domingo, 5 de febrero de 2012

Entre estos calores, algunos clamores

Como hace mucho calor, se impone hablar del calor. Prepotente, invasivo y grosero, hace que nos sintamos como la muzzarella burbujeante que se desparrama por la pizza. Hasta las ideas parecen salir derretidas de nuestra mente, pre-cocidas, a punto de caramelo. No hay sintonía fina que pueda hacer retroceder a esta estación que, sin dudas, tiene una peligrosa posición dominante a lo largo del año. Y el ciclo lectivo pretende invadir parte de la estación más larga, más molesta y más cruda del año en gran parte del país. El Ministro de Educación, Alberto Sileoni, propone alcanzar los doscientos días de clase para mejorar la calidad educativa. Si la cantidad garantiza o no calidad, es una vieja discusión. Y si de cantidad se trata, habría que averiguar cuánta carne sobró del asado convocado por Hugo Moyano, el líder de la CGT, en el edificio de la calle Azopardo. Algunos dicen que por más que los invitados comieron como si les pagaran horas extras por cada masticada, las ausencias se notaron por la presencia de costillares abandonados en la parrilla a la hora de los postres. Y ante los no muchos presentes, Moyano negó la posibilidad de pasarse a las filas de la oposición porque “yo estoy en nuestro propio bando”. Mientras el camionero toma rumbos inciertos y solitarios, aparecen pintadas en algunas paredes que claman “Cristina 2015”. Otro clamor que crece con más insistencia es el del retorno de una YPF estatal comprometida con el crecimiento y no con la especulación. Aunque el calor haga que todo parezca más lento y pegajoso, la acción no se detiene.
A fin de mes comienzan las clases. Así lo dispuso el Ministerio de Educación. Y la idea es seguir agregando días de clase hasta llegar a los doscientos. El calor no es excusa para no hacerlo, aunque influye. En gran parte del país, hasta mediados de abril sigue implacable y ya para esos tiempos, con tanta acumulación calórica, 27 grados resultan agobiantes. Y en un salón poblado de adolescentes acalorados, con un módico ventilador destartalado que desparrama aire sobrecalentado y un ventanuco que ni siquiera promete la posibilidad de ventilar, resulta muy difícil impartir educación. De este modo, la cantidad no garantiza calidad. Menos aún si algunos colegios no incorporan un uniforme adecuado para los días de altas temperaturas. Con el calor no se puede pensar. No dan ganas de pensar cuando todo parece derretirse.
Los expertos en estas cuestiones climáticas hablan del calentamiento global, pero no explican por qué el este europeo se está congelando desde hace algunos meses. Si la avidez capitalista está alterando el equilibrio del planeta, las minorías beneficiadas no se dan por aludidas. Las topadoras sacuden los bosques para continuar con la avanzada híper explotadora de la tierra. En Perú, los miembros de una comunidad indígena amazónica que vive aislada en los bosques, los mashco-piro, comenzaron a hacerse ver en un balneario para ecoturismo. Claro, entre las topadoras y los aviones de las petroleras, se sienten expulsados de las tierras que ocupan desde hace generaciones. Los capitalistas angurrientos producen el calor, el frío, las guerras, el colonialismo, el hambre, la exclusión. En las provincias del norte de nuestro país ocurre algo similar y los gobiernos correspondientes, en lugar de aplicar la ley, se ponen de parte de los que la incumplen. Y hay patotas armadas que desalojan campesinos indígenas a los tiros, con impune puntería. Eso no provoca el calor, pero recalienta el ambiente.
Y otros recalientan los motores. “Nadie duda –afirma Moyano- que desde la Casa Rosada se quieren rebajar los porcentajes salariales y de esta manera se terminan las paritarias libres”. Una sugerencia no es una orden, aunque algunos lo tomen de esa manera. Pero el camionero emprendió un rumbo propio con un objetivo incierto. Los que lo siguen son los que nunca pensaron seguirlo. Paradoja. Aunque enojado con exageración, descartó un paro general “porque no hay motivos, por ahora”. Las demandas del sindicalista no explican el rol que está asumiendo. La suba del mínimo no imponible para el pago del impuesto a las ganancias y el retiro del tope a las asignaciones familiares son transformaciones ineludibles. Y también el reparto de las ganancias empresariales entre los trabajadores y el incremento de los días de vacaciones mejorarían sustancialmente las condiciones laborales. Pero esos reclamos no justifican una ruptura.
Ni los exabruptos. Declarar que seguirá al frente de la central sindical “hasta junio si no hay un golpe de Estado en la CGT”, además de jugar con algo muy doloroso para la historia de nuestro país, es hacer el juego a los impresentables que mastican su odio fantaseando con un gobierno autoritario que sólo existe en la imaginación de trasnochados etílicos.
Y en su afán de ejercer presión, está perdiendo poder y precisión. Muchos de sus allegados se han diferenciado de sus posiciones extremas. Claro, homologar la sintonía fina con la flexibilización laboral menemista es de una injusticia hiriente. Y quienes salieron a apoyar públicamente sus palabras simbolizan lo más cuestionable de la representación gremial. Gerónimo Venegas y Luis Barrionuevo, ligados al duhaldismo, y Pablo Micheli, afín al ex gobernador Hermes Binner, se montan al acoplado de Moyano para ganar posiciones en la vereda de enfrente. El calor produce esos milagros.
Milagros como el de la resurrección de Julio Cobos que, ante los rumores sobre una reforma constitucional que permita la re-re de CFK, encontró un micrófono misericordioso que le otorgó la posibilidad de iluminar a la opinión pública. Para el ex vice opositor –conspirador, también- “intentar una reforma de la Constitución para permitir otra reelección presidencial es subestimar a 40 millones de argentinos y a la dirigencia política”. Claro, el ex gobernador mendocino sabe mucho sobre el tema de respetar la voluntad popular y las instituciones democráticas. Y también de política, de la profunda. Por eso sostuvo con esa claridad que lo caracteriza que “siempre es mejor la alternancia porque facilita la renovación”, como si hablase más de su vestuario que de política. Y como buen conocedor, concluyó que “la reforma de la Constitución no es hoy una prioridad para la ciudadanía”. Sin embargo, muchos se entusiasman con esta idea, aunque sea para dar letra a algunos opositores y alterar su descanso estival. Como el diputado Francisco De Narváez, que reclamó a La Presidenta que defina si va a impulsar o no la reforma constitucional. “Si se va a modificar para las re elecciones indefinidas –declaró el empresario que juega a la política- voy a decir que tienen el derecho de pedirlo pero me voy a oponer". Da miedo, ¿no?
Quien no tiene miedo es el Ministro de Planificación, Julio De Vido, que a través de un comunicado anunció la suspensión de los programas Petróleo Plus y Refino Plus, con los que otorgaba beneficios fiscales a petroleras y refinerías por 2000 millones de pesos al año. Un poco de sintonía fina y otro poco de revancha. Los sobreprecios en la venta a granel de gasoil ponen el foco en el accionar de las distribuidoras de combustible que abusan de su posición dominante. Estos incentivos comenzaron a entregarse en 2008, cuando las condiciones de mercado eran diferentes de las actuales y tenían como objetivo la exploración, producción de petróleo y la refinación. Pero las empresas beneficiarias no respondieron de forma satisfactoria. La importación de combustibles no se condice con el potencial productivo de las reservas del país. Tal vez esta medida sea un anticipo de la estatización de YPF, que controla el 60 por ciento del mercado total. Y los accionistas, aunque están obligados a distribuir el 90 por ciento de las utilidades que genera la compañía, distribuyen el 144 por ciento. Vale aclarar que en el mundo, lo que se reparte no es más del 40 por ciento y es por eso que el grupo conformado por Repsol y Petersen (Eskenazi) no tiene resto para destinar a exploración y explotación. El Estado les ha dado tiempo para que se encuadren en la ley y no lo han hecho. No estaría de más re-estatizar la empresa creada por el General Mosconi noventa años atrás. Un paso más en la recuperación de la soberanía nacional abandonada por peligrosos espejitos de colores.

