Agitar fantasmas o invocar catástrofes. O todo junto.
Rodrigazo, hiperinflación, desabastecimiento o devaluación. Aunque sea una
invasión de los marines chilenos. Algo que brinde una esperanza para la derecha
acosada por la desorientación. Porque cuando se dispara contra todo no se
apunta a nada. Cuando no se tiene en
claro desde dónde hablan los exponentes de la oposición, no se sabe a dónde
quieren llegar. Ni siquiera intentan articular una agenda que se distancie
un milímetro de lo que proponen las tapas de los medios hegemónicos, lo que significa en realidad, servir de
escudo al Poder Fáctico. Cabe aclarar que tienen derecho a estar de parte
de los poderosos, pero que no digan que quieren representar a las mayorías
cuando están haciendo todo lo contrario. Lo importante es estar en contra de
este camino sin reconocer ningún mérito al único gobierno que ha logrado una
insólita estabilidad de casi diez años. Y
lo peor, sin decir cuál es la manera en que ellos harían mejor las cosas. Malvinas,
AMIA, inflación son algunos de los temas que en estos días inspiraron sus
diatribas. Como siempre, sin sustento
pero con mucho enojo.
Tanto enojo que las tropas amarillas están pensando en
importar a los marines chilenos para engrosar sus desnutridas listas
electorales. Eso sí, con la exigencia de que modifiquen la letra de las arengas
para que la agresividad y el odio estén
dirigidos a los funcionarios K y sobre todo, a La Presidenta y el crispado
clima que genera. Per sé, el entrenamiento de los marines –visto muchas
veces en películas norteamericanas- suena por demás de ridículo. La fotocopia trasandina le agrega, además
del burlesco, una sumisión al imperialismo que resulta extemporánea. Eso sin
tener en cuenta el contenido, que supera lo espeluznante. En Mendoza se dio un
caso similar con efectivos argentinos, aunque con sugestivos mensajes de hondo
contenido sexual. Estas escenas atrasan
mucho, sobre todo en el contexto de
integración regional que se está intentando en el subcontinente. Y de tal
potencia, que los otrora imperialistas y modelos republicanos se trasladaron a
Santiago de Chile para suplicar ayuda de los ingeniosos sudacas.
En los últimos tiempos, América Latina está dejando de ser la
teta y retrete del Primer Mundo para convertirse en un nuevo foco de poder político y económico. Otra
mirada se dirige desde el Norte decadente. Mientras los agoreros locales se
lamentan por el aislamiento de nuestro país, el gobierno de Barack Obama presentó
un documento en apoyo de la posición
argentina frente a los buitres en el Tribunal de Segunda Instancia. No sólo
eso: el Fiscal General de Estados Unidos demandó por 5 mil millones de dólares
a la calificadora de riesgo Standard & Poor’s, algo que muchas veces reclamó CFK en sus intervenciones internacionales.
Lejos de plantear una relación docente-alumno como en otros tiempos pero a la
inversa, sí se puede pensar en una sintonía diferente entre Sur y Norte
respecto a los capitales especulativos. Aunque la Primera Mandataria –vía twitter-
celebró esta novedad, destacó que "la inhabilitación para actuar como
calificadoras debería ser la verdadera y más efectiva sanción" por haber dejado en la ruina a millones
de ciudadanos estadounidenses y europeos.
El Sur que se está fortaleciendo además, ha permitido que las
demandas para que Gran Bretaña se siente a dialogar por la soberanía sobre las
Islas Malvinas están contagiando a más naciones. Un documento elaborado por 42 intelectuales de 18 países europeos
reunidos en Londres reclama al Imperio que acepte las resoluciones de la ONU y
abandone su posición colonialista. “Los
abajo firmantes deseamos hacer un llamado al gobierno del Reino Unido para
reanudar el diálogo con la Argentina –comienza el texto- Estos dos países democráticos tienen una
larga tradición de amistad y mutua cooperación y este año coinciden como miembros del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas. Creemos que sólo por medio del diálogo podrán demostrar al
mundo su vocación por la paz y el respeto por el derecho internacional”.
Y concluye con mayor contundencia: “el llamado al diálogo es apoyado por toda la comunidad internacional
y, en particular, por América latina, que
se opone a lo que considera la persistencia de un enclave colonial en la región.
América latina es una zona de paz y la escalada militar británica es motivo de
preocupación en todos los países de la región”. Semejante apoyo desató el
entusiasmo del canciller Héctor Timerman: “cuando
el Reino Unido empiece a aceptar las resoluciones de la ONU y no se comporte
como una potencia colonial, el conflicto
se resuelve fácilmente, quizás en menos de 20 años”. Por supuesto,
estos avances no inspiraron una mínima palabra por parte de los iluminados
opositores.
En cambio, el memorándum que La Presidenta presentó al Senado
sobre la indagación a los sospechados iraníes por el atentado a la AMIA despertó airadas críticas por parte de los
que nada hicieron cuando estuvieron a cargo. En cadena nacional, Cristina
emitió un mensaje mesurado desde su despacho para resaltar el carácter
institucional, en el que sintetizó con videos y palabras los diferentes
reclamos que tanto Néstor Kirchner como Ella realizaron en la ONU. El objetivo
del acuerdo firmado con el Gobierno iraní es el “debido y legal proceso de los acusados” y de ninguna manera la Justicia argentina será obstruida ni “renunciará a su soberanía”. “Muchos creyeron que no lo íbamos a poder
lograr –destacó CFK- Hemos logrado
esto, que constituye destrabar la causa y comenzar un camino que lleve a la
verdad”.
Lo más interesante de la resolución de este conflicto es la búsqueda de apoyo de todas las fuerzas
políticas para que sea, más que una decisión presidencial, una política de
Estado. “Tomar una decisión de esta
naturaleza excede a mi criterio de las facultades de una Presidenta –finalizó-
Por eso quise que este memorándum tuviera el nivel de tratado y fuera
remitido para su aceptación o no al Parlamento argentino. Es obligación
para todos los que tienen representación emitir su opinión. Este memorándum es
un paso adelante para destrabar una causa que está paralizada o, lo que es peor, ha ido para atrás. La
última palabra, como siempre, la tendrá el Parlamento argentino”.
“Ahora entregan también
los Derechos Humanos de las víctimas y de la sociedad argentina –se exaltó la diputada del PRO, Laura
Alonso- Prefiero creer que la presidenta
no comprende la gravedad del acuerdo. De no ser así, su cinismo roza la traición a la patria”. El senador radical
Ernesto Sanz anticipó que su partido va a rechazar el acuerdo y consideró que “fue una cadena nacional para decirnos que abandonamos el camino de la justicia y
abordamos el del acuerdo entre gobiernos. Lamentable". Y Guillermo
Borguer, dirigente de la AMIA, vaticinó –tal vez ya mareado ante tantos
zigzagueos- que el memorándum puede
provocar un tercer atentado. Eso sí es lamentable.
Un poco menos que la
reacción de los medios con hegemonía en decadencia ante el congelamiento de
precios acordado entre Guillermo Moreno y distintos sectores de la
comercialización minorista. De alguna manera concluyeron que estas medidas para frenar la inflación
afectan la libertad de expresión porque las cadenas de supermercado no
publicarán sus ofertas por inexistentes. Por supuesto, nada de esto va a
pasar. Tampoco habrá desabastecimiento ni autodeterminación; el asteroide no
chocará contra la Tierra ni hay tsunamis programados en esta zona para
destronar a Cristina. No será un gobierno
perfecto, pero es bastante eficiente, algo que muchos no pueden ostentar en su
carpeta de antecedentes.
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