Diez días pasaron desde la última
apertura de sesiones del Congreso a cargo del empresidente Macri. Muchos
esperamos que sea la última en serio. Aunque no sólo es cuestión de
esperar. Hay demasiados motivos para que el macrismo no continúe con la destrucción
y entrega del país. Como reconoció el ministro Dujovne, sorprendido, los argentinos aguantamos bastante el
despojo del Cambio. Encima de que las cosas van de mal en peor, el buen Mauricio se da el lujo de fantasear sobre las inexistentes bondades
de su plan demoledor, de falsear datos y amenazar con más de lo mismo. Y
por si todo esto fuera poco, el enojado es él y no los que han perdido el trabajo, el poder adquisitivo, la dignidad,
la tranquilidad, el futuro, la libertad. Esos casi 60 minutos de aplausos
ensayados, mentiras evidentes y tropiezos en palabras de más de dos sílabas demuestran que el nerviosismo reina en los
amarillos.
Si El Tipo estuviera tranquilo,
no tendría necesidad de aclarar que ocupa ese lugar “por el voto de la gente”. Siempre es inevitable recordar que ese voto fue obtenido gracias a engaños,
mentiras mediáticas y promesas que no pensaba cumplir. Nada de lo que
enorgullecerse, sino todo lo contrario. El que se ufana de “poner la verdad sobre la mesa” asegura que durante los primeros dos años y medio todo anduvo bien
hasta que “pasaron cosas”. Las tormentas globales, las sequías
locales y la causa de los cuadernos desmadraron una ilusoria luna de miel. Patrañas. Cuando el Estado está presente para favorecer
a la mayoría, no hay huracanes que sirvan como excusa. Y menos la Causa de
los No Cuadernos, que está pronta a caer no sólo por falta de pruebas, prisiones ilegales y atrocidades en la aplicación de
la Ley del Arrepentido, sino también por las maniobras extorsivas de
Marcelo D’Alesio, Carlos Stornelli y el juez Claudio Bonadío. Y, sobre todo,
porque los cuadernos ya no existen, las
copias no han sido verificadas y no se sabe quién los escribió, si el
chofer Centeno o el juez, el fiscal y el espía y falso abogado en el Hotel Four
Seasons.
Macrilandia
se desmorona en todos sus flancos: el dólar no alcanza su techo,
la economía no encuentra su piso, el
crecimiento es más invisible, las góndolas son un tren fantasma, la canasta familiar está cada vez más vacía,
las tarifas son un saqueo y la lluvia de inversiones siempre ha sido fuga de capitales. Empresas pequeñas, medianas y
grandes bajan sus persianas, unas por la
crisis y otras por las dudas. Hasta la revista Billiken, con casi cien años de historia, padeció la guadaña del Cambio y peligra la nutrición intelectual de
Macri, la vice Michetti y algunos otros miembros del Gran Equipo. Aunque la
inflación de 2018 fue la más alta desde 1991, el Mandatario que saluda al vacío no pide disculpas
por haber prometido “bajarla en dos
minutos” ni por asegurar que “es una muestra de la incapacidad para
gobernar”. El discurso de
Macri estuvo inspirado por la peor de
las soberbias y el mejor de los cinismos. Los que aplaudieron son cómplices
de esto.
Todes
en contra de todo
Cada vez se nota más que lo que
denuncian en los otros, Ellos lo tienen
de sobra. Corruptos, mafiosos,
autoritarios y dañinos. El plural no sólo abarca a los habitantes
circunstanciales de La Rosada SA, sino
también a la comparsa mediática, financiera y judicial. Todo está expuesto
y no lo percibe quien no quiere. Las cuentas off shore, los conflictos de
intereses, el lavado de dinero con las campañas, la transferencia de recursos
públicos a los más ricos, la connivencia de muchos jueces y fiscales indignarían a cualquier ciudadano. Sin
embargo, aún quedan muchos domesticados por las pantallas que se abrazan a las explicaciones más pueriles
y absurdas para sostener sus insostenibles prejuicios. Y bastantes
indiferentes, que son los que no están ni de un lado ni del otro, se
enorgullecen de no entender de política y deciden su voto segundos antes de
emitirlo. En fin, lo predecible en una sociedad dominada por la vocinglería manipuladora de los medios
hegemónicos.
