Desde lo más
profundo y oscuro de la grieta que los
amarillos agigantan día a día,
emergen los peores fantasmas que podamos imaginar. El presente demuestra que la llamada campaña del miedo se quedó muy corta. Macri y su Gran Equipo ya no saben con qué asustar a una
sociedad anonadada. Si no es con la reimplantación del capitalismo más salvaje
es con el negacionismo más perverso.
Si no es con la entrega de nuestro
patrimonio es con la horadación de
derechos que pensábamos consolidados. El hálito restaurador que destilan contagia de podredumbre todo lo que toca
y alienta la resurrección de ideas que
creíamos desterradas. Nada bueno nos espera si dejamos que este tren
fantasma siga su recorrido por el amargo
túnel de retroceso a los momentos más tortuosos de nuestra historia.
Todo comenzó con el pataleo
de siempre en formato editorial que el diario La Nación publicó apenas
asumido el empresidente Macri. La reconciliación es el deseo no cumplido de la oligarquía que presiona para que el
olvido se instale en nuestras tierras. Lo habían logrado con las leyes del perdón y el indulto
menemista, pero los vientos sureños de
principios de siglo reorientaron la historia en el camino de Memoria,
Verdad y Justicia. El hedor a naftalina
podía olfatearse en personajes como Darío Lopérfido y sus dudas numéricas o con
las erráticas definiciones de otros funcionarios. La pueril concepción de Macri
sobre la dictadura como “algo terrible
que nos pasó” comenzó a dar el tono
de una macabra melodía que ya se empieza a ejecutar. En estéreo escuchamos
la cantinela del presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, José María
Arancedo y el vergonzoso fallo de la Corte Suprema de Justicia con la equiparación de delitos comunes con los de
Lesa Humanidad.
“La cultura del encuentro” que pregona la Iglesia -en sintonía con
el cinismo macrista de “la unión de todos
los argentinos”- no es más que la
renuncia a todas las luchas de un pueblo a lo largo de su historia. Ahora,
en medio de una crisis pre fabricada, sacan de la galera la peor de las pesadillas para polarizar a la sociedad de cara a
las elecciones de medio término. Una treta de distracción que puede terminar en
tragedia. No hay reconciliación posible
con esos asesinos si no se arrepienten con sinceridad de sus crímenes, si
no explican qué pasó con los desaparecidos y si no informan sobre el destino de los cientos de nietos que aún no han
recuperado su identidad. Y la reconciliación
debe alcanzar a los civiles instigadores
y beneficiados del genocidio más cruel del siglo pasado si antes devuelven
el patrimonio incrementado a fuerza de sangre. Un encuentro sin esas condiciones sería, en realidad, una colisión.
Más sombras en la oscuridad
La Iglesia
propone “fortalecer lazos de amistad social”,
algo que puede conmover a los
corazones más distraídos. Un vacío atroz con enfoque poético. Una patraña más de estos tiempos. ¿Qué amistad social puede haber entre
los genocidas y sus víctimas? ¿Qué
sentimiento humanitario puede inspirar semejante monstruosidad? ¿Qué país
puede construirse sobre una base tan amnésica? ¿Qué solución trae una propuesta tan siniestra? Ninguna, por
supuesto, sólo abogar por los que fueron el brazo ejecutor e impedir que los juicios lleguen al hueso de
ese plan macabro. Si esto pasa, pasa todo.
Mucho más de lo
que se ha filtrado hasta ahora. Con miles de excusas y falacias, cedimos soberanía ante los fondos buitres,
regalamos poder adquisitivo a los que más tienen, blanqueamos a evasores en pos de una reparación histórica que terminó
en burla, avalamos la destrucción de un
Estado amigable para erigir un Estado amenazante. ¿Hasta dónde es aceptable
tanto cambio: hasta que nos quedemos con
lo puesto en medio de una tierra arrasada?
Que Macri haya celebrado el 1° de mayo con un
sindicalista cómplice del trabajo esclavo enciende
todas las alarmas. Que haya hablado de ventajitas
cuando aprovecha todas las
ventajotas que el cargo le otorga es otra muestra de su habitual cinismo.
Que haya dicho que no va a bancar a ninguno que lo quiera llevar por delante
cuando su peor pesadilla contiene cuatro
tapas adversas de Clarín es una muestra de su debilidad. Que afirme no
estar “para proteger a ningún mafioso” cuando gran parte de sus medidas apuntaron
a eso y sus sicarios amenazan fiscales y jueces revela que su discurso está destinado a cómplices o
alelados.
“Vamos por el buen camino”, dijo Macri, aunque casi todos sabemos hacia dónde nos conduce. No sólo nos quiere
reconciliados, sino también flexibles. Tan flexibles y sumisos como para tener a Gerónimo Venegas como líder
sindical. Y obedientes, para no despertar al Lado Oscuro de la Fuerza. Para los genocidas el 2x1 y el arresto
domiciliario, pero para los desobedientes, ocho años de prisión. ¿Esto votó el 51 por ciento del electorado?
¿Esto consiente la oposición responsable,
ésa que hasta un año y pico atrás se
indignaba con cualquier fábula mediática y revoleaba denuncias a mansalva?
Oposición tan responsable que guarda silencio ante las tropelías que el Gran
Equipo comete a la luz del día. Cobardes que temen al establishment que esta
vez ha tomado el poder con herramientas
democráticas pero con procedimientos muy turbios.
Las advertencias
previas al balotaje quedan como inocentes moralejas ahora que los vemos en
acción. La hiperactividad destructiva desconcierta a una sociedad que no debe tardar mucho más en despertar.
Por lo que Ellos anticipan, el voto no
bastará para frenarlos. En líneas generales, el gobierno de Macri no puede
considerarse una dictadura. Arribar a esa conclusión sería un grave error
analítico, pero los Amarillos se
esfuerzan tanto, que nos van a terminar convenciendo.
y como convencen estimado Gustavo, no se que esparcen sobre gran parte de la población pero lo hacen y los dejan estupidizados, yo he perdido a toda mi escasa familia a manos de esta gente con ese nefasto método que usan, son como una epidemia de rabia, con cada mordida se han esparcido por "este lado oscuro de la galaxia", que saga se podría escribir con estos personajes siniestros, la saga de una nación perdida para siempre? abrazos y gracias
ResponderBorrargustavo siempre es un placer medio amargo,, aunque de esta manera deja d e ser placer para transformarse sencillamente en sentir en palabras d e otro lo que uno tambien siente, y por eso te lo agradesco mucho, en nombre de tanta tristeza, tantas ausencias, y tanto silencio que e stos monstruos han esparcido, como una miseria humana que s e deja sembrada con la ilusion de que convensa a fuerza de no poder generar otro horizonte,,, un agradecimiento desde la tristeza que producen los criminales y cinicos de esta epoca y d e la que parece no hubiese terminado,, mucha s gracias..
ResponderBorrarEl amargo sabor que deja cada medida se acumula en el pueblo, que está pronto a estallar. Y espero que sea pronto, sino no quedará país. Muchas gracias. Roberto
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