viernes, 1 de enero de 2016

Un siniestro parque de diversiones



Para que no queden dudas de que el desembarco de las Fuerzas Amarillas representa un retorno al pasado, basta considerar el re estreno de la serie “La familia Ingalls” en la pantalla de Telefé. Además de soportar las edulcoradas y soporíferas tragedias de esta piadosa familia del siglo XIX, el televidente podrá aprender a sobrevivir sin los servicios esenciales, en condiciones precarias y con penurias permanentes, en sintonía con los tiempos que se avecinan. Como postal más dramática, el ataque de un grupo de desubicados a la Radio de las Madres de Plaza de Mayo y las amenazas de muerte a sus fundadoras auguran que los días venideros no serán tan armoniosos como lo asegurado en campaña. Más aún cuando los atacantes, en medio de los gritos, golpes y huevazos coreaban el nombre del flamante presidente, aquél que se comprometió a terminar con el “curro de los Derechos Humanos”. Esto sumado a la prepotencia anticonstitucional con que ha transitado los primeros días de gestión sugiere que las oscuras imágenes que creíamos archivadas pueden restaurarse para ilustrar el presente.
Por supuesto que es de una torpeza enorme suponer que el empresidente Macri o alguno de sus funcionarios envió a esa tropilla para que ejecute su atroz mensaje. Pero el silencio oficial habilita el desenfreno, como ocurre en Mar del Plata con los grupos neonazis. Si las autoridades no condenan estos hechos, están permitiendo que la semilla de la violencia social germine hasta que brote la peor de las malezas. Si desde el centro del poder y sus voceros mediáticos se alienta la persecución con listas negras de periodistas, músicos y actores, cualquier miembro de la sociedad se sentirá autorizado para dar rienda suelta al salvajismo oculto. La reacción puede partir desde una convocatoria a un vacío de espectadores de una tira protagonizada por Pablo Echarri hasta desembocar en hechos mucho más lamentables.
Que el anuncio de la derogación de la Ley de SCA por decreto haya sido presentado como el “fin de la guerra contra el periodismo” sugiere la instauración de un relato confuso para justificar una medida sumamente autoritaria. Esa inexistente guerra es un eufemismo utilizado para incrementar el poder de los grupos hegemónicos con la venia del Estado, ahora neoliberal. Si hubo una guerra contra el periodismo fue la que algunos periodistas han encarado a fuerza de transformar falacias en verdades absolutas. En todo caso, lo que hubo fue una batalla cultural para contraponer el discurso único que dominó nuestro país desde 1976, que quiere volver a ensordecer con la falacia de la pluralidad de voces.
El diccionario siglo XXI
La impronta amarilla intenta instalar un nuevo lenguaje a fuerza de decretazos. La devaluación será reacomodamiento, la inflación, sinceramiento de precios y la anulación de las paritarias, diálogo social. Y todo así, muy marketinero para mostrar como novedad las estafas padecidas en el pasado. Ahora presentan la más patética de las innovaciones: la emergencia estadística. Claro, el término causa impacto en el público desprevenido y coloca en el ambiente una sensación de calamidad numérica.
Antes de ser gobierno, desde la oposición irresponsable que protagonizaron durante tanto tiempo, difundían todos los meses un número mágico llamado Índice Congreso, dibujado por Jorge Todesca, el mismo que hoy está a cargo del INDEC. El mismo que declara la emergencia porque no puede elaborar un IPC confiable. ¿No es, al menos, sospechoso que antes, entre tres o cuatro tipos adornaban los titulares con índices agoreros y catastróficos y ahora, con la enorme estructura del organismo estatal, no puedan tirar una cifra? O antes mentían y ahora no tienen la menor idea de cómo decir la verdad o están dispuestos a seguir mintiendo para disfrazar los desastres que vendrán.
Mientras tanto, el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay arriesga que la inflación de diciembre rondará el 3,5 por ciento pero adjudica la responsabilidad a sus antecesores y no a las expectativas devaluatorias que instalaron en campaña. Como la mentira tiene patas cortas, el mentiroso se tropieza a cada paso. Y ahora están a punto de hacerlo: de cara a la actualización salarial, Todesca anticipa que la inflación de este año se ubicará entre el 23 o el 24 por ciento, de acuerdo a los estudios de CABA y San Luis, que siempre coincidieron con los números del INDEC K. Y mucho más bajo de lo que este mismo actorazo anticipaba cuando estaba del otro lado del mostrador, apenas unos meses atrás.
Mientras los decretos del neopatricio intentan diseñar una Nueva Argentina con las polillas de antaño, desde el Imperio, su gobierno recibe un baldazo de agua fría. En lugar de las caricias en el lomo que esperaba, un editorial del diario New York Times destaca el impacto negativo que tendrán sus medidas sobre los asalariados. Más como sospecha que como certeza, asegura que “el 51 por ciento de los argentinos que votó por un cambio ahora duda si ese cambio es para mejor”. El texto asegura que "la devaluación junto a la eliminación de las retenciones favoreció a los productores agropecuarios, que especularon con su cosecha, mientras que erosiona los salarios y empuja los precios, ya que las importaciones se vuelven más caras". Además, explica a sus lectores que en sus primeros días en el Gobierno, Macri realizó cambios rápidos orientados al mercado para vigorizar la economía argentina. Y después, presenta el contraste que, en breve, vamos a lamentar: “su predecesora, Cristina Kirchner, prefirió impulsar la demanda a través de políticas como el subsidio energético a los consumidores y ahora, con la prometida quita, existe el riesgo de un aumento de la inflación, hoy en 25 por ciento".
Macrilandia está en construcción y no será un parque de diversiones que nos producirá buenos recuerdos. Lo más seguro es que nos saldrá muy caro y nos llevará mucho tiempo salir de los tortuosos y oscuros laberintos que lo componen.

5 comentarios:

  1. Volvemos al LUCHE Y VUELVE "Feliz" 2016
    J.pierantoni

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    1. Gracias, Juan.En el Luche y vuelve yo lo viví cuando era muy chiquito, con 8 o 9 años. Ahora entusiasma más. Abrazo y felicidades

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  2. A propósito de volver al pasado, el Ministro de Hacienda, Prat Gay, anunció posibles despidos, que dependerán del aumento que los gremios pidan en las paritarias. Un comienzo de año acorde con el proyecto que Macri ocultaba en su campaña con su discurso evangelizador y de autoayuda.

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    1. Gracias por recordar esa neoliberal extorsión. Algo voy a hablar del tema el lunes. Abrazo

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