jueves, 14 de junio de 2018

El iceberg es el Cambio


La paciencia parece estar agotándose. La hipnosis deja de surtir efecto. El maquillaje se descascara. De a poco, los ánimos comienzan a agitarse. El deterioro se expande para hacer agobiante la vida de los mansos. Las excusas hacen aguas y los buenos pronósticos quedan desubicados. Las metas del Gran Equipo ya no se modifican, sino que desaparecen de la noche a la mañana sin dejar un mísero rastro. Los números están desquiciados y las recetas no terminan en tentadores platos. Los apologistas mediáticos no saben cómo tapar las fisuras del blindaje que hasta hace poco resultaba efectivo. El episodio de los Bolsos de López parece una travesura adolescente ante las incontables trapisondas amarillas. Ni la enésima muerte de Nisman alcanza para camuflar el precipicio al que se aproxima la Argentina del Cambio.
En un intento de iluminar, el ex presidente del Banco Nación, Carlos Melconián esbozó una metáfora ante el selecto auditorio del Rotary Club. “Veo venir al FMI de siempre –explicó- Creo que se terminan las políticas pseudopopulistas. A partir de ahora, pechuguita con puré de calabaza”. Claro, en el imaginario de los que son como él, ése es el menú de la miseria pero para muchos, ese plato debe ser un lujo. Como el pan y cebolla de otros tiempos, aunque el primer ingrediente hoy está por las nubes. “Tenemos una tragedia fiscal –agregó- Si ustedes me preguntan en cuánto se arregla esto, no tengo idea. Muchos años, a menos que una devaluación e inflación licúen todo”. Un licuado que dejará en la lona a los trabajadores y multiplicará las fortunas de los especuladores.
Un ejemplo más de esa forma de gobernar sin tener en cuenta a los ciudadanos. Las recetas desmadran todo al instante pero los buenos resultados se postergan al infinito. Lo inmediato no entra en los planes de estos prometedores de paraísos distantes. La dificultad de imaginar la acotada vida de los ajustados, de los despedidos, de los marginados. La falta de calle de los que piden paciencia a los que están en problemas para llenar la olla. Los que ganaron en las urnas con el insustancial “Sí, se puede” reparten imposibilidades hasta a los que confiaron en ellos.
Los números son sagrados para los ceos que convirtieron la casa de gobierno en La Rosada SA. El salario es una abstracción que jamás experimentaron y por eso no pueden dimensionar lo que significa la caída sistemática del poder adquisitivo. Mientras las ganancias corporativas se incrementan en tres cifras, los sueldos apenas sobrepasan el 15 por ciento. Y en la CABA, la ciudad más rica del país, ya empiezan a aparecer casos de niños desnutridos, ante el silencio cómplice de los periodistas hegemónicos que unos años atrás surcaban miles de kilómetros para encontrar alguno para fotografiar. Y esto no es un efecto indeseado sino un presente que se pretende consolidar para el resto del camino.
Más cerca de la salida
Si llegamos hasta acá es porque el plan es éste. La desregulación es la premisa para atraer las inversiones que no llegan. Ni llegarán si el mercado interno sigue reduciendo su volumen. Y menos aún si los funcionarios que las suplican mantienen sus fortunas muy lejos de nuestra economía. Pero si llegan tampoco moverán demasiado el amperímetro de la dignidad porque la tributación y la carga salarial serán mínimas. La Libertad de Mercado –presentada como garantía constitucional- es la brújula de este camino desigualador y deja indefensa a gran parte de la población.
Si llegamos hasta acá es porque el cinismo gobierna. En teoría, la Libertad de Mercado propone el Estado mínimo, que no intervenga en la economía, que no controle a sus actores y que abandone la protección a los más débiles de la cadena alimenticia. Eso que con tanto desprecio llaman populismo. En esta lógica, los subsidios a los servicios públicos y todo lo que beneficie a la mayoría son inaceptables. Sin embargo, son bienvenidas todas las iniciativas que garanticen las ganancias empresariales, como quita de impuestos, ausencia de controles y precarización laboral. Esto también es intervencionismo, pero a favor de una minoría insaciable. Un Estado gigante que se pone del lado de los más fuertes para convertir a los ciudadanos en presa fácil de la avaricia de los libertinos. Los cada vez más empobrecidos subsidian a los que acumulan fortunas en paraísos fiscales.
Si llegamos hasta acá es porque la hipocresía es el espíritu que se derrama desde el trono. Tanto pontificar transparencia pero casi todos los funcionarios ostentan su opacidad. El caso Dujovne es emblemático: a pesar de ser ministro de Hacienda, confía tan poco en sus recetas que mantiene su tesoro en el exterior; tan evasor que su mansión de más 280 metros cuadrados figura como un mísero terreno baldío y todo para ahorrarse 4000 pesos mensuales en impuestos. Tan infame y miserable que inspiró la creatividad popular en la campaña “un techo para Dujovne”. Y no es el único caso, por supuesto.  
  El hasta acá al que llegamos incluye el arribo del Fondo, el broche de oro del camino al abismo. Aunque Macri esté exultante por el acuerdo con ese organismo, el recorte fiscal de 500 mil millones de pesos sólo producirá mayor recesión y desempleo. Más aún si no se toman las medidas necesarias para que ese auxilio no alimente la fuga de divisas que ya se está tornando histórica. La libertad de adquirir dólares sin tope y su remisión al extranjero no provoca más que vaciamiento. La libertad de una élite genera opresión para el resto.
Por eso gran parte de los argentinos están manifestando su disconformidad con lo que los PRO consideran un triunfo. Los gobernadores de Chaco, La Rioja, Catamarca, La Pampa, Entre Ríos, Misiones y Tucumán emitieron un comunicado para rechazar el monumental endeudamiento con el FMI. El paro de las CTAs y el convocado por la CGT es el mensaje de las bases. Las respuestas oficiales rondan por las tonteras de siempre: la medida de fuerza “no soluciona los problemas de los trabajadores”, como dijo el ministro Triaca o, en boca de Macri, “la CGT tiene que pensar que un paro no soluciona nada”. Si las calles están cada vez más convulsionadas es por la soberbia insistencia en este equivocado sendero.
Ni el inicio del Mundial puede entibiar el caldeado ánimo de los ajustados. Ni el debate habilitado por el empresidente para despenalizar el aborto logra remontar su alicaída imagen positiva. Al contrario, los argumentos de los legisladores oficialistas que apelaron a perras o marsupiales para expresar su negativa al proyecto deja más al descubierto su perversidad. Ni las oportunistas y tibias críticas esbozadas por los voceros del establishment alcanzan para frenar el descontento creciente. Si el objetivo es recuperar los derechos escamoteados por La Revolución de la Alegría ya no hay que mendigar con un paro sino exigir que nos saquen de este túnel o que se vayan antes de seguir destruyendo lo que tanto nos costará reparar.

