martes, 16 de noviembre de 2021

Vencedores vencidos

 

El oficialismo recuperó algo pero no lo suficiente. La oposición no logró la extinción del peronismo. Votantes cómplices de la destrucción de sus propias vidas.

Los triunfadores se enojan porque los perdedores festejan y en eso demuestran cómo les molesta la felicidad ajena. Los amarillos querían aniquilar al gobierno; saboreaban la destrucción del peronismo con anticipación; deseaban cumplir el  anhelo de la oligarquía que lo ha intentado tantas veces con bombardeos, proscripciones y desapariciones. Con persecución judicial, demonización mediática y presiones con el blue, apenas lograron un empate. Los que se quejan de la Grieta lograron pintar de amarillo una franja del país y como en un TEG gigante las fichas azules resisten en los extremos. En estas condiciones, ¿cómo no ver como victoria una derrota atenuada?

Lejos quedó la tensa espera de los resultados del domingo. Los números cantaron pero nadie bailó. Unos esperaban un éxito arrollador; otros rogaban por un milagro. No ocurrió lo uno ni lo otro. Unos planeaban recuperar el control del país cuanto antes, copar el Congreso y hasta desplazar al Ejecutivo. Otros diseñaban formas de aguantar los golpes que ya estaban anunciando. Unos terminaron el domingo enfurruñados y otros, sonrientes. Pero las calles estuvieron vacías.

Algunos gobernadores lograron recuperar los votos que perdieron en las PASO, sobre todo los que no dudan en identificarse con el FDT. Los que no son ni chicha ni limonada, como Perotti, Bordet y Schiaretti, recibieron el vacío. Claro, los anti no quieren fotocopias, sino los originales. Una lección ineludible de cara al 2023. Y el oficialismo podría haber logrado un poco más si hubiera puesto en marcha el “Plan Platita” denunciado por los peleles mediáticos y la oposición malintencionada. Si la crítica rabiosa ya había instalado la patraña, ¿por qué no hacerla realidad para aliviar el bolsillo de los que menos tienen? Ésta es otra lección: actuar sin amilanarse por la reacción, si ya sabemos que van a cuestionar todo; mientras más se enojen, mejor. Si el acuerdo con el FMI incluye el listado de los que fugaron para que paguen la deuda, quedará en evidencia que los juntistas –antes cambiemitas pero siempre buitres- quieren que la pague el pueblo, que no recibió un centavo de esos 47 mil millones de dólares.

Bueno, lo de la evidencia es relativo: hay un 40 por ciento del electorado indiferente a las evidencias, inmune a los argumentos, empecinado en sus prejuicios y cómodo con la colonización. Casi la mitad que cree que la identificación con lo que no son ya los convierte en élite. Votantes despolitizados convencidos de que la bronca es el camino. Individuos adoctrinados con las bondades de la meritocracia que votan a farsantes sin méritos. Ingenuos a voluntad que concluyen que los salvadores son los que siempre nos hundieron y quieren profundizar su tarea.

Mucho se ha dicho en estas horas sobre el 14/11 y mucho se dirá. Si fue derrota, empate o victoria está en manos del FDT. Lo que haga el Gobierno desde ahora será determinante para garantizar la continuidad en 2023. El diálogo que propone no debe ser para congraciarse con los poderosos, sino para exigirles que devuelvan lo que nos han esquilmado durante tanto tiempo.

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