jueves, 2 de febrero de 2012

Sobre comparaciones y provocaciones

Algunos dicen que las comparaciones son odiosas. Eso depende de los objetos a comparar y las intenciones del comparador. Las comparaciones son odiosas cuando el comparador tiene intenciones odiosas. Comparar al periodista Orlando Barone con José Gómez Fuentes esconde un odio incontenible. Como hacer lo propio entre la actitud diplomática del Gobierno Nacional ante la escalada de agresiones por parte del Reino Unido y los delirios belicosos y etílicos del dictador Galtieri. La analogía –la comparación- es una estrategia argumentativa que persigue una intención para persuadir al lector. Algunas comparaciones ilustran al auditorio y otras hacen perder lustre al orador. Otras son tan torpes que resultan absurdas y hasta se convierten en una provocación. Si de provocaciones estamos hablando, esta semana estuvo plagada de ellas. Hugo Moyano –el líder de la CGT- es un experto incomprensible para provocar sin sentido. En cambio, una provocación bien direccionada es el arribo del príncipe Williams a Las Malvinas para perfeccionar su instrucción en helicópteros de rescate y de paso en estrategias de provocación. Otro que provoca mucho –y con una variada gama de reacciones- es el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, que, en su carrera por la presidencia, toma las medidas más antipáticas escudado por el silencio de los medios cómplices de su afán demoledor. Comparaciones y provocaciones recorren esta semana informativa. Pero también hubo respuestas elevadas que descolocan frases y acciones berretas que se derrumban apenas pronunciadas.
En sesenta días se cumplirán treinta años del inicio de la Guerra de Malvinas, esa extraña y destructiva bravuconada patriotera que intentó la dictadura para postergar la extremaunción. No fue fácil tomar posición respecto al tema después del retorno a la democracia. Parecía que pensar en la soberanía sobre las islas era reivindicar la guerra. Confusión que llevó a posponer el tema durante mucho tiempo y retomar la vía diplomática con cierta timidez en los últimos años del siglo pasado. Recién ahora, el Estado Argentino se despega de la desventura bélica de 1982 apelando a la ilegitimidad de las acciones del gobierno usurpador y profundiza la condena al colonialismo británico. El reclamo argentino pasa por la exigencia del diálogo. Si la Corona no quiere hablar de soberanía es porque sabe que en ese terreno pierde. Por eso apela a la estrategia de la autodeterminación de los kelpers –que son ciudadanos británicos- y hace ondear la bandera de la ovejita. Y también sabe que en una mesa de negociación, con las leyes internacionales sobre la mesa, el fin del conflicto es, inevitablemente, la devolución de las islas invadidas, colonizadas y saqueadas desde 1833.
Cuando no hay argumentos, la provocación –casi gruñido- es lo único a lo que pueden apelar. La extracción de los recursos naturales, el refuerzo de la presencia militar y el viaje de egresados del heredero de la Corona no son más que fintas en espera de una reacción. La intención pacifista de nuestro país no debe tomarse como una debilidad, sino como una fortaleza basada en la razón. Ante los desesperados desplantes de la no-diplomacia real, ante los desaforados y absurdos conceptos vertidos desde los diferentes estamentos políticos de Inglaterra, la enérgica respuesta del Gobierno Nacional desde las vías diplomáticas está dando buenos resultados porque suma comprometidas muestras de apoyo en el plano internacional. Y no sólo en los países de América Latina, sino en Estados Unidos y hasta en el gigante asiático.
En el terreno local, algunos lenguaraces profesionales de decreciente influencia en la opinión pública también provocan. Pero son tan obvios y chiquitos sus argumentos que no alcanzan a provocar lástima, siquiera. Escuchar a Joaquín Morales Solá igualando la actitud de Galtieri con la de La Presidenta despierta la risa hasta en un nene de cinco años. En cambio, duele que Jorge Lanata –por un espacio en el 13- ya haya regalado definitivamente las islas. Y apena que se ensucie a Orlando Barone con una vil comparación con el vocero dictatorial, José Gómez Fuentes. Como si un pseudo-periodista que amplifica los argumentos autoritarios de una dictadura por ATC fuese lo mismo que uno que trabaja en la TV Pública democrática y que defiende las acciones de un gobierno indiscutiblemente popular y legítimo. Pero, en menor medida, también son provocaciones de aquellos que ya no saben de qué manera boicotear el país que colectivamente estamos construyendo.
Los Moyano también provocan, pero están cada vez más solos en el cruce de vereda que están transitando. Las fotos de Facundo en Cancún se asemejan más a ostentaciones noventosas que a vacaciones de un representante gremial. Las vociferaciones de Hugo desconciertan hasta a sus propios representados por los ataques inconsistentes hacia el Gobierno Nacional. Y Pablo, montado en un conflicto con una empresa de correos en Chubut, pretende tomar la Casa Rosada con camiones embanderados. Ahí también falta la razón y por eso gritan. Gritan tanto que están provocando fisuras hasta en los propios allegados al moyanismo. El taxista Omar Viviani, de la mesa chica del titular de la CGT, sostuvo que “hay algunas cuestiones en las que tiene potestad el secretario general y a lo mejor no representa al conjunto de la CGT; en este caso hay alguna división, porque algunos compañeros no están de acuerdo con enfrentar al Gobierno”. No deben ser algunos, sino muchos trabajadores los que se resisten a enfrentar al Gobierno Nacional y es por eso que Moyano evita dirigir sus palabras de ataque a CFK. Sin embargo, llegan hasta ella. Si no, ¿a quién responden los “chirolitas”? “El modelo se profundiza con debate, aunque algunos crean que no es así”, apuntó el canillita y diputado Omar Plaini, que reconoció que “hay tensiones” con la Rosada. “Se equivocan los que creen que le discute poder a Cristina –explicó- nosotros no estamos haciendo un planteo político”, aunque las últimas intervenciones de los Moyano indiquen todo lo contrario.
Y si de soledad se trata, nadie tan desesperado como Oscar Aguad, diputado por la UCR que, no conforme con la derrota electoral de octubre, producida en parte por la alianza con Francisco de Narváez, además de la poca solidez –para ser compasivos- del candidato presidencial, invita a todos a una cruzada multipartidaria como alternativa a futuro. “Si Macri piensa como yo, bienvenido sea” expresó, suplicante, el diputado. Aunque parezca mentira, Aguad quiere construir una “Gran Alianza Nacional” –una especie de licuado híbrido- para enfrentar al kirchnerismo. Lo que no advierte es que enfrentando al kirchnerismo también enfrenta a gran parte de una sociedad que está acompañando –con convicción, compromiso y alegría- el proyecto de país en curso. Y más aún si convoca a un personaje tan destructivo como Macri. Hace unos días la UCR participó de la Internacional Socialista en Costa Rica, algo incomprensible de acuerdo a los vaivenes ideológicos que ha tenido el partido centenario en los últimos años. Si el diputado tiene coincidencias con el líder del PRO y a la vez, el radicalismo participa en la Internacional Socialista, hay algo que hace ruido. Un ruido atronador como sus palabras desideologizadas.Principio del formulario
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 “Yo exhorto a los dirigentes a que desandemos las diferencias partidarias, hay que construir una gran alianza nacional para sacar al país del subdesarrollo”, expresó, entre el cinismo y la mediocridad. Un subdesarrollo con un crecimiento sostenido durante ocho años, disminución de la pobreza y del desempleo, industrialización, infraestructura. Además de incoherente y mentiroso, desmemoriado. La crisis más profunda y dramática que vivió nuestro país fue provocada por dirigentes de ese mismo partido, que no dudaron en continuar el sendero de entrega y corrupción comenzado en los noventa. Y Mauricio Macri representa esa gestión desideologizada e híbrida que esconde una profundización de la exclusión con mucho énfasis, con una avidez indisimulada por segregar a los más vulnerables. Muy difícil imaginar a Mauricio participando de las discusiones en los foros de la Internacional Socialista, aunque se hayan suavizado las posiciones transformadoras. Ojo, tampoco cuadran mucho Aguad o el propio Alfonsín. Ese tipo de construcciones electorales con negación absoluta de la realidad y la ideología, pero a la vez como afirmación de privilegios minoritarios, no provoca más que espanto. Y un poquito de asco también.

