lunes, 4 de julio de 2016

Las asperezas amarillas



Los chistes sobre la llegada del segundo semestre naturalizaron el fiasco del cambio y la lluvia de dólares que no se produce desespera al Gran Equipo. Las metáforas que tratan de ilusionar, de tan creativas resultan absurdas y los pronósticos de las principales consultoras económicas obligan a estirar la caña que sostiene la zanahoria. Como no pueden ocultar los números del fracaso, alteran a medida las cifras del pasado, las del crecimiento, del empleo o de los desaparecidos. Hasta los pares del empresidente se impacientan por la extensión del túnel y lo chiquita que se ve la luz a la distancia. Y quizá se angustien porque la luz que tienen a su espalda, esa que acaban de abandonar por pura tozudez, brilla mucho más y producía menos estrechez. Y menos angustias para los que confiaron en promesas que ninguno de los que las realizaban pensaba cumplir.
El video de Miguel Ángel Broda –uno de los asesores de Macri- resulta ilustrativo, además de patético. Si durante la campaña se excitaba al explicitar las medidas necesarias para sacar al país de la decadencia, ahora se muestra decepcionado por la debacle que han provocado. Ni el shock de confianza ni las sucesivas concesiones –baja impositiva, devaluación, quita de retenciones- han sido suficientes para que los que más tienen larguen un mango. Quizá el establishment económico espera algunos regalitos más o se resista a invertir en un país cuyo mercado interno ha disminuido tanto en pocos meses. Más allá de estas especulaciones, Broda parece sorprendido porque las recetas de ajuste que tanto idolatra no han dado el resultado esperado. No sólo hay sorpresa en su expresión, sino incomprensión.
No es para menos, si en estos seis meses todos los sectores están a la baja en su actividad y el déficit, en lugar de disminuir con las medidas aplicadas, se ha triplicado. La claudicación ante los buitres, el endeudamiento que supera los 30000 millones de dólares, la apertura de importaciones y exportaciones, los recortes y despidos en el Estado y los tarifazos han provocado un desequilibrio que no estaba en el manual que siguen a rajatabla. Como toda respuesta, los miembros del Gran Equipo elaboran cínicas metáforas y se disculpan con la inexperiencia. A la manera de Aranguren –que esbozó un “estamos aprendiendo”- experimentan con nuestras vidas como si fuéramos cobayos de laboratorio.
El único que se muestra confiado y exultante es Macri, que parece estar mirando otra película. El guión que debe recitar en sus apariciones incluye frases de posters, adagios de autoayuda y parábolas que ni él mismo comprende. Aunque luzca el uniforme de capitán en este barco pronto a estamparse, no es él quien conduce sino otro que está siempre en las sombras.
Ella ilumina el túnel
Tan confiado está Macri, que se extralimitó en el sinceramiento. Esta semana, una frase recorrió la memoria colectiva, esa que alguien atribuyó al Infame Riojano: “si decía lo que iba a hacer, no me votaba nadie”. Aunque no sea de su autoría, se convierte en la síntesis perfecta de su primer triunfo electoral. En la última campaña, la Revolución Productiva y el Salariazo mutaron en la Revolución de la Alegría y la Pobreza Cero. Distintas palabras aunque la intención engañosa persiste. A partir de ahora, que nadie ponga en duda que el Cambio es una estafa y que el empresidente conquistó la gerencia de La Rosada por medio de mentiras, algunas propias y muchas mediáticas. Que nadie proteste cuando señalamos que no ha cumplido ninguna de sus promesas. Que no nos acusen de destituyentes cuando denunciamos la ilegitimidad del gobierno nacional.
