lunes, 18 de julio de 2016

En patas y a los gritos



Una foto de una montaña de dinero alcanza para reorientar la indignación. No importa si la suma está declarada de antemano y es posible determinar su origen. Lo funcional es prolongar la sospecha. Para justificar el saqueo que se está produciendo no sirve encontrar ninguna verdad, sino construir una patraña a la medida de los gerentes que han copado La Rosada. El pasado y el presente se convierten en la arcilla con que estos ceos están construyendo un monstruoso futuro. Y uno pone ‘arcilla’ para no mancillar la metáfora. A pesar de la eficacia de la prensa dominante –hoy oficialista- una parte considerable de la población ya advierte que la arcilla no apesta de esta manera. Aunque encumbrados analistas justifiquen los ajustes, el descontento se extiende. La idea de que Macri gobierna para los ricos parece ser la conclusión de muchas charlas cotidianas. Tanto que puede convertirse en lugar común, en chiste que se naturalice hasta no sorprender a nadie. Y lo más grave es que nos convenzan de que éste es el único camino para salir de la crisis en la que él mismo nos metió.
El jueves pasado, miles de argentinos salieron a las calles para dejar en claro que no aceptarán los tarifazos. La protesta fue de tal magnitud que los medios hegemónicos no pudieron ocultarla, aunque intentaron neutralizarla con comparaciones caprichosas y las demonizaciones de siempre. La nostalgia condujo a los periodistas de TN y sus satélites a evocar los gloriosos cacerolazos contra Cristina, fomentados, orquestados y celebrados por los mismos que hoy, algo enfurruñados, observaban éste contra Macri. La comparación es tentadora. Aquéllos llevaban consignas difusas y éste, un rechazo concreto. Aquéllos tenían la amplia difusión de los medios hegemónicos y éste, sólo en las redes sociales y algunas radios y canales opositores. Unos eran funcionales al establishment y éste, por supuesto, no. Todos hicieron ruido, pero éste parece doler más.
“Este gobierno debe escuchar –decían- no como el anterior, que se burlaba, insultaba en lugar de atender los reclamos”. Si Cristina no atendía las demandas de los cacerolazos en su contra no era por mala voluntad sino por exceso de abstracción en las consignas. Uno de los más multitudinarios se había convocado para expresar a La Presidenta que no le tenían miedo, a partir de la tergiversación mediática de uno de sus discursos. En otro reclamaban la falta de libertad, un eufemismo contra los controles cambiarios. En otros que se vaya, que se muera, que se ahorque… Difícil que todo esto se transforme en un plan de gobierno. En todos estos estaba la inseguridad como problema, tema que, como ha desaparecido de la agenda mediática parece no ser tan preocupante, aunque no han remitido los hechos delictivos. Este “Ruidazo”, en cambio, tuvo un fin concreto: frenar el descomunal incremento en las tarifas de gas y electricidad. Una demanda concreta que abarca muchas otras.
La ruptura que se viene
Además de mirar para otro lado, los ceócratas se sumaron a las denostaciones mediáticas. Pero, por las dudas que entre kirchneristas y militantes de izquierda se haya infiltrado algún votante defraudado, los PRO replicaron como mejor saben. Al Ruidazo, responden con el timbrazo, un simulacro que resultó efectivo en campaña, aunque ahora puede portar ciertos riesgos. Por eso, 20000 militantes –‘voluntarios’, en lenguaje PRO- guiaron a los funcionarios por domicilios amigables para no arruinar las fotos.   
Ellos son así: el diálogo y el consenso siempre están presentes, pero no con todo el mundo. Escuchar una demanda no significa buscar una solución. Como el poder concentrado está en el gobierno, dialogar es dictar una orden y consensuar es forzar la obediencia. Un hombre con un cartel en el tren o una mujer que amamanta a su hijo en un lugar público son inaceptables. Como todo es puro simulacro, nada significa lo que parece. Como los amarillos buscan diferenciarse de la anterior gestión, no podía faltar el simulacro de la humildad. Ellos son humildes porque admiten sus errores, están aprendiendo, son humanos. Pero en realidad, decidir un incremento de las tarifas en los servicios públicos tan descomunal y disímil sin considerar la reacción más que un error parece un auto atentado.
Los globos amarillos ya no bastan para distraer cuando el sueldo no alcanza para todo lo que alcanzaba antes. El cambio no incluía un fin de mes que insiste en adelantarse. La Revolución de la alegría no prometía tantos dramas. La Pobreza Cero no se alcanza con despidos, inflación y tarifazos. Si el consumo se reduce y la economía doméstica se retrae no es como consecuencia de un error. Si industriales y comerciantes encienden sus alarmas no es porque sean paranoicos. Los problemas que venían a corregir fueron potenciados por las primeras decisiones del Gran Equipo. El déficit fiscal se duplicó y el índice inflacionario promete superar el 50 por ciento anual. Los únicos que celebran son los primeros beneficiarios de sus medidas: los agroexportadores. El fin de los controles cambiarios, la devaluación y la quita de retenciones fueron las primeras decisiones económicas que trastocaron un equilibrio ahora difícil de recuperar. Con estas tres medidas provocaron el aumento de precios, el desfinanciamiento del Estado y la fuga de divisas. Esto por supuesto, no fue un error ni una necesidad técnica sino la decisión ideológica de satisfacer a un sector hartamente satisfecho. Y encima, junto a la minería, produjeron la reducción de 20000 puestos de trabajo, de acuerdo a un informe de la AFIP.
Quizá todo esto estuvo presente en el Ruidazo del jueves: una disconformidad que se está haciendo evidente. Si Macri es realmente humilde, dialoguista y democrático, tomará esta manifestación como una sugerencia para atenuar la sangría. Como no es nada de eso, profundizará esta brutal transferencia de recursos hacia los sectores concentrados, sin preocuparse por la ruptura que está provocando con los que deberían ser sus representados. Ya no puede ocultar para quiénes gobierna: un ‘nosotros’ que incluye a muy pocos. “Nuestra gente”, dice muchas veces. Los bienvenidos a Macrilandia ni siquiera son todos los que votaron por él. Amigotes, socios y buenos servidores ya tienen el ticket para disfrutar de ese mundo. La meritocracia será la encargada de seleccionar a los que puedan hacer funcionar este selecto parque de diversiones. El resto, mirará desde afuera. Muy afuera.
De todas las fotos del Ruidazo, una conmueve: un chico porta un cartel que dice “no hay estufa que se banque el frío de tu corazón”. Lo había dicho Franco: “a mi hijo le falta corazón”. Lo que le sobra es avaricia, como a todos los que celebran que él esté en La Rosada. Los que celebran en serio, no de puro hechizados. Esos que cuentan todo lo que han ganado, mientras los demás ya estamos lamentando lo que perdimos y nos queda por perder.