lunes, 30 de enero de 2012

Una distorsión en tu mirada

      Una máxima perdida en el tiempo dice que “una esterilla no puede sobrevivir a diez días de playa”. En la memoria de algún bañista quedarán los esfuerzos de este ignoto profesor de provincias para extender sobre el suelo lo que antes era una esterilla y ahora, sólo un absurdo hatajo de pajitas flameantes, mientras el viento intenta –con mucho éxito- introducir medio kilo de arena detrás de las lentes de contacto. Después de unos violentos parpadeos, la sensación rasposa sobre la córnea permite acceder a distorsiones surrealistas de las vistas del mar y de la playa. Una experiencia que sólo los miopes pueden tener. Quien tiene una distorsión de la realidad y no como producto de la arena en sus ojos es el líder de la CGT, Hugo Moyano, que está decidido a arrojar dardos envenenados a cuanto “chirolita” se cruza en su camino. Y no es el único. Los opositores encontraron por fin un tema al que oponerse, después del aplastante resultado de las elecciones de octubre. Basta que alguien diga “re-re…” y ya salen velozmente de su letargo para comenzar a decir sandeces. Y hablando de sandeces, el Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, pretende batir su propio récord vetando a diestra y siniestra, sobre todo aquellas leyes que signifiquen inclusión, memoria y cultura. Parece que el viento hace llegar muy lejos los granitos de arena que levanta de la playa para distorsionar la visión de los desorientados que no comprenden.
De manera sospechosa, la relación entre Pablo Moyano, el líder del gremio de los camioneros, y el Ministerio de Trabajo no transita por el más dulce de los senderos. La conciliación obligatoria dictada para resolver el conflicto entre la empresa Correos del Sur y los trabajadores parece que desembocará en una medida de fuerza. Pero no estará destinada a la empresa que aumentó desmedidamente sus servicios para el reparto de facturas de Camuzzi Gas del Sur -que optó por Correo Argentino-  sino contra el Gobierno Nacional. Y precisamente es Carlos Tomada –que ha intervenido exitosamente en innumerables controversias laborales- el destinatario de los principales improperios. Los camioneros pisaron a fondo y no hay quien los haga frenar.
Hugo Moyano es el que ha abandonado la ruta de manera permanente. Aunque el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, intentó hacerlo recapacitar, parece que el quiebre es definitivo, por ahora. El ex motonauta ya está nuevamente en carrera y por eso, está empeñado en conciliar a mansalva. “Desde mi óptica, no cae bien ni mal –explica el vicepresidente Amado Boudou- Son posiciones que van tomando los dirigentes y que en definitiva el que las va evaluando es el conjunto de la sociedad”. Claro, la ruta de la conciliación indiscriminada es un camino seguro hacia el revoltijo; hace que se pierda la esencia del proyecto. A partir de ahora, tratar de construir licuados para obtener mayorías circunstanciales significa no entender cuál es el camino hacia el país deseado. Que se vayan sumando voluntades es positivo; que se meta a cualquiera, todo lo contrario, como podrá suponerse.
“No se vienen momentos simples –pronosticó el camionero durante un acto en Puerto General San Martín, casi en Rosario- No son tan buenos como los que hemos vivido”.  Si es por la amenaza de algún maleficio, puede ser, pero muchos analistas económicos afirman que las medidas que está tomando el Gobierno Nacional son las apropiadas para enfrentar las posibles sacudidas de las crisis internacional. Pero, como un aprendiz de Lilita, Moyano sentencia: “se vienen momentos en que los trabajadores vamos a tener que ponernos firmes para defender nuestros derechos”. El panorama que pinta el líder de la CGT no se condice con ninguna realidad posible. Nada hace sugerir que los próximos pasos del Gobierno Nacional se dirijan a eliminar derechos. Hay mucha ingratitud en los dichos de Moyano. ¿Qué habrán pensado los trabajadores cristinistas que lo estaban escuchando?  Cuando pide que “las organizaciones gremiales, junto con sus trabajadores, tengan la firmeza suficiente para evitar que nos rebajen los salarios o que nos impongan porcentajes absurdos”, ¿en qué universo paralelo está pensando? Porque de rebajar salarios nadie está hablando, salvo que se refiera a la reasignación de recursos salariales en los empleados judiciales. Desde que se reinstauraron las paritarias, nadie impone porcentajes absurdos, sino que se discuten entre partes.
Pero lo que demuestra la ausencia absoluta de argumentos es la apelación a la imagen de chirolita. Muy dolorosa resulta la evocación de las caricaturas de Néstor Kirchner sentando en las rodillas de Duhalde en los primeros meses de su gestión. Para los olvidadizos, Kirchner tuvo autonomía desde el primer momento. Unas coincidencias iniciales no significan una simbiosis perpetua. Además, se está refiriendo a funcionarios nacionales, que dependen de la Presidencia de la Nación y por tanto, deben realizar lo que La Presidenta decida y ordene. Eso no significa que sean títeres o peleles. Pareciera que para muchos el gobierno ideal es aquél en el que los integrantes hacen lo que se les da la gana o peor, obedecen a poderes fácticos y permanentes.
Lo permanente es la insustancialidad de las fuerzas opositoras. Ante las declaraciones de David Cameron, todos salieron a negar la calidad ‘colonialista’ del Estado argentino, lo cual es oportuno porque demuestra solidez a la hora de defender los intereses nacionales, que están por encima de los partidarios, más aún cuando no hay elecciones a la vista. Pero no pierden oportunidad de desplegar sus dotes histriónicas cuando sospechan que el actual gobierno “avasalla las instituciones”. Una conversación informal en un encuentro en Mar del Plata significa una amenaza para el purismo republicano de ciertos exponentes. “Fue una reunión interna –explicó Amado Boudou- en la que se debatieron temas del tiempo político, como se hace en todos los espacios, buscando cuáles son los caminos, hacia dónde hay que ir”. Aunque la diputada Diana Conti haya manifestado el verano pasado que deseaba una “Cristina eterna”, la posibilidad de reformar la constitución para permitir un nuevo gobierno de CFK es más una advertencia hacia adentro del kirchnerismo que para afuera.
Sin embargo, algunos de los empecinados opositores ya salieron a mostrar los caninos. El ex gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, con la lucidez y precisión que lo caracteriza, sostuvo que “no es éticamente saludable” una reforma en función de “su beneficio personal”. Quien no mezquinó esfuerzos intelectuales fue el diputado radical Ricardo Alfonsín, que afirmó que “la sociedad no ve con buenos ojos las pretensiones de perpetuidad en mayor cantidad de tiempo, tratando de cambiar la ley”. A la luz de los resultados electorales, Alfonsín sí que sabe realizar una sagaz lectura de lo que piensa la sociedad. De más está decir que ya ni representa al sector de la sociedad al que cree representar. En un tono más severo, Margarita Stolbizer, señaló que “no hay Cristina eterna, ni monarquía Kristinista (sic) Las argentinas y los argentinos tenemos demasiados problemas sin respuestas como para tolerar una aventura reformista con la sola idea de la perpetuidad”. Además de la ridiculez de pretender apropiarse de los problemas de todos –como si se los imaginara, siquiera-, manifiesta el profundo temor a que la realidad le indique todo lo contrario. Los resultados de las últimas encuestas de opinión dan una imagen positiva creciente de La Presidenta. Y no se trata sólo de las consultoras afines. La consultora Poliarquías –la favorita de La Nación- midió el 67 por ciento de Índice de Confianza en el Gobierno. Aunque falten cuatro años, advierten que ganarle a Cristina es más difícil que intentar ganar sin Cristina, aún en un hipotético tercer mandato. Ellos no quieren enfrentarse otra vez  a ella porque saben que vuelven a perder.
Pero el plato fuerte lo sirvió Federico Pinedo, diputado por el PRO, quien sostuvo que el Frente Para la Victoria “tiene una tendencia permanente a no respetar la constitución”. Esa afirmación es una absoluta mentira, porque durante estos ocho años se ha respetado como nunca la letra de la constitución. No respetar la constitución sería presentarse a un tercer mandato sin reformarla. Pero la reforma de la Constitución es constitucional. Sin embargo, como decía mi abuela, el muerto se asusta del degollado. Si los 102 vetos que lleva acumulados Mauricio Macri son una forma de respetar la constitución, entonces entendimos todo mal. Tan constitucional es la actitud del Jefe de Gobierno porteño que todos sus vetos van en el mismo sentido: excluir, postergar y segregar. Algunos dicen que Macri acostumbra patear aquello que no entiende; sin embargo, parece entender muy bien dónde patea. Arena en los ojos y las arenas del tiempo. Interesantes metáforas con un mismo material.

