Cubrir las lagunas informativas
que dejan los medios hegemónicos es una
tarea ciclópea. No sólo por los hechos que relegan a las páginas menos leídas o directamente no publican, sino
por el tratamiento artero que destinan a
las trapisondas de la mafia gobernante. Lo que no tergiversan, lo ignoran.
Entonces, además de difusor de lo oculto, uno
debe adoptar el rol de traductor. Y eso sin incluir a los canales y radios
que machacan boberías para seguir
entorpeciendo el entendimiento del público cautivo. La síntesis en un
sobrecito de azúcar es más fácil de
consumir que una explicación fundamentada de un par de páginas.
Pero el intento vale la pena,
sobre todo porque está en riesgo el
presente y mucho más el futuro. El trabajador que increpó al empresidente Macri con la frase “hagan algo” es, además de un personaje
que invadió una nueva puesta en escena, un
emblema de la incomprensión ciudadana, porque esto es lo que están haciendo.
Si estamos padeciendo esta crisis multidimensional es porque así lo quiso el
Gran Equipo. No en vano repiten el
latiguillo de “los últimos setenta años”; no fue un exabrupto la frase de
González Fraga “les hicieron creer que
con sus sueldos medios…”; no es otra
muestra de la brutalidad de la vice Michetti cuando dijo que “los jubilados se llevan la mayor parte de
la torta”. Los PRO vinieron a restaurar
la república oligárquica de principios del siglo XX: un país con
privilegios para una minoría y sin derechos para la mayoría.
No es un accidente que la
alimentación, los servicios, la salud, la educación, el esparcimiento, las
vacaciones se conviertan en un lujo:
ése es el plan; el objetivo es que unos
pocos tengan de sobra y los demás
vivan de sobras. Ni siquiera el rebusque de un kiosco dejan en manos de la
mayoría: en estos tres años ya cerraron
28 mil en todo el país. Y las causas son todas las medidas tomadas desde el
10 de diciembre de 2015. No hay accidentes ni tormentas sino la intención de
lograr esto y mucho más, si es que consiguen
la reelección.
El que todavía espera algo bueno por
este camino que recuerde que lo que más
molesta a la oligarquía gobernante son los salarios dignos, las vacaciones
pagas, el consumo popular, la jubilación, el aguinaldo. Todos los derechos conquistados
por los trabajadores son un forúnculo
para los más ricos porque creen que todo les pertenece. Los demás sólo
somos merecedores de limosnas. Y son tan crueles que gozan de hacernos pelear entre nosotros, como
los administradores del Hospital Posadas, que dejan en manos de los trabajadores la decisión de quiénes deben ser
despedidos. Quien no comprenda lo que significa esto, que lea la obra Tute Cabrero de Roberto Cossa, donde verá
con arte una situación similar.
Lo
que necesitan callar
Pero de estas cosas no hablan los
medios hegemónicos. Y mucho menos en
estos términos. La inflación, el desempleo y la pobreza son fenómenos
climáticos y no consecuencia de la
devaluación, los tarifazos y la apertura bestial del comercio exterior. La
caída en diciembre del 8,7 por ciento de las ventas en supermercados por
cantidad de productos –con un anual del 3- no
significa nada alarmante para los apologistas del Cambio. La actividad
económica en su conjunto reflejó –de acuerdo a los números oficiales- una caída de 2,6 por ciento y dejó un saldo
de casi 200 mil desempleados, un número que nos remonta a la monstruosa
crisis con que inauguramos este siglo. Pero lejos de señalar que todo esto es resultado del accionar amarillo,
aplauden cuando El Tipo afirma que “no hay que vivir de prestado”, después
de endeudar el país como nunca, perdonarse
deudas y deber al Estado más de 4000 millones de pesos de impuestos. A
medida que la crisis carcome el optimismo, las tapas de los diarios insisten en hablar del gobierno anterior,
después de tres años desde su finalización.
Claro que, después del caso
D’Alessio, gran parte de las telenovelas
en continuado de la Corrupción K pueden desmoronarse. Por eso no hablan del
tema o tratan de despegarse lo más
posible del pintoresco falso abogado, espía y agente de la DEA. El
incontenible personaje, en su afán de convencer al empresario Pedro Etchebest
de su importancia, reveló detalles que
debería haber guardado hasta el último suspiro. No sólo involucró a Carlos
Stornelli en su acción extorsiva, sino que atribuyó
al juez Claudio Bonadío la autoría de los famosos Cuadernos Quemados. Los
cuadernos Gloria ya no son de Centeno, sino
de Mister Nadie, el apodo que tomó el impresentable magistrado al
registrarse en el Hotel Four Seasons.
Algún distraído puede pensar que
todo esto es una operación de prensa, pero esas tretas provienen de los grandes medios y no de una página web como El Cohete a la Luna. Además, hay audios, videos, fotografías y mensajes de
WhatsApp entre D’Alessio, Stornelli y el periodista falaz de Clarín, Daniel
Santoro, también involucrado en varias extorsiones, entre otros personajes del
Cambio.
