El empresidente Macri confesó esta semana estar caliente. No por el desempleo creciente, la
deuda récord que ha tomado, la devaluación de la moneda que ya es un vicio o
por la pobreza que cada vez se aleja más
del cero. Lo pone caliente la
mentira. Increíble que alguien que aceitó
su tránsito a La Rosada a fuerza de falacias mediáticas y propias esté tan
desencajado. ¿Qué mentiras lo calientan? Las suyas se ve que no, porque las sigue vomitando. Menos las
de sus funcionarios, que prometen un
futuro de ensueño con medidas de pesadilla. Si tanto lo calientan las
mentiras, que gobierne de verdad, al menos por
respeto a ese 51 por ciento que confió en él.
Ya sabemos que ‘estar caliente’ encierra varios
sentidos: enojado, preocupado, excitado
son los más comunes. El último queda
descartado de esta reciente escenita;
podrá estar desesperado por recuperar imagen, pero que exprese pasión por algo
sería una nueva mentira que
incrementaría su calentura y estaríamos ante un fenómeno de masturbación política que no lo ayudaría en nada. El
segundo sentido también queda descartado: su única preocupación debería ser cómo salir ileso después de haber provocado
tantos estropicios, pero algo debe estar pergeñando. Entonces, el único sentido que queda es que está
enojado.
¿Por qué está enojado el
Ingeniero? No porque la inflación no baje a
pesar de cumplir a rajatabla con el manual ortodoxo ni tampoco porque la
minoría para la que gobierna fugue a
cuatro manos en lugar de invertir. Macri no está enojado porque el PBI
sufrió una caída del 6,2 por ciento en el último trimestre de 2018 respecto al
año anterior, que significa una baja anual
del 2,5. Menos aún porque la inflación –que prometía bajar en dos minutos-
se acomoda en torno del 50 por ciento y nos
incrustará en el grupo de países hiperinflacionarios. Tampoco porque el
desempleo se acerca al 10 por ciento ni porque el consumo se contrajo más del 10. No, nada de eso: Macri está caliente con los que proponen un camino distinto para
solucionar los problemas del país.
Como la Revolución de la Alegría
no llegó para todes, como en marzo la
confianza cayó un 20,6 por ciento y hasta los agrogarcas esputan críticas a
la gestión, como ve que el establishment
mediático le está soltando la mano, como ve que su apellido se está convirtiendo en palabrota, Macri busca
consolidar, al menos, su núcleo duro. Entonces, desde su púlpito imaginario, predicó: “estoy
caliente, siempre me calentó la mentira,
y otra vez vuelvo a escuchar a los que vienen a proponer ese atajo, esa solución mágica que nos releva de seguir este camino de trepar la montaña con
orgullo, con esfuerzo. ¡Es inaguantable, no lo puedo soportar!”.
Temperatura
contagiosa
Claro, para él, éste es el único
camino para lograr todo lo que prometió en campaña y ahora niega haber prometido. Un camino para alcanzar el paraíso
neoliberal, aunque sea dentro de 20 o 30
años. La única novedad es que ya no transitamos por ese “túnel oscuro con una luz al final” que
describió la vice Michetti, sino que estamos
trepando una montaña. En el ideario PRO, siempre está presente la idea del sacrificio y el esfuerzo
para superar algo escabroso. Claro que los que se esfuerzan y sacrifican son
las mayorías exangües, mientras una
minoría enriquecida se la lleva en pala.
Cualquier otra cosa es tildada como ‘solución mágica’. No es
la primera vez que el buen Mauricio aclara
que no es un mago. Como si fuera magia
hacer que 40 millones de personas vivan bien en un país que produce alimentos
para diez veces más. Al contrario: él y el Mejor Equipo de los Últimos 50 Años pretenden hacer magia al pensar
que con devaluación y tarifazos se puede
bajar la inflación, con importación descontrolada se puede desarrollar la
industria, con la especulación
financiera se puede reducir la pobreza. Ellos son los que esperan una
solución mágica, aplicando recetas que
no sirven más que para generar múltiples problemas.
Problemas que son verdaderos
dramas para muchos argentinos que, encima, tienen que soportar los poco histriónicos recitados de un
impresentable. Un tipo corrupto que se la da de honesto y transparente, un inútil empresario que amasó su fortuna
con innumerables estafas al Estado, un ignorante que prometió puertos en
Santiago del Estero y anunció la construcción de un puente entre Rosario y
Corrientes, un impune que señala el
camino de la Justicia con la prepotencia de un matón. Ya ni lástima
despierta, siquiera un poco entre sus acólitos.
