Todavía
están aprendiendo. La inexperiencia es
la excusa para tropelías y omisiones. A pesar de eso, avanzan a paso
redoblado para construir un país nuevo a
la medida del que tuvimos varias décadas
atrás, mientras los medios hegemónicos siguen arrojando estiércol sobre el
pasado reciente. Con tijeretazos alocados tratan
de encantar al establishment y demostrar a los organismos internacionales
que son merecedores de la confianza
necesaria para habilitar la lluvia de dólares que aún esperamos. Mientras
los dramas de la vida cotidiana asolan cada vez a más argentinos, los Amarillos recitan que todo está muy
bien. Aunque los números desmienten todo optimismo, el Gran Equipo avanza
con un automatismo incomprensible.
Las empresas pequeñas y medianas empiezan a estar en agonía y muchos comercios
bajan sus persianas por falta de ventas. El
consumo se reduce a lo indispensable, para satisfacción de muchos ideólogos de
tan perverso proyecto. La ilusión del populismo finalizó por decreto para
dar paso al modelo de exclusión que ya
estamos padeciendo.
Aunque
los datos propios y ajenos evidencian la caída, el oficialismo exhibe con orgullo las transformaciones ejecutadas.
Que la inflación repunte, el crecimiento retroceda y el déficit fiscal se
incremente no preocupa a los gerentes de
La Rosada y sus apologistas mediáticos. Que la deuda externa contraída en
estos diez meses alcance los 40 mil millones de dólares no disminuye la hipocresía de los que se disfrazan de
opositores pero actúan como oficialistas. Que las desordenadas medidas
económicas beneficien a unos pocos y no alienten inversiones no parece una advertencia de los males por
venir. Que la imagen positiva del empresidente
Macri esté muy por debajo de la imagen negativa no parece alterar la voluntad de los que garantizan la gobernabilidad
de esta ceocracia destructiva.
Por
el contrario, impulsados por un anti
kirchnerismo patológico siguen avalando desde el Congreso las principales
iniciativas del Ejecutivo, aunque signifiquen un retroceso en los derechos
de la mayoría. Aunque ya quedó demostrado que el pago a los buitres tenía como objetivo beneficiar a los que
aportaron a la campaña del PRO y la Reparación Histórica a los Jubilados
era una treta para facilitar el blanqueo
y la posible venta de los Fondos de la ANSES, gran parte de los Diputados y
Senadores continúa actuando como si el
Gobierno tuviera buenas intenciones. Si el presupuesto se reduce en algunas
áreas claves como educación, salud y ciencia o si la propuesta de
transformación del Ministerio Público Fiscal sólo busca concretar una venganza
empresarial contra Alejandra Gils Carbó importa
poco para los representantes que deberían poner un freno a tanto despropósito.
En busca del desencanto
Nada
de esto impidió que la reforma electoral se concrete. Con el afán de cruzar la
puerta grande del siglo XXI, entraremos
por la alcantarilla de la Democracia con el moderno voto electrónico. Con
las excusas más inverosímiles y los prejuicios más atroces, cambiaremos un
sistema electoral que jamás ha traído inconvenientes –salvo los cacareos de los malos perdedores- por un artilugio
tecnológico de dudosa confiabilidad. Algunos lectores pensarán que el mundo abraza
las innovaciones y que no nos podemos quedar atrás. Patrañas. Sólo en siete países funciona plenamente el
voto electrónico con algunas de sus variantes. Otros, como Holanda y
Alemania lo utilizaron durante un tiempo y lo
han abandonado. En Gran Bretaña y España se han realizado pruebas piloto que no terminan de convencer.
En la mayoría de las naciones del mundo ni se piensa en el voto electrónico,
que dejaría en manos de empresas
transnacionales la decisión soberana de los pueblos.
Pero eso no importa a los
Gerentes de La Rosada. Detrás de cada
iniciativa hay un negocio para sus amigotes. Lejos del prejuicio construido
con Lázaro Báez, que ocupó el puesto 34
en el orden de adjudicatarios de obra pública, los apellidos ligados a los
Macri están primeros en el podio. Si tanto empeño ponen en hacernos votar con
maquinitas, habrá algún primo, sobrino o
amigo de la infancia que nos quiera vender chatarra por tecnología de punta.
