jueves, 14 de septiembre de 2017

Un horizonte sombrío



La desaparición forzada de Santiago Maldonado seguirá siendo una piedra en el zapato de Macri sólo si comprendemos su gravedad y sus consecuencias. Más allá de los intentos de los medios hegemónicos por desviar el foco o alivianar el caso, debemos evitar que lo desplacen de la agenda. Aunque jueguen a los dados con la opinión pública, no debemos permitir que salgan airosos de este nefasto episodio. Por más que ahora empujen a la hoguera a un puñado de gendarmes, no debemos olvidar que apelaron a las más obscenas tretas para evitar que el fango salpique a la fuerza de seguridad que garantiza la ejecución del Cambio. Pero lo que necesitamos no perder de vista es que están dispuestos a todo con tal de preservar los privilegios de la clase a la que verdaderamente representan. Si dejamos que lo conviertan en un simple caso policial, no habrá antorcha que pueda disipar las sombras que pronto nos envolverán.
La confusión reina en los que se dejan confundir por el disparatado relato que construyen a diario. Que Santiago era un agente encubierto del terrorismo internacional o un experto karateca capaz de vencer a una brigada de efectivos armados como si fuera un héroe de película; que peinaba rastras o usaba capucha; que era un hippie vip con tres celulares que apoyaba la causa mapuche; que quería escaparse de su familia; que está escondido en territorio sagrado o que sacrificó su nombre para pasar a la clandestinidad. Absurdos que sólo un voluntario podría tomar como ciertos. Chismes que no alcanzan para desaparecer a una persona. Excusas que sólo sirven para seguir acosando a las comunidades que reclaman sus tierras ancestrales, para que sus derechos sigan siendo pisoteados, para que los grandes terratenientes sigan apropiándose de nuestras riquezas.
Mientras reflexionamos sobre estas cosas, quizá estén buscando un lugar más o menos verosímil para aparecer a Santiago con una historieta funcional a la campaña. Una fábula que les permita simular preocupación y eficacia y que aleje las similitudes con la dictadura a la que tanto se quieren parecer. Un final feliz que descoloque a los mal pensados que quieren hacer política con algo tan dramático, como si Ellos no hubieran explotado el suicido de Nisman para invadir La Rosada. Una escena tan convincente que los convierta en angelicales constructores de un futuro próspero para esta Argentina tan castigada por los doce años de kirchnerismo.
Si consiguen algo así, estamos fritos. Si logran legitimar la violencia institucional para imponer este modelo de despojo, será mejor que empecemos a buscar refugio. Si convencen a los votantes de que éste es el mejor camino, en breve protagonizaremos una remake de los peores momentos de nuestra historia.
La Grieta recargada
Ningún gobierno podría subsistir afectando a tantos sectores de la sociedad, prometiendo ajustes y tarifas de miedo, destruyendo la industria y el comercio y endeudando el país como nunca si no fuera por la nociva complicidad de los medios hegemónicos. Los principales diarios del mundo son más críticos de Macri que los más vendidos en nuestro país. Los Panamá Papers, la prisión de Milagro Sala, el escándalo del Correo Argentino, la alteración de los números electorales son tópicos inaceptables para el mundo civilizado. Una marcha de personas en sillas de rueda y muletas para exigir la restitución de las pensiones por discapacidad es la imagen más cruel que podría imaginarse. Hasta denuncian que Argentina se ha convertido en un paraíso financiero para los especuladores. No es para menos, si las Lebacs ya amontonan una deuda que supera el billón de pesos. Y a esto hay que sumar los préstamos cercanos a los 140 mil millones de dólares, cifra récord en nuestra historia. Si una parte de esa cifra se hubiera invertido en estímulo a la producción y obra pública en serio, estaríamos más cerca del paraíso que prometen. Pero no: nos están endeudando bestialmente para que sus amigotes engrosen fortunas gracias a la perniciosa timba.
Lejos de mostrar buenas intenciones, las medidas del Gran Equipo buscan perjudicar a los más vulnerables. El ministerio de Agroindustria serruchó un programa de asistencia a pequeños y medianos productores de verduras de hoja que afectará a más de diez mil familias. ¿Acaso los votantes PRO aplaudirán esta decisión porque la mayoría de los damnificados son bolivianos radicados en el país? Lo más enojoso es que los funcionarios deben tener en carpeta una serie de subsidios y compensaciones para los grandes productores por las inundaciones que, en parte, se agravan por la deforestación angurrienta. Para los más ricos quita de retenciones, bajas impositivas, libertad para especular con los granos y el dólar, pero para los más desfavorecidos, la implacable guadaña.
¿Tan difícil es comprender que gobiernan para una élite y que, en breve, casi todos estaremos afectados por esta fiebre amarilla? Mientras ponen las fuerzas represivas para proteger latifundios, los diputados del Cambio se niegan a prorrogar la ley 26160 que prohíbe los desalojos a los pueblos originarios. ¿Cuán voluntario hay que ser para creer que los objetivos de esta ceocracia son la pobreza cero, el pleno empleo y el desarrollo? ¿Qué confundido hay que estar para creer en la transparencia, el diálogo y la verdad que pregonan?
El escenario electoral auspicia una inevitable polarización entre estos ajustadores y los que quieren frenar el saqueo. En el medio quedan aquellos que susurran tímidas críticas al oficialismo y se hacen eco de la despiadada demonización del kirchnerismo. De tan timoratos, terminan siendo funcionales al plan destructivo al que simulan oponerse. De tan acomodaticios, acabarán descartados en un lado del camino o succionados por la banda que nos des-gobierna. El rechazo a la convocatoria de CFK para la unidad de los opositores deja en evidencia a estos ‘dirigentes’ que obedecen sin dudar las directivas del establishment. El Cambio no admite medias tintas: convalidarlo en las urnas significa profundizar el sufrimiento de muchos argentinos. Que Macri balbucee mal el Padre Nuestro puede inspirar algunos chistes en las redes, pero que asista a la inauguración de un comedor revela que la caridad es la única respuesta que tienen para atenuar la pobreza. El horizonte es mayor desigualdad y el que crea otra cosa padece una sobredosis de voluntarismo.

3 comentarios:

  1. CREO QUE YA ESTAMOS FRITOS..LA IMAGEN DE MACRI COMO DE LA BULLRICH CRECIERON UN 3% EN BASE A LA DESAPARICION DE M,ALDNADO...SE LO MERECIA POR HIPPIE,BARBUDO,SOLIDARIO...UNA SOCIEDAD EN QUE SE PRODUCE ESTE HECHO DE AUMENTO DE LOS NIVELES DE ADHESION A AMBOS,GRACIAS A LA DESAPARICION DE UN COMPATRIOTA,ES UNA SOCIEDAD DEFINITIVAMENTE ENFERMA.

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  2. Creo efectivamente que estamos en el horno,sancochados,al asador o al spiedo..basicamente porque no tenemos conciencia que estos turros vinieron para quedarse

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