Porque además de un juez, un
fiscal y un falso abogado, la trama extorsiva incluye a un destacado periodista afín al establishment. Daniel Santoro, insigne investigador de falacias,
utilizaba sus columnas como amenazas para las víctimas y espiaba a algunos
“compañeros” de trabajo. De inmediato, muchos colegas elaboraron y firmaron una solicitada de defensa corporativa de
algo que es indefendible: la mentira
como herramienta política y alteración de la voluntad democrática. Estos
profesionales no emergen para proteger al periodista Santoro, sino para sostener un sistema putrefacto de
deformación de la realidad.
Una deformación todo terreno que no sólo está en manos de periodistas y
analistas de la cadena de medios oficialistas, sino también de animadores y
conductores de radio y TV. El alicaído Marcelo Tinelli –que siempre aprovechó su rating para jugar en política- sentenció
que “Macri y Cristina son las dos caras
de una misma moneda”. Tal vez sea así desde uno de los extremos más
revolucionarios del arco ideológico; si
la moneda representa al capitalismo, la primera cara es atroz y la segunda, más
amigable. Pero nadie imagina a un Tinelli anticapitalista: una frase hecha
para sintetizar el presente en boca de un
exitoso pescador que sólo quiere revolver el río para incrementar sus ganancias.
Una zoncera más de un mediático para profundizar
la confusión de los encandilados.
Ante tanto desconcierto, el paro
de mujeres del viernes pasado superó las
reivindicaciones propias del feminismo y aporta mucha luz para el futuro.
Si bien incluyó los reclamos por la IVE, la violencia de género, los
feminicidios, el abuso, la trata y la igualdad de derechos, incorporó en su documento un rechazo
enérgico a las políticas de Macri. Y no sólo al individuo Macri, sino a todo lo que representa: sumisión
al Imperio, desigualación de la sociedad, renuncia a la soberanía,
privatización de los bienes públicos y pisoteo de las instituciones. El colectivo que encabezó un nuevo paro
-a pesar de las amenazas de descuentos salariales- equiparó el patriarcado con el sistema. El sentido de la
manifestación se sintetiza en una de sus
frases más fuertes: “somos la
clase contra la que va el capitalismo en el mundo, el neoliberalismo
en nuestra región y el macrismo en
nuestro país, mediante el avance de la derecha y el imperialismo en
toda nuestra América Latina”.
Y las marchas que se hicieron en
todo el país no fueron protagonizadas sólo por mujeres: la diversidad se hizo presente conformando un Todes que hará historia. Las flores, los bombones y el “Feliz día” superficial fueron desplazados por una lucha de clase:
trabajadores contra vampiros. No sólo contra el machismo, sino contra el
sistema que encuentra en todas las
desigualdades su razón de existir. Que las crea y las disfruta. Contra eso y contra todo lo que estamos
padeciendo desde hace más de tres años.
gracias estimado Gustavo compartido y espero hayas disfrutado de tu receso vacacional-besos
ResponderBorrarUna pena que se haya ido a turistear en esa república separatista, cuando podía hacerlo en la capital amarilla y comprobar en lomo propio el verdadero turismo aventura, claro, comprar chucherías artesanales y ligar garrotazos policiales... turismo y adrenalina, fantástico combo que se perdió.
ResponderBorrarHoy puede decirse que la novedad es que el quetejedi es piantavotos, además de que el fraude es su ÜNICA forma de incidir en las elecciones, un progreso si pensamos en unos meses atrás (claro, lo sospechábamos desde el principio pero es ahora que parece que nos dan bola)...
Uno por costumbre no quería ser conspiranoico y dejaba las historias de espías para Ian Fleming o John LeCarré, resulta que no, apareció el agente 86 y, mejor que mejor, una estrella del gran pasquín argentino, espía de KGB, extorsionador y botonazo de sus propios compañeros de tele basura.... encima marido de la guía astrológica de la fiscal de la patria, doña colesterol.... lástima que Fellini se murió, no?.
Ëso sí, es maravilloso que el agente 86 sea "Kamporista".... pensar que para fomentar esta "inteligencia" destruyan ARSAT, INVAP y demases antros pseudo científicos. Ah, y la tierra es plana, no?
Pero bueno, ¿vió que parece que cierta embajada twiteó "perdió Cristina" sobre la elección de Neuquén?, al ratito denunciaron hackeo, el idioma se renueva, ahora a un lapsus le dicen hackeo...
Sobre el 8M, ¿sabe que en una celebración de ese día preciso, tuve la muy agradable confirmación de que aún ODIAN a ya sabe quien?...y los "argumentos", más penosamente troskos que amarillos, una porquería, claro.