Mientras la hegemonía discursiva trata de quitar gravedad al escándalo,
el submundo oficialista procura
desarmarla como sea. Si no, no hubieran entrado
a la casa de uno de los hijos del empresario extorsionado para robar
documentación; el juez Julián Ercolini no estaría insistiendo para que
Alejo Ramos Padilla le entregue la causa
para arrojarla al papelero; Carrió no estaría acusando al juez de Dolores de ser kirchnerista, de La Cámpora o
iraní-venezolano entrenado en Cuba; los periodistas que presentaban a D’Alessio
como un genio de la investigación no escatiman
esfuerzos para sacudírselo de encima. Y por si todo esto fuera poco, el
Consejo de la Magistratura, un Tribunal
de Disciplina que sólo castiga
jueces que no obedecen a los caprichos judiciales de la dupla Magneto-Macri,
quita polvo y telarañas a fojas absurdas para
cargarse a otro desobediente, uno más entre tantos.
Claro que este episodio es
gravísimo y la única solución es empezar
a poner la lupa en Comodoro Py, sobre todo en sus principales estrellas:
Claudio Bonadío, Julián Ercolini, Guillermo Marijuán, Carlos Stornelli y muchos
más de los que se sumaron a la
persecución política disfrazada de justicia durante muchos años. Esos que
gastaron fortunas públicas para interpretar
las parodias que escribían desde las oficinas de Clarín. Esos que
inventaron causas para convertir en
delito la búsqueda de un país más justo. Esos que archivan sin dudar las
causas que salpican a los miembros del establishment y convierten la ley en una barrera de protección de los corruptos siempre
impunes. Esos que deberían proteger a los que son amenazados por los
poderosos, se convierten en una amenaza
para los débiles.
Destronar esto es prioritario; pero ya, no dentro de un año. Esta es
la oportunidad para desmoronar el
andamiaje que aceitó el camino para este desmadre que estamos padeciendo: el Poder Real con la Suma del Poder Público.
Todos, en una verdadera asociación
ilícita, desde el lado oscuro de La Grieta manejan nuestro futuro para
hacerlo más infeliz. Que no nos entretengan en la calle protestando sólo contra los tarifazos: es el gobierno entero el que
tiene que caer. Y después de esta experiencia,
de verdad, Nunca Más.
Escribió ésto en pleno ataque de generosidad porque sólo así se entiende que llamara "lagunas informativas" a los OCEANOS de fábulas, distorsiones y operetas en que nos tienen navegando los medios, pero bueno, tenemos que entender que la mejor manera de vender porquerías es acostumbrar al cliente a disfrutar porquerías, que las haga suyas, que se acostumbre tanto que no las distinga.
ResponderBorrarNo me animaría a afirmar que se vean chetos "desesperados", sería admitirles sensibilidades que los tipos no tienen ni tendrán, en esta vida, al menos.... sabemos perfectamente que aquello que nos importa, nos afecta, a ellos ni les interesa, les resbala, lo de ellos es enojarse, abandonar los buenos modales y mandar a patotear, encapricharse, y así es y será todo el tiempo, quizás lo más sorprendente sea esa pretensión de algunos (tanto o más pelagatos que uno) de identificarse, incluírse con estos cosos; la gente seria los llama "aspiracionales", yo los llamo idiotas, masoquistas, desclasados, nabos, etc., etc. (hay algunas definiciones peores pero seamos educados, claro).
A mí me pasa que ante el evidente desprecio que muestran a lo nacional y popular, que no encuentro las respuestas correspondientes, equivalentes, hay demasiada educación y convengamos que a veces tiene sabor a poco, para intentar una síntesis, ese obrero del "hagan algo" fue correcto, preciso y básicamente respetuoso... y si no lo rajaron se salvó por poco, cuando lo más justo hubiera sido que agarrara del cogote al excelentísimo farsante que hace de presidente delegado del FMI, claro, queda feo pero era más justo, no? - Porque el "mal rato" oficial fue un ratito, fugaz y sencillo; en cambio los malos ratos del trabajador son interminables, se "actualizan" todos los santos días y las consecuencias son de malas a peores... los medios dibujan paraísos bobos y, mientras, el testa del alma se lleva una generadora eléctrica a precio de saldo y condiciones de regalo.... o sea, unos que quieren vender verdura barata son tratados y aporreados como delincuentes.... una "venta" a precio vil de lo estatal no es delito... belleza.
Quizás sea cuestión de tiempo para que empiece a hacerse evidente que, al fin, se desprecia todo lo de despreciable que tiene esta porquería desgobernante, quizás...
Le pongo 'lagunas informativa' para no decir todo lo que decís vos. Ya sabemos que el licuado indigesto de los medios hegemónicos es lo primero que debemos extirpar cuando recuperemos el país. Después Comodoro Py o Inodoro PRO y, finalmente todas estas empresas que no producen nada y sólo especulan con la plata del Estado. El trabajo es mucho y el conflicto será enorme. Y los tibios que se asusten.
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