Macri mismo lo ha confesado: engañó a su electorado en la campaña. "Si yo les decía a ustedes hace un año lo que iba a hacer y todo esto que está sucediendo, seguramente iban a votar mayoritariamente por encerrarme en el manicomio". Mucho hay para analizar en esta frase y como incluye la ‘locura’, nada mejor que remitirnos a Michel Foucault. El célebre pensador sostenía que la calificación de loco es un mecanismo de exclusión del discurso hegemónico en dos sentidos: como incoherente o como iluminado. De cualquier modo, el loco debe encerrarse, apartarse para que no distorsione la normalidad en la convivencia cotidiana. Por eso el Poder inventó los manicomios. Macri, además de confesar su estafa, reconoce que no debería estar donde está, sino excluido. Pero la locura que dice padecer no es, como muchos suponen, la incoherente, sino la iluminada.
El loco Mauricio cree que todo está muy bien y de ahí viene su incomprensible optimismo, a pesar de su rostro cada vez más avejentado. Macri cree que “todo esto que está sucediendo” es lo mejor que podría pasarnos. Macri actúa como si todo lo realizado hasta ahora fuera la obra de un iluminado, esos locos que, al decir de Foucault, deben ser apartados porque revolucionan el equilibrio en la sociedad. Macri cree estar haciendo una revolución, aunque está aplicando las recetas conservadoras que se han aplicado siempre y que no provocan el efecto deseado porque la situación preexistente no era la que suponía. El Ocupante Ocasional de la Rosada arriesga su estabilidad al confesar su engaño y su locura porque sabe que el Poder no está en él.
Aunque vivimos en una Democracia Republicana, las cosas están un poco distorsionadas. Nuestra Constitución Nacional establece que el Estado que administra está conformado por tres poderes, dos de ellos designados por voto popular. La teoría dice que es el Pueblo quien asigna poder a sus representantes y es allí donde está la distorsión. En casi todo el mundo hay un poder que ninguna constitución incluye pero que gobierna todo. Un poder supra estatal que debilita a los otros, que los somete, los digita y los destruye cuando no son funcionales a sus intereses. Del Poder Económico estamos hablando. De las grandes corporaciones globales y sus expresiones locales. De ese uno por ciento de la población que acumula en sus bóvedas los lingotes que producen con el empobrecimiento del resto. Esa minoría gobierna el mundo a través del poder que asignan a los presidentes de turno.
Por eso el poder no está en Macri, sino en los que se lo han prestado. Por eso Macri realiza esa extraña confesión, porque no está arriesgando gobernabilidad. El escritor Jorge Asís –insospechado de kirchnerista- lo ha sintetizado muy bien esta semana: el que gobierna es Héctor Magneto, la cara visible del poder vernáculo. Mientras el poderoso y avariento capitán del Grupo Clarín vea en Macri su mayordomo no importarán su prontuario, sus cuentas off shore, sus torpezas o sus pasos de baile. Y, también afirmado por Asís, Magneto quiere ver presa a Cristina. Sus alfiles judiciales lo están intentando por todos los medios, aunque no han encontrado nada hasta ahora.
Magneto quiere ejecutar su venganza contra La Presidenta porque es la primera que lo ha desafiado y puesto en evidencia su vileza. Y quiere lograr su propósito más allá de las consecuencias. Desde su enloquecedora cadena mediática mintió, difamó, demonizó el proyecto K hasta el ridículo y sin embargo apenas logró imponer a su candidato por un puñado de votos. A pesar de que la feroz campaña contra la década ganada continúa, Cristina es recibida por miles de seguidores y cosecha fervientes apoyos. Magneto sabe que si toca a Cristina, se producirá el ‘quilombo’ tantas veces prometido por los militantes. Y a pesar de eso, quiere hacerlo, quiere ensanchar la grieta como si estuviese ante una batalla final. Magneto sabe que ninguno de sus mayordomos lograría despertar tanta pasión ni en diez vidas. Aunque no tenga ningún cargo, Cristina sigue siendo el adversario más temido del establishment porque su poder no viene desde arriba, sino desde abajo, desde las entrañas de un pueblo que sabe que Ella es la única que puede y quiere ser su legítima representante.  Ella es la loca iluminada de Foucault que el poder concentrado no sólo quiere encerrar, sino también destruir.

