El
apunte 1000
En
abril de 2011 publiqué el primer apunte, cuando empezábamos a construir la re
elección de CFK. Este blog surgió más como una pulsión personal que como una
contribución a la sociedad, más para ahorrar en terapia que para convocar casi
580 mil visitas, la publicación en medios digitales y en papel y la
viralización en las redes. Alcanzar los mil textos –más de 2500 páginas- para
alguien tan inconstante como yo es toda una sorpresa. Eso sí: desde el primero
hasta el de hoy están presentes la coherencia, la honestidad intelectual y el
sueño de un país más equitativo. Gracias a todos los que se fueron sumando a
este espacio que seguirá bregando para comprender esta realidad cada vez más
trastocada por los medios del establishment.
Cuando
el guion no basta
Los cuadernos invisibles de Centeno han inspirado una historieta mediático-político-judicial
que merece un lugar destacado en los análisis comunicacionales. Tan densa se
está tejiendo esta trama que la
aparición de los originales ya no preocupa a nadie ni tampoco aportaría nada.
Así son los culebrones, incongruentes, atrapantes y sencillos de entender. Ni
siquiera necesitan un poco de
verosimilitud para absorber la atención del público cautivo. Esto no
encierra ningún peligro cuando el televidente sabe que está ante una ficción, pero cuando le dicen que es una noticia,
el asunto se torna delicado: estamos ante la
vulneración del derecho constitucional a la información.
Una mentira amplificada puede
alterar la voluntad del electorado. ¿Cuántos bonaerenses habrán votado por
Vidal convencidos de que Aníbal
Fernández había sido el ideólogo del Triple Crimen de la Efedrina? ¿O acaso
muchos no votaron por Macri seguros de
que lo hacían contra la Morsa? Lo
que se sospechaba en 2015 se confirma
con la declaración de Martín Lanatta ante un juez de La Plata. Sin las
cámaras de Clarín, el reo confesó que le hicieron “esa nota arreglada para el programa de Lanata, donde tenía que meter a Aníbal en la causa de
General Rodríguez”. Algo parecido a lo de Leonardo Fariña, que frente
al Tribunal dijo lo contrario que en el set. Y no vengan con que no hay que
creerle a un delincuente si tres años
atrás tomaron sus dichos como palabra santa.
La toxicidad mediática se potencia con la credulidad de la
audiencia. Tanto como para confundir retorno con aporte y complicidad con
extorsión. Hasta para tomar como
acusación la confesión de asociación ilícita. Carlos Wagner, ex presidente
de la Cámara de la Construcción, relató, con naturalidad, que falsearon las licitaciones, fijaron
sobreprecios a escondidas y compraron la complicidad de funcionarios. Y los
odiadores babean sus prejuicios sin advertir que esto salpica más a la familia presidencial que a Cristina. Aun así,
alientan allanamientos, desafueros y prisiones preventivas, sumados a una venganza de clase que pronto los tendrá
como víctimas.
Las
ventanas del alma
Tan intensa es esta telenovela
que los actores se esfuerzan para
exhibir su patetismo. El objetivo es que el teleadicto se concentre en la
trama para que no vea el bosque, en
vías de extinción y poblado por espíritus
oscuros que creíamos exorcizados: inflación, desempleo, devaluación,
deterioro, prepotencia. La alegría que
nunca llegó empieza a alejarse. El cero que prometieron para la pobreza
superó los tres dígitos en un país en el
que todos deberíamos nadar en la abundancia. La integración al mundo
terminó como un festín de buitres en el que somos el plato principal. Y el protagonista estrella de esta
tragicomedia, el buen Mauricio,
suelta un bocadillo con sabor a burla.
“No pasa nada con el dólar, tranquilos”, largó,
en medio de una escalada del 60 por
ciento en este año y un 210 por ciento desde el Bailecito en el balcón.
‘No
pasa nada’, no, porque los
precios locales están atados al dólar y nosotros cobramos en pesos. ‘No pasa nada’, no, porque mientras los
timberos juegan con nuestra moneda, la
vida de muchos corre peligro de hambre. ‘No
pasa nada’, no, porque mientras los
especuladores fugan divisas, la deuda que no ha servido para nada engorda
sobre nuestra espalda cada vez más flacucha. Si no pasa nada, será porque tanto él como sus amigotes de clase están
cotizando sus fortunas como nunca. O como siempre cuando a casi todos nos va
mal.
