El Cambio no para de arruinar la
vida de gran parte de los argentinos. No hay que hacer demasiado esfuerzo para descubrir que la Revolución de la Alegría
está cada vez más lejos, como todo lo prometido por el Ingeniero y sus
secuaces. La frase con que la gobernadora Vidal celebró su espurio triunfo -“cambiamos futuro por pasado”- parece más una declaración de principios
que un fallido. Que el empresidente declame
–prescindiendo de datos, como siempre- que “la
decadencia argentina comenzó hace 70 años” es un indicio de que nos quiere llevar a la década del 30 del
siglo pasado; a esos tiempos en blanco y negro de vacas, granos, peones esclavizados,
millones de excluidos y mucho fraude. Un
futuro tan pasado en el que unos pocos vivirán de lujo gracias al sacrificio del
resto.
El Mejor Equipo de los Últimos 50
Años nos conduce hacia los peores momentos de nuestro ayer. El candidato que fanfarroneaba con bajar la inflación en dos
minutos ahora debería reconocer su “incapacidad
para gobernar”, como decía de
Cristina por no poder controlarla. Hoy, que el índice de agosto araña el
cinco por ciento y promete más de siete para septiembre pone como excusa los problemas del mundo al que tanto nos quiso
integrar. Para encontrar estos números deberíamos remontarnos a los primeros años del gobierno de Menem.
Y como el INDEC registró que el índice de precios mayoristas interanual es del
51,4 por ciento, este viaje al pasado sobrevuela la Híper de Alfonsín a finales de los 80. Con estas cifras, el Gran
Equipo casi duplicó la inflación de 2015
-23 por ciento contra 45- aunque sigan
hablando de la Pesada Herencia.
Además, algunos se esfuerzan por olvidar que el Gerente de La Rosada SA
prometió en campaña “el Gran Cordobazo
del Crecimiento”, porque manifestó estar “harto de que seamos la paradoja
del mundo, con la riqueza de recursos naturales y humanos que tenemos”. Y
para que no queden dudas de que invitaba
al electorado a un desarrollo histórico, cerraba sus recitados con “llegó la hora de demostrarnos a nosotros
primero y después al mundo de lo que
somos capaces los argentinos". A pesar de estos encendidos versos,
la caída de la actividad será del 2,4
por ciento este año, lo que indica una diferencia de cinco puntos negativos
respecto a 2015, año del inicio de la Revolución de la Alegría. No es para
menos, si el consumo se redujo en un 2,9 por ciento en comparación con agosto
del año pasado y todos saben –menos los
amarillos- que constituye casi un 70 por ciento del PBI. Sin consumo, no
hay crecimiento; así de fácil. De lo que los
argentinos somos capaces es de permitir
que alguien como Macri haya trepado a la Primera Magistratura para
traicionar la voluntad popular y destruir lo más posible. Y tan capaces, que le estamos teniendo mucha paciencia.
Sin
sopa ni mosca
Si los que votaron por los globos
no se sienten burlados es porque un falso orgullo los domina. Si se exaltaban con
la demagógica fantasía de Pobreza Cero, deberían estar muy indignados ahora que estamos más lejos de esa meta.
El director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, Agustín Salvia –cuyas cifras eran sagradas en los tiempos
en que estos oficialistas eran oposición- aseguró que de acá a diciembre se
va a desatar “un shock tanto por precios
como por estancamiento y va a producir
un aumento importante de la pobreza por ingresos”. Si a poco de asumir,
Macri pidió que lo evalúen en base a la reducción de la pobreza, ahora que se ha incrementado a niveles mayores que
los de 2014 y 2015, ¿cuánto más hay que esperar para aplazarlo?
Y si lo votaron por la
eliminación del Impuesto a las Ganancias, ¿no se sentirán un poco incómodos
porque cada vez lo pagan más trabajadores
sin recomposiciones salariales significativas? Un tributo que ya no se dirige
a la equidad, sino al agujero negro de la deuda. Si todavía piensan que vamos a
salir del túnel de la mano de Mauricio, habría
que comenzar a decepcionarlos. Mientras más sigamos avanzando por este
tenebroso recorrido, el deterioro
económico será mayor y la soberanía se convertirá en un buen recuerdo.
A estos retrocesos
malintencionados, se suma el condimento
preferido de la derecha gobernante y sus perversos instigadores: la cruda violencia
que se manifiesta en el discurso dominante, el pisoteo institucional y la
arbitrariedad judicial. La lluvia de
episodios violentos que ahoga nuestra
memoria debería ocasionar una repulsa hacia los usurpadores amarillos. Sin
embargo, aún quedan bastantes individuos
que aplauden con fervor los linchamientos, tanto simbólicos como carnales. ¡Cuántos
habrán sonreído con placer ante el
encarcelamiento del dirigente social Juan Grabois por defender a los
senegaleses! ¡Cuántos estarán añorando una Ley
de Residencia que expulse sin dudar
a los extranjeros insumisos! ¡Cuántos estarán esperando el diseño de un muro inexpugnable a lo largo de la
Grieta para que los indeseables se pierdan de vista para siempre!
Y por supuesto, también están
preparados para festejar con champaña y
petardos cuando el inefable juez Bonadío logre meter presa a Cristina, aunque
haya más excusas que motivos, más prejuicios
que pruebas, más venganza que justicia. Aunque sea por unas causas
inventadas por operadores periodísticos, por el sólo gusto de tenerla entre las rejas por unas horas,
por el mezquino placer de verla vencida.
Los números importan menos que
las imágenes a la hora de identificarse
con lo que no son ni serán nunca. Esos que por recibir una sonrisa
complaciente del amo son capaces de
renunciar a la dignidad y por un amago de caricia, patear la cabeza de sus
pares. Después, cuando la caricia se
transforma en sopapo, buscan el apoyo de los que antes traicionaron y simulan fraternidad hasta que termine el
problema. Finalmente, la rutina se transforma en amnesia y al tiempo,
vuelven a caer en la trampa y nos meten
a casi todos en ese vicioso círculo.
Tal vez sea el momento de romper
esta rueda para impedir que el egoísmo
absoluto vuelva a ensombrecer nuestro futuro. De una vez por todas debemos
aprender a diferenciar adversarios de enemigos
para evitar que nos vuelvan a meter en el mismo túnel.
muchas gracias Gustavo!-compartido y abrazos
ResponderBorrar