martes, 25 de mayo de 2021

El futuro no debe ser amarillo

 

Otro 25 de mayo en pandemia nos impide celebrar como corresponde: con una fiesta en la calle, una multitud cantando el Himno y el celeste y blanco inundando cada mirada. Ya llegará el momento de revalidar de esta manera nuestro camino al futuro. Los que se junten hoy no son los que quieren una patria justa y liberada, sino todo lo contrario. La Covid es un enemigo voraz, dañino, implacable y vil. Cualquier semejanza con los PRO, que son bichos de otra naturaleza, no es pura coincidencia, porque se construyen representando los peores sentimientos de una minoría destructiva.

Nadie se puede hacer el distraído: ya no son una alternativa política para guiar por buen rumbo el país. Lo han demostrado en el pasado, en el Principado de la CABA, en la provincia de Buenos Aires y en aquellos distritos que insisten en teñirse de amarillo a toda costa. Y en el gobierno nacional, por supuesto, con el Infame Ingeniero disfrazado con la banda presidencial y jurando con honestidad, sin saber lo que eso significa. Desigualar y endeudar son las claves de su proyecto y por eso nos dejaron esta pesada herencia en serio. Pero lejos de ser pasado, son también presente: lo que esputan hoy en los medios es lo que harían si fueran gobierno. No aportarían ni un centavo para contener a los afectados por las restricciones sanitarias, harían de la vacuna una mercancía y propagarían el virus insistiendo con una presencialidad imposible. Tal como hace Horacio Rodríguez Larreta como Jefe de Gobierno en la usurpada Capital del país y lo que hará si su sueño presidencial se convierte en una pesadilla en 2023.

No hay que tener demasiada imaginación, pues con sólo ver lo que hacen y declaran quedan pintados por completo. Más que pintados, embarrados. No ve sus entrañas el que insiste en cerrar sus ojos. Donde pisan, instalan su ponzoña. La provincia de Formosa estuvo sin Covid hasta que llegaron Ellos a clamar por la libertad y el único libre fue el coronavirus. Y hacen creer a los incautos que están ante un gobierno populista, autoritario y perverso que los quiere encerrar con la excusa de una enfermedad que ya está controlada en el resto del mundo. De más está decir que conquistan voluntades a través de obscenas mentiras que son bendecidas y amplificadas en los medios cómplices por seudo periodistas y conductores que ya han vendido varias almas al demonio de la oligarquía. Los ejemplos abundan y exponerlos sería vomitivo.

Impunes, claman que no hay vacunas, aunque hayan ingresado al país más de 12 millones de dosis que ya han sido administradas a casi el 20 por ciento de la población. Descarados, incitan al odio con feroces convocatorias destituyentes y hasta una conductora televisiva -ya inaceptable en democracia- expresó su deseo de incendiar la Casa Rosada. Falaces, denuncian delitos inexistentes, como la presidenta de esa fuerza política, Patricia Bullrich, que acusó de pedido de coimas al laboratorio Pfizer, hecho desmentido por los responsables de esa empresa.

Nada de esto sería posible sin el apoyo incondicional de unos cuantos jueces y fiscales que protegen sus espaldas archivando las causas o los sobreseen a pesar de las pruebas contundentes que los involucran en los más atroces chanchullos. Que el nosesabequé Fabián Rodríguez Simón, cuyo seudónimo “Pepín” queda demasiado simpático para un personaje tan oscuro, se haya fugado a Uruguay para pedir asilo político porque una jueza lo convocó a una audiencia indagatoria sugiere abundante suciedad. Y no sólo propia, sino también ajena. Este personaje es la clave para desentrañar el perverso modelo judicial dispuesto a perseguir en serio a opositores políticos durante el gobierno de Macri al servicio del Poder Real.

Tan nefastos son los PRO, que hasta el diario británico The Guardian puso el ojo en la politización de la pandemia encabezada por estos desaforados. "La coalición opositora de centroderecha Juntos por el Cambio luchó con uñas y dientes" contra las medidas de cuidado dispuestas por el Gobierno nacional para frenar la exponencial suba de contagios de covid-19, publicó en sus páginas. Ni vergüenza tienen, porque siguen como si nada mientras sean funcionales a esa minoría a la que representan muy bien. Si hay un deseo para este 25 de mayo es que los incautos seguidores de estos enemigos disfrazados de partido político sean cada vez menos.

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