Un paro general
nunca cae bien en ningún gobierno porque es la manifestación de un descontento extendido a gran parte de la
población. Por el protagonismo que ha tomado la oposición en las calles de
marzo, a nadie debe sorprender el tamaño de la adhesión. Cambiar el rumbo ya no
es un reclamo, sino una exigencia.
Si Macri y sus Amarillos siguen alucinando
con el éxito del 1A y lo consideran un espaldarazo para seguir adelante por
este tortuoso camino, cualquier protesta
opositora se convertirá en la advertencia de una ruptura insalvable. Los
ceócratas gobernantes deberían estar preocupados,
en lugar de envalentonados: con todos los medios a favor sólo lograron reunir
25 mil caceroleros más enojados con el
pasado que orgullosos del presente, más
envenenados de falacias que nutridos con información, más detractores del kirchnerismo que defensores del macrismo. Aunque
las marchas son más significativas que representativas, sólo un infausto sortilegio puede repetir en las elecciones de medio
término la mala sorpresa del balotaje.
Si en lo numérico
se quedaron cortos, no fue por la falta de colectivos o choripanes. Convertir
estos prejuicios en argumentos válidos sólo profundiza la banalidad de los PRO.
Pensarlos ya es vergonzante, difundirlos
es perverso y hacerlos carne, bastante tontuelo. No es para menos, si ese
día se festejaba en otros países “El Día
de los Tontos”, un equivalente a nuestro 28 de diciembre. Justo el 1 de
abril eligieron los amarillos para ventilar sus tonterías. Tontos no por apoyar
a la gerencia de Macri, si no por basar
ese apoyo en la mitomanía mediática. Y egoístas –idiotas en griego- que miran más su ombligo que el entorno y
que sólo alzan la vista para posarla en
el ombligo de los patrones que gobiernan. Si en lo numérico la Marcha de
los Amarillos fue escasa, en lo
intelectual fue penosa.
Y aunque más
parecía un corso que una marcha de apoyo, el gobierno y sus acólitos trataron de convertirla en un simposio.
Como siempre, todo es pura representación. Actores de gestos muy ensayados y parlamentos
de memoria con furcios pautados para simular humanidad. El papel de víctimas es el favorito, pero el de villanos sería más
adecuado. Aunque las medidas tomadas por el Gran Equipo han producido un retroceso de la venta de alimentos,
bebidas y productos de higiene personal y hogareña en un 5,7 por ciento
durante febrero y la inflación no baja del 2 por ciento, los PRO no encuentran “razones
objetivas” para la realización del paro. “No lo entiendo –recitó Macri como el héroe de una tragedia- no ayuda en nada a los trabajadores”. Alguien
debería explicarle que un paro es una protesta para que Ellos busquen la
solución al problema. El paro ayuda si
Ellos escuchan, si no, es nada más que una catarsis.
Amarillo incompetente
Catarsis que se
hizo esperar pero que llega justo cuando Macri pretende instalar la idea de la
flexibilización laboral, una iniciativa
que ya fracasó en dos oportunidades. Hasta quiere convertir en días
laborables los sábados y domingos. Estas medidas sólo sirven para precarizar a
los trabajadores y no para generar más empleo. ¿Por qué no flexibilizamos a los grandes empresarios de una vez por
todas, que son el principal escollo? Que ganen menos e inviertan más y si
no nos gusta cómo funcionan los echamos sin
indemnización alguna y ponemos otros más comprometidos con el desarrollo del
conjunto. No, si esa idea no prosperó con el kirchnerismo menos va a
prender en la gestión amarilla, por más
que Mauricio hable de mafias y
corrupción empresarial.
Que nadie se
entusiasme porque el Ingeniero no hace autocrítica, sino que ve la paja en el ojo ajeno, aunque esté absolutamente limpio.
