Mientras el canal de noticias TN mostraba en vivo la desaforada represión de las fuerzas policiales catamarqueñas a los vecinos de Bajo La Alumbrera, el zócalo decía “Gendarmería reprime a los manifestantes”. Después pusieron infantería. El miércoles pasado, el programa “A dos voces” -de la misma señal- presentaba un informe sobre el tenebroso proyecto X, que también involucra a esa fuerza de seguridad. Y por si esto fuera poco, para echar un manto de oscuridad en medio de este ardiente verano, la revista española Cambio 16 publicó una extensa entrevista al dictador Videla, en donde justifica su siniestro accionar y se atreve a opinar sobre los gobiernos democráticos de las últimas tres décadas. Represión, espionaje y la voz del malvado. Una vuelta al pasado a fuerza de operaciones, con una intencionalidad que se ubica a años luz de la crítica constructiva. Por el contrario, mimetizadas en la crítica se esconde la nostalgia de los que añoran aquella Argentina de los tiempos oscuros que, con esfuerzo y algunos vaivenes, estamos comenzando a superar.
En la mañana del viernes 10 de febrero las imágenes de la represión policial a los manifestantes que intentaban cortar el paso de los camiones que se dirigían a la mina Bajo La Alumbrera sacudió la modorra de las pantallas televisivas. Quizá menos cruentos que las crónicas mediáticas, aunque igualmente repudiables, los hechos de ese día permitieron visualizar un nudo que en breve plazo debe desanudarse. La explotación minera no es nueva en la zona que, según dicen, tiene un potencial que no puede ignorarse. Desde hace casi quince años funciona este emprendimiento extractivo y es por eso que llama la atención que recién ahora se hagan visibles las protestas. Puede ser que las promesas de desarrollo regional y puestos de trabajo no se hayan concretado. Tal vez recién ahora se están viendo las consecuencias de la actividad. Como sea, el camino a seguir no es otro que una seria y profunda discusión entre todos los involucrados. Menos los kuntur, fuerza policial que ha demostrado la necesidad de ser desarticulada o al menos domesticada para la vida en democracia.
Pero la discusión sobre la extracción minera no debe versar sólo en la manera de explotar los recursos con el menor daño al medio ambiente y un mayor desarrollo para sus vecinos inmediatos. Antes que eso hay una pregunta clave: ¿para qué seguir expoliando las entrañas de una montaña? Si bien es tentador profundizar en la explotación minera por la generación de ganancias, ¿vale tanto lo extraído como para alterar un paisaje que después puede convertirse en irrecuperable? Dinero versus belleza. Debe haber una forma de explotación –artesanal, digamos- que beneficie a los habitantes de la zona sin necesidad de inundar los bolsillos de las multinacionales. Algo chiquito, más racional y humano. ¿Por qué permitir que los que ya acumulan mucho sigan acumulando? Sería interesante que de la discusión sobre los recursos mineros salga una propuesta innovadora que produzca el desarrollo económico en una dimensión más pequeña, que, aunque no alcance para batir records internacionales sirva para satisfacer las pequeñas necesidades antes que las grandes ambiciones.
Ambiciones desmedidas que conducen a convertir noticias viejas en nuevas noticias. Los carroñeros recién ahora descubren lo que se denunció en noviembre y los tartamudeos de Marcelo Bonelli se indignan el doble de lo que deberían. Claro, todo lo que no dijo sobre las escuchas ilegales por las que está procesado Mauricio Macri, lo está diciendo ahora por el Proyecto X. No es cuestión de justificar el espionaje a las organizaciones sociales, pero sí exigir un poco más de ecuanimidad en las denuncias. Las fuerzas policiales deben estar para cuidar a la sociedad de toda actividad delictiva. Las acciones de inteligencia deben apuntar a la desarticulación de las organizaciones con actividades que están por fuera de la ley. De eso no hay dudas. Si el software de Gendarmería contiene información sobre militantes sociales y activistas políticos debe enjuiciarse a los responsables y castigarlos como corresponde. En Proyecto X debe haber datos sobre personas y grupos por estricto pedido de investigación judicial, no por sospechas de actividades políticas. Pero el Proyecto X encierra la misma gravedad que las escuchas ilegales de Fino Palacios en la Policía Metropolitana. Sin embargo, el tratamiento mediático ha sido dispar. Y eso es lo que molesta y por eso el descrédito creciente que están teniendo estos medios. Detrás de cada letra que difunden no está la intención de informar y eso se nota. Desde hace mucho se esfuerzan en provocar una reacción tanto en el Gobierno Nacional como en sus seguidores. Provocan para poder victimizarse.
Y el que más se victimiza, es el victimario mayor de los últimos tiempos. Como si lo mereciera, la revista Cambio 16 ofreció gentilmente unas cuantas páginas de su última edición al dictador Videla, que acumula ya muchas condenas sobre su inhumana osamenta. En la entrevista tuvo la posibilidad de hacer apología del delito a diestra y siniestra. Y, en el colmo del cinismo, se permitió hablar de los gobiernos democráticos que sucedieron a la más despiadada dictadura que tuvo nuestro país. El periodista español Ricardo Angoso, ligado al derechista Partido Popular, no dudó un instante al nombrarlo ‘general’, aunque Alfonsín lo destituyó hace casi treinta años. Desde la prisión de Campo de Mayo, el genocida volvió a justificar el accionar delictivo de las Fuerzas Armadas durante su gobierno verdaderamente autoritario y criminal. Y habló de una guerra, esa construcción conocida como la teoría de los dos demonios.
