El
presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, presentó desde la ciudad
de Puerto Madryn el nuevo billete de 200 pesos, el segundo con un animalito autóctono en lugar de algún personaje de
nuestra historia. "Quiebra esa
solemnidad de los próceres y tiene conceptos más interesantes y positivos como
la alegría y la liviandad", explicó quien nos condujo a una crisis fenomenal con el Megacanje. No conforme
con tan suculento absurdo, agregó que el billete apunta a que "los argentinos nos podamos encontrar, nos podamos volver a unir y construir este
país con el que todos soñamos". Qué fácil es todo en Macrilandia: poblar nuestras billeteras con exponentes de la fauna soluciona todo.
Con el gatito de 500 o la ballena de
200 seremos más felices, aunque podamos comprar menos cosas con ellos, aunque
se vuelen como golondrinas, aunque
tengamos que penar mucho más para conseguirlos. La Revolución de la Alegría
se sigue burlando de nosotros y los
únicos que se divierten son los que pergeñaron esta estafa.
Los
nuevos papeles de Sturzenegger incluyen cambios que están lejos de la armonía y la liviandad que promete. Trocar a Juan
Manuel de Rosas por un guanaco y a Julio Argentino Roca y Evita por la taruca,
que es un bicho con cuernos, puede
resultar agresivo para los seguidores de esos personajes. Pero ya estamos
acostumbrados a que los gerentes que nos gobiernan trastoquen los valores. Unos
meses atrás, Alfonso Prat Gay había
minimizado el incremento de las tarifas en los servicios públicos al
compararlo con el precio de dos pizzas. En estos días, el empresidente Macri cuestionó el paro en Aerolíneas Argentinas y
aseguró que sostener la empresa estatal
cuesta “dos jardines de infantes por
semana”. Una hipocresía más
de quien no se preocupó por construir
establecimientos para los niños durante sus dos gestiones en la CABA. Una
muestra más de su cinismo, después de instalar al frente de la línea de bandera
a alguien más preocupado por garantizar
la rentabilidad de las empresas privadas que por el crecimiento de la
estatal.
Y
si el desafío es hacer comparaciones, ¿cuántos jardines de infantes se podrían
construir con los tributos que deja de
percibir el Estado con la renuncia a las retenciones o con la quita de
aranceles para los autos importados? También podríamos incluir en la
comparación los millones de dólares que
regaló a los buitres o lo que podría recaudarse si no se hubiera eliminado el
impuesto a los bienes personales. Pero para la mirada patricia, la culpa
está siempre en los trabajadores, sobre
todo los que se desempeñan en el Estado.
Tropiezos inesperados
Cuando
este tipo de afirmaciones aparecen en bocas de esta calaña es porque están generando consenso para justificar la privatización. Aunque Macri
prometió lo contrario, sus intenciones
son otras. Por si algún incauto no comprendió, a él no le interesa la
cantidad de jardines de infantes, escuelas ni universidades. Mientras más
servicios estén en manos de los privados, menos
obligación tendrá el Estado de recaudar para sostenerlos y eso no será en
beneficio de los ciudadanos, por supuesto. Achicar
el Estado es el objetivo neoliberal para que quienes más tienen paguen menos
impuestos.
Si
alguien duda de esto, basta echar un vistazo al proyecto de ley que fue vuelto
a comisión en la Cámara de Diputados. El régimen de participación
público-privado en obras de infraestructura no sólo es el primer paso para un proceso privatizador, sino que es una
renuncia a la soberanía al ceder la jurisdicción a tribunales extranjeros
en caso de conflictos legales. Por fin los
representantes del Pueblo ponen un freno al desenfreno entregador de la
Ceocracia Amarilla. Un poco tarde, porque la deuda externa ha crecido en estos
meses ante la indiferencia de diputados y senadores que miran para otro lado en pos
de la gobernabilidad. Ni siquiera se preguntan cuántos jardines de infantes
se han construido en estos meses con esos casi 40 mil millones de dólares.
Ninguno es la obvia respuesta. El marketing aconseja apelar a imágenes
conmovedoras sólo para justificar ajustes. Para habilitar el blanqueo de divisas producto de la evasión y el lavado, anunciaron
la Reparación Histórica para jubilados. La enternecedora evocación de un
empobrecido viejecito sirvió como excusa
para convertir en salvadores a tránsfugas que, en lugar de esconder bolsos
en un convento, utilizan tretas más
sofisticadas. Las manos aprobaron en el Congreso, pero el blanqueo es un fracaso y la Reparación, un nuevo engaño. Para
dos tercios de los 600 mil jubilados, la
histórica medida sólo representó un incremento inferior a 1500 pesos y apenas
un siete por ciento recibió algo más de 3000. Ya deberíamos estar
acostumbrados: siempre benefician a una
minoría; para la mayoría, sólo burlas.
