Los insultos contra Macri en
canchas, recitales, subtes y cualquier
espacio que junte a mucha gente desconciertan a los obsecuentes. Como esto no
está en el manual, no saben cómo neutralizarlo. Desde
denunciar absurdas confabulaciones hasta las
formas más contraproducentes de prohibición, pasando por directivas para silenciar los cánticos en las transmisiones
televisivas. Cualquier cosa, en lugar de advertir el descontento que
comienza a generalizarse. Un descontento por las promesas incumplidas a voluntad y por el deterioro que se
expande a pasos agigantados; porque el
túnel nos está asfixiando y el futuro que se insinúa es el pasado que nos aterroriza; porque no
son “el mejor equipo de los últimos 50
años” ni un ejemplo de honestidad, deben
apelar a distracciones que sólo distraen a los que viven distraídos.
Porque los Amarillos están rompiendo todo, aunque afirmen
arreglarlo. Ningún país tiene futuro si se desmantelan industrias y
se cierran escuelas. Macri prometió construir jardines con los 4000 millones
de pesos del Fútbol Para Todos. Ni uno.
La Educación de calidad incluyó la suspensión del programa Conectar
Igualdad, la cancelación del plan FINES y el abaratamiento del salario
docente con la eliminación por decreto
de la paritaria nacional. Eso sí, reparten manuales para sexto grado que
cuentan las inexistentes bondades del
Cambio. Aunque alientan la opción por la educación privada, ni Macri ni
muchos de sus funcionarios son buenos
modelos publicitarios. En estos tiempos de sequía, el Ingeniero –como una genialidad propia- propuso
guardar el agua cuando hay inundaciones para usarla en tiempos de carencia: se
ve que la bolilla de Diques y Represas
se le pasó por alto en sus días de estudiante. O que, con extremada seriedad,
aconseje apagar las luces, cerrar canillas o usar el aire acondicionado en 24
grados para revertir el cambio climático pero silencie los estragos de la deforestación en donde él, familiares y
amigos tienen emprendimientos agropecuarios.
Pero el “mar es inmenso”, tanto como
el cinismo de los PRO. Cuando se conoció la cuenta sin declarar de Díaz
Gilligan, salieron en pandilla a jurar
por su honestidad. Después de su renuncia y con el posible procesamiento, tratan
de olvidar el tropezón. Ahora que el ministro de Finanzas está sospechado por maniobras con los bonos de
deuda, el Jefe de Gabinete, Marcos Peña Braum exige que confiemos en su
palabra. "Él es un orgullo para este país y para el Gobierno –confesó el
funcionario- dejó todo lo que estaba haciendo para venir a la Argentina". De acuerdo a esto, deberíamos
considerar a Luis “Toto” Caputo como
un héroe, que sacrificó sus negocios
para endeudarnos como nunca. Un orgullo
nacional que puso el país en manos
de especuladores, usureros y buitres y encima se lo tenemos que agradecer. ¿Qué clase de tonto hay que ser para
conmoverse con este guion?
Impaciencia
en las tribunas
Cada fisura del relato oficial es
taponada con alguna distracción.
Algunas, macabras, como la doctrina Chocobar que habilita más casos de gatillo fácil. Otras, hipócritas y demagógicas, como la discusión sobre el aborto. Y,
para dar el tono xenófobo que los
caracteriza, la recurrente denostación a los extranjeros. No a todos, por
supuesto, sino a los que provienen de
Paraguay o Bolivia. De acuerdo a la historieta amplificada por los medios
cómplices, vienen en bandada de esos países a curarse en
nuestros hospitales. Pamplinas que los números desmienten pues los casos
que fabulan representan una porción tan
ínfima que no afectaría en nada cualquier modificación. Lo que se llevan en
una semana los timberos de las Lebac –muchos
de ellos extranjeros- alcanza para cubrir un año a los pacientes
limítrofes.
Pero el discurso oficial no se
sostiene con números ni hechos, sólo con
desprecio, ambición y mucho egoísmo. Y con demasiadas mentiras. Los medios
hegemónicos –cuyo índice de confianza los
ubica entre los peores del mundo- inventan falacias, las amplifican y
presionan para convertirlas en causas judiciales. Desde sus tapas, columnas,
pantallas y demás instalaron la idea de
que Cristina se robó todo, aunque la única causa económica es la
de Hotesur-Los Sauces por supuestos
retornos que no se han demostrado. El informe de Vialidad Nacional es
contundente: no hay sobreprecios ni
desvío de partidas y las obras se
habían completado hasta el encarcelamiento –tan injusto como todos los
demás- de Lázaro Báez. Y todos los movimientos de dinero están bancarizados y
con alquileres a precio de mercado. Tan
insostenible es esta causa que no saben cómo estirarla. Por lo que parece,
Cristina se robó todo pero dejó mucho
más de lo que nos va a dejar Macri y su Gran Equipo.
Pero la más perversa treta de manipulación es la del Memorando con Irán
y el suicidio de Nisman. Si el fiscal estuviera vivo, arrojaría su denuncia a la papelera y estaría pidiendo disculpas.