Total, tiene un elenco judicial dispuesto a entrar en escena cuando la trama se
va de las manos. Y quien intente cuestionar esta idea que analice el accionar del juez federal Claudio Bonadío en su empecinada
persecución a Cristina, ex funcionarios, familiares y mascotas. Bajo su barba tiene las causas más absurdas,
la del dólar futuro, la de traición a la Patria y la de abuso de autoridad
contra Martín Sabbatella. Para generar un titular antes del paro, se deshizo de otra causa de la manera menos
elegante posible. En el caso Los Sauces –que ya estaba incluido en el
expediente Hotesur, en manos del juez Ercolini-, ante la imposibilidad de
demostrar la alocada hipótesis de asociación ilícita, procesó a los imputados y se declaró incompetente. Un adefesio que,
en cualquier país que respete mínimamente sus leyes, debería ser motivo suficiente para expulsar al magistrado de la manera
más humillante.
En su histriónica
investigación, Bonadío no encontró
ninguna evidencia de que la familia Kirchner cobre retornos con forma de
alquileres ni actividades fuera del circuito bancario, lo que descarta el ilícito. Además, las sumas eran las de mercado y todas las propiedades estaban habitadas
por sus inquilinos. Tampoco halló cuentas en el extranjero o paraísos
fiscales. A pesar de eso, resolvió un embargo por una suma impactante y un procesamiento que en más de 390 páginas
no pudo justificar. Una manifestación de poder abusivo y un servilismo al
establishment para distraer al público
cautivo. Una respuesta inmediata a las demandas de una despoblada calle oficialista que sólo quiere ver a los K
desterrados para siempre. Y después, se declaró incompetente en una causa
en la que nunca debió haber metido la nariz.
Pero a los PRO y
sus seguidores no les importan estos detalles: sólo quieren ver ejecutada una venganza de clase. Que el desempleo
crezca o aumente la pobreza, que la inflación esté desbocada o las pymes y
negocios cierren, que los actuales funcionarios sean corruptos en serio y nos
estén llevando hacia el desastre no
interesa a los caceroleros oficialistas. Para lo único que votaron a Macri
es para que meta presa a Cristina, como
el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales hizo con Milagro Sala. Sólo eso justificaría el odio que han
alimentado durante años.
Y lo peor es que
Macri también está enceguecido con esa idea, como si fuera un cacerolero más. Desde su asunción no ha hecho más
que borrar o demonizar todo lo realizado por el gobierno anterior, aunque las consecuencias sean perniciosas.
En una entrevista con Boolmberg TV, el empresidente
confesó que si no ganan las
elecciones, “será un fracaso”. Una lectura un poco amañada del futuro.
Si los números de octubre son adversos para el oficialismo será el resultado de una gestión empecinada en fracasar. Si no
ganan las elecciones será porque los
votantes se indigestaron con tanto vidrio. Como advirtió CFK en un reciente
mensaje, “gobernar no es manejar los
titulares de los diarios o los zócalos de los noticieros” sino cumplir con las promesas de campaña y
solucionar los problemas de la mayoría de los argentinos. Si no ganan las
elecciones, será porque los argentinos
aprendimos a no tropezar tantas veces con la misma piedra.
Entre las pavadas del día está "el paro es innecesario" y "nosotros estamos abiertos al diálogo". Pero la mayor pavada es el hastag #ElParoFracaso. No paran de largan frases tontas para tontos. Así ganaron, pero su tontería está tan expuesta que no se puede repetir.
ResponderBorrarEntienda, Gustavo, el virrey "trabajó" atendiendo su fiestita del davosito, ¿cómo van a ser tan malos de darle esas malas noticias de los negros cantándole a su mamá, a sus CEOs?, pide mucho usted...
ResponderBorrarPero es notable la desfachatada insistencia amarilla en que el paro "es político", como si no supieran que el descalabro masivo que causan es ultra recontra chequeadamente político, claro, debe ser un fenómeno meteorológico, porque millones diciendo que "tu políca económica nos está liquidando" es cuando mucho catarsis, ná'más.... Política, nunca.
