jueves, 24 de agosto de 2017

Ojos bien cerrados



Mientras estamos a la espera de los resultados definitivos de las primarias, el escenario se dispone para las elecciones generales. Tal como se supone, los números cantarán que los festejos del domingo 13 fueron demasiado exagerados. Una elección de medio término no es una copa mundial y no arroja ganadores absolutos. Que Cristina haya superado a Bullrich en la provincia de Buenos Aires no inspirará multitudes en las calles arrojando papelitos. Apenas la satisfacción de vencer los vientos en contra que sopla el establishment desde hace mucho tiempo. Si la estigmatización mediática, la persecución judicial y los recursos publicitarios de los amarillos no pudieron opacar el liderazgo de CFK, todavía quedan esperanzas para recuperar el camino hacia un país más justo. Que hayan tenido que apelar a las más obscenas trampas para que los diarios del lunes dibujen una realidad paralela, sugiere que el temible poder que ostentan los Gerentes no es tan poderoso como parece.
Quizá sea eso lo que provoque semejante desenfreno. La suspensión del juez Eduardo Freiler y la elevación de su causa a juicio político quedará como una muestra más de la prepotencia patronal que nos des-gobierna. Que la Corte Suprema haya participado como cómplice necesario de tan brutal atropello institucional no es el mejor camino para combatir la impunidad. El fin no justifica los medios, aunque la ilustre pluma de Joaquín Morales Solá concluya que el macrismo se está contagiando de kirchnerismo. No sólo por los turbios procedimientos a los que apelan para domesticar a jueces, fiscales y abogados sino también por las picardías en la carga de datos en el escrutinio provisorio.
La idea que quieren instalar es que el Cambio puede cometer ciertas atrocidades porque el kirchnerismo también las cometió, al menos en el imaginario que construyeron a fuerza de pecaminosos titulares y análisis inverosímiles. Los que venían a corregir fabulados atropellos son los que atropellan todo con las mejores caras que logran ensayar. Total, para maquillar las tropelías hay apologistas mediáticos capaces de afirmar sin sudar que psicoanalistas K manipulan el pensar de psicoanalizados M. O que Santiago Maldonado estuvo en cualquier parte menos en el lugar donde los gendarmes lo desaparecieron. Como el espíritu de los escribas está en extremo corrompido de tanto servir a los perversos amos, un columnista de Clarín puede hablar del “artesano que se hizo humo” sin remordimientos.
Y la gestión PRO, lejos de apartar a la fuerza de in-seguridad que defiende el millón de hectáreas de Benetton de los mapuches, acerca a los infantes las armas que usa Gendarmería y hasta regala camioncitos Unimog de juguete por el día del niño porque los medios que la apuntalan no esbozan ni una línea adversa. Y si la ministra Patricia Bullrich revela el nombre y la dirección de un testigo protegido, tratan de disfrazar el algo habrán hecho que no pueden contener. Una vez más, vale recordar que no hay democracia posible con una parafernalia mediática dispuesta a malograr la coherencia colectiva.
Los límites de la estafa
 Alguna vez, los embelesados por los festivos bailes, los brillantes globos y los anodinos timbreos tendrán que advertir el horrendo rostro que se disimula con tanto maquillaje. Tarde o temprano, las floridas excusas que recitan los Ceos revelarán su infamia a los hechizados. En una fecha impredecible, tanta burla ofenderá el sentir del buen vecino y la realidad que no está en tapa ya no se podrá tapar. La paciencia tiene un límite cuando las promesas no se cumplen y el arribo de la bonanza se posterga cada vez más. El tiempo que dure esta distracción voluntaria está en manos de los que se resisten a admitir que han sido víctimas de una estafa. Y lo seguirán siendo hasta que la conciencia abra sus ojos o la crisis prefabricada inunde su vida de pestilencias que hagan voltear la nariz hacia aires más saludables.
Por ahora, muchos de los votantes del Cambio se abrazan a un entramado de falacias que brinda cierto confort. Ya no perciben el clima beligerante ni la crispación que provocaba el kirchnerismo. Los dueños han tomado las riendas y, mientras quedan a la espera de un vivificante derrame, se acurrucan a sus pies de aquel lado de la grieta. Y mientras esperan, memorizan los justificativos del saqueo que pronto padecerán en formato autoayuda. Hasta llegan a celebrar los padecimientos ajenos como el camino necesario para llegar al país normal.
Por eso los PRO hacen lo que hacen y dicen lo que dicen: la distracción funciona mientras llenan sus arcas, ocultan el botín y eliminan todos los obstáculos; los prejuicios alentados sirven de plataforma para un ideario destructivo; la meritocracia y el emprendedurismo aparecen como un faro para individuos que desconfían de lo colectivo; la culpa echada sobre la víctima exime a los victimarios. Y si algo se les va de las manos tienen un catálogo de frases de póster que encajan con vaselina en cualquier circunstancia. Si la CGT organiza una marcha contra el ajuste, el empresidente Macri sentencia que es una “pérdida de tiempo” y que las cosas se resuelven con diálogo. Y aunque todos sabemos que en boca de los poderosos el diálogo es un vómito de órdenes, algunos se dejan convencer con esa predisposición fingida. Tanto que los sindicalistas postergan la decisión de otra medida de fuerza hasta dentro de un mes, cuando la proximidad de las elecciones la vuelva inconveniente.
¿Cuántas chances más hay que darle a esta pandilla de destructores? ¿Qué de bueno se puede esperar de Ellos, si no han hecho más que producir daño? Si los escandalosos conflictos de intereses, la malaria creciente, la decadencia acelerada, el cinismo insultante, la inoperancia manifiesta, la arbitrariedad vandálica no son evidencias del abismo que nos espera, ¿qué lo puede ser? Si la aplicación de las recetas no trajo más que retroceso de la producción, desempleo y aumento de la desigualdad de manera acelerada, ¿qué milagro se puede producir? Si desde el principio han apelado a la represión para ajustar nuestra dignidad, ¿por qué aceptar sus iniciativas? Si se convierten en encubridores de una desaparición, ¿por qué confiar en que respetarán nuestras vidas? Si porque dicen que ganaron despliegan su autoritarismo, ¿por qué algunos siguen poniendo buena cara?
Nunca se ha visto tanta desfachatez con banda presidencial; jamás la derecha más bestial había encantado la voluntad popular; ni una vez en la historia se produjo tanto engaño electoral. Algo tan insólito amerita una resolución insólita y eso sólo está en manos de los damnificados cuando reconozcan que los prejuicios, la indiferencia y el odio no pueden conducir a nada bueno; cuando descubran que los más ricos no se vuelven generosos; que alguna vez en la vida hay que abandonar la pantalla y tomar las riendas de la propia conciencia.

