Si Ricardito no hubiera estado jugando con sus anteojos durante el discurso de asunción de CFK, la ausencia de Hugo Moyano se habría hecho más notoria. En realidad, nadie hubiera sospechado que el ex candidato a presidente por la UDESO tuviera esas habilidades: ni una vez se le cayeron. En unos cuantos años, tal vez sorprenda a la opinión pública resolviendo solito una cara del cubo mágico. La política es así. Las luminarias opositoras desplegaron sin pudor críticas a los setenta minutos de compromiso testimonial de Cristina y ni una palabra sobre los diecinueve minutos inconsistentes del Jefe de Gobierno porteño. Pobrecitos, son tan obvios. Y casi todos coincidieron en los puntos flojos que tuvo su discurso. No habló de la inseguridad ni de la inflación. Claro, tampoco dijo nada sobre el re-estreno remasterizado de “El Padrino”. Pero lo más gracioso es que muchos de esos perdedores profesionales cuestionaron que La Presidenta no habló del futuro. Sí habló del futuro, pero, como decía mi abuela –y muchas otras- no hay peor sordo que el que no quiere oír. Por si no se enteraron, en los próximos cuatro años se profundizará lo que se hizo en los ocho anteriores. Y eso es más futuro de lo que ellos pueden siquiera soñar.
Pero volvamos a lo importante: la ausencia del Secretario General de la CGT, Hugo Moyano. Para muchos este hecho puede alimentar las más variadas especulaciones. Pero no tanto por el dato visible –cortocircuitos entre el líder sindical y CFK- sino por los motivos que pueden inspirar un mensaje tan claro. En otras palabras, qué planea hacer en el futuro el camionero. El jueves encabezará un acto en el estadio de Huracán y hasta entonces, lloverán las versiones, motivos y excusas. Lo importante es que no estuvo en un momento trascendental para la mayoría de los ciudadanos; no acompañó con sus huestes la explosiva y jubilosa fiesta que se vivió en las calles; no se dignó, cuanto mucho, a explicar su faltazo. La cuestión no pasa tanto por lo que pueda aportar al proyecto en marcha, sino porque su presencia hubiera alejado fantasmas de conflictos en el corto y mediano plazo. De acuerdo a sus allegados, cuando Hugo rompe con una mujer, es para siempre. Más allá de lo ridículo que suene esta frase de culebrón en medio de los festejos que iluminaron el último fin de semana largo, Moyano puede provocar algunos sacudones mediáticos.
En primer lugar, vale aclarar que cualquier acción que emprenda el camionero no lo llevará a cruzar de vereda y mucho menos aliarse con los adversarios –es un decir- del Gobierno Nacional. Moyano debe ser una persona de buen comer –y eso se nota- pero el variado y abundante menú no incluye el vidrio. Ninguna disidencia que pueda tener con La Presidenta lo conducirá a desconocer el compromiso de este proyecto con los trabajadores y los sectores más vulnerables. Seguramente, muchos de sus seguidores y representados formen parte del 54 por ciento que se hizo visible el 23 de octubre. Por eso, el variopinto frente opositor no puede ilusionarse con sumar a don Hugo a sus filas. Cuanto mucho, podrán observar el cruce verbal entre uno y otra como cualquier espectador del dúo Pimpinela.
En segundo lugar, es posible tener en cuenta el futuro que se le presenta de cara a la renovación de autoridades de la CGT a mediados de año y las intenciones de probar suerte en la arena política con vistas a la gobernación de la provincia de Buenos Aires. Si se decide por renovar el mandato, se quedará encerrado en la representación sindical con pocas posibilidades de saltar a un cargo mayor. En cambio, si sus miras están puestas a convertirse en sucesor de Daniel Scioli, debe proyectar su imagen hacia otros sectores de la sociedad. Y todo esto sin enfrentar a Cristina, sino todo lo contrario. Como sindicalista, podrá plantear disidencias. Como futuro gobernador, no.
Hugo Moyano sabe que si se aparta de este proceso, se está alejando de una construcción colectiva; también sabe que su personaje no puede canalizar la voluntad popular por fuera de este proyecto; sabe que para hacer un aporte mayor a esta construcción colectiva debe dejar de representar sólo los intereses sectoriales y sindicales y pasar a un plano de representación mayor. En síntesis, no puede romper con un gobierno de claras raíces populares pero, con una actitud rupturista tampoco podrá encarnar un proyecto personal de construcción política.