sábado, 28 de enero de 2012

La fuerza de una agenda

      El paisaje playero es cambiante. Un camino hacia el mar se modifica en un ida y vuelta. Uno cierra los ojos unos minutos y al abrirlos la geografía ha cambiado. El boom de la construcción ha llegado a la playa y las carpas, parasoles, sombrillas, bolsos, bolsones, canastos, sillitas, reposeras, conservadoras se convierten en fuerzas de ocupación de cualquier espacio libre, hasta del que uno ha dejado entre mano y mano. El playero coloniza con cierta prepotencia simpática. ¿Se habrá basado en una experiencia de este tipo David Cameron al decir que los argentinos somos ‘colonialistas’? A la escalada militarista por parte del Reino Unido, nuestro país puede responder con una invasión a las islas con tres mil bañistas bien entrenados que la ocupen en su totalidad con sus pertrechos de playa. Tal vez los soldados ingleses respondan con disparos de protector solar. Y entonces, nuestra arma letal: nutridas huestes de vendedores ambulantes que harán las delicias de los kelpers. Un sueño, pero podría resultar. Todo esto mientras el equipo de CFK continúa con su estrategia diplomática, que está dando buenos resultados de acuerdo a los apoyos recibidos por la causa Malvinas.
Como Cristina es muy ‘malvinera’, en el Discurso del Reencuentro no pudo dejar de hacer alusión al tema. La Presidenta evitó cualquier tipo de exabrupto pero se refirió a la soberanía de las islas desde el punto de vista simbólico, político y económico. Y demostró que Argentina quiere discutir la soberanía sobre las islas con la ley internacional en la mano, dejando de lado el belicismo, la retórica y la trampa. Si todavía existe el reproche por la guerra de la que en breve se cumplirán treinta años, ella se encargó de dejar sentado su punto de vista. En abril de 1982, la locura –para no ser tan crudo- de la guerra “fue una decisión de la dictadura, no del pueblo” y tuvo como objetivo ocultar los crímenes atroces que estaba cometiendo el gobierno de facto en nuestro país. La actitud de Argentina es diferente a la de aquel momento porque la situación es diferente.
A tal punto que en este tema no hay oposición posible porque la soberanía sobre las Islas Malvinas es una herida que gotea desde 1833, cuando los habitantes argentinos fueron desalojados por las fuerzas de ocupación inglesas. Por eso se convierte en un símbolo. Nos sentimos exiliados de esas islas, de tan entrañables que son. Nada de autodeterminación. No corresponde. Desde 1983, cuando el Parlamento Británico sancionó la ley llamada “British Nationality Falklands Islands Acts”, los habitantes de Malvinas son ciudadanos británicos. No son una nación invadida. En todo caso, ciudadanos de una nación invasora. Pero los Kelpers también tienen derechos en la cotidianeidad de las islas. Muchas generaciones. Son tan nativos como los cuarenta millones. Aunque eso no les da derecho a constituirse como un país aparte, por más que insistan con su banderita.
Por eso es importante sentarse a dialogar, como lo viene proponiendo Argentina desde el retorno a la democracia y con mayor contundencia, en los últimos años. Además, haber logrado el apoyo conjunto de América Latina y extender la causa a toda la región es dar un golpe político muy fuerte. Frente a esto, los diplomáticos del reino salen a decir incoherencias, porque no tienen argumentos y se ven acorralados. Si hasta sus primos piden que se sienten a dialogar. El canciller británico William Haguen señaló que Argentina “debe detener sus intentos de intimidación de la población civil de las islas” si se desea progresar en la negociación, para pasar “a otra etapa, que no consistiría en la discusión sobre soberanía sino acerca de los medios para trabajar juntos por el interés común en el Atlántico Sur”. Brillante: de usurpados pasaríamos a ser colaboradores de la colonia. O cómplices de los colonizadores, lo que sería peor que nuestra situación actual. Y el ministro de Defensa, Gerald Howarth, quien acusó de belicoso a nuestro país, explicó en la Cámara de los Comunes que “las preocupaciones de defensa están extendidas por todo el país, en particular a la luz de la belicosidad argentina”. Además, aclaró que nuestro país no tiene “ni la capacidad ni la intención de repetir la locura de 1982 y que la fuerza disuasoria en las islas está a la altura de lo requerido”. Para que quede claro, no es que no tengamos la intención porque nos falta capacidad, sino que nos falta capacidad porque no tenemos la intención.
La Cámara de Senadores interrumpió su descanso estival para repudiar en conjunto la actitud provocativa del Reino Unido. “La Unión Cívica Radical respalda a la Presidenta de la Nación y al canciller Timerman –declaró el senador Gerardo Morales- Se trata de un tema en el que no puede haber fisuras por diferencias partidarias”. El socialista Rubén Giustiniani entiende que “las declaraciones del primer ministro británico David Cameron fueron definitivamente un exabrupto como consecuencia de la historia”. En la sesión estaba presente el canciller Héctor Timerman, invitado por el bloque de senadores oficialistas, lo que causó sorpresa en el resto de los legisladores, aunque no malestar. El funcionario explicó que en 1965 la Asamblea de las Naciones Unidas “reconoció que el diferendo entre la Argentina y el Reino Unido era una manifestación de un problema colonial y que la única forma de afrontarlo debía ser la negociación directa”. Para reforzar la preocupación manifestada por CFK en el Discurso del Reencuentro, Timerman recordó que la ONU estableció que mientras se mantenga el conflicto no debe introducirse en la zona ningún elemento que altere la situación anterior al inicio de la guerra. “Gran Bretaña desobedeció esta recomendación y se aprestó a utilizar, explotar y beneficiarse con los recursos naturales renovables y no renovables que existen en el territorio ocupado”, lo que “implica un severo riesgo ambiental” porque un accidente podría desencadenar un “caos ecológico” para toda la región. Además, es saqueo de recursos ajenos. Piratería, sin más vueltas.
Cuando la Presidenta hizo referencia al momento en que se le dio a conocer el falso positivo, contó que el cirujano Pedro Saco, después de mostrarse perplejo le manifestó que estos casos constituyen sólo el 2 por ciento. “Soy científico –explicó el médico- y no puedo afirmar que esto sea un milagro”. “Deje que lo digo yo” dice la Presidenta que le respondió. Estadística y milagro. Ambas cosas se conjugan en esta breve anécdota que Cristina compartió el último miércoles. Ella tiene la capacidad de convertir las estadísticas en milagro, y también a la inversa. Con Malvinas puede pasar algo parecido. Que un ‘no’ se transforme en un ‘sí’. Un triunfo diplomático sobre la ‘piratesca’ posición de la Corona –la estadística, mínima- significaría un milagro para el espíritu nacional. La victoria en la recuperación de la soberanía sobre las islas.
Y la Presidenta también anunció una profunda medida de soberanía: ordenará la apertura del “Informe Rattenbach”. Este documento fue elaborado por la Comisión de Análisis y Evaluación de Responsabilidades por el Conflicto del Atlántico Sur, presidida por el teniente Benjamín Rattenbach y creada el 2 de diciembre de 1982 por un decreto de la última junta militar. El 16 de septiembre de 1983, la comisión entregó un informe de 890 puntos con diez anexos, cuyo contenido bastaba para “hacer fusilar a los responsables”, que se archivó como reservado y nunca se hizo público. Conocer la verdad en este tema también es una cuestión de soberanía. Después de veinte días de licencia médica, la Presidenta retomó sus funciones con la férrea intención de ser ella quien marque la agenda. A sólo unos días, gana por puntos.

