Un chiste de mal
gusto que no representa la preocupación
de nadie. El empresidente Macri
se enteró de que los abuelos de un geriátrico visitaban páginas porno y celebró
que hayan cancelado las cuentas. Aunque no sepa recitar de corrido cuánto
cobra un jubilado, sí sabe con qué se entretiene. Como rezaba un viejo lema
de los PRO, “en todo estás vos”. El
Ingeniero está en paraísos fiscales, líneas aéreas, empresas de energía,
autopistas, bancos y hasta en la
sexualidad de los mayores. Pronto estará presidiendo el G 20 y sus
balbuceados discursos, frases de póster y humoradas
inoportunas nos integrarán al mundo.
También estuvo de visita en el Imperio, promocionando una inversión de Techint
que generará 1500 puestos de trabajo. Allá. Acá ofrece ayuda económica a cambio de despidos. El Gran Equipo se
burla a coro revoleando promesas que apenas convencen a los propios, mientras los datos sugieren que la caída es inminente. Macri, en tanto, se ocupa
de suprimir cualquier asomo de felicidad y anuncia una inversión en el Norte,
como el sacrificio de un sumiso creyente
en el altar de un dios sordo.
¿En qué manos
estamos? El Gerente de La Rosada SA habla del Estado aguantadero, mientras el Jefe de la Policía Metropolitana, José Potocar marcha preso por recaudación
ilegal cuando estaba al frente de la Dirección General de Comisarías;
mientras vende sus acciones de Autopistas del Sol, después de una suba en la cotización gracias al incremento de los
peajes; mientras gran parte de sus funcionarios gestionan para las empresas
de las que provienen; mientras nombra como Procurador del Tesoro a un abogado a la medida de sus trapisondas;
mientras los jueces cómplices hacen lo imposible para cajonear sus chanchullos;
mientras los medios hegemónicos ven
crecer su hegemonía por concesiones poco democráticas y muy abultadas
pautas; mientras el periodismo independiente
se transforma en militante.
Mientras todo esto y mucho más ocurre, Macri habla del Estado aguantadero, más
con la pretensión de instalar una nueva
falacia que como una confesión en su autobiografía.
No estamos en
manos de ningún abuelo que consume porno, sino de un equipo que hace del engaño su mejor virtud. El jefe de Gabinete,
Marcos Peña, presentó su informe a los senadores como si estuviera ante un
grupo de neófitos. Con alucinado
optimismo, confesó estar convencido de que este año Argentina va a crecer, “a salir de esta situación de
estancamiento”. Y explotando al extremo esa sana costumbre de
tergiversar los datos, destacó que en enero hubo una suba de 1,1 por ciento
de la actividad económica, omitiendo el último dato del INDEC, que da cuenta de
una nueva tendencia negativa del 2,2 en
forma interanual. Aunque todos los pronósticos superan el 17 por ciento
esperado, Peña aseguró que “en los
próximos meses se va a notar la fuerte
baja de inflación que va a ayudar el camino del crecimiento”. O es una víctima más del terrorismo informativo
que padece una parte importante de la población o es más cínico de lo aceptable.
Una mueca diabólica
Aunque parezca
mentira, algunos conciudadanos ven en el Gran Equipo a un grupo de sacrificados patriotas que quiere sacar adelante al país y que las
cosas van mal por mera mala suerte. Si el desempleo avanza a paso
redoblado, el consumo está en picada y la recesión es más que una amenaza no es porque las audaces decisiones de los
funcionarios no dan el resultado esperado. Si la distribución del ingreso
retrocedió tres puntos y negocios y fábricas bajan sus persianas como en otros
tiempos no es por falta de confianza de
los emprendedores. Si las cosas se están poniendo cada vez más fuleras no es porque opositores irresponsables conspiran para que al
gobierno le vaya mal.
Así es como está planeada esta siniestra
trama: "sabíamos que la transición económica
iba a llevar a una etapa más compleja y
compartimos la preocupación", explicó Marcos Peña en el Senado. No
es eso lo que prometieron en campaña; no
hablaron de sacrificios sino de Revolución de la Alegría; no anunciaron que
nos hundiríamos de a poco sino que
íbamos a estar cada día mejor (con un leve sacudón del puño derecho); no le
iban a quitar la ayuda a nadie y ahora los
viejos deben suplicar por los medicamentos gratis; iban a incentivar las
economías regionales pero los
horticultores deben regalar sus verduras en las plazas; iban a generar
empleo pero exigen a las empresas y a
las administraciones provinciales que despidan a sus empleados. No es una
situación compleja ni hay preocupación sino una dramática catástrofe y muchos argentinos están desesperados.
Tanta
desesperación se percibe que algunos buenos
vecinos sufren infartos al recibir las facturas de la luz. Tan mal pinta la
cosa que el ex presidente Eduardo Duhalde propone una “cadena de oración para que
Macri tenga razón”. No para
que las cosas marchen bien, sino para transformar
la irracionalidad del plan de Macri en algo razonable. Porque este es el
punto de partida: no se puede esperar que la economía crezca si el equipo económico produce recesión;
no se puede generar empleo si desde el
gobierno se alienta la desocupación; no se puede reducir la pobreza si se legaliza la especulación financiera;
no se puede garantizar ningún futuro si los
recursos naturales están hipotecados por una deuda que no se está
convirtiendo en desarrollo, sino en una
fuga de capitales inusitada. Nada de lo que hacen es para mejorar nada: todo lo están empeorando a propósito para
que después un pantano pestilente parezca un paraíso. Mientras tanto, Macri
celebra la generación de empleo en el
Imperio y se burla de la sexualidad de los abuelos. Y algunos alucinados todavía corean si, se puede.
"una cadena de oración para que Macri y sus secuaces sean abducidos por extraterrestres y no vuelvan mas", empecemos a rezar ya!-gracias Gustavo y abrazos
ResponderBorrarEl rayo purificador debe apurarse... O nos van a dejar a todos en pelotas y cayendo por un interminable precipicio...
ResponderBorrarNo son alucinados, son personas con escondidos y profundos sentimientos malsanos, artífices del negacionismo de sus propias miserias.
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