lunes, 25 de marzo de 2019

Calenturas de campaña


El empresidente Macri confesó esta semana estar caliente. No por el desempleo creciente, la deuda récord que ha tomado, la devaluación de la moneda que ya es un vicio o por la pobreza que cada vez se aleja más del cero. Lo pone caliente la mentira. Increíble que alguien que aceitó su tránsito a La Rosada a fuerza de falacias mediáticas y propias esté tan desencajado. ¿Qué mentiras lo calientan? Las suyas se ve que no, porque las sigue vomitando. Menos las de sus funcionarios, que prometen un futuro de ensueño con medidas de pesadilla. Si tanto lo calientan las mentiras, que gobierne de verdad, al menos por respeto a ese 51 por ciento que confió en él.
Ya sabemos que ‘estar caliente’ encierra varios sentidos: enojado, preocupado, excitado son los más comunes. El último queda descartado de esta reciente escenita; podrá estar desesperado por recuperar imagen, pero que exprese pasión por algo sería una nueva mentira que incrementaría su calentura y estaríamos ante un fenómeno de masturbación política que no lo ayudaría en nada. El segundo sentido también queda descartado: su única preocupación debería ser cómo salir ileso después de haber provocado tantos estropicios, pero algo debe estar pergeñando. Entonces, el único sentido que queda es que está enojado.
¿Por qué está enojado el Ingeniero? No porque la inflación no baje a pesar de cumplir a rajatabla con el manual ortodoxo ni tampoco porque la minoría para la que gobierna fugue a cuatro manos en lugar de invertir. Macri no está enojado porque el PBI sufrió una caída del 6,2 por ciento en el último trimestre de 2018 respecto al año anterior, que significa una baja anual del 2,5. Menos aún porque la inflación –que prometía bajar en dos minutos- se acomoda en torno del 50 por ciento y nos incrustará en el grupo de países hiperinflacionarios. Tampoco porque el desempleo se acerca al 10 por ciento ni porque el consumo se contrajo más del 10. No, nada de eso: Macri está caliente con los que proponen un camino distinto para solucionar los problemas del país.
Como la Revolución de la Alegría no llegó para todes, como en marzo la confianza cayó un 20,6 por ciento y hasta los agrogarcas esputan críticas a la gestión, como ve que el establishment mediático le está soltando la mano, como ve que su apellido se está convirtiendo en palabrota, Macri busca consolidar, al menos, su núcleo duro. Entonces, desde su púlpito imaginario, predicó: “estoy caliente, siempre me calentó la mentira, y otra vez vuelvo a escuchar a los que vienen a proponer ese atajo, esa solución mágica que nos releva de seguir este camino de trepar la montaña con orgullo, con esfuerzo. ¡Es inaguantable, no lo puedo soportar!”.
Temperatura contagiosa
Claro, para él, éste es el único camino para lograr todo lo que prometió en campaña y ahora niega haber prometido. Un camino para alcanzar el paraíso neoliberal, aunque sea dentro de 20 o 30 años. La única novedad es que ya no transitamos por ese “túnel oscuro con una luz al final” que describió la vice Michetti, sino que estamos trepando una montaña. En el ideario PRO, siempre está presente la idea del sacrificio y el esfuerzo para superar algo escabroso. Claro que los que se esfuerzan y sacrifican son las mayorías exangües, mientras una minoría enriquecida se la lleva en pala.
Cualquier otra cosa es tildada como ‘solución mágica’. No es la primera vez que el buen Mauricio aclara que no es un mago. Como si fuera magia hacer que 40 millones de personas vivan bien en un país que produce alimentos para diez veces más. Al contrario: él y el Mejor Equipo de los Últimos 50 Años pretenden hacer magia al pensar que con devaluación y tarifazos se puede bajar la inflación, con importación descontrolada se puede desarrollar la industria, con la especulación financiera se puede reducir la pobreza. Ellos son los que esperan una solución mágica, aplicando recetas que no sirven más que para generar múltiples problemas.
Problemas que son verdaderos dramas para muchos argentinos que, encima, tienen que soportar los poco histriónicos recitados de un impresentable. Un tipo corrupto que se la da de honesto y transparente, un inútil empresario que amasó su fortuna con innumerables estafas al Estado, un ignorante que prometió puertos en Santiago del Estero y anunció la construcción de un puente entre Rosario y Corrientes, un impune que señala el camino de la Justicia con la prepotencia de un matón. Ya ni lástima despierta, siquiera un poco entre sus acólitos.
Macrilandia se desmorona, a pesar de los  peligrosos subsidios del FMI y por eso Macri está caliente. Hay que ser muy torpe o malvado para provocar una crisis tan profunda en un país con tantos recursos y tanto financiamiento externo. Y mucho más para seguir apoyándolo. La apología mediática se está desgranando y sólo puede reciclar insostenibles denuncias para camuflar el atroz presente. Los radicales, sin demasiado estrépito, se están bajando del crucero de Cambiemos y hasta algunos amarillos tantean alternativas electorales para huir del lastre Macri.
El Gerente de La Rosada SA está caliente por los dedos en V que se filtran en las estudiadas fotos, por la mala recepción de los timbrazos, por la prensa internacional que revela lo que acá no se cuenta, como una versión remasterizada de la Campaña Anti-Argentina, por las calles que se pueblan hasta para defender a un juez que quieren destituir por investigar un entramado mafioso insólito. El ex Alcalde está caliente porque, como a un mal mago, ya se le notan hasta los trucos más simples. Muy caliente, porque casi todos detectaron que detrás de las reformas electorales por decreto se esconde el fraude como única salvación, porque las fuerzas policiales no pueden amedrentar a los opositores, porque el espionaje que siempre ha usado en su beneficio hoy afecta hasta a los que fueron aliados, porque las causas contra CFK se caen a pedazos y más aún porque Ella empieza a conquistar las preferencias electorales. ¿Cómo no va a estar caliente Macri, si ya se parece a Pierre Nodoyuna, el tramposo personaje fracasado de los dibujos animados?     
 Macri dice estar así porque, a pesar de sus esfuerzos, no pudo desmontar la memoria colectiva que se viene construyendo desde el retorno a la democracia. El 24 de marzo es, desde hace años, no sólo un recuerdo trágico sino un motivo de celebración y hoy se convierte en un rotundo rechazo al actual des-gobierno por todas sus políticas. El Día de la Memoria vive hoy más que nunca porque está presente el ideario que impulsó el golpe de Estado: destruir el bienestar de una mayoría para enriquecer aún más a una minoría selecta con todas las herramientas disponibles. El Día de la Memoria molesta porque pone en evidencia lo que son. Por eso obstruyen la Plaza con topadoras, discuten los 30000, proponen reducir la pena de los condenados, ignoran la movilización de miles de personas por todo el país en las tapas y transforman esta manifestación verdaderamente ciudadana en un problema de tránsito. Si Macri está caliente, nosotros lo estamos aún más. No se imagina cuánto.