jueves, 26 de enero de 2012

En buenas manos, que no es poco

El mar siempre inspira ideas marinas. Inmensidad, la primera. El constante rugido, la segunda. O en otro orden, no importa. Pero lo de la fuerza es un clásico. ¿De dónde sale tanta energía? ¿Y para qué? La misma que este ignoto profesor de provincias pone para adquirir un discreto tono té con leche en su piel. “El blanquito se está asando vuelta y vuelta”, dirá un bronceado. De cualquier modo, estas ideas nunca deberían formar parte de un apunte. ¿Qué necesidad de convertir algo privado en cosa pública? Lo que nunca debió transformarse en algo tan público es lo de la chica de General Campos. Si el Código Penal lo dice claramente. Pero para algunos, el dogma es más importante que todo lo demás. Hasta más importante que el propio cargo. Por eso el Ministro de Salud de Entre Ríos, Hugo Cettour, deberá buscar la salida de emergencia. Por lo que dijo, por lo que dejó hacer y tal vez por lo que hizo. El que parece no preocuparse por lo que dice es el gobernador bonaerense Daniel Scioli quien, no conforme con haber compartido un picadito con Macri, ahora parece que trata de convencer a Moyano para que vuelva al hogar K. En la difícil relación entre el gobierno y la CGT, cualquier chispita se convierte en incendio. Pero CFK, nuevamente en funciones después de veinte días de licencia médica, habrá meditado largamente sobre la manera de afrontar estas cuestiones.
Ya son muchos los que piden la renuncia del Ministro de Salud entrerriano. Dicho con mucha suavidad, actuó como un desalmado. Hablar del embarazo de una nena de once años como si se tratase de una máquina para fabricar bebés es una atrocidad. No hace falta estudiar medicina para saber que una chica no está preparada para ser madre, aunque haya tenido su primera menstruación. No hace falta haber estudiado derecho para entender que un caso así se considera aborto no punible porque el embarazo es producto de un abuso sexual y porque corre riesgo la vida de la niña. No hace falta aprender psicología para comprender cómo le puede afectar un embarazo a una nena que sólo quiere “volver a ser como antes”. No es preciso ser brujo para saber que la madre de la chica recibió presiones para retirar el pedido de interrupción del embarazo. No es necesario ser un sabio para comprender que todo el caso está atravesado por la necedad. Por estos temas también pasa la inclusión, aunque los dogmas se crucen en el camino. Por aquí también pasa la salud pública, la justicia y la conciencia de los médicos. Y también el miedo. Y el corazón. Porque cuando Cettour naturalizó la situación como si se tratase de una epidemia, cuando habló de la preparación para el embarazo como si hablase de un aparato y no de una nena de once años, cuando no intervino para concretar los deseos de la madre, estaba dejando de lado todo tipo de comprensión humana del conflicto. Menos problemático es convertir a otra nena en madre que desafiar los decires puritanos de los hipócritas. No hace falta una ley para resolver estos problemas. Sino corazón, comprensión, buen sentido y no sentido común. Sólo eso.
Quien parece haber sido abandonado por todos los sentidos es el titular de UATRE, Gerónimo Venegas, cuando dice ser un “perseguido político” del Gobierno Nacional. No es para menos. El Nuevo Estatuto del Peón Rural lo deja sin una de sus principales fuentes de poder y dinero. La transformación del RENATRE en el RENATEA es mucho más que un cambio de nombres. Ahora será el Ministerio de Trabajo el encargado de controlar las condiciones de los peones en los emprendimientos rurales bajo el régimen establecido por la nueva normativa y no la entidad sindical en connivencia con las patronales del campo. Como fuente económica, el año pasado Venegas obtuvo una retribución cercana a los 440 mil pesos en concepto de sueldo, viáticos y aguinaldo. Esto sumado a lo que percibe como representante sindical y algo más de las obras sociales. Más que perseguido, debería sentirse empobrecido, porque el aspecto político de su nueva situación debe interesarle mucho menos que lo económico. Generalmente, cuando estos personajes denuncian que son perseguidos políticos, por lo que menos se los persigue es por su actuación política. Pero siguen usando eso como argumento porque, en algunos sectores –pequeñísimos- aún funciona.
Lo que no funcionó es el intento del gobernador Daniel Scioli de acercarse a Hugo Moyano. Lo hizo a través de su Jefe de Gabinete, Alberto Pérez, quien considera que “el compañero Hugo Moyano debe rever su posición. Deben primar los criterios de unidad”. Para el funcionario, el líder de la CGT es “esencial” en la estructura del Justicialismo porque “el movimiento obrero organizado es la columna vertebral del movimiento justicialista”. El 15 de diciembre, el camionero anunció que renunciaría a sus cargos en el partido nacional y provincial, cosa que todavía no hizo efectiva. Mientras Pérez tironea hacia un lado en representación de Scioli, Pablo Micheli, de la CTA anti kirchnerista, tironea para el otro. Micheli quiere que Moyano rompa con el Gobierno Nacional porque “la única soga que le pueden tirar” desde la Casa Rosada es “una soga al cuello”. Hermosa metáfora producto, tal vez, de un golpe de tejo en la cabeza y perdón por el uso de la retórica playera.
