La
andanada de soserías con forma de frases
célebres es constante: hay que poner
el hombro, un sacrificio necesario, esta vez va en serio y muchas más por
el estilo siguen colonizando desde la usina de pensamiento del Cambio. Un ‘florilegio’ de sandeces cuyos autores no se destacarán por sus valores literarios
o humanos sino por su cinismo y su crueldad. Que Macri diga que estos “fueron los peores cinco meses de su vida”, en
referencia a la crisis inflacionaria y
financiera desatada por sus propias medidas, es una muestra de eso. O que
aconseje que no lo volvamos loco pues nos “podría
hacer mucho daño”. En el tope del
ranking siempre estará el juramento de que “hace lo imposible todos los días para tratar” de ayudarnos. En
realidad, nos haría menos daño y nos ayudaría mucho más si se trepase de una vez al helicóptero que muchos estamos invocando.
Si el relato K se inscribía en una épica de
conquistas, los sobres de azúcar M son una serie de excusas para el fracaso. Un
fracaso más visible que el “Crecimiento
Invisible” del empresidente. Tan
fracaso que la vice Michetti no puede dormir de tanto pensar en el sufrimiento de las víctimas de la Tormenta Amarilla.
Un fracaso de tal magnitud que la revista norteamericana Vanity Fair –insospechada de militancia K- afirmó que “Mauricio
amenaza con llevar a Argentina a la quiebra”.
Sin
embargo, los rostros oficiales que aparecen día a día ante las cámaras expresan resignación y optimismo en un
mismo gesto hartamente ensayado con el fin de simular un sacrificio especular: si el pueblo
sufre, los que gobiernan también. Como si los miembros del Gran Equipo fueran capaces de imaginar la imposibilidad
del pan en la mesa, un techo seguro o una dignidad ascendente. Porque son torpes en eso de empatizar con la mayoría,
se escudan en las planillas y convierten al ciudadano en un número. O peor, en un estorbo para sus planes de “un país normal”, como dijo Macri en estos días.
Ni
siquiera los convencidos pueden negar que las
cosas no están saliendo como esperaban. Que las promesas de campaña se
hayan perdido en el camino no perturba tanto la adhesión como la inflación incontrolable y la devaluación
recurrente. Pero la colonización mediática hace que los que aún esperan
algo bueno de este entuerto crean que al
buen Mauricio le duele esta situación
y traguen el verso de que éste es el “único
camino y que cuando los argentinos se proponen algo, logran cosas increíbles”. Tan increíble como poner de presidente a
alguien que ni se reconoce argentino.
Números que no mienten
Ya nadie
espera que la Revolución de la Alegría materialice una distribución progresiva
del ingreso; al contrario, la
distribución es regresiva porque es un gobierno de ricos para ser más ricos.
Las promesas de campaña ya se convirtieron en una estafa electoral histórica
que debería servir como ejemplo de
conducta antidemocrática. Y los votantes que confiaron en que un pseudo empresario
multimillonario, contrabandista, evasor, egoísta y fugador pueda llevar
adelante un gobierno con sensibilidad social, deberían ser los primeros denunciar
la estafa.
La
Pobreza Cero no sólo se desmiente por la alarma del Observatorio Social de la
UCA, que anticipa un crecimiento
porcentual del número de pobres e indigentes por la inflación, la
cotización del dólar y la pérdida de puestos de trabajo. Hilal Elver, la
Relatora Especial sobre el Derecho a la Alimentación de la ONU –después de un
relevamiento in situ- denunció que en Argentina “hay amplios sectores de la población que sufren una seria inseguridad alimentaria”. En su declaración,
Elver consideró que “el Gobierno debería tomar más en cuenta el impacto directo e
indirecto de sus medidas de
austeridad sobre la accesibilidad a los alimentos por los más pobres en la
sociedad argentina”. Y destacó la gran paradoja de un país que “produce
suficientes alimentos para 450 millones
de personas, pero casi cuatro millones entre sus propios ciudadanos” no
tienen para comer. Que nadie venga a hablar de la Pesada Herencia, porque antes de la llegada del Cambio, habíamos
logrado el Hambre Cero, de acuerdo a las conclusiones de Juan Carr de Red
Solidaria.