Macrilandia
se desmorona, a pesar de los peligrosos subsidios del FMI y por eso Macri
está caliente. Hay que ser muy torpe o malvado para provocar una crisis tan profunda en un país con tantos recursos y tanto
financiamiento externo. Y mucho más para seguir apoyándolo. La apología
mediática se está desgranando y sólo puede reciclar
insostenibles denuncias para camuflar el atroz presente. Los radicales, sin
demasiado estrépito, se están bajando del crucero de Cambiemos y hasta algunos amarillos tantean
alternativas electorales para huir del lastre Macri.
El Gerente de La Rosada SA está
caliente por los dedos en V que se
filtran en las estudiadas fotos, por la mala recepción de los timbrazos,
por la prensa internacional que revela lo que acá no se cuenta, como una versión remasterizada de la Campaña Anti-Argentina, por las calles que se pueblan hasta
para defender a un juez que quieren
destituir por investigar un entramado mafioso insólito. El ex Alcalde está
caliente porque, como a un mal mago, ya
se le notan hasta los trucos más simples. Muy caliente, porque casi todos
detectaron que detrás de las reformas electorales por decreto se esconde el fraude como única salvación,
porque las fuerzas policiales no pueden amedrentar a los opositores, porque el
espionaje que siempre ha usado en su beneficio hoy afecta hasta a los que fueron aliados, porque las causas contra
CFK se caen a pedazos y más aún porque Ella
empieza a conquistar las preferencias electorales. ¿Cómo no va a estar
caliente Macri, si ya se parece a Pierre
Nodoyuna, el tramposo personaje fracasado de los dibujos animados?
Macri dice estar así porque, a pesar de sus
esfuerzos, no pudo desmontar la memoria
colectiva que se viene construyendo desde el retorno a la democracia. El 24
de marzo es, desde hace años, no sólo un
recuerdo trágico sino un motivo de celebración y hoy se convierte en un rotundo rechazo al actual des-gobierno
por todas sus políticas. El Día de la Memoria vive hoy más que nunca porque está presente el ideario que impulsó el
golpe de Estado: destruir el bienestar de una mayoría para enriquecer aún
más a una minoría selecta con todas las
herramientas disponibles. El Día de la Memoria molesta porque pone en evidencia lo que son. Por eso
obstruyen la Plaza con topadoras, discuten los 30000, proponen reducir la pena de los condenados, ignoran la movilización
de miles de personas por todo el país en las tapas y transforman esta manifestación verdaderamente ciudadana
en un problema de tránsito. Si Macri está caliente, nosotros lo estamos aún más. No se imagina cuánto.
Por estos días del estrellato de la excelentísima calentura presidencial es que se renuevan mis dudas acerca de que se reacciona muy educadamente, con un lenguaje neutro y un guardar las formas, como si lo que está al frente no fuera el repugnante desprecio de clase de esta runfla de parásitos... para decirlo simple, lo dijo Santiago Cúneo, "Si está caliente, que se haga la paja", claro, es vulgar y las tías decentes se horrorizan pero, en tanto catarsis hace falta y las desventuras son tantas y tan amplias que un insulto siempre se queda chico, corto y al final es inofensivo, no cambia nada aunque sí marque que las cosas están cambiando (y no precisamente en el estilo de la estafa desgobernante).
ResponderBorrar24 de marzo y, para variar, rotundo fracaso de una maniobra típica, romper una calle para que no se junte gente.. y la gente se juntó para el goce (¿calenturiento?) de esos nostálgicos de esa dictadura tan cara a sus sentimientos de bolsillos repletos y que, pobrecitos, sólo pueden disimular porque deben simular algún apego democrático, porque la porquería explícita ya no vende... entonces rompen la calle y guardan los rambos apaleadores, todo un progreso.
No sé si será cierto, pero si lo es, es maravilloso, el eterno Paul MsCartney tocando "Banda en fuga", ¿qué mejor homenaje al día y a la jauría desgobernante? - Y éso que el Paul viene del mundo mundial y no parla inglés cocoliche....
gracias Gustavo-comparto-abrazos
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