ombligos en un enorme cartel, enfrentados, opuestos, inconciliables. Uno solo va a triunfar, aunque no se sepa para qué. Claro, la derecha no sabe nada de colectivos. La salvación está en el singular y no en el plural. Lo individual anula todo conjunto. Moraleja que evoca el lamentable eslogan “sálvese quien pueda”, de amplia repercusión en los noventa. Además, aunque pretenda exponerla en una soledad artificiosa, Ella representa a más de la mitad del electorado. El cartel de De Narváez no hace más que prometer en tres palabras un retroceso hacia un pasado de desigualdad y egoísmo. Y encima, un retroceso en ojotas.
Amenaza similar a la del PRO que, ante la falta de ideas y territorio, no atina más que a incrustar candidatos para encandilar a los incautos. Las ideas no importan, sólo los objetivos. O mejor dicho: El Objetivo. No conforme con deforestar la CABA, el Jefe de Gobierno porteño considera que el país tiene muchos árboles y pocas rejas y por eso  quiere ser presidente. Como en el terreno de las ideas los amarillos están derrotados, pretenden superar al kirchnerismo recolectando “figuras con popularidad a nivel nacional”, con la excusa de la “renovación”. Sin abusar de consabidos prejuicios, la mayoría de las incorporaciones proviene del ámbito deportivo con poca o nula participación política. “Es un buen ejemplo y un aliento para que otros ciudadanos se animen a incursionar en la política y le generen al país las mejores condiciones para el desarrollo y la felicidad de todos los argentinos”, justificó Mauricio Macri sus des-politizados planes.
Y no es un capricho del Autor de Estos Apuntes ni oposición a la participación ciudadana, sino todo lo contrario. Porque la política es una construcción que empieza desde abajo, no desde arriba. El candidato debe conquistar voluntades a partir de sus propuestas, no de su fama. Una obviedad: un buen deportista no necesariamente será un buen representante. La popularidad no garantiza gobernabilidad. El susto de los santafesinos en 2011, cuando Miguel Del Sel fue gobernador durante cinco minutos, no debería quedar en el olvido. Para Emilio Monzó, ministro de Gobierno porteño, además de la popularidad, “la segunda condición es la credibilidad, si a esa figura le creen o no le creen en la sociedad. Después siguen otros valores”. Popularidad y credibilidad. Eso es todo lo que tienen para ofrecer. Popularidad vertical que no es otra cosa que la fama en su sentido más superficial. Y credibilidad en la nada, porque nada dicen de sus creencias. Después siguen otros valores que no se especifican por menos importantes o por inexistentes. Con esta expresión berreta de la construcción política, el PRO deja al descubierto su debilidad, que no ha podido salir de la CABA, su única fortaleza.
Otros exponentes de la política vernácula, con mayor trayectoria personal y partidaria, no dudan en abandonar toda representación con tal de seguir la comparsa de los titulares. Quien llegó al extremo de ridiculez y sometimiento a las manipulaciones mediáticas fue el senador radical Ernesto Sanz quien, en la reunión de la Comisión de Relaciones Exteriores, tomó como ciertas las mentiras que tanto Clarín como La Nación habían publicado en sus tapas. El martes por la tarde, el vocero del canciller iraní, Ramón Mhmanparast, anunció que su país no permitirá que el ministro de Defensa, Ahmad Vahidi, sea interrogado por la Justicia argentina. En menos de una hora, el Canciller Alí Akbar Salehi salió a desmentir a su vocero y confirmó que la República de Irán respetaría todos los puntos del acuerdo.
A pesar de que este cruce de funcionarios ocurrió cerca de las seis de la tarde, el ex Gran Diario Argentino y el Gallinero de Doctrina destacaron en su tapa la versión del vocero y no la desmentida del canciller. Una mentira más, enorme y dañina, mal intencionada y perversa. Libertad de expresión entendida como un “hacemos lo que nos da la gana y nos defecamos en todo con tal de destronar a la yegua”. Y el senador Sanz, dócil a las órdenes de los poderes fácticos y no al mandato de quienes lo eligieron como representante, se hizo eco de la mentira y la esgrimió como argumento para oponerse a la firma del tratado con Irán para interrogar a los cinco sospechados por el atentado a la AMIA. Cuando el canciller argentino Héctor Timerman le respondió, el desconcierto desbordó su rostro, pero la vergüenza ni se asomó. Ni pensar en una tímida disculpa. “Yo no lo leí”, murmuró de manera casi inaudible. Claro, si sólo lee la basura que le ponen adelante. Tanto que claman por el respeto a las instituciones republicanas, deberían pedir la renuncia del Senador por su irresponsabilidad.    
