El accionar
discursivo del Gobierno Amarillo es enloquecedor. Aunque la superficialidad, incoherencia y cinismo
de los funcionarios parezcan improvisados -como
si fueran producto de la torpeza- en realidad, cada palabra está muy
calculada. Si después de recorrer las zonas inundadas del Litoral, Macri dice "siempre le pido a Dios que me ilumine
para poder llegar a los argentinos”, no es –como parece- porque un brote místico aniquiló su espíritu empresarial.
Esta frase está diseñada para desconcertar; incluye valores religiosos y
patrióticos para conmover a los espíritus
piadosos; hasta parece el clamor de
un mártir para salvar a su pueblo en una tragedia clásica. Sin embargo,
revela, al menos, dos puntos inquietantes: cualquier mortal suplica a la
divinidad cuando está desesperado, lo
que sugiere que no sabe cómo gobernarnos; si tiene que apelar a Dios para llegar a los argentinos es porque él no
se siente tal. Y un premio extra de esa frase: como presidente, no necesita
llegar a los argentinos como si fuera un músico o un actor sino
conducirnos hacia un país del que todos podamos gozar.
Pero eso está cada vez más
lejos. No porque los hados nos sean adversos, como parecen sugerir, sino porque
las medidas tomadas por el Gran Equipo
no están pensadas para brindarnos goce alguno. Esto no es producto de
ningún análisis caprichoso por parte del Autor de Estos Apuntes. Ellos mismos admiten que sus decisiones
afectan la vida de muchos ciudadanos. No sólo los integrantes del Staff
Amarillo sino los que los felicitan,
como el titular del Comité Financiero del FMI, Agustín Carstens, que aseguró
que “las nuevas autoridades económicas de
Argentina iniciaron un proceso para poner la casa en orden pero, en el corto plazo, algunas medidas serán
difíciles de digerir”. “Vamos muy bien” aseguró el Presidente Off Shore en estos días, después de
confesar que le duelen algunas de sus
medidas. “Estamos mal, pero vamos bien”, rezaba
Menem. “Me duele más a mí que a vos”, dice
un golpeador crónico, “pero después me lo
vas a agradecer”. El discurso PRO
nos vende el paraíso con cuotas infernales.
Encima, no se ponen de acuerdo
en la cantidad. Mientras algunos hablan del segundo semestre de este año, otros
–como Gabriela Michetti- estiran el padecimiento a varios años. Lo seguro es que no vamos a crecer, de
acuerdo al pronóstico del ministro de Economía, Alfonso Prat Gay, que aseguró
un “crecimiento igual a cero” para
2016. Hay que ser un experto en destrucción para pasar de más de 2 puntos de
crecimiento, como fue el del año pasado, a cero. ¿De dónde sacan que vamos
por el buen camino? Además, son contradictorios con el diagnóstico. Mientras
puertas adentro se excusan con la pesada
herencia, en los documentos
difundidos para atraer inversiones extranjeras ponderan lo recibido como si
fuera un tesoro. Aunque muchos no puedan creerlo, “Argentina:
Land of opportunities”, además de
destacar la alta tasa de alfabetización, formación universitaria y el nivel más
bajo de desigualdad de la región, también
califica como robusta su economía,
sólidas sus instituciones y desarrollada su infraestructura. Un país que
está a una distancia enorme del descripto por Macri cuando inauguró las sesiones
ordinarias del Congreso y que recita a cada rato. Tan opuestos que sólo uno debe ser real. ¿A quién mentirá Macri? ¿A
los ciudadanos o a los inversores?
No se la esperaban
No es lo mismo mentir
que pensar distinto. Si Ellos creen
que el país recibido es una pesada
herencia, que lo sigan creyendo y
continúen con sus estragos. Si Ellos opinan que la mejor manera de combatir
la pobreza es enriqueciendo a los más ricos, que sigan adelante con la brutal transferencia de recursos que han
hecho hasta ahora. Si Ellos consideran que la mejor manera de combatir la
inflación es aumentando todo, que sigan
experimentando con esa receta. Si Ellos piensan que crear recesión es el
mejor camino para el desarrollo, que
avancen con nuestro retroceso. Pero que abandonen el doble discurso y dejen
de lamentarse ante cada medida que toman. Y sobre todo que se abstengan de apelar a la inevitabilidad de lo que hacen. Entre
muchos caminos posibles, Ellos tomaron por éste guiados por su ideología y no por una experticia infalible.
Además de
mentirosos, son enredados, imprecisos, como
si estuvieran practicando una lengua apenas conocida. El empresidente Macri calificó como “desafortunado” el discurso de Cristina
en Comodoro Py. Sin embargo, más desafortunada
es esta justificación: “hemos tenido que tomar muchas decisiones y
algunas no han sido simpáticas”. No pasa por la simpatía esta cuestión. El aumento bestial de las tarifas, la
devaluación inusitada y los despidos masivos no son decisiones antipáticas,
sino inhumanas. Eso es desafortunado, no el reencuentro de La Presidenta
con sus seguidores.