Pero la situación con los sectores sindicales está picante. El intento de acercamiento del Gobernador de Buenos Aires no cayó muy bien en el oficialismo. Tal vez por eso el Ministro del Interior, Florencio Randazzo, explicó que “el que renuncia a un lugar es para irse y no para quedarse”. Más aún si el renunciante abandona el PJ porque se ha “convertido en una cáscara vacía”, como expresó en el acto de Huracán. Y, según parece, las aguas no van a estar calmas en la relación entre oficialismo y sindicalismo. Suena la alarma de una tolerancia cero por parte de los representantes de los trabajadores. Con respecto a esto, el vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto aseguró que el proyecto kirchnerista “debe vencer a un enemigo clave que tiene que es el ego de cada dirigente”. La explosión parece a la vuelta de la esquina y el suspenso se agiganta.
El cambio de concesión de un servicio en una ciudad del interior se transforma en un despido encubierto de alcance nacional. Camuzzi Gas del Sur SA decidió finalizar el vínculo que guardaba con Correo Sur SRL para el reparto domiciliario de las facturas. La empresa transportista pedía un aumento del 140 por ciento en la renovación del contrato que vence a fin de mes. Camuzzi optó –como era de esperarse- por la empresa que le ofrecía un mejor precio, en este caso, Correo Argentino. Todo esto ocurre en la ciudad de Trelew por el reparto de las facturas de gas y si hay un culpable, es el gerente de la empresa de transportes que pidió semejante incremento. El punto es que 170 personas se quedarán sin trabajo y eso provocó violentas protestas por parte de los camioneros de Pablo Moyano, el nene de papá, en la CABA. El Ministro de Trabajo, Carlos Tomada, consideró que “trasladar el conflicto a la ciudad de Buenos Aires es un apriete” y más aún en medio de una conciliación obligatoria. “Pablo Moyano sabe de la reunión del viernes hace tres días –explicó Tomada- la marcha no tuvo otro objeto más que movilizar para perturbar y marcar la cancha”.
Pero ya volvemos a tener presidenta y será ella la encargada de marcar la agenda política. Cristina exhibió en su reaparición las dos últimas cicatrices que ha incorporado en poco más de un año: la del luto y la del cuello. “Si me pongo un pañuelo –señaló La Presidenta al respecto- mañana Clarín dice ‘esta no se operó’, y si bien la estética me puede, la política está antes que la estética”. Pero sugirió mucho más en el discurso del reencuentro, después de la operación de tiroides. Luego de agradecer por las muestras de apoyo a “todos los que se alegraron, que se ve que son más”, habló sobre “el batifondo que se armó” con las versiones periodísticas, aunque logró que “quedaran algunos muy desnudados”. Pero también hizo referencia a la sintonía fina, a la que “algunos quieren identificar con ajuste”. Por el contrario, lo que significa la expresión es que “se acabó la avivada, lo que es diferente”. Y puso como ejemplo a las distribuidoras de combustible que “vendían a granel o mayorista –el gasoil- a un precio mayor” que el de surtidor “para beneficiarse con el subsidio estatal”. Y como una forma de reforzar la idea de soberanía, destacó que “los propietarios de los yacimientos son las provincias, esto es bueno que lo tengan claro”. CFK recordó que “el subsuelo es de los argentinos y está concesionado, no podemos volver a las épocas del virreinato; que se notifiquen que han pasado esas épocas y es necesario reinvertir en el país”.
En los más de cuarenta minutos que duró su exposición, destacó que la desocupación para el último cuatrimestre del año pasado fue del 6,7 por ciento y aunque “queda mal decir que rompimos el siete” es la primera vez que se supera esa barrera de manera decreciente. En el pasaje más poderoso de su discurso, CFK reservó una frase casi para un afiche: “pienso usar todos los instrumentos que las leyes y la Constitución permiten y obligan a los gobernantes a usar para defender los intereses de los 40 millones de argentinos”.
El discurso no deja de ser una muestra de lo que será su agenda, más inclusión, como un horizonte irrenunciable. Tal vez descoloque a todos y sea ella la que tienda la mano hacia estos sectores díscolos del sindicalismo. O tal vez no. Quizá haga valer el principio de la duda e instale la idea de que gran parte de los trabajadores votaron en octubre por la fórmula oficialista y que es la cúpula corporativa la que está tratando de instalar una ruptura. El Gobierno Nacional se ha mostrado como un verdadero equipo en ausencia de CFK. El “guarda con lo que hacés… es bromita pero va en serio” que le dirigió al vicepresidente Amado Boudou significa más una afirmación de fortaleza que un temor a las debilidades.  En estos días de licencia por enfermedad, La Presidenta siguió gobernando a través del vicepresidente y eso da la idea de solidez y continuidad. Pero todavía, no de prescindencia. Y eso es preocupante, aunque no por ahora.

