Los chistes sobre
la llegada del segundo semestre naturalizaron
el fiasco del cambio y la lluvia de dólares que no se produce desespera al
Gran Equipo. Las metáforas que tratan de ilusionar, de tan creativas resultan absurdas y los pronósticos de las
principales consultoras económicas obligan
a estirar la caña que sostiene la zanahoria. Como no pueden ocultar los
números del fracaso, alteran a medida
las cifras del pasado, las del crecimiento, del empleo o de los
desaparecidos. Hasta los pares del empresidente
se impacientan por la extensión del
túnel y lo chiquita que se ve la luz a la distancia. Y quizá se angustien
porque la luz que tienen a su espalda, esa que acaban de abandonar por pura tozudez,
brilla mucho más y producía menos
estrechez. Y menos angustias para los que confiaron en promesas que ninguno de los que las realizaban pensaba
cumplir.
El video de
Miguel Ángel Broda –uno de los asesores de Macri- resulta ilustrativo, además
de patético. Si durante la campaña se excitaba al explicitar las medidas
necesarias para sacar al país de la
decadencia, ahora se muestra
decepcionado por la debacle que han provocado. Ni el shock de confianza ni las sucesivas concesiones –baja impositiva,
devaluación, quita de retenciones- han
sido suficientes para que los que más tienen larguen un mango. Quizá el establishment económico espera algunos regalitos más o se resista a invertir en
un país cuyo mercado interno ha
disminuido tanto en pocos meses. Más allá de estas especulaciones, Broda parece
sorprendido porque las recetas de ajuste que tanto idolatra no han dado el
resultado esperado. No sólo hay sorpresa
en su expresión, sino incomprensión.
No es para menos,
si en estos seis meses todos los sectores están a la baja en su actividad y el déficit, en lugar de disminuir con las
medidas aplicadas, se ha triplicado. La claudicación ante los buitres, el
endeudamiento que supera los 30000
millones de dólares, la apertura de importaciones y exportaciones, los
recortes y despidos en el Estado y los tarifazos han provocado un desequilibrio que no estaba en el manual que siguen a
rajatabla. Como toda respuesta, los miembros del Gran Equipo elaboran cínicas
metáforas y se disculpan con la
inexperiencia. A la manera de Aranguren –que esbozó un “estamos aprendiendo”- experimentan
con nuestras vidas como si fuéramos cobayos de laboratorio.
El único que se
muestra confiado y exultante es Macri, que
parece estar mirando otra película. El guión que debe recitar en sus
apariciones incluye frases de posters, adagios de autoayuda y parábolas que ni él mismo comprende. Aunque
luzca el uniforme de capitán en este barco pronto a estamparse, no es él quien conduce sino otro que
está siempre en las sombras.
Ella ilumina el túnel
Tan confiado está
Macri, que se extralimitó en el sinceramiento.
Esta semana, una frase recorrió la memoria colectiva, esa que alguien atribuyó
al Infame Riojano: “si decía lo que iba a
hacer, no me votaba nadie”. Aunque no sea de su autoría, se convierte en la síntesis perfecta de su
primer triunfo electoral. En la última campaña, la Revolución Productiva y el
Salariazo mutaron en la Revolución de
la Alegría y la Pobreza Cero. Distintas palabras aunque la intención
engañosa persiste. A partir de ahora, que nadie ponga en duda que el Cambio
es una estafa y que el empresidente conquistó la gerencia de La
Rosada por medio de mentiras, algunas propias y muchas mediáticas. Que
nadie proteste cuando señalamos que no
ha cumplido ninguna de sus promesas. Que no nos acusen de destituyentes
cuando denunciamos la ilegitimidad del
gobierno nacional.