Si dificulta nuestro avance la presencia de individuos caceroleros que se creen ciudadanos, sus impresentables representantes no son piedras sino misiles en el camino. Y no porque piensen distinto, argumento absurdo que pulula por doquier entre los que no saben qué decir, sino porque no piensan en la construcción de un país. Sólo contribuyen a la destrucción de éste que estamos construyendo.

martes, 12 de febrero de 2013

Las frivolidades de los monstruos

   Los pobladores de la CABA ya no saben cómo sobrevivir al depredador que han votado. Una infausta experiencia que no desean ni para sus mejores enemigos. Encima, indiferentes a solucionar los baches de gestión en la recolección de residuos, las inundaciones, las idas y vueltas con el subte o la deforestación de la 9 de julio, las tropas amarillas intentan hacer pie en uno de sus espacios favoritos: los medios de comunicación. Y no en cualquier medio ni en cualquier programa, sino en Showmatch, el agotador y reiterativo ciclo que se emite por el canal abierto usurpado por el Monopolio. Pero, mientras algunos exponentes mantienen una visión de las cosas cercana a la cínica superficialidad noventosa, otros hechos más trágicos y trascendentes ocurren en el Mundo Real. Sus aliados tácitos en las organizaciones judías aprovechan una tragedia para hacer anti-cristinismo y preparan una marcha para oponerse al tratado con Irán. Y el genocida Alfredo Astiz presentó casi una campaña electoral a favor del PRO en las declaraciones vomitadas en el nuevo juicio que se le está realizando por delitos de Lesa Humanidad. Y otras cosas, como un homicidio que sabe a mafia o las especulaciones de los exportadores sojeros. Muchos puntos a los que hay que prestar atención en serio, en lugar de hacer morisquetas ante una cámara para obtener votos de incautos y desinformados individuos.
Una convocatoria a actores y estudiantes de teatro a los que “les guste realizar imitaciones” para un nuevo ciclo de la “Casa del Gran Cuñado” resultó tentador para el Jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que aspira a ocupar una banca en el Senado. “A raíz de tu convocatoria, Marcelo, muchos me piden que me postule para el Bailando, ¿empiezo clases de baile?”, escribió con simpatía el tan poco simpático funcionario. “Por favor Horacio anda preparándote. Sos el primer anotado”, respondió el animador mediático. A pesar de que algunos analistas políticos coinciden al afirmar que ese tipo de apariciones no logra sumar muchos votos, la estupidez de alica alicate aparece como un prometedor bálsamo para los desorientados de la política. Y también puede ser que muchos espectadores sientan, al ver semejante engendro, que están consumiendo humor político de primer nivel.
Pero esto es lo obvio que se puede considerar del episodio. Lo otro tiene un alcance un poco más federal. El programa en cuestión tiene llegada a todo el territorio nacional, pero es probable que la mayoría de los candidatos elegidos para la parodia provengan de la CABA o de provincia de Buenos Aires, como ha ocurrido en anteriores emisiones. Tal vez incluyan a Hermes Binner, porque no es muy difícil caricaturizar a alguien que, en esencia, es una caricatura de sí mismo. Como siempre, la mirada capitalina se impone como representación de la totalidad del país. No es el único programa que hace eso ni tampoco es el único cuestionamiento que puede hacerse. Pero todavía falta mucho tiempo para que se desate el bullicio de ese extemporáneo programejo.
