jueves, 10 de mayo de 2018

Los nostálgicos del cipayismo


Las pesadillas recurrentes incomodan. Para identificar ésta, podríamos ponerle nombre: “Futuro por Pasado”. La Campaña del miedo se transformó en terror experimentable. Después de una semana con corridas cambiarias, anuncios de más ajustes y amenazas de Cavallo, nada mejor que dormir con el enemigo y convocar al FMI para que nos tire un salvavidas de plomo. De manera pueril, la Revolución de la Alegría desafía la frágil memoria colectiva. Con perversidad, el empresidente Macri provoca hasta a sus admiradores. Hay que ser muy militante para defender el fantasma que retorna a Argentina y hace falta ser demasiado voluntario para creer que este deja vù parirá algo bueno para todos.
Quien cuente con más de 40 años no puede aplaudir este retroceso. Sólo un veinteañero inmune a los alaridos de la Historia renueva sus esperanzas con este nuevo paso del Cambio. Un paso amargo, suicida, criminal, que encierra la mentira del imprevisto, la patraña de la solución y la cantinela de la Pesada Herencia. Con un discurso para tontos, el Ingeniero posó como un timonel en medio de una tormenta salvaje y artificial, exhibiendo en menos de dos minutos el as de una derrota planificada. “Esto nos va a permitir reforzar este crecimiento y desarrollo –tartamudeó Mauricio- para evitar crisis como las que hemos tenido en nuestra historia”. Puro verso: no se puede reforzar lo que han destruido con decisiones que siempre han terminado en catástrofe.
Si la desazón puebla los ánimos es porque no hay espacio para el optimismo. En todo caso, para la indignación justificada de los que amamos en serio nuestro país. De prosperar este acuerdo del que no veremos un centavo, el FMI será el que decida nuestro futuro hasta que no lo tengamos más. Adiós soberanía y hasta siempre democracia. Si el primer requisito para este auxilio es sacrificar el ingreso de los jubilados, “nuestros queridos abuelos”, como decían Los Hipócritas en campaña. Y el segundo, será recortar salarios. Ahorrar más y más para reducir el déficit provocado por las exenciones impositivas a los más ricos, el drenaje de las importaciones, los despidos públicos y privados y el bombardeo al mercado interno. Y todo para tentar inversiones que terminan en bicicleta financiera.
Menos mal que este nefasto anuncio recibió el rechazo de gran parte de la sociedad y de casi todos los opositores. Aunque un poco tarde, ya no hay lugar para apoyar este tortuoso camino que, como muchos advertíamos, nos conduce al abismo. Ya es momento de poner palos en la rueda para interrumpir este latrocinio tan anunciado.
La punta del ovillo
Para no eludir la costumbre, Macri miente. Siempre presenta como un desastre o un fracaso la gestión anterior, sin datos ni argumentos, sino con lemas insustanciales para alimentar los prejuicios de sus seguidores. Sin embargo, hasta sus propios números desmantelan el mito. El INDEC amarillo –el que ahora sí dice la verdad- realizó una revisión de los datos desde 2003 a la fecha y, para sorpresa de los que se enteraron, verifica con énfasis la Década Ganada. Hasta encontraron menor desigualdad de la que medía el INDEC K. A partir de esta revisión, el Banco Mundial elaboró un informe en el que destaca que “el período de mayor producción de riqueza y de menor desigualdad fue la segunda presidencia de Cristina Kirchner”. Además, a partir de 2003, “el país crece económicamente y baja la desigualdad de manera sistemática y sin precedentes”. Por si esto fuera poco y para despabilar a los hipnotizados, desde el bailecito en el balcón, “aumentó el índice de desigualdad y hubo una menor producción de riqueza”.
Así, la Pesada Herencia toma forma de desarrollo con equidad y el Cambio, de todo lo contrario. Sin dudas, el kirchnerismo es más cuestionado por sus aciertos que por sus errores. Las falaces denuncias de corrupción abonaron el rechazo a un proyecto de país más humano que el actual modelo de despojo. Los medios hegemónicos construyeron las sensaciones necesarias para que el votante decida cambiar algo que debería haberse profundizado: la sensación de inseguridad, inflación, aislamiento, dictadura, cepo, crispación y muchas más que aparecían en titulares rimbombantes sin anclaje real. Hoy, que la situación es angustiante y promete no mejorar, el discurso mediático pone paños fríos para que las sensaciones no invadan el sentir de los colonizados.
Aunque la inflación –que Macri aseguraba bajar en dos minutos- está desbaratando todas las metas del Gran Equipo, la resignación es la consigna. Ya nadie cree en el 15 por ciento que esgrimieron para aplastar la recomposición salarial y las consultoras auguran más de 20 puntos. A pesar de que en abril el índice podría alcanzar los tres puntos, la naturalidad que derrama la cadena apologista apacigua el ánimo de los que antes se alteraban por incrementos menores. Ni siquiera mencionan que el poder adquisitivo del salario ha perdido casi el siete por ciento gracias a tantos cambios. Si esto hubiera pasado en el gobierno anterior, otra sería la sensación construida desde pantallas y portadas.
Y ni hablar si en medio de ajustes y despidos, el Boletín Oficial anuncia más de 40 designaciones de cargos medios y altos en el Ejecutivo Nacional. La austeridad tan pregonada no incluye familiares, amigos y adherentes que se acomodan en el barco antes de la colisión. El nepotismo es evidente pero los medios no arman un escándalo similar al que hicieron cuando Delfina Rossi fue designada como directivo del Banco Nación. Y eso sin mencionar que muchos de los que ocupan cargos ministeriales ostentan una ineptitud insólita.
Los medios que antes horadaron los logros del kirchnerismo para facilitar el triunfo de esta pandilla de sátrapas son ahora maquilladores de este desastroso camino al abismo. Aunque esbozan algunas tímidas críticas de forma, jamás cuestionan el fondo: este modelo sólo busca producir decadencia y más desigualdad. Desde las usinas de estiércol alientan el sacrificio de la mayoría mientras una minoría esconde el botín en cuentas secretas ya no tan inescrutables. En tanto precarizan nuestra vida para tentar inversiones productivas que jamás llegarán, un puñado de argentinos guarda casi 300 mil millones de dólares en guaridas fiscales y los agrogarcas retienen gran parte de su producción para multiplicar sus ganancias. En un país tan rico como el nuestro, un gobierno comprometido con el futuro debería impulsar el derrame tan prometido en lugar de seguir desecando a los de abajo. El ajuste debería apuntar a los que se acomodan en la punta de la pirámide para que contribuyan con algunas gotas de las fortunas que han acumulado en pala gracias a la evasión, la especulación y la complicidad de gobernantes tan corruptos como ellos.