2 comentarios:

  1. Está muy bien su análisis pero omite aceptar una de las más certeras prevenciones en el virreinato, que es descubrir a esos psicólogos K como consecuencia indeseada y espantosa de la continua y alevosa perversión M.... la verdad, acá hasta yo tengo que admitir mi error, hace poquito me enteré que hasta 2019 están pendientes 10 (DIEZ!!!!!) aumentos de la tarifa de gas (dolarizadas, sobre un dólar que vaya uno a saber qué dios decidirá cuanto va a valer en cada uno de esos aumentos.... pendientes).
    Si me decían que un votante de esta amarillez, necesitaba un diván, un psicólogo o un loquero... me hubiera parecido una exageración muy poco seria, el coso sería idiota o estafado y chau..... pero no, es gente con evidentes filtraciones en la azotea, hay o debe haber un goce perversito en éso de balearse las patas (o el bolsillo, órgano más sensible); los tucumanos tenemos experiencia con votantes así, ese simpático mix de colifa perverso y masoquista, los que privilegian las malas razones y las peores actitudes para preferir con su voto a un viejo conocido y por criminal de ocupación.... son de diván, claro - y ahora, igual, pero del verde oliva al amarillo y tonada bonaerense.
    Póngale la letra que prefiera, pero que necesitan un loquero, lo necesitan.... antes de octubre, preferiblemente.

    ResponderBorrar
  2. gracias Gustavo, nos gobierna la derecha marquetinera, si encontras la foto del ministro de ambiente escondido entre las hiedras de plástico tene cuidado que te puede agarrar un ACV, yo aun me estoy recuperando-besos y comparto

    ResponderBorrar

Un viernes negro

  La fortuna nos dio una chance. El disparo no salió, pero podría haber salido . El feriado del viernes es un casi duelo. La ingrata sorpres...