Lo que no obtuvo una repulsa contundente fueron las declaraciones del ya condenado Alfredo Astiz. Como un “experto” del respeto a las instituciones, denunció que los jueces, desde la Corte Suprema para abajo, “ejercen la obediencia debida al Poder Ejecutivo”, apelando a un juego de palabras de dudoso gusto. Aunque este siniestro personaje ya está condenado, está siendo enjuiciado –en lo que él llama “linchamiento”- junto a 67 acusados más por los llamados vuelos de la muerte para determinar la responsabilidad en 789 crímenes de Lesa Humanidad. Como apóstol de la Justicia, el asesino consideró que hoy se vive un “terrorismo judicial” pergeñado por Néstor Kirchner, que –según él, por supuesto- ejerció “un golpe de Estado contra la Corte, reemplazándola por una de facto”.
Resignado a su destino carcelario a perpetuidad, desnuda la oscuridad de su pensamiento al calificar a los organismos de DDHH como “grupos de persecución, venganza y rapiña”, sin tener en cuenta que muchos de sus integrantes –víctimas de ese accionar atroz- estaban presentes en la sala. En medio de esa escalofriante proclama, Astiz acusó de “corrupto” al juez federal Norberto Oyarbide porque “benefició sin disimulo al kirchnerismo” y procesó al “opositor” Mauricio Macri. Tal vez como muestra de gratitud ante este enorme espaldarazo, los exponentes de la no-política guardaron un prudente silencio, entre otras cosas. De no estar entre rejas, seguramente lo convocarían para integrar las listas para las legislativas.
A pesar de los aullidos de estas fieras y la admiración que despierta en muchos de los que ostentan mutis, la condena a las monstruosidades del pasado no es un simulacro, sino una indiscutible realidad. Crímenes cometidos para preservar y acrecentar intereses. Crímenes que se siguen cometiendo en algunas regiones del país. El caso de Juan Santillán –miembro de la comunidad indígena Vilela en Santiago del Estero- no terminó en muerte, pero se aproximó bastante. Un empresario y sus guardianes armados hacen lo imposible para incorporar a su patrimonio tierras de pueblos originarios, ante la indiferencia y hasta la complicidad de las fuerzas de seguridad. Santillán fue golpeado y trasladado a un solitario campo donde simularon fusilarlo con una escopeta. Después, el angurriento mafioso le dijo: “andate, pero no vuelvas más. Si no, voy a matar a tus once hijos, uno a uno, como ratas”.
El Movimiento de Campesinos de Santiago del Estero, Mocase, emitió un comunicado en el que afirma que “Esta comunidad viene resistiendo y haciendo defensa pacífica del territorio ancestral que innumerables empresarios han pretendido usurpar desde el 2005. La violencia empresarial y policial aumentó con tal de amedrentar y desarticular el territorio”. Según un plano del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, la comunidad Vilela de Tres Leones ocupa unas 24684 hectáreas con zonas de pastoreo, caza y recolección. “Estas personas ya ocuparon un lugar hace más de un año, a punta de pistola, y montaron una casilla –explicó Cariló Olaiz, miembro del Mocase- La jueza Falco ordenó el desalojo y dictó una medida de no innovar que venció en noviembre pasado. Y un mes después volvieron”. El mismo desprecio por la vida del otro con la ambición como única brújula.
Nada les importa tanto como acrecentar su fortuna, a costa de lo que sea. Matar, evadir, especular. El mundo mirado desde su billetera a través del ombligo. Durante las primeras cinco semanas de este año se puede apreciar un derrumbe de las liquidaciones de divisas de los Industriales de oleaginosas y exportadoras de cereales. Hasta ahora, sólo se liquidaron 1349 millones de dólares, 600 millones menos que el mismo período del año pasado. Como la ganancia sobre volumen es mayor, acopian a la espera de una cotización más favorable. Además de esta actitud especulativa, también hay sospechas de subfacturación, por lo que la AFIP tendrá que arremangarse para inspeccionar las carpetas de esta buena gente. Además, al liquidar menos divisas, disminuye la recaudación del Estado y esto puede ser una nueva estrategia para agitar el ambiente y doblegar al Gobierno Nacional. El investigador en comercio de granos de la UBA, José Pierri, asegura que "en estos meses distintas decisiones de la AFIP desnudaron comportamientos ilegales o incumplimientos de los principales operadores en ese mercado”.
