Para quienes siguen la
información con cierta responsabilidad y no
se dejan llevar por los absurdos de los medios hegemónicos, desde hace
mucho tiempo, el Gobierno Amarillo está
tensando la vida democrática: en campaña, con promesas que estaban muy lejos de su pensar, como no abrir las
importaciones, mantener el Fútbol Para Todos o no quitarle la ayuda a nadie;
mucho antes, trepándose a las fantasías
informativas de Clarín y todas sus usinas de estiércol y explotando la
complicidad de algunos jueces federales, tanto los presionados como los
adherentes; y ahora se suma a todo esto el
potencial de ser oficialismo para comprar voluntades y castigar rebeldías. Para
los que han estado siempre atentos y los que empiezan a estarlo, este desigual
forcejeo está pronto a terminar: el Gran
Equipo cae por su propio peso o los 40 millones nos sometemos a las apetencias
de las mil familias a las que representa. Para el resto cada vez menor,
todavía funcionan ciertas frases que alientan
una vana esperanza: “hay que darle
tiempo” y “no poner palos en la rueda”,
porque “si a Macri le va bien, al país le va bien” y los sacrificios
que hoy estamos haciendo “sirven para un
futuro mejor”. Esos que miran el dedo cuando alguien señala la luna, son los que van a despertar del
supersticioso ensueño demasiado tarde para advertir que era una pesadilla.
A pesar de todas las señales,
todavía quedan algunos que se cuelgan de la Pesada
Herencia o abrazan la idea del
purgatorio por todo “lo que nos hicieron
creer” para seguir apoyando La Revolución de la Alegría. No
consideremos a grandes empresarios con
los que jamás tendremos un mínimo roce, sino a los iguales con los que nos
cruzamos todos los días en taxis, colectivos, ascensores o colas de
supermercado, que olfatean la hecatombe pero
no atinan con el origen del hedor. Esos que prefieren ostentar sus
prejuicios –por más disparatados que sean- para fundar sus conclusiones, antes que escuchar razones mucho más
fundadas.
Esos que tuercen el gesto ante
cualquier cuestionamiento del presente que no incluya una feroz denostación del gobierno anterior, al estilo de “las tarifas están muy caras pero lo
anterior era insostenible”. Todo un
triunfo de la manipulación hacer que los usuarios se quejen por pagar poco sus
servicios. Como si un comprador protestara porque lo que va a comprar hoy
está más barato que la semana anterior. ¿Acaso
rechazan el descuento que les hacen en un negocio o desdeñan las engañosas
ofertas de los productos de supermercado? Una confusión que saquea el
bolsillo para engrosar las ganancias de las empresas ligadas al Ingeniero. Confusión pertinaz que significa un desafío
esclarecer.
Embaucadores
en decadencia
El argumento oficial es que los
servicios deben pagarse a tarifas internacionales -a pesar de que somos productores de energía- porque eso permite más
inversión y desarrollo. Tan incongruente es la posición que el empresidente contrapone esta estafa saqueadora con la gratuidad absoluta. La ley
aprobada para ser vetada no retraía los precios a diciembre de 2015 sino apenas a noviembre de 2017. Con
los incrementos aplicados en el primer año del Cambio basta para garantizar ganancias e inversiones. Pero como los
amigotes de Macri –Nicolás Caputo, Marcelo Mindlin, Rogelio Pagano y Joe Lewis-
son tan avarientos como él, quieren
ganar mucho más. En 2017, las empresas de estos personajes que concentran el 51 por ciento de la
generación y distribución de electricidad obtuvieron
unos 11300 millones de pesos de ganancia. Más del 90 por ciento fue
repartido entre los accionistas y apenas
un 5 por ciento fue re invertido.
Con respecto a las empresas de
distribución del gas, las ganancias se
ubican entre 300 y 400 por ciento y van por mucho más. Lo del desarrollo es
un verso más grande que un elefante. Esta transferencia de recursos llegó a
16500 millones de dólares que, en manos
de los usuarios se hubiera volcado al mercado interno y no a la simple
acumulación en paraísos fiscales. El Estado macrista está más preocupado por multiplicar la fortuna de sus cómplices que
por garantizar el bienestar del pueblo y esto
es indudable.
Además, inaceptable. Tanto como todo lo realizado desde el comienzo de este
Régimen Restaurador. Ahora que están perdiendo gran parte del apoyo conquistado
con engaños y patrañas, se dan el lujo
de exteriorizar lo que verdaderamente son: una oligarquía que vino a operar
para la oligarquía. La mejor muestra de esto es la escena de la gobernadora
Vidal en el Sheraton ante empresarios
del Rotary: “todos sabemos que nadie
que nace en la pobreza llega a la universidad”, seguido de aplausos y risas de los oyentes. ¿Qué aplaudían: la
sabiduría de la sentencia o la posibilidad de cerrar universidades? Lo primero es inexistente, como quedó
demostrado con testimonios de graduados y las cifras estadísticas difundidas
por los propios centros de estudio. Lo segundo,
monstruoso, porque el cercenamiento del acceso a las universidades públicas
significa más transferencia de recursos
hacia los que no necesitan nada. De los dichos de Vidal se desprende la
intención de instaurar una estructura de
castas donde el ascenso social sea
imposible. Y esto revelado por la
cara más bondadosa del PRO, la que decía “no vamos a quitarle la ayuda a nadie”.
