jueves, 26 de diciembre de 2019

Memoria necesaria


Mientras los antropófagos que nos gobernaron durante cuatro años sigan enumerando logros inexistentes y cuestionando las medidas que toma el nuevo gobierno para solucionar los problemas que fabricaron, será inevitable recordar la Pesada Herencia de verdad que deja Macri. En lo económico, social, político, jurídico, simbólico el daño es un retroceso de varias décadas. Encima quedará en los medios un grupo de periodistas resentidos porque perderán los multimillonarios sobornos con que la gestión amarilla endulzó la opinión pública. Por eso, muchos de ellos destilan veneno en sus programas y columnas como si del paraíso hubiéramos pasado al infierno en un abrir y cerrar de ojos y desorientan al público cautivo con desinformación y patrañas como han hecho siempre.
La lista es nutrida y los nombres que aparecen en ella podrían servir como anti ejemplos para los profesionales del futuro. Y que esto no se tome como un cercenamiento a la libertad de opinión, sino como una valoración de ella: la opinión basada en información veraz y con el objetivo de construir una sociedad mejor. Penoso que tipos como Leuco, Majul, Morales Solá y tantos otros ocupen lugares destacados sólo para sembrar discordia y malograr la vida de millones. Porque eso significa ponderar los cuatro años de la Revolución de la Alegría: aplaudir un proceso de deterioro que sirvió nada más que para enriquecer a unos pocos. Lo que hacen esos manipuladores profesionales es reorientar el voto ciudadano hacia un modelo destructivo que seguirá siendo competitivo mientras no se lo condene como merece.
El video que se viralizó de la entrevista que Luis Majul realizó a Alberto Fernández el pasado domingo debería avergonzar a más de uno que lo sigue sosteniendo como periodista destacado. Mentira, ignorancia y mala intención abundan en “profesionales” como él. Y eso es dañino: nada bueno se puede construir así. La mejor manera de elevar el nivel comunicacional de la sociedad es dejarlos solos, mascullando en soledad su fracaso por ser tan serviles al Poder Fáctico.
Esto no es broma, porque gracias a tipos como éstos tuvimos a un presidente como Macri. Que muchos aún crean que fue de lo mejor, también es gracias a estos destructores del entendimiento. Y que el Ingeniero pueda decir, sin ponerse colorado, que durante su gobierno “se creció mucho”, a pesar de que los datos expresan todo lo contrario; aunque el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz asegure que el país que deja Macri es “el peor de todos los mundos posibles”. Como el blindaje hacia el ex empresidente continúa intacto, se puede dar el lujo de parafrasear una frase kirchnerista, “el amor supera al odio”, cuando su carrera política se ha basado en contagiar su desprecio de clase. Nadie debe salir impune después de hacer tanto daño y vanagloriarse de ello.
Condena imprescindible
Los primeros pasos del nuevo gobierno sugieren un camino diferente. Al menos, hay un giro en la manera de distribuir el ingreso: nada revolucionario, por supuesto, sino apenas dejar de succionar a los que quedaron secos después de la sangría amarilla. "Todos sentían que estábamos en un colectivo frente a un precipicio, manejado por alguien que pisaba el acelerador –graficó Alberto Fernández ante Majul- Ahora en el colectivo hay alguien que puso el freno, dio la vuelta y todos sienten que el precipicio se aleja". Ese ‘todos’ es un exceso de la metáfora, porque hay unos cuantos que votaron para seguir hacia el precipicio. Hasta hay algunos que incrementan sus fortunas cuando los demás se despeñan al abismo.
Las señales son claras: la recomposición de los ingresos de los más vulnerados vía recursos y congelamientos tarifarios sugiere una tregua a la sangría. Eso que desde el oficialismo llaman Pacto Social implica un cese en la succión desaforada de los más ricos. Ahora hace falta una explicación permanente de cada medida para erradicar el exterminio en cuotas que comenzó en diciembre de 2015. Frenar el exterminio, no terminar con los exterminadores. La impronta desigualadora de los cambiemitas seguirá intacta, por más que en los próximos cuatro años la mejoría sea evidente. Hay que educar mucho a nuestros pares para que comprendan que el modelo neoliberal nunca conduce a buen puerto. Y mucho más para que dejen de asustarse cada vez que las fieras del Círculo Rojo lanzan sus protestas. Al contrario, si aúllan, gruñen o rascan el suelo con sus zarpas, más tranquilos debemos estar, porque es la más clara muestra de que vamos por el buen camino. Mientras más furiosos estén, mejor será el resultado para la mayoría.
Algunos considerarán exagerado el uso del término exterminio, pero nadie puede hacer tanto daño sin que ése sea su objetivo. Hambrear, desocupar, precarizar, reprimir y balear son maneras de concretar la extinción del más debilitado. Ni hablar de la reducción de las partidas para vacunas, que terminan enfermando; o del cese de la distribución gratuita de medicamentos o el descontrol en el aumento en sus precios. Incrementar la inflación aunque se prometió lo contrario es desamparar a casi todos. Dejar todo en manos del Mercado es avanzar hacia el darwinismo social, a la supervivencia no del más apto sino del más poderoso, aunque sea apenas un heredero que no llegaría a nada por sus propios medios.
Que una pendenciera de carnaval como Patricia Bullrich haya ocupado el ministerio de Seguridad es una demostración desfachatada de esa intencionalidad. El aliento etílico a la ejecución de ladronzuelos desarmados y en retirada; la defensa a ultranza de los efectivos que asesinaron a Santiago Maldonado, Rafael Nahuel y muchos más; el premio de otorgar el Complejo Turístico de Chapadmalal para que los gendarmes se entrenen; todo esto y más concluyen en lo mismo: en el país que pergeñaron sobraban varios millones y desde el primer día pusieron todo para lograr ese objetivo.
De haber conseguido la reelección, hubieran avanzado por ese tortuoso camino hacia el paraíso al que llegan muy pocos. Si ése es el precipicio del que habla el Presidente, debería ser menos metafórico, más enérgico al denunciar las verdaderas intenciones del plan que Macri y sus secuaces ejecutaron en estos cuatro años de pesadilla. Una verdadera asociación ilícita con un insólito consenso electoral, sólo explicable por el extravío de algunas conciencias que prefieren basarse más en prejuicios que en certezas.
La batalla que tenemos por delante no es sólo por más plata en los bolsillos, sino por comprender por qué nos los vaciaron. Una disputa conceptual, ideológica, discursiva, jurídica. Convencer de que el modelo de Macri no es democrático porque desiguala, despoja, empobrece y no por errores en su aplicación sino porque ésos son su fines. No es apenas un pensar diferente coincidir con algo así, sino avalar un plan delincuencial con la pátina de elecciones amañadas por la mala información de los votantes. La batalla por venir es cultural para romper la colonización que algunos padecen desde hace mucho tiempo. Sólo el triunfo en esta contienda garantiza el tránsito hacia un país más justo.

2 comentarios:

  1. Estimado Gustavo, te agradezco todo el 2019 de apuntes y sus reflexiones que al leerlas me ayudaron a comprender y hasta soportar esta tremenda situacion que todo el país padece y seguirá padeciendo por las secuelas que ha dejado tanta destrucción sin sentido-mi gracias y lo mejor para el 2020 para vos y todos tus lectores

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