lunes, 27 de marzo de 2017

La burbuja de los Amarillos



Después de algo más de un año, resulta incomprensible la perversa insistencia de la Ceocracia gobernante en castigar a los votantes que le permitieron ganar el balotaje: la crisis prefabricada por el Gran Equipo la padecen muchos del 49 por ciento y bastantes del 51. Quizá puede sonar exagerado, pero los PRO ya no combinan tanto con nuestro país. La lejanía que manifiestan en cada declaración pública los muestra como un mal recuerdo para guardar en el futuro. Por eso no sorprende que las calles estén tan pobladas y las marchas por el Día de la Memoria que conmovieron al país se hayan convertido en manifestaciones opositoras. Pero lejos de entender La Calle, persisten en demonizarla, minimizarla, etiquetarla. Ellos, que condenaban la soberbia de la gestión anterior, no escuchan nada; son cada vez más ajenos y lo muestran todos los días con frases que desconciertan. Ahora necesitan una multitud que se manifieste a favor de Macri, aunque sus participantes tengan que renunciar a una tarde de navegación, un partido de golf o una sesión de spa.
Entre tantas protestas y manifestaciones adversas, los Amarillos precisan la foto con una muchedumbre. Como pinta la cosa, para eso deberán contratar extras, proyectar hologramas o achicar la Plaza en pocos días. Si bien en tiempos de Cristina lograron convocar un buen número de protestones con cacharros, no estiman que sean demasiados los deseosos de celebrar el fin del cepo y la eliminación de impuestos a los autos de alta gama. Si antes resultaba heroico cacerolear contra la Dictadura K por la falta de libertad para comprar dólares, ahora no enorgullece tanto festejar la fuga de 4000 millones de verdes en estos dos meses, la más grande desde 2003. Si la defensa del republicanismo pasaba por denunciar que los K se chorearon todo, hoy no es tan elegante señalar a aquellas empresas que nos han llevado al quinto lugar en el ranking mundial de evasión impositiva. El instituto Wider -dependiente de la ONU- reveló que los flujos financieros ilícitos que horadan los ingresos tributarios de los países no son los provenientes del narcotráfico ni la corrupción política, sino de las trapisondas de las multinacionales y las grandes empresas locales. Nuestro país pierde más de 22 mil millones de dólares al año gracias a la corrupción de los ilustres que nunca serán blanco de los caceroleros. Gran parte de los seguidores del PRO son protestones y los logros de gestión no son muy apropiados para la fiesta, porque generan más desigualdad y desfinancian al país. Por eso el respaldo a Macri –que no es un modelo de la pureza empresarial- tal vez no alcance la contundencia esperada.  
De la Calle y sus durezas
¿Qué van a apoyar los adherentes al cambio; que la eliminación de las retenciones encarece nuestra mesa; que las importaciones destruyen la industria local; que el mercado interno está en retirada; que llevaron al 10 por ciento la tasa de desempleo y que sumaron más de 1,5 millones de pobres? Y que no vengan con el verso de la transparencia después de los escándalos que involucran al empresidente Macri y sus secuaces. Menos con el funcionamiento de las instituciones, si, en realidad, tratan de amoldarlas a martillazos para poder hacer negocios. Ni con la Justicia independiente que inventa causas para vulnerar la memoria colectiva. Ni con la libertad de expresión, con la cadena de medios apologistas que no duda en demonizar al que piensa distinto. ¿Qué van a festejar los seguidores del PRO, que la parafernalia mediática y el maquillaje colorinche lograron que una parte importante de ciudadanos de sectores medios y bajos acepte ser representado por los más ricos?
La Calle no es para eso. Los adoquines están para que el pueblo defienda sus derechos y celebre las conquistas, no para convalidar la festichola de los que multiplicaron sus privilegios. La distorsión cognitiva de la comunicación hegemónica que consiguió que muchos acompañaran la protesta de los agrogarcas, hoy no podría modelar semejante adefesio social. Por eso están desconcertados ante tanta convulsión callejera. Sin la promoción de los grandes medios, las convocatorias opositoras pusieron a miles ante las cámaras del mundo. Maestros, obreros, empleados, bancarios, mujeres, defensores de DDHH, motoqueros, desplazados construyeron un marzo inolvidable.
Si la Calle los descoloca, el Día de la Memoria los ahoga en un océano de incoherencias. Lo más profundo que les sale es recitar un Nunca Más como si fuera un mantra de la disciplina zen que practican. Lo que para ellos debería ser un velorio masivo para el pueblo es una fiesta de la democracia. Como les incomoda este feriado, tratan de denostarlo y dicen tonterías tales como que está teñido de política, como si el golpe, la desaparición, la tortura y la muerte no fueran acciones políticas; como si vulnerar derechos o defenderlos dependiera más de la meteorología que del posicionamiento ideológico.
La foto de los diputados con sus cartelitos es patética, además de ilustrativa. “Nunca más a los negocios con los DDHH”, podía leerse en uno, sin recordar que Macri incrementó de 7 a 46 la cantidad de empresas en connivencia con la dictadura. “Los DDHH no tienen dueño”, decía otro, reconociendo la impotencia que les genera no poder apropiarse del tema para diluirlo. En ambos, subyace su impronta patronal y mercantil: todo lo piensan desde la clase dominante. Y el último, más que una declaración de principios parece la apertura del paraguas: “Nunca más a la interrupción del orden democrático”. El establishment siempre interrumpe el orden democrático cuando la situación no le es favorable: lo ha hecho en 1976 con los militares, en 1989 con el golpe de mercado a Alfonsín y en 2001 con el vaciamiento bancario y la crisis de deuda. Pero ahora que ese establishment gobierna, las cosas parecen diferentes: la ambición desenfrenada está gestando una nueva interrupción.
Los Amarillos no pueden simular sentimientos que estén en sintonía con los de la mayoría respecto al Día de la Memoria porque en muchos aspectos coinciden con el ideario que se condena y algunos no pueden contener sus impulsos apologistas. Si el Secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, Claudio Avruj, después de decir que “los argentinos no hemos procesado lo que pasó porque la política metió mucho la cola”, acudió a la CIDH para que consideren la situación de los genocidas condenados por delitos de Lesa Humanidad. Sin la contundencia de las marchas del 24 de marzo, Macri estaría firmando indultos.
 Entonces, que los revolucionarios alegres se sorprendan por el tono opositor de las marchas del Día de la Memoria no es más que un nuevo capítulo de la victimización con que siempre reaccionan. Y esto es así no sólo por su tibieza a la hora de manifestarse sobre este tema sino porque el Cambio conlleva ese plan económico que fue impuesto a sangre y fuego. La marcha del 24 no puede ser más que opositora porque Ellos forman parte de ese “Nunca Más” que se clama. 
El Nunca Más a las muertes, tortura y desapariciones es lo más fácil de comprender. Pero tanta oscuridad tenía el objetivo de revertir la matriz productiva del país para favorecer la concentración de los bienes de todos en pocas manos. Hoy están haciendo eso pero con menos crueldad. Por eso en la Calle no hay movimientos destituyentes, sino la comprensión del engaño. La presencia de jóvenes y adolescentes es la evidencia de que el Día de la Memoria no es un acto nostálgico de ancianos rencorosos ni un lamento por lo que comenzó a ocurrir hace 41 años: es un sentimiento que se vive todos los días de manera colectiva para construir el país en el que entremos todos. Por eso no lo comprenderán nunca. Por eso son tan ajenos a todo.