Esta aparición del pasado sangriento permite realizar algunas aclaraciones. La ilegalidad constitucional en nuestro país se extendió desde 1955 hasta 1983, con las breves interrupciones de gobiernos en apariencia democráticos. Frondizi e Illia presidieron el país en la ilegalidad de la proscripción al peronismo, por lo que no se los puede considerar totalmente constitucionales. Gobiernos condicionados y condicionales. Cámpora, Perón e Isabel fueron presidentes constitucionales en medio de un fuego cruzado que se había iniciado mucho antes. La guerrilla urbana –error histórico después de la asunción de Cámpora- estaba conformada por civiles en la clandestinidad. Cuando se produce el golpe de Estado en marzo de 1976, el Operativo Independencia ya la había aniquilado. Lo que viene después es la revancha, la persecución más sangrienta y despiadada pero no a guerrilleros armados, sino a militantes indefensos. Y el dictador habla de guerra cuando en realidad fue una masacre guiada sólo por el odio ideológico, para consolidar un modelo económico en función de intereses corporativos. El asesino que habla tiene la osadía de decir que es víctima de una venganza. La venganza no es tan lenta y eso él lo sabe. Si hubiera habido venganza, debería responder una entrevista sólo a través de un médium. Pero está vivo y en una cárcel, condenado por una justicia en democracia, con derecho a defensa. Y también con un dudoso derecho a destilar su veneno a través de las páginas de una revista que se dejó envenenar.
¿Para qué entrevistar a Videla? ¿Por qué permitirle hablar y propalar sus inmundicias? ¿No es un exceso de bondad consentir que se dé el gusto de hacer apología de sus horrendos crímenes? ¿Qué se puede desentrañar de su cabeza inundada de odio? En una entrevista con alguien así no hay imparcialidad posible. Contener el vómito ante semejante monstruo significa compartir su accionar y en cierta forma reivindicarlo. Todavía quedan en nuestro país individuos que lo valoran. No es una cuestión de opinión, si no de una profunda concepción ética. Tener la intención de entrevistarlo es considerarlo como persona con derecho a la palabra. Y por si esto fuera poco, es brindar la oportunidad de que cuestione el sistema institucional que él y sus secuaces violaron y pisotearon de la manera más despiadada.
Excelente. Quien quiera oir que oiga... Pero lo cierto es que ESTA DEMOCRACIA, la CRISTINESTORCRACIA, permite que hasta este engendro se exprese, cuando hubiera podido sin mucho esfuerzo evitarlo. Pero dejarlo que hable es darle la oportunidad a las generaciones que no lo conocen que prueben el veneno de la prepotencia asesina y demente para que valoren lo que hoy se tiene. Es mostrarle lo que hay como alternativa y lo que padecieron sus padres y abuelos. Y, sobre todo, mostrarles quienes están con "ESO", "ESO" que aún no se extinguió, que aún respira babeante y amenazador, y que exhuma su pus pestilente a través de sus escasos sicarios. "ESO"...
ResponderBorrarLO que vos bien decís es valido también para nosotros, así como ellos exacerban nuestros errores, nosotros también estamos atentos a los errores de ellos caso duran barba y el proyecto X Tn refleja el proyecto X y pagina a duran barba.
ResponderBorrarsi vos lees entre linea las buenas noticias en clarín no aparecen pero también es valido no cometer los errores de ellos. No puede ser que el caso de Boudu no aya ni una linea en nuestros diarios y que el tema de las minería solo es abordado por pagina.
la minería; el tema en si no lo conozco profundamente pero no podemos hacernos los boludos viendo, aunque aya sido por Tn la represión brutal contras vecinos del lugar que es un agravante y que ya por ese hecho ya amerita pensar que algo no esta bien. NI tampoco me trago el sapo de la puesta en escena del dirigente haciendo se pasar por un minero y nuestra presidenta haciendo el ridículo Y NADIE NI PAGINA PUDO TAPAR ESO. HAY QUE SEÑALAR LOS ERRORES PORQUE ES UNA MANERA DE VELAR POR EL LEGADO DE NESTOR Y NO COMETER LOS ERRORES DE SIEMPRE DE QUE SER MAYORÍA ES IGUAL A TENGO RAZÓN, Y SOLO ES CONFIÓ EN VOS Y SI ME DEFRAUDAS NO TE VOTO MAS. BOUDU TIENE LA OBLIGACIÓN MORAL DE HABLAR DEL TEMA QUE LE ROZA Y NO HACERSE EL PELUTODO. Te mando un abrazo y te deje mi impresion que talvez sea totalmente equivocado. Emilio
Estimado Emilio: confianza y afinidad. Dos puntos cruciales. Sin embargo, lo de Boudou se basa en la denuncia de la ex mujer del amigo. Tanto el fiscal como el juez tienen todo en suspenso por la figura de despecho. No hay más pruebas que la denuncia de la ex mujer. Están investigando.No sólo página 12 habla de las mineras. Tiempo Argentino, veintitrés, Debate también tocan el tema, al menos para dar el punto de vista oficial. Clarín y Nación no tocan las inmundicias de Macri ni para defenderlas. Una cosa es tener un punto de vista y otra es mentir y ocultar. Lo del proyecto X hace desde la huelga en Kraft que está en observación. Y los medios afines han hablado del tema. Lo que uno exige a los medios es que primero informen y después opinen. Clarín y Nación operan para defender su kiosco.
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