viernes, 23 de septiembre de 2011

Ya no somos los que fuimos

Desde unos días atrás habían comenzado a crecer las expectativas por la presentación discursiva de la Presidenta en la apertura de la 66° Asamblea de las Naciones Unidas (ONU). Los temas resultaban por demás de atractivos: Malvinas, AMIA, Palestina y sobre todo, la economía mundial. El lunes, en Rosario, Cristina hizo un pequeño entrenamiento de esgrima verbal con el gobernador de Santa Fe, el otrora anestesista y actual orador insufrible, Hermes Binner. Ya es sabido, quiso ir por lana y salió trasquilado (quienes no entiendan este dicho, consulten con el abuelo). Y eso sin mucho esfuerzo: simplemente enumerando logros de gestión.
Para los que nos sentimos atraídos por la política, escuchar, leer los discursos de los principales exponentes, tanto locales como internacionales, despierta mucho entusiasmo. Tan es así que el autor de estos Apuntes estaba tan ansioso ante la sucesión de expositores en la inauguración de la asamblea  como puede estarlo un fanático futbolero ante un partido de la selección en la final de la copa del mundo.
Algunos pueden pensar que esas intervenciones no son más que formalismos, palabras huecas discretamente eslabonadas, cháchara sin sentido. Muy lejos de eso, representan una exposición de principios, líneas de acción, bajadas discursivas, búsqueda de consenso. La presidenta del Brasil, Dilma Rousef, sostuvo una posición muy firme con respecto a la unidad de la región y a la importancia de las economías emergentes en medio de la crisis en algunos países del llamado Primer Mundo. Hasta puso en duda la capacidad de esos países para buscar soluciones a los problemas que ellos mismos crean.
El presidente norteamericano Barack Obama  no hizo más que jugar con la hipocresía que, por el lugar que ocupa el país en el escenario mundial, siempre sobrevuela en los discursos de todo presidente norteamericano. Y, por si fuera poco, ostentando la intención de buscar “la paz en un mundo imperfecto.  La paz que intentan construir en el mundo no es otra cosa que obediencia, aunque adornen sus dichos con palabras al estilo de soberanía, libertad, democracia, justicia, dignidad. La paz perdurable que pregonó Obama no es más que la obediencia ciega. Quien más habla de paz representa al país que más conflictos bélicos genera. También se dio el lujo de deslizar algunas frases “pacifistas” que pueden sonar como amenaza. “La forma en que las cosas funcionaban antes no será la forma en que las cosas van a funcionar”. Y agregó: “nuestros destinos están entrelazados; o nos salvamos todos o nos hundimos todos juntos”. Por si no se entendió, la crisis económica generada por sus propios desmanejos será solventada por todo el mundo. Hermoso mensaje de paz.
Después Felipe Calderón, presidente de México, sorprendió con los pormenores de su gobierno y los esfuerzos por disminuir la desigualdad a través de recursos del Estado. Una posición que sorprende en un mandatario que no es precisamente de izquierda. A continuación, el presidente francés, Nicolás Sarkosy, no aportó más que retórica y algunos conceptos que ni él mismo cree.
Y luego de más de dos horas de discursos en diferentes idiomas… Nuestra Presidenta. Aunque estaba un poco tensa, la fortaleza de sus palabras debería despertar una especie de orgullo nacional. No sólo reivindicó los principios que defiende en su gestión sino que se dio espacio para esclarecer un poco el escenario político y económico mundial. No fue muy destacado por la prensa local, salvo honrosas excepciones. Casi todos los medios se dedicaron a difundir el momento conflictivo de su exposición respecto a la soberanía de las islas Malvinas y la posibilidad de suspender los vuelos de Lan Chile con escala en Río Gallegos y destino insular. Pero omitieron la forma en que Cristina abogó por el otorgamiento a Palestina el estatus de nación con derecho a formar parte de la ONU. Por si no lo recuerdan, dijo que esa instancia era una garantía de seguridad para el Estado de Israel. Claro, es la forma en que las partes en conflicto puedan negociar en igualdad de condiciones y eliminaría la coartada para cualquier atentado. Y eso es muy importante. Hasta dedicó un párrafo para poner en cuestión el funcionamiento del Consejo de Seguridad de la ONU tanto por sus integrantes permanentes como por su derecho a veto, totalmente innecesario en el contexto internacional contemporáneo.
Con respecto al tema económico y sin intenciones de poner al país como modelo –aunque lo hizo- puntualizó algunos logros del modelo en curso desde el 2003, como la disminución de la relación entre deuda y PBI, la baja de los índices de desempleo y de pobreza, la aplicación de medidas por fuera de la ortodoxia económica mundial, entre otros. Pero también tuvo la “osadía” de cuestionar el funcionamiento de ciertos organismos internacionales, como las calificadoras de riesgo y reclamó la necesidad de reglamentar la manera de operar. Y, por si esto fuera poco, instó a los países miembros a tomar medidas que frenen el accionar del capital financiero internacional, que es el que ocasiona las crisis, dejando a los países en donde opera con índices de desocupación, pobreza y desindustrialización. En pocas palabras, invitó a frenar la especulación destructiva, que tanto daño ha hecho en el pasado y tanto hace en el presente.
En estos días posteriores a la presentación de Cristina en la asamblea de la ONU, fue imposible no hablar de ello. Los conceptos vertidos y recordados a través de los fragmentos televisivos no dejan lugar a dudas de su capacidad intelectual, su compromiso con la transformación del escenario regional, el alcance de sus ideales y, por supuesto, su capacidad de oradora. Muchos elogios provienen de algunos que no son sus partidarios, precisamente. A un mes de las elecciones nacionales y más allá de encuestas y pronósticos, los números serán un poco más generosos que los del 14 de agosto. Y por si esto no alcanzara, algunos están volviendo con el rabo entre las patas.

3 comentarios:

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  2. Hola, te encontré en el Grupo de Facebook, yo soy el de http://lamierdaoficialista.blogspot.com/.
    Es muy interesante lo que haces, tanto que me motivó a seguirte y promocionarlo en mi blog. Seguí así, muy sensatos tus análisis.

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  3. Lo que se dice en esta publicación no se puede ocultar: Cristina es una estadista formidable y si enanos políticos como Binner quieren suicidarse provocándola con dialéctica de entre-casa, allá ellos. ¡Vamos, Cristina!. ¡Por un triunfo resonante e histórico en Octubre!.

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