Eso sí: de tan
farfulleros que son, terminan enredados en sus embustes. Como el zorro que no puede alcanzar las uvas, el jefe de Gabinete,
Marcos Peña trató de minimizar la reaparición pública de Cristina. Pero no le
salió: “al final del día, la ex
presidenta sólo fue una ciudadana llamada a declarar”, despreció Peña. Claro, una ciudadana tan ex que
logró convocar a más de cien mil personas para un acto informal. Y en un
intento de evidenciar racionalidad, sentenció que “el discurso es siempre el mismo: ellos hacen todo bien y el resto hace
las cosas para perjudicar a la gente”. Bueno,
si a eso se reduce la lógica kirchnerista, no es tan desacertada. Ellos
mismos reconocen que están perjudicando a la mayoría con sus injustificables
recetas. Además, también apelan al mismo
recurso retórico al denostar los doce años K, con la diferencia de que no tienen
razón, tal como ellos mismos manifiestan.
Tan evidente es
esto, que ya se empieza a palpar el
descontento. La imagen positiva del empresidente
cae cada vez más en las encuestas. En el último estudio de opinión pública
realizado por Roberto Bacman, de CEOP, los
resultados son muy negativos. Que un 63 por ciento de la población esté
preocupado por la economía y la inflación no es desdeñable y que el temor a la desocupación haya subido de 9
a 28 por ciento es para tener en cuenta. Y lo más notable es que sólo un 35 por ciento manifiesta sentirse
oficialista, a apenas unos meses del sorprendente 51 por ciento, esa
voluntad popular que se conquistó a
fuerza de engaños y a poco de andar se vio decepcionada.
Por todo esto
están pidiendo disculpas sin disculparse. Por eso se lamentan sin lamentarse. Por eso aplican parches para simular
interés por los que menos tienen. Por eso Macri suplica a Dios para que lo
ayude a convencernos de que todo va bien, aunque ni él lo crea. O sí, todo va bien, pero sólo para unos
pocos. Esos que siempre se benefician con la falacia del derrame. Ellos no
han venido a mejorarnos la vida, sino a
succionarnos el porvenir lo más rápido que se pueda.
Con las
encuestas en la mano, advierten que no
tienen mucho tiempo para descalabrar todo y aplicar un ajuste más bestial.
Los tiempos se aceleran y lo que más los desespera es la vuelta de Cristina. No la
esperaban tan fuerte ni vital. Tan entera, tan feliz. Tampoco esperaban la
desbordante recepción, tan épica bajo el mal tiempo. La esperaban humillada, exiliada, arrepentida, abandonada. No la
esperaban tan opositora ni convocante. No la esperaban como organizadora de un
retorno en el que otra vez encontraremos el camino hacia la felicidad.
Ante discursos falsos y balbuceantes alegra saber que hay quien se ocupa de quitar velos. Gracias!
ResponderBorrarExceleste síntesis.!! Gracias !
ResponderBorrar100% de acuerdo, usted lo ha dicho todo maestro!!!!
ResponderBorrarCristina organiza un evento en el tribunal de Comodoro Py para presionar a la justicia y para ustedes es el retorno el camino hacia la felicidad.
ResponderBorrarCristina permite la venta de dolar futuro a 10.50 cuando el mercado lo vendía a 15, pero para ustedes el problema son los amigos de Macri que compraron.
Pronostico un futuro deprimente para ustedes. En cuanto la economía se reactive, a los argentinos históricamente les chupó un huevo la política cuando la economía va bien. Eso es lo que está por pasar, y espero que este tipo de blogs les sirva para ahogar penas, y esperar una vuelta que ya nunca va a llegar.
Abrazo grande!
Federico Ramirez
Estimado Federico. No entendes nada porque estás mal informado. Es obvio: Votaste al PRO
BorrarEl dólar a 15 lo compraba una minoría que no podía justificar ingresos. El dólar oficial estaba a 9,80. No son amigos del presidente, sino funcionarios que tomaron la decisión de devaluar en su propio beneficio. ¿Entendés la diferencia? Julio Medina
BorrarAl final, Lazaro Baez resultó ser un pobre gil. Con los contactos que dicen que tenía con el Gobierno anterior no compró un puto dólar en el Mercado de Futuros....
Borrar¡Pobre iluso! cosas como las que Ud. dice las escuche durante la dictadura de Martines de Hoz (pe.¡veo la luz al final del túnel!) y durante los 90´(pe.¡ estamos mal, pero vamos bien!) También durante la dictadura de Ongania y la mal llamada Revolución Libertadora y el resultado SIEMPRE fue el mismo ¡Dejaron un país destruido!
BorrarNo se si me molesta o si disfruto que no publiques mis comentarios. Voy por la segunda opcion, al menos para tu conciencia sabes que censuras las voces que no dicen lo que vos queres oir. Eso sos vos, no importa lo que publiques.
ResponderBorrarEstimado Anónimo que a veces firma como Federico: si publicara todos tus comentarios, pasarías a ser la "estrella" de este blog y no por tu brillantez, precisamente. Lo poco que aportás son las sandeces y excusas oficiales, que son producto de manipulaciones hegemónicas. Además, te desviás del tema introduciendo cosas de las que ni hablo, como hacen los caceroleros. Esto es un blog periodístico de opinión personal, no un chat de catarsis pública. ¿Está claro?
BorrarMuy Bueno Gus ! Mauri le pide tantas cosas a Dios,por qué no le suplica que le haga brotar "una idea en pos de la Patria" (?)
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