Y nos quieren convencer de que el voto en papel es mucho más caro que la compra de los 100 mil aparatos
necesarios para todos los distritos y la respectiva asistencia. Y nos dicen
que el recuento electrónico es más confiable que el manual, cuando en las últimas elecciones de la CABA
un técnico logró hackear el sistema informático de la empresa Magic desde
su departamento.
Si
es por el tiempo de espera, podrían
habilitar más mesas; si es para evitar el desperdicio de papel y las
picardías en el cuarto oscuro, hubieran
pensado en la boleta única, que no sirve como volante partidario; si es por
la premura de anunciar los resultados, los
tiempos electorales no deberían adaptarse a los tiempos mediáticos, sino a la
inversa. Pero el mayor verso que nos quieren vender es el de la transparencia. ¿Alguien puede creer que un gobierno
encabezado por un empresario enriquecido
en complicidad con la dictadura, beneficiado con deuda pública, perdonado por contrabandear autos y con
más de veinte empresas en paraísos
fiscales puede garantizar transparencia alguna?
Aunque
parezca mentira, sí. Este apresurado listado tiene más solidez y fundamento que los miles de titulares que apuntalan los
prejuicios sobre la corrupción K. Si alguien duda de esto, basta mirar la
desesperación de Margarita Stolbizer ante la
nada a la que conducen sus histriónicas denuncias. Hasta cometió del desliz
de sugerir que el Ejecutivo tiene injerencia
sobre las decisiones judiciales. Un paréntesis: la progresista Stolbizer
supone que a Macri le conviene tener como opositora a Cristina y es por eso que
no va a ir presa. O estamos ante un gobierno que no respeta la independencia de poderes o la infinidad de denuncias que alimentó su campaña no
era más que una sarta de mentiras.
A
esto le están facilitando la gobernabilidad los diputados y senadores que quieren ser bienvenidos en los antros del
establishment. A todo esto contribuyen los dirigentes gremiales que postergan la lucha por el paño frío de un
mísero bono. En pocas semanas se cumplirá un año del famoso debate previo
al balotaje. Quien siga con esperanza por este tortuoso túnel, podría tomarse
la molestia de ver ese video con el que
ha sido engañado. Después, que evalúe cómo son sus días en comparación con
los anteriores. Si encuentra mejoría, que siga esperando. Si no, ¿qué más puede pasar para dar lugar al desencanto?
Carriot y estolbiffer son lo mismo dos politicas con mentalidad antipopular, que hacen de grupo de tareas mediatico y legal.
ResponderBorrarAlquiladas por el poder antipopular de turno, apoyado por la Ceo-cracia y las oligarquias financieras.
Siempre buscando a quien revolotear, en su afan y delirios de grandeza.
EL VOTO ELECTRONICO SE PRESTA PARA CUALQUIERA EN TODOS LOS SENTIDOS.
ResponderBorrarTodo lo que contaste en el artículo, ya lo sé. Muchos somos los que ya lo sabíamos desde antes que pasara. Me pregunto y te pregunto ¿que vamos a hacer? Seguir en las plazas sin ningún resultado.? Hay que ir en movilización a exigirle a los dirigentes (diputados, senadores, gremialistas) que actúen o que se vayan.
ResponderBorrarJuicio político y ##FueraMacri y a Tribunales y a Comodoro Py, a exigirle a los jueces que muevan los expedientes con las denuncias contra los funcionarios de este gobierno. Avisen !!!!
La respuesta más contundente no está en manos de los que ya sabíamos todo esto, sino convencer a los engañados. Sin ellos, nos pasarán por encima. Arrepentimiento ante el desencanto necesitamos; que los votantes prestados del macrismo se enojen en serio y nos acompañen; que dejen de creer en las patrañas mediáticas y comprendan la estafa. Sin eso, podemos seguir eternamente.
BorrarUno se pregunta si en algún momento la estrategia judicial de la ex presidenta va a ser defenderse. Raro, no? Y la gilada defendiendo el legado
ResponderBorrarQue no pongas tu nombre indica la baja intensidad de tu malicioso comentario. Si te referís a la defensa mediática, eso es imposible con tantas usinas arrojando estiércol para seguir idiotizando a su público. Judicialmente, la defensa es acorde al tamaño de las acusaciones. Hasta ahora, tienen poco y nada.
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