Los
funcionarios amarillos que exigían autocrítica del gobierno anterior no
paran de auto elogiarse. Según ellos, hicieron todo bien aunque dejan el
país más estropeado que como lo encontraron. Después de perder por ocho
puntos en las elecciones generales, difunden los “Ocho puntos de la economía”, un documento de Estado que más
parece un cuento de hadas que la realidad que nos legan. Y como malos
perdedores, refunfuñan, gruñen y no paran de ensanchar la Grieta, montados
al inmerecido 40 por ciento obtenido en las urnas. No sólo inmerecido, sino
también vergonzante, porque esos que los votaron avalan todo lo malo que han
hecho desde aquel fatídico 10 de diciembre de 2015 sin poder mencionar algo
positivo más que las pavadas de República, Democracia y Libertad.
Ese 40
por ciento será un hueso duro en los meses venideros. Sus componentes serán los
primeros en hacer oír sus gritos ante problemas que antes no inspiraban la
mínima queja. Los primeros en señalar que una inflación de dos por ciento
es más alarmante que la actual de más de cinco, que convertirán en
condena fantasías vomitadas en titulares, que babearán su rabia tildando
de “chorros” sin poder enumerar qué
robaron. La inseguridad volverá a ser el problema central gracias a la
repetición de los medios, que logra multiplicar cada hecho. Ahora sí mirarán
la miseria que antes ignoraban. Si hasta ahora han sido los mejores
oficialistas, desde ahora serán los peores opositores, sin más
fundamento que los prejuicios arraigados en lo más hondo de su sentir.
La
convivencia con ese 40 por ciento será difícil. Echar la culpa al presidente
electo de todo lo que pase será el pan de cada día. Si hasta 2015 se
quejaban porque las tarifas eran baratas, en breve organizarán cacerolazos de
protesta porque el precio de las cosas comienza a bajar. Por cualquier
cosa dirán que nos parecemos a Venezuela, Cuba o al país demonizado de turno.
Escuchar en silencio el recitado a repetición de las patrañas mediáticas
requerirá mucha paciencia. En cambio, contrastar las falacias con
informaciones verídicas insumirá litros de saliva. El desafío será
disminuir ese porcentaje a fuerza de argumentos, no con la persecución, la
amenaza o la censura que aplicaron los amarillos. Los datos sobran para
despertar la conciencia de al menos el 10 por ciento que los votó por confusión.
Si logramos mantener en alrededor de un cuarto a los anti populistas, el
tránsito hacia un país más equitativo será armonioso. De lo contrario,
corremos el riesgo de caer en la tentación de la alternancia, una treta del
establishment para mantener sus negocios.
Fotos para argumentar
En la
región hay tres ejemplos que nos pueden servir: Bolivia, Brasil y Chile.
En el primero, los malos perdedores de la derecha imperial apelaron a la
barbarie más repudiable, como humillar públicamente a una alcaldesa
oficialista e incendiar casas de funcionarios y parientes, para forzar nuevas
elecciones. Todo con el apoyo de la mano “democrática” de Estados Unidos, que busca vengarse de Evo por
haber cerrado su embajada y expulsado a sus representantes diplomáticos. Aunque
el presidente aymara ganó las elecciones con un apretado margen de diez puntos, los angurrientos quieren
revancha. Así seguirán hasta ganar por cansancio.
En
Brasil, tuvieron que encarcelar al candidato Lula Da Silva con acusaciones
falsas para que Jair Bolsonaro pueda convertirse en presidente. Ahora
que Lula está libre a la espera de la confirmación de la insostenible
condena, Bolsonaro tiene apenas 26 puntos de aprobación a menos de un
año de haber asumido. Las noticias falsas y los procesos judiciales
amañados hicieron estragos en el electorado del país vecino que ahora ve
desmoronarse el andamiaje de mentiras en el que basaron el voto.
Pero el
caso más emblemático es el de Chile, el modelo neoliberal por excelencia,
el ejemplo de superación de grietas para el mundo y más allá, el éxito
económico de todos los tiempos. El mito estalló como una pompa de jabón.
Después de tres décadas de amable alternancia entre partidos similares, el
endeble equilibrio establecido por el dictador Pinochet para beneplácito
del establishment trasandino empieza a tambalear por la gota de avaricia que
desbordó el tanque de la paciencia ciudadana. Chile es ahora un ejemplo
de lucha contra las políticas desigualadoras de la derecha vampírica.