Macri mismo lo ha
confesado: engañó a su electorado en la
campaña. "Si yo les decía a ustedes hace un año lo que iba a hacer y todo
esto que está sucediendo, seguramente iban a votar mayoritariamente por
encerrarme en el manicomio". Mucho hay para analizar en esta frase y como incluye la ‘locura’, nada
mejor que remitirnos a Michel Foucault. El célebre pensador sostenía que la
calificación de loco es un mecanismo
de exclusión del discurso hegemónico en dos sentidos: como incoherente o
como iluminado. De cualquier modo, el loco debe encerrarse, apartarse para
que no distorsione la normalidad en la convivencia cotidiana. Por eso el
Poder inventó los manicomios. Macri, además de confesar su estafa, reconoce que
no debería estar donde está, sino excluido. Pero la locura que dice padecer
no es, como muchos suponen, la incoherente, sino la iluminada.
El loco Mauricio cree que
todo está muy bien y de ahí viene su incomprensible optimismo, a pesar de su
rostro cada vez más avejentado. Macri cree que “todo esto que está sucediendo” es lo mejor que podría pasarnos. Macri
actúa como si todo lo realizado hasta ahora fuera la obra de un iluminado,
esos locos que, al decir de Foucault, deben ser apartados porque revolucionan el equilibrio en la
sociedad. Macri cree estar haciendo una revolución, aunque está aplicando
las recetas conservadoras que se han aplicado siempre y que no provocan el
efecto deseado porque la situación preexistente no era la que suponía.
El Ocupante Ocasional de la Rosada arriesga su estabilidad al confesar su
engaño y su locura porque sabe que el Poder no está en él.
Aunque vivimos en
una Democracia Republicana, las cosas
están un poco distorsionadas. Nuestra Constitución Nacional establece que
el Estado que administra está conformado por tres poderes, dos de ellos designados por voto popular. La teoría dice que es el Pueblo quien asigna poder a sus
representantes y es allí donde está la distorsión. En casi todo el mundo
hay un poder que ninguna constitución incluye pero que gobierna todo. Un
poder supra estatal que debilita a los otros, que los somete, los digita y los destruye cuando no son funcionales a
sus intereses. Del Poder Económico estamos hablando. De las grandes
corporaciones globales y sus expresiones locales. De ese uno por ciento de la población que acumula en sus bóvedas los
lingotes que producen con el empobrecimiento del resto. Esa minoría
gobierna el mundo a través del poder que asignan a los presidentes de turno.
Por eso el poder no está en Macri, sino
en los que se lo han prestado.
Por eso Macri realiza esa extraña confesión, porque no está arriesgando
gobernabilidad. El escritor Jorge Asís –insospechado de kirchnerista- lo ha
sintetizado muy bien esta semana: el que
gobierna es Héctor Magneto, la cara visible del poder vernáculo. Mientras
el poderoso y avariento capitán del Grupo Clarín vea en Macri su mayordomo no importarán su prontuario, sus cuentas
off shore, sus torpezas o sus pasos de baile. Y, también afirmado por Asís, Magneto quiere ver presa a Cristina.
Sus alfiles judiciales lo están
intentando por todos los medios, aunque no han encontrado nada hasta ahora.
Magneto quiere
ejecutar su venganza contra La Presidenta porque es la primera que lo ha desafiado y puesto en evidencia su vileza. Y
quiere lograr su propósito más allá de
las consecuencias. Desde su enloquecedora cadena mediática mintió, difamó, demonizó el proyecto K
hasta el ridículo y sin embargo apenas logró imponer a su candidato por un
puñado de votos. A pesar de que la feroz
campaña contra la década ganada continúa, Cristina es recibida por miles de
seguidores y cosecha fervientes apoyos. Magneto sabe que si toca a Cristina, se producirá el ‘quilombo’ tantas veces prometido por los militantes. Y a pesar
de eso, quiere hacerlo, quiere ensanchar
la grieta como si estuviese ante una batalla final. Magneto sabe que
ninguno de sus mayordomos lograría despertar tanta pasión ni en diez vidas.