7 comentarios:

  1. y esto se para vos, no para publicar por favor porque siempre tengo problemas, esta gente no tiene sentimientos, son como los "muertos vivientes", no tenes idea el daño que me han causado en estos años de lucha por el medio ambiente y la defensa del arbolado publico y la fauna urbana, me han convertido en una persona combativa que antes no era, no les perdono el odio que me generan, no soy la única, otras personas que conozco que estan en la misma lucha empezaron a medicarse para calmar el nivel de stress y angustia, yo paso con esa, prefiero resistir por mis propios medios, soy bastante resiliente, ni que decirte que por culpa de ellos perdí amigos y prácticamente a toda mi familia, ya que los votaron y aun los siguen defendiendo porque tienen un odio a lo anterior ya demencial, vinieron por todo y alteraron toda la realidad, te agradezco y seguí adelante con tus apuntes, son un cable a tierra, te los difundo entre los que puedo-abrazos

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    1. No te hagás problemas por las polémicas que se puedan armar en este espacio. Casi todos compartimos las mismas ideas, aunque con matices. Todos tenemos experiencias de lucha desde distintos frentes. Lo importante es saber quiénes son los enemigos. Abrazote

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    2. bueno gracias Gustavo! espero no traer problemas! a ellos si, me he convertido en "a pain in the ass" como dicen los yankees, con mis constantes denuncias, pronto me mudo al ministerio fiscal, Ja!-besos

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  2. Yo no estoy de acuerdo con lo que está haciendo Macri pero hay que dejarlo gobernar porque ganó las elecciones. Las opiniones se vierten en las elecciones, no en piquetes y cortes de calles. Eso está mal. El defiende los derechos como puede y como le dejan. El gobierno está construyendo el país a su manera, así que no me parece bien que le pongan palos en la rueda. Abrazos
    Carmen T.

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    1. Estimada Carmen: Macri ganó las elecciones diciendo lo contrario de lo que iba a hacer. Eso hace que su legitimidad democrática se devalúe. Las marchas, los piquetes y los cortes son manifestaciones constitucionales y tienen que ver con la resistencia a la pérdida de derechos y dignidad. La metáfora de los palos en la rueda ya está muy gastada para la lectura de la realidad. Abrazo

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  3. Me gusta cómo escribís y la melodía de las oraciones hace más suave la lectura de los dramas que se vienen. Felicitaciones y admiro tu trabajo.
    Leonor Molina

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