6 comentarios:

  1. Si hablamos de períodos de tiempo como “semestres”, también deberíamos meter en el análisis cómo veníamos anteriormente. Salvo que quieras quedarte en la superficie de lo mediático y sostener, como muchos hacen, que veníamos por un sendero y que Macri tuvo un camino fácil.

    Respecto al ajuste, cabe decir que el mayor impacto fue en energía, y que no ajustar las tarifas genera estas consecuencias. Más de 10 años de gestión para no poder ser autónomos. Máximo exponente del relato Kirchnerista. Un mensaje de soberanía y una entrega desde las política.

    ¿Cuándo “no” se aprende sobre la marcha? Acá es donde al amigo Kirchnerista le vendría bien un poco de autocrítica. Han soportado ministros incompetentes e impresentables, hasta los han puesto de candidatos a puestos estratégicos, sabiendo que no podía ganar.

    De Cristina solo se espera una cosa: Defensa.
    Me hace pensar como estarán las cosas que una persona como ella, que daba cátedra de oratoria en el congreso de las Naciones Unidas, y una de las más grandes oradoras que tuvo la Argentina, comunicándose por Twitter.

    Augusto

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Macri recibió un país desendeudado, con un nivel de consumo alto y gran desarrollo industrial. Esto está en un informe titulado "Argentina, tierra de oportunidades" y que elaboraron los macristas para atraer inversiones. Además, con un crecimiento del 2,1 y un déficil de 1,7. Macri tiró todo por la borda en seis meses agregando 4 millones de pobres nuevos.

      Borrar
    2. Si hablamos de economía cabe mencionar también: atraso de precios, cepo cambiario, excesivo gasto público, estancamiento, obras públicas detenidas, default, por mencionar algunas.
      Cristina finalizó el mandato sin entregar el mando y con más de 1 millón de nuevos empleados públicos. Un nuevo INDEC que denuncia que más de 15 puntos de crecimiento fueron mal calculados y muchas de las contrataciones públicas fueron realizadas, llamativamente, los últimos días de gestión.

      Es cierto que con Macri aumentó la pobreza en estos últimos meses, vamos a ver la tendencia a futuro.

      Augusto

      Borrar
    3. Todos los tópicos que mencionás son relativos. Hablar de exceso de gasto público es una falacia que se utiliza para eliminar retenciones, quitar impuestos a los ricos y hacer recortes. Las obras públicas están detenidas por este gobierno. Cristina no entregó el mando porque una jueza determinó que su mandato termine el 9. La cantidad de empleados públicos estaba en los porcentajes similares a los de otros países, un 16 por ciento en todos los niveles. Y que el tipo que promete pobreza cero haya producido cuatro millones de pobres en seis meses es una brutalidad. Si eso no te molesta, la verdad que tenés menos corazón que Macri

      Borrar
  2. Por si no te enteraste, Critina ayer concedió su primera entrevista por TV. Respecto a los ministros, te concedo que algunos funcionarios kirchneristas daban pena, pero NUNCA FUERON PRESENTADOS COMO EL MEJOR EQUIPO DE LOS ÚLTIMOS CINCUENTA AÑOS. Macri presentó así a Alonso, Bullrich, Aranguren y los demás fugadores. La vara que puso es muy alta y los sobre pasa. Lo de las tarifas, es discutible, pues podrían haberlo hecho gradualmente. Y por si fuera poco, han creado una crisis de la que costará mucho salir.

    ResponderBorrar
  3. Lo que se llama distinta vara: se rasgan las vestiduras por López y quieren ver con grilletes a Cristina y sus funcionarios, pero aplauden a Macri y sus secuaces como si fueran angelitos. Después se enojan cuando uno dice que los manipulan.
    Vanesa

    ResponderBorrar

Un viernes negro

  La fortuna nos dio una chance. El disparo no salió, pero podría haber salido . El feriado del viernes es un casi duelo. La ingrata sorpres...