Pero Cristina tampoco incluye el vidrio en su dieta y una ruptura con Moyano puede significar serios zigzagueos. Por eso también espera que Hugo Moyano dé un paso al costado en la conducción de la CGT para que accedan algunos referentes menos desgastados ante la opinión pública y sin pretensiones mayores.
Juan Carlos Schmid, integrante de la mesa chica moyanista de la CGT, desplegó algunas críticas al discurso de la Presidenta en el acto de asunción. “Cuando agradece a todos los compañeros que aguantaron en las calles, a pie firme, en momentos muy difíciles de esta gestión, tiene que mencionar a los trabajadores”, puntualizó, porque “ahí también estuvimos nosotros tratando de sostener este proyecto nacional y popular”. Pero se preocupó por descartar enfrentamientos o ruptura con el Gobierno Nacional. La Presidenta fue muy clara en ese agradecimiento que incluye a los trabajadores, aunque no los haya nombrado.
“Quiero dar las gracias –comenzó Cristina- a los millones de argentinos que confiaron en este proyecto nacional, popular y democrático y en esta presidenta como la persona capaz de llevarlo adelante con la ayuda del resto de los argentinos. Porque quiero también que sepan que sin la ayuda del resto de los argentinos, una presidenta sola o un grupo de hombres y mujeres solos, tampoco pueden. Quiero dar las gracias, también, si se me permite aquí, a mis compañeros y compañeras; a los que resistieron a pie firme en la calle y sentados en estas bancas los momentos más difíciles que nos tocaron vivir como gobierno y como movimiento político… a los que no desmayaron; a los que no defeccionaron; a los que creyeron que valía la pena luchar por los ideales y las convicciones”. Si esperaban la lectura de un listado detallado, CFK todavía estaría hablando ante la legislatura.
Aunque las diferencias con la cúpula de la CGT pasen por la ley que reglamente el derecho constitucional del reparto de las ganancias empresariales y la baja del mínimo no imponible, además de un incremento de los días de vacaciones para los empleados, no por esto se puede hablar de una ruptura. “Por eso pido a todos los sectores –dijo en un tramo de su discurso- que no escupamos al cielo, porque no es buen método y nunca nos ha dado resultado a los argentinos. Cuidemos lo que hemos logrado en estos años…”
El 54 por ciento realizó el mandato popular de ir por más. Y ese compromiso fue muy claro en la misma noche del 23 de octubre cuando declaró no ser neutral. Todas sus decisiones tienen como esqueleto la construcción colectiva y el beneficio de la mayoría. La contundencia de estos puntos serán la clave para consolidar lo que se ha logrado hasta ahora y avanzar sin tropiezos en lo que todavía falta. A esta altura del partido, ni siquiera hace falta confiar.
Ay! Rompió el protocolo! Fue el epígrafe preponderante de la mayoría de las fotos publicadas. Faltó el "seño, seño, mire la presidenta"
ResponderBorrarChicos, chicos...
¿Gobernador Moyano?, ¡Pero no!. Lo que le están ofreciendo es una "elegante" salida a cuarteles de invierno. ¡Tomatelas, Moyano!. Con la que robaste tenés para vivir diez vidas. No llevas a los trabajadores a la confrontación porque sabés que "Cris" te pasa por encima, te lleva puesto. En esta mano de truco tenés tres cuatros y la Cris los dos anchos y veintiocho y aunque sepas mentir muy bien del mazo no te salva ni Magoya.
ResponderBorrarEsperemos que Moyano no sea el único borrado del movimiento. Sabemos que en tiempos de 22% o aún en los años siguientes cualquiera que este de nuestro lado es bienvenido pero ese pragmatismo peronista se nos volverá una barrera hacia la profundización del modelo. Por eso espero que vayan apareciendo más kirchneristas puros como Abal Medina y menos peronistas-menemistas-derechistas-k como Scioli, Soria o Moyano. Con esta presidenta nos podemos dar ese lujo...
ResponderBorrarBien Facundo, como siempre.
ResponderBorrarseguro que no come vidrio, pero algo se trae bajo el poncho, por lo pronto ya dijo que a las paritarias iran con la lista del supermercado, eso y decir que Moreno miente en el INDEC es lo mismo y una critica a los nuevos mandatos que le dio la Presidente a Moreno
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