Estos tiempos del cambio convierten
en realidad las imágenes más oscuras de nuestro peor pasado: efectivos
policiales que surgen de las sombras para cachear estudiantes, apresar
profesores e invadir colegios, universidades y museos. Incidentes sin mayores
consecuencias, en principio. Pero hay errores que provocan excesos
y terminan en tragedia. “Clima de
época”, arriesgan algunos para explicar esta amenaza permanente con
forma de gobierno. El fallo de la Corte emerge en este contexto como una
divisoria de aguas que permite ordenar las fichas de este perverso juego
llamado La Revolución de la Alegría.
Además, revela las reglas, orienta las estrategias y deja al descubierto las
trampas que han tendido desde un principio los que coparon la Casa Rosada a
fuerza de engaños y calumnias. Los miembros del Gran Equipo intentan todo para restaurar
la normalidad de hace cien años y transformar nuestro país en el
supermercado del mundo. El incidente del
2x1 nos convoca para revertir este proceso que busca reorganizar todo al gusto de una minoría insaciable.
El tiempo que se tomó el empresidente
Macri para pronunciarse sobre la resolución de los Supremos sugiere que
la impunidad está entre sus planes. Esta vez no salió. Si logra obtener un
buen resultado en las elecciones legislativas con una leve reversión de la
tendencia negativa en la economía, quizá lo vuelva a intentar de una forma
menos obscena. Por ahora, nadie explica si la demora en emitir su opinión
se debió a que estaba elaborando algo creíble o tratando de aplacar su enojo
por el fracaso de la treta. Y buscando la forma de disimular el desconcierto
por la reacción adversa que desató. Quizá considera que la escueta
manifestación del 1° de abril fue un cheque en blanco para imponer su sello
negacionista y no la expresión de una minoría desbordada por un odio
incomprensible.
Como sea, Macri salió a balbucear las generalidades que siempre se
esperan de él. Para decir lo que dijo, se hubiera quedado callado.
“Estoy totalmente en contra porque
estoy en contra de cualquier ley a favor de la impunidad y más aún en
delitos de lesa humanidad”, mintió. En julio de 2015, diputados y
senadores del PRO no apoyaron la ley 27156 que prohíbe amnistiar, indultar
o cambiar penas de los delitos de genocidio, de lesa humanidad y de guerra.
Además, siempre se ha manifestado en contra de los juicios y de los organismos
de DDHH y le resulta imposible disimular su simpatía por los tiempos de la
dictadura. ¿Cómo va a cuestionar el período de la historia que contribuyó
a multiplicar el patrimonio de la empresa familiar? Como en muchas cosas
más, el Ingeniero engaña y algunos de los que lo escuchan se dejan engañar.
Pañuelos
blancos contra la distracción
Una vez más, las Plazas dijeron NO. Y lo seguirán haciendo mientras la
ceocracia gobernante amenace la Memoria y los derechos de la mayoría. La
multitud movilizada decidió poner un límite inexpugnable a las pretensiones
monárquicas de tres jueces que ya son ilegítimos porque han traicionado el
contrato, pisoteado las leyes y saltado la grieta hacia el lugar más
horroroso. Aunque se esfuercen en negarlo o simulen indignación, quien
sufrió este rechazo popular es el propio Macri y eso lo debilita. La
oscuridad que fumigan los amarillos está potenciando una luz que parecía
adormecida. Los que abandonaron su conciencia para errar en el balotaje
empiezan a advertir que fueron estafados. Los que creyeron en la Pobreza Cero, la Lluvia de Inversiones y el
Segundo Semestre están cerrando sus oídos a los cantos de sirena que
atraviesan las paredes de La Rosada SA. Los convencidos por las falacias de
La Década Robada, La Pesada Herencia o
Los K se llevaron todo empiezan a desconfiar de las propaladoras de
estiércol.
Cada vez más, el Gerente nos está uniendo en su contra.
Ahora será difícil reconquistar el consenso perdido, por más que los PRO hayan
votado –a regañadientes- una limitación a la inexistente figura del 2x1.
En los próximos días veremos cómo se acomodan cuando se debata en la cámara de
Diputados el pedido de juicio político. Lo que opinen y voten revelará la
sinceridad de sus últimas declaraciones de ocasión. El núcleo del
pensamiento PRO está en Macri: a pesar de la crisis provocada por tres de
sus miembros, consideró que la Corte “es
prestigiosa y no hay que ordenarle lo que tiene que hacer porque la
independencia de poderes en un país es fundamental”. Claro, para él la
caprichosa sentencia de sus emisarios disfrazados de jueces es una
expresión de prestigio e independencia. Independencia que no es otra cosa más
que complicidad y obediencia a un establishment destructivo. Cháchara
propia de alguien que no sabe cómo ocultar el poco apego que tiene a la
institucionalidad, sobre todo cuando entorpece la expansión de los
privilegios de la minoría a la que pertenece.
Ante la confusión que siembra el Cambio en cada uno de sus pasos, se
produjo la convocatoria contra el 2x1. Aunque los organizadores aclararon que
el gobierno no era el blanco de sus críticas, el gobierno terminó siendo el
blanco de todas las críticas. No sólo porque Rosatti y Rozenskrantz fueron
elegidos por él y Highton admitida a pesar de la edad para generar una mayoría
automática y obediente, sino por todo lo demás. Los pañuelos en alto no
sólo expresan un repudio al 2x1 sino a todo lo realizado por el Gran Equipo
y una advertencia contra todo lo que hará. Un freno a los ajustes, los
despidos, la inequidad, la recesión, la inflación, el desamparo, la angustia.
Un freno a la estigmatización del adversario, a la corrupción con mejor
envoltorio, a la indiferencia al sufrimiento ajeno, a la renuncia de la
soberanía, al endeudamiento brutal. Al desprecio que destilan los
funcionarios cuando hablan de las víctimas de sus decisiones. A las
engañosas promesas que recitan para seguir enriqueciendo a los más ricos y
empobreciendo al resto.
Las Plazas contra el 2x1 se convierten en un llamado de atención pero no para
los ceócratas, sino para los que siguen confiando en ellos y no se
benefician un ápice con sus medidas. Una advertencia para los que ven en
ellos algo nuevo y no el plan de
la dictadura con traje más moderno; para los que ven en Elisa Carrió una
defensora de la República y una iluminada por una Verdad inaccesible a
todos los mortales; para los que se dejan convencer por el ensayado tono
calmo y las sonrisas zen; para los que se conmueven con los timbreos y
las tiernas imágenes de estudio de la familia presidencial; para que
comprendan que la apretada mayoría regalada en el balotaje es un error
histórico; que no nos quieren, que no les importamos más que como mano de
obra barata, que son egoístas y peligrosos. Las Plazas de los Pañuelos
nos marcan un desvío para escapar de este camino de angustias en el que
nos metieron estas bestias desencajadas.
que todos estos acontecimientos tan desgraciados iluminen a la mayoría de los conciudadanos a no votarlos nunca mas, gracias siempre Gustavo por tus brillantes apuntes-abrazos
ResponderBorrarMemoria, nuestra mayor necesidad...
ResponderBorrar