El
entendimiento del votante cambiemita puede entrar en cortocircuito
cuando estas tres fotos van acompañadas de algunas explicaciones. Si Macri es amigo
de Piñera, coincide con las ideas de Bolsonaro y acompaña a los
destituyentes bolivianos, ¿qué clase de engendro han votado? Un monstruo
que no tiene las agallas para mostrarse como es –como muchos apologistas
cuestionaron- y esconde sus monstruosidades tras un maquillaje de ciudadano
ejemplar. Un cínico que, de tanto mentir es capaz de creer en esos ocho
puntos de falsedades que difundieron esta semana. Y tanto cree en sus
mentiras que declara impunemente: “hay
gato para rato”. Aunque el
Financial Times, el principal diario económico anuncie que “el vencedor de las elecciones en Argentina heredará uno de los
desastres económicos menos envidiables del mundo” o The Washington Post
opine que “los frutos de la tarea de
Macri son una economía” peor que la heredada, el Buen Mauricio se ufana de su gestión. El “trabajo en equipo” logró sentar las bases para crecer,
disminuir la inflación y crear empleo, dicen los cráneos del Cambio y sus
obnubilados seguidores les creen.
Tanto subestima Macri a sus seguidores que se
atreve a alardear de haber sido “un
gobierno que no robó, que no negó y que no abusó del poder”. Mentira,
por supuesto. De lo primero, deberá dar cuenta la titular de la Oficina
Anticorrupción por haber protegido al presidente del que “está enamorada” y sus secuaces para que
no la tilden de parcial. Y después, por supuesto, todos los protegidos por
este personaje nefasto que jamás debió haber ocupado ese cargo. Lo de no negar también es una falacia, porque
negó a muchos la posibilidad de vivir dignamente con su gestión
succionadora. Y que no abusaron del poder se desmonta con el pedido de
informes de la ONU sobre los atropellos a magistrados cometidos en estos
oscuros cuatro años.
Convivir
con ese 40 por ciento será muy difícil porque ya empiezan a actuar como lo que
son: manipulados mediáticos que salen a defender a Bugs Bunny sólo
porque Alberto Fernández expuso un análisis teórico sobre ese simpático
personaje. Y todo lo demás, por supuesto, porque volverán a ser caceroleros
rabiosos que rechazarán cualquier iniciativa del gobierno entrante porque
odian y sólo asimilan lo que alimenta ese odio. Aunque sea una tarea
ciclópea, debemos reducir ese porcentaje que rechaza sin comprender porque
así está avalando un proyecto de país que tarde o temprano lo dejará fuera
del camino.
Tal vez sólo sea una expresión de deseo mía, pero si el fracasado virrey entiende que 40 de 100 *lo apoyaron* a él, es más idiota de lo que se supone, esos votos síntesis del antiperonismo visceral y recalcitrante, son justamente los de los que votarían cualquier porquería, amarilla o verde limón, no importa el color siempre y cuando vaya CONTRA el objeto de su odio de clase y/o racial. Puede ser que estén interesados en creerse sus propios embustes, pero al final, incluída su nula afición al trabajo, nuestro héroe se retirará prudentemente para no volver - salvo que algún juez, conversos nunca faltan, se le ocurra impedirlo...
ResponderBorrarLos peligros son otros, mucho más jodidos que un corrupto en paulatino descrédito y ahí está el ejemplo de hoy, Bolivia, donde los sediciosos comparten ADN con los de acá, fíjese que ya hay *campesinos* amenazando cortar rutas y ni hablar del periodismo serio, los trovadores de goebbels, siempre listos al delirio de mala fe y la opereta pautada.... tal vez haya un recambio de las caripelas más gurkhas pero las *nuevas* no traerán ninguna novedad, el libreto hace mucho que está escrito...
No creo que valga la pena, tratar de convencer a parte del cardumen odiador... lo más probable es que haga más falta convencer al *propio* que suele tener la mala costumbre de ser volátil y aficionado a los espejitos de colores, con look LED Y Smart... lo que viene va a ser movidito, complicado y hay algunos que... mamita, dan miedito!.
Lo de Bugs Bunny, es cierto que el conejo era personaje simpático, pero el crimen de AF fue definirlo como estafador, casi diríamos que parecido a cierto mandatario con ínfulas de felino y simpatía mal ensayada.... me tocó ver a un cráneo periodístico pontificando sobre el Coyote, la verdad, serían graciosos si no fueran tan asquerosos. Es lo que hay, paciencia.
Pero bueno, siempre pasa alguna que otra cosa con aroma a justicia, que esa maravilla de funcionaria como cachavacha alonso tenga que complicarse yendo a tribunales, no deja de ser auspicioso que en una de ésas termine en cana por portación de cara - un atentado terrorista en sí misma esa jeta - más los chanchullos, festival...y como soy mal pensado incurable, permítame reservarle un rinconcito a doña malbec y su costumbre de reventar la tarjeta en jugueterías de Israel o de joda con Batman, a gozar que se acaba el mundo, no?
comparto Gustavo-muchas gracias-abrazos
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