En estos días, el
Ingeniero tuvo que someterse a una microcirugía láser para recomponer su aparato fonador, que sonaba disfónico en sus últimas
actuaciones. Algunos mal llevados pensaron que las mentiras se enredaban en sus cuerdas vocales, pero no: sólo era
un pólipo en una de ellas; llamativamente
en la izquierda. Ninguna voz oficial aclaró si la ecualización realizada en ese lado volverá al empresidente más
progresista o si, por el contrario, recrudecerá su tendencia derechosa.
Nada grave: ni para un susto. Hay que preservar la salud del Gerente de La
Rosada porque la línea sucesoria no
promete nada mejor: si la vice Gabriela Michetti no pudo aprender el
reglamento del Senado en tres años, cuesta
imaginar el infinito que le insumirá la Constitución, los Códigos y las
instrucciones para acceder a los ascensores de la Casa de Gobierno; de Federico
Pinedo sólo tenemos sus penosos
testimonios mediáticos y su fugaz presidencia de prepo de doce horas, de las que seis se lo pasó durmiendo. Mientras
la voz de Macri se recupera para emitir nuevos embustes, los ecos del 2001 atravesaron la semana para que no olvidemos de dónde
venimos.
Un origen
provocado por muchos de los que hoy nos están gobernando: el
listado involucra a funcionarios, secretarios y ministros que formaron parte de
la alianza que nos condujo a esa crisis
de principios de siglo. Por lo que parece, estos ceócratas modelo XXI
intentan aplicar en poco tiempo las peores
políticas de los últimos 25 años del siglo pasado. Difícil pensar que el mismo plan con los mismos artífices
pueda desembocar en un resultado diferente. Más aún si son los técnicos del FMI
los que dictan las medidas que se acatan
sin chistar. El abandono del proteccionismo
–cobrar impuestos por los productos importados- es una obsesión del
neoliberalismo y estuvo entre las
primeras decisiones del Gran Equipo. Liberar las exportaciones es una
pulsión de los agrogarcas y, aunque eso signifique reducir los productos en nuestra mesa, también se ubicó en el
podio. Infaltable la quita de retenciones que, además de poner un botín en manos de los acumuladores seriales, desfinancia
la industria y encarece todo.
Gracias a los consejos del organismo internacional gestor de fracasos,
el Estado empieza a recaudar menos por la renuncia fiscal y la recesión
económica y entonces debe comenzar a
achicarse. La tijera pública contagia a la privada y mientras los
desocupados se multiplican, la rueda del
mercado se convierte en una aplanadora. La única manera de tapar los
agujeros es con deuda externa, el gran
negocio de unos pocos que desde los 80 comenzaron a gobernar el planeta y
lo han convertido en un revoltijo. El FMI más que un consejero es un operador de los piratas financieros y un
verdugo de los pueblos.
Estatua ecuestre para ex funcionario
hípico
Como el Fantasma de las Navidades Pasadas que
acosaba a Ebenezer Scrooge en la novela de Dickens, Domingo Cavallo emerge cada tanto para estremecernos con el eco de su
voz. Lejos de padecer el ostracismo por los fracasos que tanto nos dañaron,
el ex ministro de Economía considera que
deberíamos hacer un monumento en su
memoria. Si lo encerramos en el pedestal podríamos aceptar, así nos
libraremos de su cinismo para siempre, ya
que la Justicia no se atrevió a castigarlo como merecía.
Aunque Cavallo
reclame su lugar en el paisaje urbano, ya
tiene uno en la memoria colectiva. Por más que los medios pretendan
instalarlo como un experto celestial, gran parte del público lo recuerda como el hacedor de sus peores momentos. De
su mano llegaron la privatización de las empresas públicas, la creación de la
AFJP y la flexibilización laboral en los noventa. Y lo que él considera su
mayor éxito, la convertibilidad, fue la ilusión
de pertenencia al primer mundo que
nos condujo a la ruina.