martes, 24 de enero de 2012

El retorno tan esperado

La lluvia se niega a caer en lugares rodeados de agua, donde no sería difícil instalar sistemas de distribución para riego y mitigar así los efectos de esa Niña tan traviesa. Nada nuevo. La promesa del domingo se convirtió en la miseria de algunas gotas dispersas. Esto significa postergar la milagrosa salvación de los cultivos y las vaquitas agonizantes. Tormentas que no fueron. Así seguirán siendo los primeros meses de este año. Los que están de veraneo marítimo deben haber apelado a diversas macumbas corta lluvias para no ver estropeados los días de playa, apelando a un egoísmo comprensible. Otros –como este ignoto profesor de provincias- apostaron al fin del sofoco con un poco de humedad para el campo no tan seco que apreció durante el recorrido hacia su lugar de veraneo. La vista no es tan larga como para abarcar la totalidad campestre, pero el panorama que desde la ruta se podía apreciar, exhibía vacas que gozaban de buena salud, humectadas en toda su superficie, robustas y rodeadas de abundantes pastizales para alimentar su camino al asador. La sequía es la excusa perfecta que permite reordenar un arco –arquito- opositor para sacudir el recorrido del camino K. No fueron demasiadas las declaraciones que se sumaron en sintonía con la idea de reducir o retirar las retenciones. Muchos se dieron cuenta de que no tienen nada que ver las retenciones con la sequía. Buen intento, sigan participando.
En breve, La Presidenta concluye con su período de convalecencia y se reintegrará, recuperada, al timón de esta aventura que emprendimos en 2003. En estos veinte días no surgieron conflictos por fuera de lo esperado: sequía, tiroides affaire y las declaraciones de David Cameron. Nada que no pueda haber quedado en las manos del fidelísimo vicepresidente Amado Boudou. Pero se extraña su palabra, su visión de las cosas. Además, no hay oposición si no está Cristina. Los sobrevivientes opositores se constituyen como imagen contrapuesta. En estos días sin ella hablaron más de ella que nunca. Y muchos pensaron en lo que ella haría o diría en cada situación. ¿Qué dirá Cristina del escándalo que quisieron instalar en torno al cambio de diagnóstico? ¿Qué dirá de la sequía y las pretensiones de los estancieros? ¿Qué dirá de David Cameron y la absurda calificación de ‘colonialista’ a nuestro anhelo de soberanía? Cristina es “malvinera”, según Timerman, desde hace mucho tiempo, desde antes de soñar siquiera con ser algo más que legisladora. Chapadmalal debe haber sufrido una pequeña sacudida cuando La Presidenta se enteró de las declaraciones de Cameron. Seguramente, debe tener preparada una respuesta. Diplomática pero contundente. Para el canciller Timerman “sería un error que Gran Bretaña basase toda su estrategia sobre el fundamento bélico”. El funcionario agregó que “la Argentina tiene una manifiesta vocación pacífica; incluso en noviembre de 1982 la ONU dijo que el conflicto armado que había tenido lugar ese año no cambiaba la obligación de negociar pacíficamente”. Todo bien, pero igual muchos esperan su palabra.
Y claro. Según la encuestadora Demographía, nacida a fines del año pasado, CFK tiene una imagen Buena o Muy buena cercana al 80,5 por ciento en la provincia de Buenos Aires, lo que indica un enorme crecimiento a tres meses de las elecciones presidenciales. El proyecto de país que está llevando adelante tiene una aceptación creciente a partir de los logros que pueden observarse en lo cotidiano. Al record de consumo en las fiestas se suman los 25 millones de turistas argentinos que se desplazan por el país. Muchos de ellos, vacacionan por primera vez en algún centro turístico. Y eso es mucho, además de conmovedor. Parece mentira, pero diez años atrás –crisis y default mediante- el riesgo país determinaba nuestro ánimo más que el pronóstico del tiempo. Alcanzó una cifra cercana a los seis mil puntos, lo que mostraba que nos habían dejado por el suelo. Ocho años después nos califican con un inexplicable 894, cuando Brasil califica con 237 puntos. Vaya uno a saber por qué nos siguen castigando, pero estamos mejor.
“Lo importante es que empezamos a pensar a largo plazo” opina José Ignacio de Mendiguren, el presidente de la UIA. A diferencia de los estancieros que están atados al corto plazo de las retenciones, la Industria parece haber comprendido cómo funciona el círculo virtuoso del que siempre habla La Presidenta. Para el representante industrial, “profundizar el modelo también implica extenderlo”, en referencia a los trabajadores informales y agrega que “nosotros, los trabajadores y el Gobierno tenemos que hacer un esfuerzo para mejorar esa masa salarial, distribuir mejor el ingreso y que siga el círculo virtuoso de la demanda”. Algunos malpensados sostienen que esta alianza estratégica con la UIA significa un giro a la derecha del proyecto de país que impulsa CFK. Por el contrario, existe la intención de conformar una burguesía nacional comprometida con el desarrollo del país con la inclusión de los trabajadores. El centro en el que transita el sendero K tiene un leve giro a la izquierda antes que hacia su opuesto. La izquierda no es un lugar ni dogma fijo, sino un transitar permanente hacia la equidad.
Harta discutidas están las diferentes maneras de hacer efectiva la búsqueda de la equidad. Una es a través de la redistribución del ingreso, que ha logrado achicar la brecha entre los más ricos y los más pobres. La otra es la del mero asistencialismo, que sólo logra endulzar las situaciones críticas más que modificarlas de raíz. El FAP, en Santa Fe, ha elegido este último camino. La Ministra de Desarrollo Social, Mónica Bifarello, está convencida de que la función de su dependencia tiene como objetivo poner paños fríos a situaciones candentes. Bifarello se propone cambiar su forma de “abordar la problemática de niñez y adolescencia” y en su análisis subyacela evidencia de que antes las cosas se hacían distinto y ahora su misión es modificarlo”. Aunque declare que "el Ministerio de Desarrollo Social no se identifique como el ministerio de la asistencia, porque eso genera asistidos y luego, clientes", sus propuestas de gestión apuntan precisamente a eso. Parte de sus ideas pasan por incrementar los Centros de Día, “espacios dedicados a jóvenes que en general están excluidos de las instituciones tradicionales como la escuela y el club”. En estos espacios es una prioridad acompañarlos hacia “la reinserción escolar y acercarles alternativas de inclusión socio-productiva, talleres, y también vincularlos desde allí con la enorme oferta cultural, recreativa y deportiva que hoy la Municipalidad y la Provincia desarrollan en la ciudad". La otra propuesta fuerte será retomar y profundizar el Programa Aleros de la ciudad de Santa Fe, lanzado en 2009, cuando se construyó el primero de estos espacios en el barrio Chaqueño. La ministra Bifarello explica que "más que un edificio, es un concepto de intervención integral, de crear un lugar de contención, de refugio y convivencia". Centros de Día, Aleros, Colonias de Vacaciones… Por ahí pasa el progresismo de la fuerza que lidera el ex gobernador Hermes Binner. Cambios para no cambiar nada. Pero, de alguna manera, lo intentan. Por lo menos reconocen que hay excluidos y tratan de hacer algo por ellos, aunque sea por un camino más superficial.
Otros ni siquiera eso, sino todo lo contrario. Macri lleva 97 vetos a leyes aprobadas en la legislatura porteña y muchas de ellas llevadas adelante por los legisladores del PRO. La mayoría de los rechazos realizados por el Jefe de Gobierno de CABA tienen que ver con medidas de inclusión. Veto al tratamiento de fertilización asistida para los empleados municipales, a la regulación para comercializar precursores químicos, la creación del Centro de Documentos del Bicentenario, el Congreso Pedagógico, a los fondos para la Asociación de Síndrome de Down, a la protección de fábricas recuperadas y muchas otras leyes más que apuntaban a solucionar problemas concretos. De malo que es, nomás. De chiquito, en la playa, debía patear los castillitos de arena de los demás chicos. O debía mandar a su mayordomo, lo que es más o menos lo mismo. No cuesta mucho imaginar lo que sería alguien así a cargo de la Presidencia de la Nación. Sin embargo, según datos de la consultora Demographía, Macri tiene en la provincia de Buenos Aires una imagen positiva cercana al sesenta por ciento. De no creer. Aunque vamos por buen camino, hay que remar mucho, todavía.

sábado, 21 de enero de 2012

Me pareció ver un lindo kelperito

“…Detrás de los himnos y de las banderas.
Detrás de la hoguera de la Inquisición.
Detrás de las cifras y de los rascacielos
[…] Detrás está la gente,
con sus pequeños temas,
sus pequeños problemas,
sus pequeños amores…”
Joan Manuel Serrat