2 comentarios:

  1. Por estos días del estrellato de la excelentísima calentura presidencial es que se renuevan mis dudas acerca de que se reacciona muy educadamente, con un lenguaje neutro y un guardar las formas, como si lo que está al frente no fuera el repugnante desprecio de clase de esta runfla de parásitos... para decirlo simple, lo dijo Santiago Cúneo, "Si está caliente, que se haga la paja", claro, es vulgar y las tías decentes se horrorizan pero, en tanto catarsis hace falta y las desventuras son tantas y tan amplias que un insulto siempre se queda chico, corto y al final es inofensivo, no cambia nada aunque sí marque que las cosas están cambiando (y no precisamente en el estilo de la estafa desgobernante).
    24 de marzo y, para variar, rotundo fracaso de una maniobra típica, romper una calle para que no se junte gente.. y la gente se juntó para el goce (¿calenturiento?) de esos nostálgicos de esa dictadura tan cara a sus sentimientos de bolsillos repletos y que, pobrecitos, sólo pueden disimular porque deben simular algún apego democrático, porque la porquería explícita ya no vende... entonces rompen la calle y guardan los rambos apaleadores, todo un progreso.
    No sé si será cierto, pero si lo es, es maravilloso, el eterno Paul MsCartney tocando "Banda en fuga", ¿qué mejor homenaje al día y a la jauría desgobernante? - Y éso que el Paul viene del mundo mundial y no parla inglés cocoliche....

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