Al mismo tiempo quieren vender como exitosa y "caricia del alma", esa marcha de marchitos reaccionarios del 1A, pregunto, entre curioso y conteniendo la carcajada, ¿esa marcha fue macrista?, porque me van a disculpar pero tengo la firme sospecha que no, antes que nada fue una marcha (pro..... nada) anti kirchnerista (obvio, es el mal de los males, como dijera el profeta jorge rafael), antiperonista (el comienzo de todos los males, la matriz del kirchnerismo atroz) y después anti casi todo lo existente (imagine, empleados públicos comprando celulares o motos, horror de horrores!), y claro, con un fuerte sentido de nostalgia por los viejos bellos tiempos, de los "defensores de la democracia" aramburu, rojitas, videla y demases angelitos de la guardia.... ¿el virrey?, no, pobrecito, a lo sumo un buen chico, pero le falta (tá crudo todavía)..... o sea que si yo fuera macrista (lucifer no lo permita, ni en joda) me cuidaría de vanagloriarme de este "éxito", que es prestado por un rato..... cosa extraña que los gentiles asesores de imagen del virrey no adviertan que el verdadero valor del susodicho, en esa marcha, es de sátrapa de 2da., un premio consuelo para esos marchitos marchantes. Curioso "mérito" el de mau, ser él el plan B, que no tiene plan B.... interesante, no?
Y hablando de imagen, ¿quién habrá sido el genio organizador del "davos" ése, justo hoy, en que las calles del país toman el color de los festejos por la revolución de la carestía amarilla?. Un sentido de la oportunidad único.... digo yo, ¿cobrará por eso?.
Por supuesto, alguna humanidad habrá recibido las caricias de los muchachos a cargo de la inefable ministra de inseguridad terminator bullrich pero... ¿ésa imagen de "gobernabilidad" pegada con moco querés vender?, ¿quién te va a creer que "las cosas están mejorando"?. Genios, quieren venderle espejitos de colores a los descubridores de América... divino divino, el indiecito mau queriendo engatusar a los recién llegados europeos..... tomará de la buena?.
Mire, Gustavo, es innecesario decir que estos cosos van "hacia el fracaso", cualquiera, incluídos los caídos en la educación pública, se dan cuenta sin esfuerzo que estos cosos SON EL FRACASO. Ya sé, para ellos no, fue un gran negocio gran, pero para los seducidos por los globitos, discursitos y bailecitos, lo están viviendo, en sus bolsillos y puteando en las calles también, letra con sangre entra, dicen, no?.
Y lo que ya empieza a ser un alarido de la moda (la vieja moda de llegar a fin de mes), son un estorbo. Hoy, mañana, pasado.... cuestión de tiempo, que pase y que el daño no sea mayor que lo que ya es. Ahora, que triaca junior diga que es un "paro innecesario", la verdad, ¿se mirará al espejo ese ministrito?. Pa'mí que no....
sólo quieren ver ejecutada una venganza de clase!!! bien dicho Gustavo, son y seguirían siendo un fracaso, son perfectamente inservibles, el paro total, Argentina por fin de pie te pusiste, gracias!-besos
ResponderBorrary esto es para vos si me permitís compartirtelo por aquí, fui a la presentación de este libro "Falsos dilemas económicos" de Fraschina el martes pasado en el instituto Patria y escuche la explicación de Kicillof, muy interesante estos dilemas, me dejaron reflexionando, te aclaro que yo no tengo filiación u orientación política concreta, soy bastante anarquista en todo pero siempre abierta a ver todas las posturas, modestamente te recomiendo el texto, lo auspicia la Universidad de Avellaneda-besos y gracias siempre por tus apuntes
ResponderBorrarEl problema siempre fueron los ricos nunca los pobres.
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