La lluvia se niega a caer en lugares rodeados de agua, donde no sería difícil instalar sistemas de distribución para riego y mitigar así los efectos de esa Niña tan traviesa. Nada nuevo. La promesa del domingo se convirtió en la miseria de algunas gotas dispersas. Esto significa postergar la milagrosa salvación de los cultivos y las vaquitas agonizantes. Tormentas que no fueron. Así seguirán siendo los primeros meses de este año. Los que están de veraneo marítimo deben haber apelado a diversas macumbas corta lluvias para no ver estropeados los días de playa, apelando a un egoísmo comprensible. Otros –como este ignoto profesor de provincias- apostaron al fin del sofoco con un poco de humedad para el campo no tan seco que apreció durante el recorrido hacia su lugar de veraneo. La vista no es tan larga como para abarcar la totalidad campestre, pero el panorama que desde la ruta se podía apreciar, exhibía vacas que gozaban de buena salud, humectadas en toda su superficie, robustas y rodeadas de abundantes pastizales para alimentar su camino al asador. La sequía es la excusa perfecta que permite reordenar un arco –arquito- opositor para sacudir el recorrido del camino K. No fueron demasiadas las declaraciones que se sumaron en sintonía con la idea de reducir o retirar las retenciones. Muchos se dieron cuenta de que no tienen nada que ver las retenciones con la sequía. Buen intento, sigan participando.
En breve, La Presidenta concluye con su período de convalecencia y se reintegrará, recuperada, al timón de esta aventura que emprendimos en 2003. En estos veinte días no surgieron conflictos por fuera de lo esperado: sequía, tiroides affaire y las declaraciones de David Cameron. Nada que no pueda haber quedado en las manos del fidelísimo vicepresidente Amado Boudou. Pero se extraña su palabra, su visión de las cosas. Además, no hay oposición si no está Cristina. Los sobrevivientes opositores se constituyen como imagen contrapuesta. En estos días sin ella hablaron más de ella que nunca. Y muchos pensaron en lo que ella haría o diría en cada situación. ¿Qué dirá Cristina del escándalo que quisieron instalar en torno al cambio de diagnóstico? ¿Qué dirá de la sequía y las pretensiones de los estancieros? ¿Qué dirá de David Cameron y la absurda calificación de ‘colonialista’ a nuestro anhelo de soberanía? Cristina es “malvinera”, según Timerman, desde hace mucho tiempo, desde antes de soñar siquiera con ser algo más que legisladora. Chapadmalal debe haber sufrido una pequeña sacudida cuando La Presidenta se enteró de las declaraciones de Cameron. Seguramente, debe tener preparada una respuesta. Diplomática pero contundente. Para el canciller Timerman “sería un error que Gran Bretaña basase toda su estrategia sobre el fundamento bélico”. El funcionario agregó que “la Argentina tiene una manifiesta vocación pacífica; incluso en noviembre de 1982 la ONU dijo que el conflicto armado que había tenido lugar ese año no cambiaba la obligación de negociar pacíficamente”. Todo bien, pero igual muchos esperan su palabra.
Y claro. Según la encuestadora Demographía, nacida a fines del año pasado, CFK tiene una imagen Buena o Muy buena cercana al 80,5 por ciento en la provincia de Buenos Aires, lo que indica un enorme crecimiento a tres meses de las elecciones presidenciales. El proyecto de país que está llevando adelante tiene una aceptación creciente a partir de los logros que pueden observarse en lo cotidiano. Al record de consumo en las fiestas se suman los 25 millones de turistas argentinos que se desplazan por el país. Muchos de ellos, vacacionan por primera vez en algún centro turístico. Y eso es mucho, además de conmovedor. Parece mentira, pero diez años atrás –crisis y default mediante- el riesgo país determinaba nuestro ánimo más que el pronóstico del tiempo. Alcanzó una cifra cercana a los seis mil puntos, lo que mostraba que nos habían dejado por el suelo. Ocho años después nos califican con un inexplicable 894, cuando Brasil califica con 237 puntos. Vaya uno a saber por qué nos siguen castigando, pero estamos mejor.