Ahora que no están en campaña, muestran su faz in-votable: ésa que
exige más sacrificios para ir hacia un
paraíso cada vez más inalcanzable; ésa que demoniza cualquier objeción y obliga a la obediencia ciega bajo el
formato del diálogo y el consenso;
ésa que propone un gran acuerdo nacional
para seguir desigualando; ésa que piensa recurrir a los militares para
garantizar el “apoyo logístico a las
fuerzas de seguridad para cuidar a los argentinos frente a las amenazas y
desafíos actuales”, cuando en realidad, la principal amenaza para nuestra seguridad se atrinchera en La Rosada
SA.
Esa faz que apela a cualquier
cosa para no perder su núcleo duro, conformado por un manojo de individuos que odia al ritmo de las tapas de Clarín y La
Nación, que se indigna con lo que TN magnifica en sus titulares, que ilustra su opinión con cenas de diva o
imitaciones domingueras. Porque el
oficialismo está perdiendo terreno, surge otra vez el Operativo Cristina, ya
sea por sus locuras o con la
invención de delitos. Siempre que las encuestas advierten sobre la caída en la
imagen positiva de Macri, los jueces
consustanciados con la ceocracia gobernante reciclan las tres o cuatro causas
sobrevivientes con recursos muy alejados
de la búsqueda de la verdad y más aún de la Justicia. Para alimentar
titulares que puedan minimizar las
masivas movilizaciones de protesta contra las políticas de Macri que se están
realizando en algunos puntos del país, sobre todo en la CABA, dictan procesamientos sin indagatoria,
juzgan asesinatos sin asesinos y acusan sin pruebas ni coherencia.
El suicidio de Nisman convertido en homicidio es una prueba de esto. Pero no hay que olvidar que, mientras las organizaciones sociales coronaban la Marcha Federal en la Plaza, Macri estaba justificando su veto a la ley de Tarifas junto al opo aliado Juan Manuel Urtubey. Y después del aliento de la gobernadora Vidal al cierre de universidades, el Ingeniero inauguró el primer campo de golf público del mundo en Santiago del Estero. Esa es la cara del Cambio: poner el Estado al servicio de una minoría empachada en perjuicio de la mayoría cada vez más ajustada. ¿Cómo considerar democrático a un gobierno que lo único que hace es castigar a su pueblo?
El suicidio de Nisman convertido en homicidio es una prueba de esto. Pero no hay que olvidar que, mientras las organizaciones sociales coronaban la Marcha Federal en la Plaza, Macri estaba justificando su veto a la ley de Tarifas junto al opo aliado Juan Manuel Urtubey. Y después del aliento de la gobernadora Vidal al cierre de universidades, el Ingeniero inauguró el primer campo de golf público del mundo en Santiago del Estero. Esa es la cara del Cambio: poner el Estado al servicio de una minoría empachada en perjuicio de la mayoría cada vez más ajustada. ¿Cómo considerar democrático a un gobierno que lo único que hace es castigar a su pueblo?
Gustavo, disculpe pero está poniendo en evidencia que no tiene sensibilidad, al negarle a Santiago del Estero, que pueda tener un campo de golf..... está muy bien el virrey al compensar su promesa de inaugurar un puerto (no es culpa de él, claro, es el mar que insiste en no llegar ahí), inaugura un "green" y, la verdad, a mí como vecino de los santiagueños, me conmueve que puedan asistir a ver un gran, gran espacio verde, parejito, ordenadito en lugar del habitual paisaje despelotado de tuscas, mistoles, chivos, tierra pelada y santiagueños, una lástima su falta de comprensión de la bondad profunda del virreinato.
ResponderBorrarIgual con la pobre incomprendida heidi, en su batalla por una universidad libre de la contaminación del pobrerío, una ecologista del conocimiento, imagínese, los que tienen que agarrar la pala, a quién se le ocurre que puedan ser doctores, ingenieros y esas cosas serias para las que no están habilitados?. ¿Sabe lo peor de todo este suceso?, que pueda atrasarse la imprecindible modernización universitaria, la limpieza étnica (mapuche 0, digamos) y la adecuación de carreras y estudios.... lógico, el arancel y el dejar esas carreras exóticas como Arquitectura o tanta Ingeniería,para qué?, las públicas tienen que competir y las privadas no pierden el tiempo en esas pavadas, entonces....lo moderno son los economistas y abogados, igualitos (fíjese que son tan democráticos en el virreinato que rescatan una idea K, la igualdad, no me diga que no se sensibiliza con éso), todos repitiendo el mismo chamuyo neoliberal.
Y mire, ahora andamos conmovidos por la odisea helicopteril de esaos pobres funcionarios tirados en la Cordillera inhóspita.... finalmente rescatados pero claro, tantas emociones que se olvidaron de los rescatistas y el helicótero, éste sigue tirado ahí (y son varios millones de verdes... bah, como el submarino pero por suerte, 'tá vacío) y los rescatistas, que se rescaten solos y a pata.... no sé usted pero yo ahora me quedo esperando al doctor Glock (bonadío) haciéndole juicio a Cristina, al fin y al cabo, la compradora del aparato y posible saboteadora. ¿No me cree?, déles tiempo nomás...
Y no es que no me tome en serio su post, que muy serio es, enumerando tanta maravilla virreinal, pero a veces uno tiene que defenderse un poquito, que la amargura es cruel y es mucha...
comparto-gracias Gustavo-abrazos
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