2 comentarios:

  1. Es interesante que a un iceberg que era visible desde el trópico lo chocaran y más interesante es que en el naufragio, todavía te digan que no se ve y que "hay que dar tiempo"... el tiempo del glú-glú final?, tontería peligrosa ésa pero... así son los misterios de esta "derecha moderna y democrática".
    Pasada la marea verde de las chicas, asistimos a la marea verde del virrey, ¿a cuánto hoy?, 28, 29?, mañana, quién sabe?... seguro que no sabe el ido sturze, sabrá el toto?, me parece que sí, que sabe y seguramente será lo que le convenga a él y sus colegas de la champions ligue, 30, 35.... bah! solo numeritos... a quién le importa como se vean en los bolsillos de la negrada o en las góndolas o en los pagos UVA o en esos discursos de parientes que de fervientes amarillos, no lo admiten pero extrañan la yegua realidad, de cuando sufrían por el cepo y ahora que gozan la incertidumbre...ah!, qué lindas son las emociones fuertes, no?.
    Pero bueno, exageramos, las cosas van a andar bien después del mundial, ahora nos distraemos, descubriremos que Egipto pierde pero juega lindo, que los rusos no sonríen y las rusas son lindas... estamos en el mundo y en paz... con la economía en manos de los que saben y a la espera de nuevas maravillas, como esa sugerencia del hada madrina vidal de sacarle las pensiones a las viudas, la verdad, eso sí es sinceridad, qué quieren esas parásitas?, se les murió el que las mantenía, que se jodan, ¿qué culpa tiene el FMI para seguir gastando en ellas?, ahí está uno de los icebergs a derretir, aprendamos, cambiemos.
    Éso, cambiemos, qué es esa cosa de pedir CGTs ruidosas, bochincheras y pedigüeñas?, si hacer lío no sirve de nada, las tarifas no bajan, el derrame no llega y Moyano es feo, en cambio, los rubios siguen lindos y con la guitita lejos, a salvo, a vos qué te queda?, las gomas quemadas, el humo y los garrotazos de ña malbec y sus rambos.... qué negocio es ése?.
    Toto en el central.... maravilla maravillosa, el pan a 100 para cuándo?, para cuando el iceberg esté así de cerquita?...
    Mejor no seguir, por suerte ya casi empieza España vs Portugal, un momento para la meditación y después vemos....

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