“Lo importante es que empezamos a pensar a largo plazo” opina José Ignacio de Mendiguren, el presidente de la UIA. A diferencia de los estancieros que están atados al corto plazo de las retenciones, la Industria parece haber comprendido cómo funciona el círculo virtuoso del que siempre habla La Presidenta. Para el representante industrial, “profundizar el modelo también implica extenderlo”, en referencia a los trabajadores informales y agrega que “nosotros, los trabajadores y el Gobierno tenemos que hacer un esfuerzo para mejorar esa masa salarial, distribuir mejor el ingreso y que siga el círculo virtuoso de la demanda”. Algunos malpensados sostienen que esta alianza estratégica con la UIA significa un giro a la derecha del proyecto de país que impulsa CFK. Por el contrario, existe la intención de conformar una burguesía nacional comprometida con el desarrollo del país con la inclusión de los trabajadores. El centro en el que transita el sendero K tiene un leve giro a la izquierda antes que hacia su opuesto. La izquierda no es un lugar ni dogma fijo, sino un transitar permanente hacia la equidad.
Harta discutidas están las diferentes maneras de hacer efectiva la búsqueda de la equidad. Una es a través de la redistribución del ingreso, que ha logrado achicar la brecha entre los más ricos y los más pobres. La otra es la del mero asistencialismo, que sólo logra endulzar las situaciones críticas más que modificarlas de raíz. El FAP, en Santa Fe, ha elegido este último camino. La Ministra de Desarrollo Social, Mónica Bifarello, está convencida de que la función de su dependencia tiene como objetivo poner paños fríos a situaciones candentes. Bifarello se propone cambiar su forma de “abordar la problemática de niñez y adolescencia” y en su análisis subyace “la evidencia de que antes las cosas se hacían distinto y ahora su misión es modificarlo”. Aunque declare que "el Ministerio de Desarrollo Social no se identifique como el ministerio de la asistencia, porque eso genera asistidos y luego, clientes", sus propuestas de gestión apuntan precisamente a eso. Parte de sus ideas pasan por incrementar los Centros de Día, “espacios dedicados a jóvenes que en general están excluidos de las instituciones tradicionales como la escuela y el club”. En estos espacios es una prioridad acompañarlos hacia “la reinserción escolar y acercarles alternativas de inclusión socio-productiva, talleres, y también vincularlos desde allí con la enorme oferta cultural, recreativa y deportiva que hoy la Municipalidad y la Provincia desarrollan en la ciudad". La otra propuesta fuerte será retomar y profundizar el Programa Aleros de la ciudad de Santa Fe, lanzado en 2009, cuando se construyó el primero de estos espacios en el barrio Chaqueño. La ministra Bifarello explica que "más que un edificio, es un concepto de intervención integral, de crear un lugar de contención, de refugio y convivencia". Centros de Día, Aleros, Colonias de Vacaciones… Por ahí pasa el progresismo de la fuerza que lidera el ex gobernador Hermes Binner. Cambios para no cambiar nada. Pero, de alguna manera, lo intentan. Por lo menos reconocen que hay excluidos y tratan de hacer algo por ellos, aunque sea por un camino más superficial.
Otros ni siquiera eso, sino todo lo contrario. Macri lleva 97 vetos a leyes aprobadas en la legislatura porteña y muchas de ellas llevadas adelante por los legisladores del PRO. La mayoría de los rechazos realizados por el Jefe de Gobierno de CABA tienen que ver con medidas de inclusión. Veto al tratamiento de fertilización asistida para los empleados municipales, a la regulación para comercializar precursores químicos, la creación del Centro de Documentos del Bicentenario, el Congreso Pedagógico, a los fondos para la Asociación de Síndrome de Down, a la protección de fábricas recuperadas y muchas otras leyes más que apuntaban a solucionar problemas concretos. De malo que es, nomás. De chiquito, en la playa, debía patear los castillitos de arena de los demás chicos. O debía mandar a su mayordomo, lo que es más o menos lo mismo. No cuesta mucho imaginar lo que sería alguien así a cargo de la Presidencia de la Nación. Sin embargo, según datos de la consultora Demographía, Macri tiene en la provincia de Buenos Aires una imagen positiva cercana al sesenta por ciento. De no creer. Aunque vamos por buen camino, hay que remar mucho, todavía.
Inexplicable lo de Macri, el FAP puede salir adelante se se desprenden de la sombra nefasta de Binner. Muy buena publicación.
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