jueves, 11 de noviembre de 2021

Invitación a una sorpresa

 

A pocos días de las elecciones, la oposición se agranda y ya festeja. Les calzó tan bien el disfraz de salvadores que algunos olvidan que son culpables de gran parte de nuestros padecimientos.

 

Como era predecible, actores extra políticos invaden la campaña para inclinar un poco más el resultado electoral. La libertad condicional de dos ex funcionarios de Cristina y un caso de inseguridad forjan el más cómodo anillo para el dedo anti democrático del Poder Real. La indignación selectiva y la ametralladora de patrañas que inspiran estos temas refuerzan la insustancial batería de no-propuestas de los candidatos juntistas. Del otro lado, el oficialismo intenta aprovechar la inefable confesión de Macri sobre el destino de la deuda sin las potentes armas mediáticas ni la despiadada insistencia de los destructores. Mientras tanto, un porcentaje importante de la población deja conducir con docilidad su entendimiento sin sospechar que meterán la pata de la peor manera.

Una semana antes de las elecciones generales, el TOF 1 concedió la libertad condicional a José López, aunque en realidad podrían habérsela otorgado mucho antes. Un hueso oportuno para que las propaladoras de estiércol y las marionetas odiadoras de los medios incluyan el tema en plena campaña y jueguen con la idea de la impunidad K. Claro, se indignan a rabiar con los nueve palos verdes de López pero dan miles de volteretas para minimizar los 44 mil millones de dólares fugados –confusión mediante- por el “Mejor Equipo de los Últimos 40 años”. ¿Cuántos bolsos hay que revolear para fugar los millones M?

Los prejuicios de una parte de la población se activan, más aún cuando todos los candidatos juntistas gritan ante las cámaras amigables que éste es un gobierno de “chorros y delincuentes”, cuando las pruebas y las propias confesiones de los ex funcionarios muestran todo lo contrario. Las caprichosas interpretaciones importan más que los contundentes hechos. El homicidio del kiosquero de Ramos Mejía muestra bastante eso. Todo es culpa de la “liberación de presos” ordenada por Alberto –cosa que nunca ocurrió- y hay que “bajar la edad de imputabilidad. No importa si el asesino tiene 30 años y fue liberado por la Justicia Porteña después de cumplir su condena. Y encima, María Eugenia Vidal atribuyó a una menor el homicidio y hasta, en una mueca de humanidad, reconoció que no debería ir a una cárcel de mujeres. ¿De qué hablan estos candidatos, si ni saben lo que están diciendo? Menos aún los cautivos votantes de estos mentirosos seriales.

Ni falta les hace prometer nada de tanto que han dañado el escenario político. Blindaje mediante, pueden burlarse de la operación de CFK, mostrar la ignorancia más extrema o amenazar con eliminar la indemnización por despido. Hasta proponen condicionar al Ejecutivo o llevarse puesto al presidente si el establishment así lo exige. Con recitar Basta canalizan los deseos difusos de una parte del electorado; con un edulcorado “juntos” especifican la estrategia para el país que nunca definen, aunque con la Revolución de la Alegría ya mostraron demasiado.

Después de las PASO, los peleles televisivos inventaron lo del “Plan Platita”, que nunca ocurrió. Gracias a esa patraña, la jueza electoral María Servini suspendió dos proyectos de distribución para consumo cultural. Después vienen con el verso de la independencia de los poderes, como si los jueces no se metieran en ninguna decisión de los políticos. Los que presionaron hasta la obscenidad a jueces y fiscales cuando fueron gobierno y también ahora, no cesan de recitar esas pamplinas.

Y ahora no sólo padecemos el indignómetro: también inventaron el obligómetro. Cuando uno intenta destacar el buen manejo del oficialismo en pandemia con las restricciones y el exitoso plan de vacunación, retrucan con un escueto “es obligación del Estado cuidar la salud de la población”. Algo que no dijeron cuando Macri bajó el presupuesto en salud, degradó el ministerio a secretaría, dejó vencer vacunas o suspendió los remedios gratuitos para los jubilados. Ni media objeción cuando la ex gobernadora Vidal aseguró no inaugurar ningún hospital más en la provincia, aunque les faltase muy poco.

Como decía un mensaje en las redes, “el FDT no asegura el paraíso, pero los Juntistas –y sus fotocopias- nos garantizan el infierno”. Los amarillos acusan a los kirchneristas de delincuentes y ladrones, pero los evasores, contrabandistas, especuladores y fugadores están entre sus filas. Lástima que muchos no se den cuenta de semejante evidencia. El domingo está ahí nomás y los milagros son cosa del pasado. Lindo sería que las urnas nos sorprendan y deban guardar el triunfalismo burlón que ostentaron estos meses en el lugar más recóndito de sus oscuros espíritus.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Un viernes negro

  La fortuna nos dio una chance. El disparo no salió, pero podría haber salido . El feriado del viernes es un casi duelo. La ingrata sorpres...