Mientras
el Gran Equipo de Macri prepara el terreno para las inversiones golondrina, sólo
llueven los elogios que el establishment
financiero destina al sometimiento a los buitres. Lejos de avergonzarse por
los piropos de Paul Singer, los gerentes
de La Rosada articulan los mecanismos para profundizar la desigualdad. A
pocas horas de la primera gran movilización de todas las centrales obreras, el
oficialismo confía en que la enloquecedora
parafernalia mediática distraiga al público cautivo de los problemas reales.
La súper producción allanadora del
fiscal Guillermo Marijuán en Santa Cruz, el entramado procesador de jueces
cómplices y el denuncismo compulsivo que no cesa sólo producen la histeria de unos cuantos personajes en canchas de fútbol y
vuelos internacionales. Las pantallas son funcionales al verso de la pesada herencia y tratan de ocultar,
como pueden, los estropicios amarillos que, más temprano que tarde, nos conducirán al abismo que experimentamos
tantas veces.
Como
un arqueólogo apasionado, el fiscal Marijuán escarba las tierras de Lázaro Báez
en busca del eslabón que confirme la hipótesis de la Ruta del dinero K, una
telenovela que ya no tiene a ningún K como protagonista. Bóvedas de cartón
prensado y valijas voladoras, a montones. Quizá de esos cráteres gigantescos
producidos por topos desenfrenados, en lugar de divisas que comprueben el
lavado, aparezcan los restos de algún
dinosaurio, tan abundantes en esos lares. Más allá del fracaso judicial de
esta movida, nadie pondrá en duda el
éxito de taquilla que han conseguido con la transmisión televisiva por la
Cadena Nacional de los prejuicios.
Hasta
ahora, las acusaciones hacia la gestión
anterior surcan el éter como flechas desorientadas. Alguno de los cuantiosos
disparos dará en el blanco. Mientras tanto, resulta efectivo enceguecer a la población con un denso humo
mediático. Si no es la corrupción, será la lluvia, el frío o las técnicas
para sobrellevar esta crisis inducida con el mejor humor posible lo que
entretendrá al televidente. Cualquier
recurso es bienvenido para ocultar los desastres que se están pergeñando.
Ellos –tanto los que gobiernan como sus
apologistas- se han instalado en un pedestal de honestidad en el que intentan esconder toda la podredumbre que
aflora día a día. Sociedades off shore, complicidad con el narcotráfico,
tarifazos increíbles, despidos injustificados y masivos, sumisión al Imperio y
mentiras pueriles envueltas en un
paquete que llaman ‘sinceramiento’. El combo incluye la condena
internacional a la protección mediática al empresidente y un pedido de captura
de Interpol a uno de los intendentes amarillos. Tanto impacto produce el cambio que casi no podemos asimilarlo y, menos
aún, apreciarlo.
El entramado de mentiras
Aunque
los escándalos de estos meses están bien maquillados, no cuesta demasiado descubrir
su horror. Ni siquiera tienen sutileza
para las justificaciones. Sobre lo que no pueden explicar, guardan un
silencio casi infantil. Y son tan obvios que hasta una mascota puede
desentrañar sus tretas. De tan bestiales, nos dejan anonadados. En
poco más de 120 días han batido muchos récords e hicieron cosas que ningún gobierno había hecho desde el
retorno a la democracia. Sin embargo, algunos de los votantes estafados
miran a otro lado antes de admitir cuán
ingenuos han sido.
Hasta se dan
el lujo de tener una presa política, tema
del que el oficialismo nacional ni habla, con la excusa de que es un
conflicto provincial. La venganza de Gerardo Morales comenzó en el lejano enero
cuando una protesta social fue la excusa
perfecta para encarcelar a Milagro Sala, con acusaciones confusas y no
demostradas. El sistema judicial de Jujuy ha abandonado toda pretensión de
Justicia y se ha sumado a un secuestro
cuasi mafioso. Tan mafioso que hasta amenazan a testigos para que
modifiquen sus declaraciones. La diputada Mabel Balconte sorprendió el fin de
semana con un giro rotundo en su postura: de
llorar por el encarcelamiento de Milagro Sala pasó a acusarla por enviar
valijas con dinero a Máximo Kirchner. Su secretario legislativo, Santiago
Hamud, denunció que fue amenazada por el
gobernador Morales con sacarle “los
fueros y meter presos a sus dos hijos si no decía lo que ellos querían”. Y
mientras buscan fundamentar sus prejuicios para procesar a la líder de la Tupac
Amaru, han pasado más de cien días desde
que comenzó este atropello a la Constitución.
Mientras
esto ocurre en el Norte del país, desde
la centralidad porteña los Gerentes PRO siguen planeando el desastre. Para
la mayoría, no para la minoría. “Pertenecer,
tiene sus privilegios”. Ya lo dijo el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, en la
Cámara de Diputados: vienen a “proteger a los que más tienen”. Un fallido que va en sintonía con las
pretensiones del establishment. En el
Congreso avanza la ley Anti-despidos y en el despacho del empresidente Macri ya está preparado el veto. No es para menos:
las principales cámaras empresarias ya se expresaron en contra de esta
iniciativa parlamentaria de declarar la emergencia
laboral. Por supuesto, prefieren la contrapropuesta de Macri: el plan
Primer Empleo es el sueño dorado porque abarata
el salario y precariza al trabajador, además de desfinanciar a la ANSES.
Nunca
hay que olvidar que todas las
iniciativas amarillas están teñidas por la mentira, tanto en el origen como en
la finalidad. El default, el aislamiento del mundo, la división entre los
argentinos, el estancamiento económico, la pluralidad de voces y muchas otras falacias se convierten en
diagnóstico para diseñar un futuro nefasto. El tema del empleo no está
exento de esa premisa. Como si siguiera en campaña, Marcos Peña falseó toda
realidad ante los diputados: “no estamos
frente a un registro de despidos en el sector privado mayor o distinto al que hemos vivido en los últimos cinco años”. Sin
embargo, los datos oficiales lo desmienten.
El
Sistema Integrado Previsional Argentino, SIPA, indica que se creó empleo formal de manera ininterrumpida desde 2011. En
noviembre de ese año había 7.642.985 trabajadores en el sector público y
privado y cuatro años después, 8.083.814. Las medidas contra cíclicas tomadas
por CFK y su gabinete lograron
incrementar en 440.829 la cantidad de empleos registrados. En cambio, desde la asunción de Macri y su Gran Equipo
se han producido 141.542 despidos. Y después hablan de Pobreza Cero,
trabajo de calidad, desarrollo y demás propuestas marketineras. El cinismo es la impronta y profundizar la
desigualdad, el horizonte. Que Macri diga “hemos tomado decisiones difíciles, muchas de las cuales me han dolido; estamos haciendo lo correcto en
esta etapa de sinceramiento” es una
muestra más de su hipocresía. Sin dudas, están gobernando para enriquecer a
los más ricos. Sólo falta que muchos de los estafados con los bailes y los
globitos adviertan la falsedad evidente
de la pandilla que ha copado La Rosada. Los demás ya nos hemos dado cuenta
y estamos dispuestos a recuperar nuestro
país.