No pasa nada, dice el empresidente; vean la novela de la persecución, de la lapidación con traje de
justicia; vean cómo pisoteamos las instituciones en pos de la República, de Nuestra república, la de unos pocos;
vean cómo cambiamos futuro por pasado,
granero por supermercado; vean cómo
convertimos soberanía en coloniaje en un abrir y cerrar de ojos; vean cómo seguimos
hundiéndolos con cara de feliz cumple. Así dice el Gerente. Así nos aconseja,
que veamos la realidad en la tele, que pronto
arderá la hoguera con todos los K y los que se atrevan a imitarlos. Ellos
son chorros y tienen bóvedas que todavía
no encontramos; nosotros, en cambio, somos especuladores, evasores y
explotadores con cuentas off shore que
ya fueron reveladas; ellos usan bolsos y nosotros, transferencias y
blanqueos. Así dice el presidente y sus
acólitos sonríen ante tamaña picardía. Y los serviles voceros, con el buche
lleno de pauta oficial, tratan de poner buena cara al mal tiempo, deslindar de toda responsabilidad
tormentosa al Gran Equipo y hablar de la Pesada Herencia.
La telenovela sigue. Los
no-cuadernos de Centeno inspiran
allanamientos a propiedades hartamente allanadas para encontrar pruebas de
hechos ocurridos nueve años atrás. También, allanar cualquier cosa que se encuentre cerca del blanco para que los
inventores de titulares se hagan la fiesta. Y poner a los senadores como
payasos del circo para desaforar a CFK y servir
su cabeza en bandeja para deleite del establishment.
El televidente, alelado, cree que ése es el origen de su mal,
aunque su deterioro comenzó con el Cambio; piensa que si Ella está presa, todo andará mejor y recuerda los tiempos en que
el sueldo alcanzaba para más y las tarifas no infartaban; Ella interrumpía la
telenovela, en cambio, Mauricio la deja
ver completa, todo el día. Ese querido televidente, si abandonara las
pantallas –todas- por un rato y mirara por la ventana, tanto de su casa como de
su alma, vería el mundo que se ha estado
perdiendo. No es mejor que el que transmiten, pero al menos es real; más comprensible, también. Con el sabor del
desengaño, pero con la posibilidad de trocar
el encierro por la apertura. El precio a pagar por dejar de ser televidente y convertirse en ciudadano.
A estas alturas de la novela, Gustavo, le diría que pide mucho (y quizás errándole), no veo muy posible esa evolución de televidente a ciudadano.... en teoría son lo mismo, pero estaríamos olvidando un pequeño detalle, inevitable y cruel, de que en el actual esquema comunicacional, lo que es lo mismo es televidente y estúpido (por decirlo educadamente)... después de éso le creo que puedan evolucionar a ciudadanos.
ResponderBorrarFíjese el paso de comedia de hoy, el virrey, hablando en la reunión de la asociación caritativa AEA, dijo más o menos, "si les ofrecen un negocio corrupto, acá tienen un presidente para hablarlo" - la verdad, admitamos que es una maravilla, hasta para mal pensados como uno que traducen la oferta virreinal en "así vemos como lo arreglamos". Hazte la fama y échate a la cama, decía mi abuela.
Estamos frente a días donde se bendice oficialmente que se asesine gente en las calles por quienes debieran protegerla, se revolean miles de millones de dólares (no precisamente en conventos) y el público televidente sigue la novela del chofer escribidor, el nuevo chofer, las bóvedas, los jubilados por moratoria a dar de baja, los arrepentidos y resentidos guitarreros y claro, "las vecinas que oyen ruidos de caja fuerte", en fin, la lista es larga, casi casi como sus mil posts (felicitaciones o algo parecido a las condolencias?)....
Aunque uno trate de ser optimista, no deja de ser complicado el apostar a que abandonen la estupidez televisiva por la ciudadanía, al fin y al cabo, la necedad es cómoda, sin drama ni líos, no?. Y si además tenemos el "rédito" de joder a los que no nos gustan, cartón lleno...
feliz apunte 1000! gracias siempre y comparto-abrazos
ResponderBorrar