Varias de sus
frases resuenan con algunas medidas del actual gobierno. Si entonces Cavallo
envió a los científicos del Conicet a
lavar los platos, los gerentes de hoy les aconsejan convertirse en emprendedores. Menos insultante pero la misma impronta: un Estado que abandona la soberanía científica para
alquilar desarrollo con un delivery más costoso. La descarada sinceridad de ayer es el cínico sinceramiento de hoy. En
un acto en La Rosada, el Jefe de Gabinete Marcos Peña –un experto en
simulacros- entregó los premios Houssay mientras el ministerio de Ciencia y
Tecnología era el escenario de una toma pacífica por parte de los becarios. El motivo: un recorte que se niega y más de
400 desplazados.
Como Cavallo
lagrimeando por su padre jubilado, Peña recordó a su abuelo, un médico
destacado y discípulo de Bernardo Houssay, aunque, a diferencia de su nieto, defensor del rol del Estado en el desarrollo
científico. En los tiempos en que Cavallo era ministro de Menem, la gran idea era “comprar tecnología”
porque era más barato que desarrollarla. Los
apátridas de hoy no dicen esas barbaridades, pero las llevan impresas en su ADN.
Mientras Cavallo
reclama su monumento, el FMI
recomienda subir la edad jubilatoria de las mujeres. La idea seduce a los gestores del cambio que en varias oportunidades
han hablado del tema. El director del PAMI, Carlos Regazzoni, consideró a
mediados de año que “la gente a los 65
años puede seguir trabajando y tiene
muchísimos años por delante y eso es algo que tenemos que celebrar”. Así
son entrenados, para aportar dulzura a
sus definiciones más amargas.
Y si el ex
ministro quiere homenajes es porque hoy tiene fieles alumnos. El empresidente Macri, que hoy intenta poner en la misma bolsa la Segunda
Década Infame y la Gloriosa Década Ganada, se declaró muchas veces
admirador de Menem y Cavallo. Desde hace mucho sostiene la idea del salario más como un costo a serruchar que un
derecho a resguardar. Su plan económico no busca más que convertir a los
trabajadores en esclavos con propina fija.
La nueva ley de ART con media sanción en el Senado y sus comentarios sobre los
convenios colectivos de trabajo auguran
la llegada de una ley de flexibilización para incrementar las ganancias de
los grandes empresarios. Una receta probada en muchas oportunidades y que jamás sirvió para combatir el desempleo:
sólo para precarizar la estabilidad de los asalariados.
Tanto estamos
desandando el camino que corremos el
riesgo de pisotear las garantías constitucionales. Jujuy parece estar abocada
a constituirse en un estado pre democrático para ejecutar la venganza de Gerardo Morales en nombre de Pedro Blaquier y
la oligarquía provincial. Lo que parecía ser un conflicto local se ha
convertido en un escándalo internacional:
presos políticos, torturas, asesinatos, juicios
amañados con testigos falsos, represión nostálgica y un gobernador que
actúa como un tirano. De acuerdo a sus resultados, este sacudón del noroeste
del país puede interpretarse como una gran piedra en el zapato de Macri o como el experimento que permita disciplinar
a los díscolos en toda Argentina. Las voces de hoy nos traen los peores ecos de ayer. No hay que
taparse los oídos sino escucharlos con
atención para reaccionar a tiempo.
La verdad es que tendrían que haber avisado que el Cambio era un retroceso y no -como dijeron- una continuidad con mejoras. Ajustes, achiques, desinversión y encima corruptos con énfasis. Y por si esto fuera poco inútiles que se reconocen como tales. Víctor Aguirre
ResponderBorrarMire, Gustavo. lamento decepcionarlo pero mi escaso espíritu navideño me obliga a recordarle que justo hoy y hace días ya, más lo que faltan haasta que venga el 2017, este país, suyo y mío est+a gobernado, presidido. es un decir, por la insuperable vice de 2da. decepción que supimos mal conseguir..... disculpe que no le desee felicidades, no es mala onda, es la casi segura imposibilidad de tal suceso...
ResponderBorrarGustavo como siempre repasando tus conceptos aunque no comente comparto este triste proceso Abrazo J. Pierantoni
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