No conformes con evadir y especular, cuando ocurre algún fenómeno climático tímidamente adverso, despliegan cíclicos lamentos para suplicar ayudas económicas de un Estado al que siempre intentan mezquinar sus cuantiosas ganancias. Estas respetables personas no pueden vivir sin controles porque se descontrolan y en el descontrol, perdemos todos. Por eso, se hace necesario crear un organismo único para concretar las exportaciones, como era la Junta Nacional de Granos. Una actividad comercial tan importante como los frutos de nuestra tierra no puede estar en manos de angurrientos especuladores. Reconstruir lo que otros destruyeron va a fortalecer este camino de transformación que estamos transitando. En beneficio de todos, claro está y no de unos pocos.

viernes, 8 de febrero de 2013

Los marines criollos



Agitar fantasmas o invocar catástrofes. O todo junto. Rodrigazo, hiperinflación, desabastecimiento o devaluación. Aunque sea una invasión de los marines chilenos. Algo que brinde una esperanza para la derecha acosada por la desorientación. Porque cuando se dispara contra todo no se apunta a nada. Cuando no se tiene en claro desde dónde hablan los exponentes de la oposición, no se sabe a dónde quieren llegar. Ni siquiera intentan articular una agenda que se distancie un milímetro de lo que proponen las tapas de los medios hegemónicos, lo que significa en realidad, servir de escudo al Poder Fáctico. Cabe aclarar que tienen derecho a estar de parte de los poderosos, pero que no digan que quieren representar a las mayorías cuando están haciendo todo lo contrario. Lo importante es estar en contra de este camino sin reconocer ningún mérito al único gobierno que ha logrado una insólita estabilidad de casi diez años. Y lo peor, sin decir cuál es la manera en que ellos harían mejor las cosas. Malvinas, AMIA, inflación son algunos de los temas que en estos días inspiraron sus diatribas. Como siempre, sin sustento pero con mucho enojo.
Tanto enojo que las tropas amarillas están pensando en importar a los marines chilenos para engrosar sus desnutridas listas electorales. Eso sí, con la exigencia de que modifiquen la letra de las arengas para que la agresividad y el odio estén dirigidos a los funcionarios K y sobre todo, a La Presidenta y el crispado clima que genera. Per sé, el entrenamiento de los marines –visto muchas veces en películas norteamericanas- suena por demás de ridículo. La fotocopia trasandina le agrega, además del burlesco, una sumisión al imperialismo que resulta extemporánea. Eso sin tener en cuenta el contenido, que supera lo espeluznante. En Mendoza se dio un caso similar con efectivos argentinos, aunque con sugestivos mensajes de hondo contenido sexual. Estas escenas atrasan mucho, sobre todo en el contexto de integración regional que se está intentando en el subcontinente. Y de tal potencia, que los otrora imperialistas y modelos republicanos se trasladaron a Santiago de Chile para suplicar ayuda de los ingeniosos sudacas.
En los últimos tiempos, América Latina está dejando de ser la teta y retrete del Primer Mundo para convertirse en un nuevo foco de poder político y económico. Otra mirada se dirige desde el Norte decadente. Mientras los agoreros locales se lamentan por el aislamiento de nuestro país, el gobierno de Barack Obama presentó un documento en apoyo de la posición argentina frente a los buitres en el Tribunal de Segunda Instancia. No sólo eso: el Fiscal General de Estados Unidos demandó por 5 mil millones de dólares a la calificadora de riesgo Standard & Poor’s, algo que muchas veces reclamó CFK en sus intervenciones internacionales. Lejos de plantear una relación docente-alumno como en otros tiempos pero a la inversa, sí se puede pensar en una sintonía diferente entre Sur y Norte respecto a los capitales especulativos. Aunque la Primera Mandataria –vía twitter- celebró esta novedad, destacó que "la inhabilitación para actuar como calificadoras debería ser la verdadera y más efectiva sanción" por haber dejado en la ruina a millones de ciudadanos estadounidenses y europeos.
