lunes, 12 de marzo de 2018

La pesadilla de los impensados


El Día de la Mujer, el empresidente Macri fue presentado como el “feminista menos pensado” en una demagógica puesta en escena para la ocasión. Ante un fervoroso y aplaudidor público femenino, Mauricio apareció junto a su adorno favorito, SU mujer, la señora de Macri y las principales referentes del PRO. Aunque evitó hablar de los piropos para que no se escape nada agraviante, la metida de pata estuvo presente: “gracias a todas las mujeres que han hecho posible que yo sea un hombre feliz y que esté acá tratando de ayudarlas”. En lugar de poner a las homenajeadas como centro de sus balbuceos, hizo foco en su protagonismo y ofreció su ayuda. Sólo faltó repartir un delantal de cocina a cada una de las asistentes para coronar un perfecto acto machista. El marketing no puede hacer milagros cuando no hay sentimiento real por una causa.
Ni como feminista ni como presidente. En todo es el menos pensado. A principios de 2015, pocos apostaban a su triunfo y sin embargo… acá estamos, con helicópteros que reparten comida a desesperados wichis, sospechosos de nada baleados por la espalda, un montón de presos políticos, la desigualdad que crece a pasos agigantados y un plan de negocios que pone en riesgo nuestro futuro. El presente también es el menos pensado por muchos de los que confiaron en el Cambio. La magia del “sí, se puede” y el shock de confianza se desinflan como los globos con que embaucaron a gran parte de la sociedad. Los ensayados timbreos sólo producen un efecto positivo en los bobos que creen en la espontaneidad de las fotos. Como decía Perón, “los que te robaron el perro tocan timbre para pedirte la correa”. Porque hay que ser bobo para esperar un buen fin de todo esto. Cuando los helicópteros no alcancen para paliar el hambre de los desplazados, volverán a ser instrumento de fuga para esta pandilla de saqueadores.
Quien no advierta el final trágico es porque permanece sumergido en la distracción. Quien no perciba las malas intenciones de los Amarillos es porque su ingenuidad es incurable. Quien no descubra en el Cambio una fotocopia de nuestras peores experiencias es porque sigue atado a la demonización construida por los medios hegemónicos. Una demonización que se desmorona en los Tribunales porque los jueces cómplices no pueden convertir en sentencias los prejuicios propalados con satánica insistencia. Ni el suicidio de Nisman ni su denuncia por encubrimiento, ni las bóvedas ni las cuentas en Seychelles, ni el dólar futuro ni las irregularidades en la obra pública terminarán en sentencia. Inventos para disfrazar la venganza de una clase que sintió amenazados sus privilegios por un modelo político que intentó mejorar la distribución de las incalculables riquezas que tiene nuestro país.
Farsantes al descubierto
No sólo Macri es el menos pensado, sino todos los PRO, inclusive la angelical María Eugenia. Ahora amenazan con la reelección, como si estuvieran dispuestos a seguir destruyendo lo que nos queda; como si los argentinos fuéramos tan necios para creer que Ellos nos pueden sacar del pantano en que nos han metido. Los mismos que acusaban a Cristina de soberbia, siguen empecinados en este sendero plagado de espinas que se entretienen con nuestra piel mientras unos pocos disfrutan de las rosas. Si el discurso dominante nos convence de que la continuidad es necesaria para el bien del país es porque hemos abandonado toda forma de conciencia colectiva.
Sólo un fanático puede decir que esto marcha bien y nos lleva a buen puerto. Sólo un colonizado puede mencionar como logros lo que está deteriorando la vida de la mayoría. Sólo un odiador obstinado puede aplaudir despidos caprichosos y maltratos de los que prometieron cuidar a todos. Sólo un confundido crónico puede considerar que ‘justicia’ es encarcelar sin pruebas ni juicio.
Los que prometían “no perseguir a los que piensan distinto” presionan a quien ose esbozar una crítica, difunden charlas intrascendentes captadas por oscuros espías y mienten a los cuatro vientos para ensuciar a los que se crucen en su camino. Mientras la magia de la TV los muestra como inmaculados republicanos y eficientes transformadores, nada de lo que hacen es para alcanzar los fines prometidos. Por eso la inflación de febrero trepa al 2,4 por ciento, con un acumulado del 26,3 en los últimos 12 meses. Lo que el “sabio” Ingeniero prometía bajar en dos minutos se está volviendo un verdadero problema. El que decía que “la inflación era una muestra de la incapacidad de gobernar” está muy lejos de reconocer que es un incapaz.
El que prometía Pobreza Cero sumó desde su asunción unos 4,8 millones de nuevos pobres. El que hablaba de Argentina como el supermercado del mundo nos convirtió en mendigos de inversiones para un mercado interno que decreció más de un 10 por ciento. El que prometía defender las economías regionales permite que se importe sin aranceles aquello que producimos en abundancia. El que simulaba preocupación por los trabajadores hizo crecer el desempleo hasta superar los diez puntos y apela a todas sus tretas para bajar los salarios e incrementar las ganancias de sus verdaderos representados. Y el país que recibieron con una deuda controlada lo pusieron en manos de especuladores y usureros que harán tambalear nuestra soberanía por cien años.
No hay logros, transparencia ni nobles objetivos. El engaño se desmenuza y sólo puede sostenerse con los pegotes de odio que han propalado en los últimos diez años, desde los tiempos de la Rebelión de los Estancieros. Tanta es la desesperación que cortan la señal de C5N cuando la realidad se filtra en las pantallas. No sólo el engaño comienza a desintegrarse sino también el prestigio de los engañadores. Que el hit del verano transforme su letra es un indicativo: con la melodía de MMLPQTP, las muchedumbres también entonan “sacá TN te lo pido por favor”. Los noteros hacen sus informes con un fondo de voces que claman “Clarín, basura, vos sos la Dictadura”, como en campaña le cantaban a Macri. El descontento comienza a corearse y pronto se tornará en la sinfonía que nos despierte de esta pesadilla.

2 comentarios:

  1. No podría catalogar al virrey como "impensado", me parece que sería quedarme corto, lo impensado es la pesadilla que este desgobierno significa.
    Salvo por recién bajar del plato volador o emerger del tupper, no es explicable tanto "impensamiento"... el pedigree del coso era conocido a muy conocido y lo prudente, lo pensable era la desconfianza, la distancia; dejando lo impensado para la magnitud de la porquería resultante, que pocos, muy pocos seguramente, habrán previsto lleguen a tanto desquicio.
    Para mí siempre fue claro que la Mona Chita era mejor opción que el virrey bailarín y todavía me cuesta entender cómo es que está donde está...."impensado?", no, peor, inexplicable, inentendible, incalificable y, claro, muchas pero muchas veces insoportable.
    Quizás definirlo como "impensado" fuera una excusa útil para no pensar demasiado en todo ésto y dedicarse a cómo demonios se podrá salir de esta pesada herencia, sí, la que dejará el desastre, más seguro que inminente.

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