Aunque no tenga ningún cargo, Cristina
sigue siendo el adversario más temido del establishment porque su poder no
viene desde arriba, sino desde abajo, desde
las entrañas de un pueblo que sabe que Ella es la única que puede y quiere ser
su legítima representante. Ella es
la loca iluminada de Foucault que el poder concentrado no sólo quiere
encerrar, sino también destruir.
Si hablamos de períodos de tiempo como “semestres”, también deberíamos meter en el análisis cómo veníamos anteriormente. Salvo que quieras quedarte en la superficie de lo mediático y sostener, como muchos hacen, que veníamos por un sendero y que Macri tuvo un camino fácil.
ResponderBorrarRespecto al ajuste, cabe decir que el mayor impacto fue en energía, y que no ajustar las tarifas genera estas consecuencias. Más de 10 años de gestión para no poder ser autónomos. Máximo exponente del relato Kirchnerista. Un mensaje de soberanía y una entrega desde las política.
¿Cuándo “no” se aprende sobre la marcha? Acá es donde al amigo Kirchnerista le vendría bien un poco de autocrítica. Han soportado ministros incompetentes e impresentables, hasta los han puesto de candidatos a puestos estratégicos, sabiendo que no podía ganar.
De Cristina solo se espera una cosa: Defensa.
Me hace pensar como estarán las cosas que una persona como ella, que daba cátedra de oratoria en el congreso de las Naciones Unidas, y una de las más grandes oradoras que tuvo la Argentina, comunicándose por Twitter.
Augusto
Macri recibió un país desendeudado, con un nivel de consumo alto y gran desarrollo industrial. Esto está en un informe titulado "Argentina, tierra de oportunidades" y que elaboraron los macristas para atraer inversiones. Además, con un crecimiento del 2,1 y un déficil de 1,7. Macri tiró todo por la borda en seis meses agregando 4 millones de pobres nuevos.
BorrarSi hablamos de economía cabe mencionar también: atraso de precios, cepo cambiario, excesivo gasto público, estancamiento, obras públicas detenidas, default, por mencionar algunas.
BorrarCristina finalizó el mandato sin entregar el mando y con más de 1 millón de nuevos empleados públicos. Un nuevo INDEC que denuncia que más de 15 puntos de crecimiento fueron mal calculados y muchas de las contrataciones públicas fueron realizadas, llamativamente, los últimos días de gestión.
Es cierto que con Macri aumentó la pobreza en estos últimos meses, vamos a ver la tendencia a futuro.
Augusto
Todos los tópicos que mencionás son relativos. Hablar de exceso de gasto público es una falacia que se utiliza para eliminar retenciones, quitar impuestos a los ricos y hacer recortes. Las obras públicas están detenidas por este gobierno. Cristina no entregó el mando porque una jueza determinó que su mandato termine el 9. La cantidad de empleados públicos estaba en los porcentajes similares a los de otros países, un 16 por ciento en todos los niveles. Y que el tipo que promete pobreza cero haya producido cuatro millones de pobres en seis meses es una brutalidad. Si eso no te molesta, la verdad que tenés menos corazón que Macri
BorrarPor si no te enteraste, Critina ayer concedió su primera entrevista por TV. Respecto a los ministros, te concedo que algunos funcionarios kirchneristas daban pena, pero NUNCA FUERON PRESENTADOS COMO EL MEJOR EQUIPO DE LOS ÚLTIMOS CINCUENTA AÑOS. Macri presentó así a Alonso, Bullrich, Aranguren y los demás fugadores. La vara que puso es muy alta y los sobre pasa. Lo de las tarifas, es discutible, pues podrían haberlo hecho gradualmente. Y por si fuera poco, han creado una crisis de la que costará mucho salir.
ResponderBorrarLo que se llama distinta vara: se rasgan las vestiduras por López y quieren ver con grilletes a Cristina y sus funcionarios, pero aplauden a Macri y sus secuaces como si fueran angelitos. Después se enojan cuando uno dice que los manipulan.
ResponderBorrarVanesa