2 comentarios:

  1. Una de las cosas notables de estos días, para quienes sabíamos antes el cómo iban a ser estos días, es la muy amarga "satisfacción" de ver que esos pronósticos eran ciertos, de la necedad y mala fe del votante de la porquería que nos trajo a ésto y que ahora, tímidamente y a disgusto empiezan a asumir, que les llega su cuota, a pagar y, claro, nunca a disfrutar la desventura kirchnerista, no, les hicieron creer que con los globitos y la tontería televisada alcanzaba para vivir bien, tener derechos y la única a joderse era la negrada... ingenuos, engañados?, no, querían ésto, querían jodernos, escarmentar a los negros y que el hijo de la sirvienta sea sirviente... y no está mal verlos joderse, verlos disfrutar sus "logros" bien ganados, por meterse solitos en manos de los próceres de los bienes mal habidos.
    Este viajecito de chocoarroz a mendigar el "auxilio" del FMI, hace innecesario ya describir las imposturas amarillas y, claro, que la "decisión" del virrey es no decidir nada, nada que no sea deuda, fuga y latrocinio, por supuesto.
    Sí, decidir la majestuosa bendición a chocobar es apenas un detallito, una apertura a los buenos modales y el respeto a los derechos humanos.
    Está bien, ya no nos sentimos tan solos, ahora, aunque un poquitín tarde, la gigante diputada vacacional carrió parece la farsa que es, chocoarroz, el malandra de cabotaje televisivo conocido y microministro, no consigue pasaje y cuando al fin llega a destino, la dueña del circo no está... o sea, una joya del mejor equipo, humillada antes de siquiera poder mendigar, una bruja la vieja ésa... si hasta feinman el facho se dió cuenta. Mucho, no?.
    Días lindos éstos, no hay que decir nada, sólo escuchar y mirarlos con pena y nada más, que disfruten lo conseguido... ah!, ví en otro blog hay una fotito (una de esas cajas vidriadas con un matafuego o una manguera) con esta frase; EN CASO DE EMERGENCIA, ROMPA EL VIDRIO y adentro, ls figura de Cristina, que casualmente se la ve muy poco, no me diga que la están extrañando hasta los que no son K?.

    ResponderBorrar

Un viernes negro

  La fortuna nos dio una chance. El disparo no salió, pero podría haber salido . El feriado del viernes es un casi duelo. La ingrata sorpres...