El fallo de la Corte llegó justo en la Semana de Mayo. Como si respondiese a un plan, a tres días de un nuevo aniversario de la Fecha Patria, el Máximo Tribunal pone fin a los vericuetos del monopolio para evadir la ley. Todo un símbolo de soberanía. El primero de muchos. Porque con Clarín se desmorona la principal barrera de protección para los poderes fácticos de nuestro país. Mientras más rápidamente se produzca el proceso de adecuación del pulpo mediático a las normas, más cerca estará la política de gobernar la economía. Y de avanzar en todo lo que falta para alcanzar el país con el que todos soñamos. Una vez desenredada esa maraña de intereses, la luz nos permitirá ver el camino con más claridad. Poco a poco, las sombras se reducirán para permitirnos ver el panorama. El discurso hegemónico, menos hegemónico por decisión del público y más absurdo por esfuerzo propio, se convertirá en uno más entre muchos. Y ya no aturdirá tanto. Pero no todo es tan rápido como la ansiedad del ciudadano de a pie lo requiere: quedan algunos pasos para concretar este gran salto; falta mucho para que el domador logre dominar a la bestia; aún le resta fuerza como para arrojar alguna dentellada.
Dentellada como el menosprecio a la visita comercial de CFK a Angola, las presiones para lograr una devaluación de nuestra moneda con el disfraz de titulares o el apoyo incondicional a los intereses de potencias extranjeras. Sacudidas que quieren provocar para generar el descontento que mucho los ha beneficiado en el pasado. Pero no encuentran tema que despabile a las cacerolas que, con la recuperación económica, se usan más como utensilios de cocina que como instrumentos musicales. Muchedumbres descontentas eran las de antes, que sin entender demasiado protestaban contra todo. Aunque ahora les resulta difícil generar desánimo y oposición, no les da demasiado la mollera para cambiar de estrategia. Los políticos que giran en su órbita no miden ni para una presidencia vecinal. Y los jueces que oficiaban a su favor ya están jubilados o próximos a estarlo. Pero sobre todo, se están quedando con un número de creyentes cada vez más reducido que, de tan debilitado, no tiene fuerzas ni para esperar un milagro.
Un milagro como que el dólar blue se vaya por las nubes y haga estallar la pesadilla K. O que millones y millones de individuos clamen por el derecho a llenar sus colchones de divisas verdes. Pero no. Apenas los especuladores de siempre –unos cuantos- se zambullen en las cuevas donde pueden aumentar sus porotos a costa del esfuerzo de todos. Porque esa bicicleta la pagamos entre todos, aunque veamos un dólar cada tanto. Tipos que compran oficial y venden en el paralelo. Y en esas cuevas compran más caro los que necesitan blanquear. Entre 10 y 40 millones de dólares diarios se venden de esa manera. Hasta por unas monedas ofrecen un servicio a domicilio. Y para el chiquitaje están los arbolitos. Un método de especulación y latrocinio que no debería ser muy difícil de detectar y reducir. Sobre todo teniendo en cuenta que han sido los principales ganadores del sistema cambiario dispuesto por la AFIP.
A uno le parece imposible que estas cosas escapen al control estatal y que los individuos responsables no reciban el castigo que merecen. Estos hechos, además de inconcebibles, alimentan la hoguera mediática. Como también resta brillo a las conquistas que se sigan manteniendo jubilaciones de privilegio de jueces y ex funcionarios diplomáticos. Según un trabajo de la Administración Nacional de Seguridad Social, ANSES, hay 4135 magistrados y funcionarios del Poder Judicial que cobran casi 68 mil pesos al mes, algo así como 40 jubilaciones mínimas. Esta cifra cobra relevancia si se tiene en cuenta que el tope máximo para el común de los jubilados es de algo más de 12 mil. Además, hay 481 funcionarios del servicio exterior y docentes no universitarios que se retiran con ingresos mensuales de más de 58 mil pesos. Finalmente, docentes universitarios, investigadores y científicos y ex personal de Luz y Fuerza gozan de regímenes especiales con topes de entre 35 y 52 mil pesos. Esta situación, además de significar una ruptura con el carácter solidario del sistema de reparto, pone en riesgo el equilibrio financiero previsional.