El
rechazo al régimen de participación público-privado no ha sido el único
tropiezo del oficialismo. El intento de
modificar el Ministerio Público Fiscal se estampó con su sesgo inconstitucional:
debe ser independiente de los otros poderes, con autonomía funcional y
autarquía financiera. El simulacro de
legalidad tenía como intención deshacerse de la actual procuradora,
Alejandra Gils Carbó, una venganza del establishment que quedará pendiente.
Pablo Tonelli, diputado por Cambiemos y presidente de la Comisión de Asuntos
Constitucionales, aseguró que “Gils Carbó
es incompatible con el gobierno de
Cambiemos pero eso no quiere decir que la vayamos a tirar por la ventana”.
Sin embargo, es lo que han intentado hacer desde la asunción de Macri, un capricho incompatible con un gobierno que prometió respetar las
instituciones.
Pero
la lengua no traicionó sólo a Tonelli. Daniel Lipovetzky, otro diputado de la
misma fuerza y presidente de la comisión de Legislación General, admitió que “es
una posibilidad la del juicio político, si encontramos las causales”. Desde hace meses demonizan a Gils Carbó
y aún no saben –o no pueden revelar- el motivo de tanto encono. Pura obediencia al poder real, porque
nadie se preocupa por las anomalías del fiscal Guillermo Marijuán, que abusa de su poder para inventar la excusa que permita encarcelar a Cristina.
Después sacan billetes con animalitos para disfrazarse
de gestores de armonía. Todo lo que hacen tiene una segunda intención. No
sea cosa que descubramos que las nuevas
emisiones monetarias sólo buscan destronar a Evita de nuestras billeteras.
Mientras
en el ámbito legislativo se producen estas escaramuzas, la vida de los argentinos se deteriora cada vez más. El segundo
semestre pinta peor que el primero y no habrá milagro que pueda mejorar el
panorama del año próximo. El mezquino bono para disfrazar la malaria está cada
día más lejos y el fin de año será más apropiado
para ahogar penas que para festejar. Algunos argentinos querían un cambio
pero nadie les advirtió que se podía
cambiar para peor. Ahora ya lo saben: sólo
basta que recuerden para siempre esta amarga lección.
Una lástima que algunos tengan que aprender de esta manera, con despidos, ajustes y reducción del consumo. Pero más duele que algunos sigan enganchados con las mentiras que cuentan todos los días en Clarín, La Nazión, TN y los demás medios anti K. Y lo que desalienta es que los jueces y fiscales chupamedias del poder económico inventen causas para perseguir a los ex funcionarios. ¿Cuántos jardines de infantes se pueden construir con tantos procesos y denuncias que generan gastos en los tribunales?
ResponderBorrarMartín
Para cuando el billete de su héroe Neoliberal Martinez de Hoz, en un pequeño lugar central del billete estaría su cara el resto del billete estaría acupado por sus orejas.
ResponderBorrary del lado de atrás cualquier numero firma, una leve reseña de las que se mando.
Y mas abajo, los apelativos, insultos y puteadas de todos los argentinos.
Porque hasta ahora que llego uno peor esta basura era lo unico que tenian los neoliberales como candidato a procer.
Querido Ram: Por error eliminé tu jugoso comentario. Quería agregar que ponen animalitos en los billetes porque es la única manera que encuentran estos bestias de tener un lugar en el futuro
ResponderBorrarUna lástima, aunque más que jugo, chorreaba bilis, me parece.
BorrarA ver si me acuerdo de cómo era ese jugo bilioso..
BorrarPrimero el horror, llamar "macrilandia" al feudo del amado virrey es un despropósito insultante... usar ese idioma antiguo y decadente, el castellano sudaca, despreciando la lengua materna adoptiva de su alteza, muy. muy mal. "macriland" es la forma justa de hablar (poniendo cara de anglosajón, obviamente).
No llegué a los billetes, pobres bichos, ¿qué culpa tienen?, si hasta aún en su animalidad son dignos y respetables y los próceres, siempre y como mínimo, se pueden discutir; no sé usted, Gustavo, pero no le voy a discutir al mejor equipo de garcas de los últimos 500 años, no, como "animales" y garcas son indiscutibles, casi casi químicamente puros.
Sí me las agarraba con los jardines de infantes, y hay que reconocer el error de los asquerosos progres como uno, ¿por qué pedir esos benditos jardines?, para los negritos de asignación compra-balas?, no hay tantas sucursales del Tiro Federal, adónde pondríamos esos jardines si no?.... y mejor es lo que se está haciendo, subsidiar esas lindas HiLux (sin retenciones style) con el ahorro por sub ejecutar esos jardines; un éxito el plan "pendejos 0".
Ojalá completen pronto el otro plan imprescindible, el "jubilados 0" y terminar de una vez con esos parásitos vejestorios que insisten en no morirse y generar gasto público.
Éste es un gran país, sólo hay que darle tiempo y hacer las políticas correctas, como decía el queridísimo juez griesa....
MOMENTO CULTURAL
ResponderBorrarADIVINANZA
Impresentable endeudador serial, billonario currero, y generador de crisis.