El proceso por encubrimiento se basa en no-hechos que fueron desmentidos a
mediados de enero de 2015, como el
levantamiento de las alertas rojas a los sospechosos iraníes. Desmentidos
no por fanáticos kirchneristas sino
por Roland Noble, ex director de Interpol y el juez de la causa AMIA, Rodolfo
Canicoba Corral. Además, los jueces Daniel Rafecas, María Servini de Cubría,
Ariel Lijo y los camaristas Felner, Ballestero y Farah rechazaron la denuncia por inexistencia de delito. La muerte de
Nisman le dio más valor mediático y político y convirtió el episodio en una autopista para el triunfo de la
pandilla que nos está despojando de todo.
Ahora que los cantitos desbordan
el blindaje, la madre del fiscal, Sarah Garfunkel –que presenció las pericias en el departamento del hecho- eleva su
acusación a la ex Presidenta para
tildarla de asesina. Si su objetivo fuera alcanzar la verdad, exigiría la eliminación del informe de
Gendarmería, cuyos autores no accedieron al departamento ni al cadáver y
para afirmar lo que afirman tuvieron que
alejarse muchísimo de las conclusiones del Cuerpo de Medicina Forense de la
Corte Suprema de Justicia. Para hablar de homicidio, tuvieron que correr la herida provocada por la bala,
fracturar el tabique nasal,
introducir ketamina y meter en el reducido baño a dos asesinos despiadados que no dejaron ninguna huella de su accionar.
Y modificar la hora de la muerte con una
exactitud que invita al descrédito. Y todo esto sin ver el departamento ni
examinar el cadáver. Estos expertos deberían
estar tras las rejas por falso
testimonio y el juez Julián Ercolini, por
dar crédito a semejante novelón, debería dedicarse a alimentar palomas en
una plaza o algo peor.
A pesar de todo esto, algunos desvergonzados apologistas piden
sanciones para los que saludan a la mamá del empresidente, olvidando los
insultos que vociferaban los indignados televidentes en los cacerolazos
orquestados desde el poder. Carteles que insultaban a la entonces presidenta
con expresiones tan respetuosas como yegua, chorra, asesina o con leyendas
tan bondadosas como “Néstor volvé, te olvidaste de Cristina”. O
esa imagen tan conciliadora proyectada por la agrupación Solano Lima, de Cristian
Ritondo, con una caricatura de Cristina,
Aníbal y Amado colgando de una horca. Si los insultos incomodan, que dejen de hacer lo que están haciendo y
gobiernen para la mayoría que les regaló el cargo que, en condiciones
óptimas de información, jamás habrían obtenido.
Bueno, Gustavo, primero una cosita, en la lista de países productores de extranjeros indeseables, le faltó uno, tal vez el favorito del virrey, Perú. Omisión casi imperdonable en estos felices tiempos de sinceramiento xenófobo, no?.
ResponderBorrarSoy del norte y por esas vueltas de la vida, me tocó vivir en Orán (Salta), a pasitos del imperio del mal, Bolivia; y claro, conozco esa frontera y un poco más allá, más adentro... y hay que, debo, admitir que sí, que no hay reciprocidad, no, el boliviano (sea coya o blanco) aprecia y respeta más al argentino que viceversa y si es del norte hasta lo quieren un poquito más, lo nreconocen al hablar. Claro, el viejo truco de la universidad gratuita, que entre otras cosas determina que una buena parte de los profesionales bolivianos sean de formación argentina (cuando no son directamente argentinos emigrados por pediculosis neoliberal) y lo son también los profesores de sus universidades... pero bueno, son cosas que a un porteño idiotizado por los medios ni se le ocurriría pensar pendientes como están ahora del "enorme costo" de atender enfermos de allá.... una idiotez inconcebible, si pensamos que en los '90, esos años de muestra del actual virreinato, esa frontera con Bolivia era muy transitada PARA ALLÁ, para comprar ropa, cubiertas, cosas de bazar, de todo.... y sabe qué más?, ir al oculista, al dentista, hacerse lentes, prótesis, comprar remedios.... no creo que se hicieran trasplantes pero, ya sabe lo habladora que es la gente, alguna que otra cirugía plástica se chimentaba...
Para quien vivió por ahí, hay cositas llamativas, como que Bermejo (el pueblo boliviano cercano a Orán) en los 70 era poco más que una villa andrajosa (con negocios de venta de cosas importadas), el panorama en Aguas Blancas (lado arghentino) era muy similar pero menos movido.... como el tiempo tiene la mala costumbre de pasar, hay cosas que se notan más, ahora la villa andrajosa tiene terminal de omnibus, asfalto, hoteles, lugares de comida, galerías comerciales, negocios del tamaño que quiera y mucha actividad... del lado argentino, igual, ah, no!, perdón, a los gendarmes del control en la ruta les pusieron un tingladito, ahi cuando llueve, llueve en serio. A propósito, Juan Carr comentaba que de los evacuados salteños por los desbordes del Bermejo y Pilcomayo, una buena cantidad estaba atendida en Bolivia.... alguno dirá que siendo indios son todos lo mismo pero, tienen DNI, no? y no ví a ningún boliviano reclamando "reciprocidad".
Y Jujuy, el feudo de herr (in)morales también tiene frontera con Bolivia.... no debe ser un calco, pero casi, sí.
Mauricio Macri la PQTP!!! lalala!!!-mil gracias Gustavo lo tuyo es música para mi cerebro-comparto y abrazos
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