El Sur que se está fortaleciendo además, ha permitido que las demandas para que Gran Bretaña se siente a dialogar por la soberanía sobre las Islas Malvinas están contagiando a más naciones. Un documento elaborado por 42 intelectuales de 18 países europeos reunidos en Londres reclama al Imperio que acepte las resoluciones de la ONU y abandone su posición colonialista. “Los abajo firmantes deseamos hacer un llamado al gobierno del Reino Unido para reanudar el diálogo con la Argentina –comienza el texto- Estos dos países democráticos tienen una larga tradición de amistad y mutua cooperación y este año coinciden como miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Creemos que sólo por medio del diálogo podrán demostrar al mundo su vocación por la paz y el respeto por el derecho internacional”.
Y concluye con mayor contundencia: “el llamado al diálogo es apoyado por toda la comunidad internacional y, en particular, por América latina, que se opone a lo que considera la persistencia de un enclave colonial en la región. América latina es una zona de paz y la escalada militar británica es motivo de preocupación en todos los países de la región”. Semejante apoyo desató el entusiasmo del canciller Héctor Timerman: “cuando el Reino Unido empiece a aceptar las resoluciones de la ONU y no se comporte como una potencia colonial, el conflicto se resuelve fácilmente, quizás en menos de 20 años”. Por supuesto, estos avances no inspiraron una mínima palabra por parte de los iluminados opositores.
En cambio, el memorándum que La Presidenta presentó al Senado sobre la indagación a los sospechados iraníes por el atentado a la AMIA despertó airadas críticas por parte de los que nada hicieron cuando estuvieron a cargo. En cadena nacional, Cristina emitió un mensaje mesurado desde su despacho para resaltar el carácter institucional, en el que sintetizó con videos y palabras los diferentes reclamos que tanto Néstor Kirchner como Ella realizaron en la ONU. El objetivo del acuerdo firmado con el Gobierno iraní es el “debido y legal proceso de los acusados” y de ninguna manera la Justicia argentina será obstruida ni “renunciará a su soberanía”. “Muchos creyeron que no lo íbamos a poder lograr –destacó CFK- Hemos logrado esto, que constituye destrabar la causa y comenzar un camino que lleve a la verdad”.
Lo más interesante de la resolución de este conflicto es la búsqueda de apoyo de todas las fuerzas políticas para que sea, más que una decisión presidencial, una política de Estado. “Tomar una decisión de esta naturaleza excede a mi criterio de las facultades de una Presidenta –finalizó- Por eso quise que este memorándum tuviera el nivel de tratado y fuera remitido para su aceptación o no al Parlamento argentino. Es obligación para todos los que tienen representación emitir su opinión. Este memorándum es un paso adelante para destrabar una causa que está paralizada o, lo que es peor, ha ido para atrás. La última palabra, como siempre, la tendrá el Parlamento argentino”.
“Ahora entregan también los Derechos Humanos de las víctimas y de la sociedad argentina –se exaltó la diputada del PRO, Laura Alonso- Prefiero creer que la presidenta no comprende la gravedad del acuerdo. De no ser así, su cinismo roza la traición a la patria”. El senador radical Ernesto Sanz anticipó que su partido va a rechazar el acuerdo y consideró que “fue una cadena nacional para decirnos que abandonamos el camino de la justicia y abordamos el del acuerdo entre gobiernos. Lamentable". Y Guillermo Borguer, dirigente de la AMIA, vaticinó –tal vez ya mareado ante tantos zigzagueos- que el memorándum puede provocar un tercer atentado. Eso sí es lamentable.
Un poco menos que la reacción de los medios con hegemonía en decadencia ante el congelamiento de precios acordado entre Guillermo Moreno y distintos sectores de la comercialización minorista. De alguna manera concluyeron que estas medidas para frenar la inflación afectan la libertad de expresión porque las cadenas de supermercado no publicarán sus ofertas por inexistentes. Por supuesto, nada de esto va a pasar. Tampoco habrá desabastecimiento ni autodeterminación; el asteroide no chocará contra la Tierra ni hay tsunamis programados en esta zona para destronar a Cristina. No será un gobierno perfecto, pero es bastante eficiente, algo que muchos no pueden ostentar en su carpeta de antecedentes. 

Un viernes negro

  La fortuna nos dio una chance. El disparo no salió, pero podría haber salido . El feriado del viernes es un casi duelo. La ingrata sorpres...