En
campaña, los entonces candidatos Macri y Vidal enternecían a la teleaudiencia hablando de “nuestros queridos abuelos” y prometían
la Reparación Histórica como un fruto edénico. En realidad, terminó siendo
uno de los tantos engaños captadores de votos. La famosa reparación acabó como un Caballo de Troya para que los
familiares y amigos presidenciales puedan blanquear sumas ilícitas con poca
tributación y ninguna obligación. Los jubilados, además, padecieron el recorte
en la entrega de medicamentos y otras prestaciones y una pérdida de su poder adquisitivo del 35 por ciento respecto a 2015.
Aquellos que obtuvieron su jubilación con moratoria no sólo se resignaron a bajar
a la categoría de pensión sino que deben
soportar la constante estigmatización de los funcionarios y sus voceros
mediáticos. Por si esto fuera poco, el presupuesto 2019 que están
presentando en el Congreso restringe el
acceso a la Pensión para Adultos Mayores y sentencia la liquidación del
Fondo de Garantías de Sustentabilidad, un
preciado botín que los especuladores, comandados por el Grupo Clarín, pretenden
recuperar.
Los mentirosos
spots del Cambio son la prueba palpable de que en La Rosada se constituyó una asociación ilícita en serio. El “más empleo de calidad” se transformó en
una desocupación de casi el diez por
ciento y van por más. Eso de “en mi gobierno los trabajadores no van a
pagar impuesto a las ganancias” se
convirtió en que son más los que pagan. La inflación que Macri prometía “bajar en dos minutos” porque “es la muestra de la incapacidad para
gobernar” apunta a superar el 45 por
ciento. La “unión de los argentinos”
significa denostar, perseguir, apalear y
encarcelar opositores, además de mandarlos “en un cohete a la luna”. La seguridad que iban a garantizar concluyó
en un incremento de los delitos y una
política de guerra que nos aleja de los principios constitucionales. Los
operativos policiales terminan en
represión, capturas, vejaciones y tormentos, además de infiltrados
revoltosos. La doctrina Chocobar que tanto reivindican recibe aplausos mediáticos pero, gran esperanza, condena en los
tribunales.
Tomar
todo esto como el resultado de la impericia de Macri y sus funcionarios ya queda como un análisis tontuelo.
Pensar en errores cuando no cesan de hacer
apología del tortuoso túnel en que nos metieron es propio de chupamedias. La
soberbia que destilan los amarillos es
un indicio de que no se están equivocando sino que “hacen lo que hay que hacer”: someter el país y gran parte de sus habitantes
a los caprichos de la timba internacional, que no es otra cosa que servir a los planes del Imperio decadente. Como
hace más de 200 años nos declaramos independientes, deberíamos reciclar ese
compromiso exigiendo al Ingeniero y sus
secuaces que comiencen a hacer lo contrario de lo que están haciendo. Y si
no quieren o no pueden que termine
cuanto antes la usurpación que estamos padeciendo antes de que no nos dejen
nada para defender.
compartido! gracias y abrazos
ResponderBorrar"La soberbia no es grandeza sino hinchazón. Y lo que está hinchado parece grande pero, no está sano."
ResponderBorrarY este DESgobierno macrista está tan insano que está podrido.
Gracias Gustavo por tus análisis,tan interesantes siempre.Un abrazo
¿Sabe qué pasa, Gustavo?, por acá estamos muy mal acostumbrados, pretendemos que las personalidades del virreinato sean tipos serios, que larguen frases e ideas interesantes, que se discutan asuntos importantes.... y no, es un error, el virrey que tenemos, así, bailarín, cholulo rastrero del tío sam y cultor de hacer el ridículo (y en inglés, qué se creen?) es perfecto.... dígame, ¿cuántos argentinos conoce que asumirían estar "flechados" por el bagayo siniestro de la lagarde?..... sólo hay uno, vió?, un estadista de la gran siete y la madre que lo parió.
ResponderBorrarPara serle sincero, hasta ahora pensaba que necesitaba yo un loquero que me explique dónde estaba lo malo que hice para merecer esta porquería, y no, siento que zafo, el loquero (mejor que sean varios) tiene que ser para los votantes de esta cosa, que aún andan diciendo que se "salvaron" de no sé qué amenazas imaginarias y qué bueno es que justo el héroe que pasa sus "peores meses" (peor que un secuestro) en una piecita neoyorquina de 10 lucas verdes la noche... lo escribo tan pancho que es maravilloso perder la noción de asombro, ¿mérito mío?, no, pura esencia del virreinato de las maravillas, paremos de sufrir, tele, papas fritas y good show!!!