8 comentarios:

  1. Claro y directo, un analisis imposible de rebatir, un pensamiento que unicamente no prospera en una cabeza hueca...

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  2. Impresionante artículo. No resiste el debate, así que solo haciendo monólogos podés escribir tantas mentiras, que solo creen los fanaticos que comentan cosas como "un pensamiento que unicamente prospera en una cabeza hueca". Es genial. No hay nada peor que un boludo que se cree más inteligente que los demás.

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    1. Dónde están las mentiras? Este gobierno nos está aniquilando por culpa de tipos que encima se enojan cuando uno les marca la pata que metieron.
      Ignacio R

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    2. El anónimo que habla de mentiras. Rebati alguna afirmación de este excelente articulo de opinión.
      Y de paso aprende a distinguir genéros periodisticos.

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    3. dice " ni resiste el debate" lo que en términos normales es que es un artículo excelente y objetivo pero el tipejo después se despacha con un "Como podés escribir tantas mentiras' Por favor que paciencia para para ni insultar a un FELPUDO como ese

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  3. Nada peor que un cobarde que desautoriza una voz opositora por pura ignorancia

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    1. Te faltó decir que, además de la ignorancia, piensa que es dueño de la verdad, y estás definiendo al Kirchnerismo.
      Cobardes son cuando no publicás los artículos que dicen cosas que no te gustan. Eso es no tener huevo.

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  4. La única verdad es la realidad: despidos, retracción del consumo, indigencia. El gobierno actual EXCLUYE y quienes lo votaron desgraciadamente no consideraron las medidas que beneficiaron a todos. Los que no votamos al macrismo sufrimos por la pérdida de la soberanía, el endeudamiento y por la ignominia de todo lo que es nacional y popular.

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