La bestia herida es muy peligrosa cuando está acorralada. No sólo porque con sus fauces puede destinar fieras dentelladas sino porque, a veces, habla. Y si sus dentadas son feroces, sus palabras matan, pero de risa. El Primer Ministro británico, David Cameron se despachó con el mejor chiste de su repertorio, cuando definió como “colonialista”  nuestro querido país. Negar la soberanía es una cosa, pero disfrazar nuestras intenciones de esa manera, en psicología se conoce como ‘proyección’. La importancia geopolítica de Malvinas –además de sus recursos naturales y la extensión a la Antártida- se manifiesta de manera contundente con la excusa de la celebración del 30° aniversario de la guerra. La presencia militar en las islas es mucho más que una protección ante una invasión de pescadores, sino una punta de lanza para algo mayor. Por eso la región toma como propia la soberanía argentina sobre el archipiélago, porque la presencia británica es mucho más que el agravio a un país, sino un peligro para toda la región. Como la Corona se niega a discutir el tema de la soberanía y para el Primer Ministro “el futuro de las islas Falkland es un asunto para la propia población, y mientras quieran seguir siendo parte del Reino Unido y ser británicos deben poder hacerlo”, nos queda un recurso para apoyar las gestiones de Cancillería. Si la decisión está en manos de los kelpers, tendamos nuestros brazos hacia ellos para mostrarles el país que se están perdiendo. Porque, a la manera de Serrat, detrás de estos conflictos, estamos todos: los horizontales.
Cuando en la Cumbre de Montevideo, el Mercosur en pleno declaró desconocer la bandera de las islas –la de la bandera británica con la ovejita-, una señal de alerta sacudió a la Corona. Quizá el tema se reinstaló entre los súbditos como una cortina de humo para ocultar la decadencia del Imperio o realmente piensan poner el pie hasta el fondo para extraer los recursos naturales y mejorar su economía. Como sea, las cartas están echadas. Por las resoluciones de la ONU, por el apoyo recibido en la región, por el compromiso con la paz, por cualquiera de estos motivos, Gran Bretaña debe sentarse a conversar con Argentina. Pero por múltiples no-razones, se niega. La historia, la geografía y el derecho internacional no están de su parte. Aunque el Secretario General de la ONU, Ban Ki–Moon, insista –sin mucha convicción- con la necesidad de sentarse a negociar, se siguen negando. A pesar de que el conflicto por las Malvinas está bajo la órbita de la Comisión de Descolonización de la ONU, Gran Bretaña, los piratas de la historia, consideran que nuestro pacífico país es colonialista.
El 22 de diciembre, Apuntes discontinuos publicó “Los imperios contraatacan”, en donde se contaban los planes británicos para reforzar la presencia en las islas, creando una zona de exclusión alrededor de las islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur, con la excusa de proteger varias especies marinas. “El santuario ecológico más grande del mundo” tendrá una extensión de un millón de kilómetros cuadrados y será custodiado por la Marina de Guerra del Reino Unido. Además de esto, la visita de uno de los nietos de la reina –Williams- a las “Falklands” como parte de su entrenamiento militar, sirve de excusa para reforzar la seguridad en la zona. El otro nieto –Harry- visitará Río de janeiro y San Pablo para estrechar vínculos con el Gobierno Brasilero, de acuerdo a lo expresado por el canciller británico William Hague en Brasilia, lugar elegido para comenzar a poner fin a “los días de distanciamiento con América Latina”.
Hay mucho movimiento en el Imperio. Envalentonado y bravucón, apoyado por la pandilla en la Cámara de los Comunes, Cameron nos acusó de colonialistas por pretender recuperar las Islas Malvinas, algo que ni siquiera puede considerarse una ofensa, de tan absurdo que es. “Lo que los argentinos han estado diciendo recientemente es mucho más colonialismo –explicó el Primer Ministro, con cara de poker-  porque esta gente quiere seguir siendo británica y los argentinos quieren que ellos hagan otra cosa”. Las réplicas ante semejante incoherencia no se hicieron esperar. El canciller argentino, Héctor Timerman, explicó que estas declaraciones "demuestran que la estrategia argentina está dando resultados: logramos mucha solidaridad y compromiso de la región y de los organismos internacionales". El vicepresidente Amado Boudou manifestó que “realmente es muy triste tener que escuchar esta falacia, este exabrupto, porque como mínimo es una falacia histórica lo que Cameron ha dicho respecto del colonialismo” y recordó que “la Argentina nació en su pelea contra el colonialismo”. El Congreso en pleno está elaborando una declaración de rechazo a la calificación del Primer Ministro Cameron. El canciller brasileño Antonio Patriota ratificó ante su par británico, William Hague, que Brasil respalda las posiciones argentinas, mientras el canciller uruguayo, Luis Almagro, aseguró que el apoyo de su país a la Argentina es una cuestión “de valores y de principios que está sustentada en firmeza jurídica”. El Gobierno de EEUU expresó en un comunicado la necesidad de dialogar para superar estas diferencias.
Por lo que se puede apreciar, en la vía diplomática no están llevando las de ganar. Reforzar la presencia militar en la región puede significar una agresión para América Latina y el resto del mundo puede verlo de este modo. Ahí pierden por puntos. David Cameron hace hincapié en la decisión de los kelpers, algo que lisa y llanamente es hacer trampas. Si son los habitantes de las islas quienes tienen que decidir si quieren seguir siendo británicos o transformarse en argentinos, por el momento estamos fritos. Aunque salgan con el argumento de la autodeterminación, lo que no corresponde. Hijos de colonos ingleses que ahora son malvinenses no pueden decidir más que por la continuidad de su situación, porque no nos quieren y hasta nos temen. Para ellos, fuimos nosotros quienes los atacamos en 1982. No entienden nuestra posición porque ellos no se sienten invasores. Esa es la tierra en la que nacieron y tal vez en la que nacieron sus padres o abuelos. Y en la que nacieron sus hijos. Sería buena estrategia cerrar ese camino a la Corona, hacer nuestros a los kelpers.
Quién dice que no dé buenos resultados. Recuperar las islas a través de sus habitantes, dándoles todo el calor del que somos capaces. Buscarlos en las redes para contarles cómo somos, qué hacemos y sentimos; explicarles cómo es nuestra historia en relación a las islas y por qué las creemos nuestras; mandarles fotos y videos con nuestros mejores paisajes. Invitarlos a recorrer un país que está más cerca y que tiene mucho para dar. Convidemos nuestro orgullo o hasta un asado. Hasta podemos jugar un picadito o un Truco. Ellos son sólo parte de un trofeo para el país al que creen pertenecer. Para nosotros deben ser hermanos. No enviemos peluches, como hizo un canciller hace unos años. Sería bueno convencerlos de que es mejor ser un ciudadano que un súbdito. ¿Y si en lugar de quitarles las islas a los Kelpers, les ofrecemos un país? En serio, en calidez, amistad, solidaridad ganamos por goleada. Conquistemos las Malvinas a través del corazón de sus habitantes y –más que seguro- si llega la hora de decidir, eligen por nosotros.

Un viernes negro

  La fortuna nos dio una chance. El disparo no salió, pero podría haber salido . El feriado del viernes es un casi duelo. La ingrata sorpres...