Pero la política se ha instalado para corregir estas distorsiones y muchas más. De la mano de estas jubilaciones VIP, salta a la luz que los jueces, a diferencia del resto de los argentinos de altos ingresos, no pagan Impuesto a las Ganancias. El titular de la ANSES, Diego Bossio, en su informe en el Senado, apuntó a que la Justicia tome conciencia de este tema y pidió a los legisladores que preparen un proyecto de ley para eliminar este obsceno beneficio. El senador Eric Calcagno está evaluando la preparación de un anteproyecto de ley que ponga fin a la exención que gozan los jueces a la hora de pagar el Impuesto a las Ganancias y que estudie la eliminación de las jubilaciones de privilegio. Lo óptimo sería que diferentes fuerzas políticas confluyan en un proyecto común para que tenga un rápido tratamiento en ambas cámaras.
Así es como debe actuar la política, sumar voluntades para producir grandes cambios. Pensar en el bien del conjunto con cada paso que se da. La adecuación a las leyes beneficia a todos cuando todos las cumplen. Que el Grupo Clarín deje de ser un monopolio también beneficiará a todos, porque permitirá que surjan otras voces, otras miradas sobre los hechos, otros hechos producidos por diferentes miradas. De ninguna manera va a significar el trueque de un discurso opositor por uno oficial. Existen mecanismos en la propia Ley para impedir eso. Tampoco harán falta. Con que disminuya la influencia nociva de esta monstruosa usina de pensamiento ya es suficiente. En breve, el Grupo no podrá conservar todo lo que tiene. De más de 300 señales sólo podrá mantener algo más de 30, que es lo que la ley permite. Si conserva Canal 13, deberá desligarse de Cablevisión en Capital Federal. Y si conserva Cablevisión en parte del país, sólo podrá tener un canal de cable. Como límite absoluto, la ley establece que “la multiplicidad de licencias –a nivel nacional y para todos los servicios– en ningún caso podrá implicar la posibilidad de prestar servicios a más del 35 por ciento del total nacional de habitantes o de abonados a los servicios”. Su posición actual en el mercado supera el 56 por ciento.
Con respecto a la cantidad de señales televisivas de aire y emisoras de radiodifusión no podrá superar las diez en total. En cuanto a los permisos para canales de cable, el máximo permitido es de 24. A partir del 7 de diciembre comienza el proceso de desinversión y el Grupo Clarín tendrá 30 días, de acuerdo a la resolución 297/2010, para presentar una propuesta de adecuación de su esquema de medios al espíritu de la ley. Ansiedades al margen, porque el proceso puede durar más de un año. Los abogados de la corporación apelarán a todos los recursos a su alcance para postergar lo más posible plazos y límites. Los titulares clamarán por la libertad de expresión vulnerada por el autoritarismo K. Editorialistas estrella exigirán el respeto a las instituciones que ellos no respetan. Las plumas doctas que adornan sus páginas compararán la actualidad argentina con los peores regímenes dictatoriales de la historia. Los pajarracos laderos anunciarán catástrofes venideras. Agoreros místicos anticiparán el enojo de todos los dioses posibles.
Mientras desparraman tinta, ondas sonoras y píxeles para defender sus intereses mezquinos e ilimitados, el país sigue avanzando, ahora a pasos más lentos por la crisis del mundo civilizado provocada por los angurrientos internacionales. Por eso, es bueno celebrar el fallo de la Corte porque indica que los angurrientos locales pueden ser frenados cuando la política así lo dispone. Y, por supuesto, el beneficio es para todos.
Publicado. Igual van a buscar cuantos resquicios legales puedan a la medida ... No va a ser fácil ...
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