jueves, 25 de abril de 2019

Bestialidades al desnudo


De crecimiento invisible a precios esenciales: se ve que el único libro que han leído los integrantes del Gran Equipo es El Principito; y encima no lo entienden. Cuanto más los conocemos, menos humanos parecen, no sólo por el daño económico, político y social que han provocado, sino también porque se burlan sin tapujos de las consecuencias. Además, no paran de jactarse del “milagro”, de “los cambios estructurales”, de “lo que estamos haciendo juntos”, de “la verdad sobre la mesa”, del “trabajo en equipo” y “coso”, mientras todo parece arder. Ni los propios creen en los versos que emanan las lumbreras amarillas: hasta los más beneficiados quieren sacarse de encima a Macri –no por desobediente, sino por desgastado- y poner en su lugar la figura más engañosa de María Eugenia Vidal.
Pero parece difícil estafar otra vez al electorado, más aún cuando Cambiemos se deshoja, como si estuviera padeciendo el otoño. En tren de confiar en las encuestas, seguro que no reverdecerán en primavera. Y no lo merecen. Si aplicáramos sus reglas, la meritocracia los dejaría fuera de cualquier cargo, por ineptos, embusteros y malintencionados; por cínicos, perversos y burlones. Por ser como son: “lo peor de cada casa”. Si no portaran fortuna y apellido, no servirían ni para golpear la puerta, como demostró Macri en el video del Alivio.
En todo muestran la “incapacidad para gobernar” que tanto denunciaba el buen Mauricio en campaña. Por eso nos llevaron a donde estamos. Y a donde les permitimos también, porque con la historieta de la gobernabilidad, les dimos bastante rienda. Las bestias se desbocan y con tanto hilo, ya sabemos: el pez por la boca, muere. Y que esto no se tome como una expresión de deseos, por favor, porque para celebrar las muertes, nadie mejor que la diputada Elisa Carrió que comenzó con el funeral de Kirchner organizado por Fuerza Bruta, pasó por “estamos mejor sin él”, Santiago congelado como Walt Disney y terminó con “gracias a Dios, se murió De La Sota”. Uno no sabe si las pastillitas que toma ante las cámaras la impulsan a decir cosas así o, por el contrario, tratan de contenerla. Pero no es sólo por la medicación que ensordece con su verborragia: no hay químico que estimule tanto desprecio.
Desprecio que tienen todos los que integran el elenco: desde el presidente del Banco Nación, Javier González Fraga que asegura que los tomadores de créditos inmobiliarios atados a la inflación hicieron “un excelente negocio” hasta el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, que festeja el ajuste con un “hemos sobre-cumplido las metas fiscales del primer trimestre”, aunque semejante ahogo en la población no produjo ninguno de los resultados esperados. Por el contrario, silenciando por un rato el “éste es el camino”, sacan de la manga una medida populista que siempre criticaron para aplicarla mal y decir, luego, “vieron que estas medidas siempre fracasan”. Como si las de ellos nadaran en el éxito.
El barro de lo real
Lo nuevo es Precios Esenciales, no protegidos ni cuidados. Tan poca garra han puesto en la elaboración del parche que deberían haberla bautizado Precios Insensibles. Una mascarada más para exhibir como logro. Otra bufonada para desatar el aplauso. A sabiendas de que esto es pura demagogia, el empresario cafetero Martín Cabrales expresó: “pónganse contentos porque hay asado y vino”. Un sarcasmo propio del que nunca padeció una necesidad y arroja una moneda a una masa de desamparados. Y esto no es de sorprender porque tipos como él piensan que los derechos ajenos liman sus privilegios y nosotros somos sanguijuelas que vivimos a su costa. Para ellos, el Estado debe ser garante de sus exorbitantes ganancias y en lo posible potenciarlas con eliminación de impuestos y bajas salariales.
Pero el que marca el ritmo es Macri, por supuesto. Tan soberbio que pronuncia la mayor estupidez como iluminada sentencia. Tan mendaz que explica “el mundo duda y por eso aumenta el riesgo país”. Tan hipócrita que promete “los argentinos no vamos a volver atrás”, aunque nos quieran arrastrar primero a 70 y después a 80 años atrás. Ahora, según Cristiano Ratazzi son 90. La inflación no perdona ni los retrocesos.
¿Qué mundo es el que duda? El mundo al que Macri y su equipo de filibusteros abrieron las puertas para que saqueen a gusto. Total, la casa invita; paga la gilada. Eso que llaman El Mercado: los buitres más ávidos, los carroñeros más insaciables. Esos que hablan de incertidumbre política porque se vienen las elecciones y CFK lidera las preferencias. Un mensaje más que claro: la posibilidad de que el pueblo elija algo diferente a lo que ellos desean es lo que genera la incertidumbre política. La incertidumbre no es el desempleo, la pérdida del poder adquisitivo, el cierre de negocios y fábricas, el hambre en un país que produce tanto alimento y la certeza de estar cada vez peor. La incertidumbre política es –para Ellos- que abandonemos el camino que nunca debimos haber tomado, porque eso es, en serio, volver al pasado.  
Si no alcanza el sueldo, TN les dirá a los precarizados que el sacrificio nos llevará a un futuro esplendoroso. Si no alcanza para medicamentos, Clarín brinda los mejores remedios caseros y un curso gratis de curación mental. Si dan ganas de arrepentirse con el Cambio, los apologistas nos convencen de que antes estábamos peor, aunque sea una patraña. Pero hay algo que no pueden mimetizar: el desprecio indisimulable que brota cuando se excusan. Si los niños no tienen comida, al menos tienen pavimento. No se puede conceder todo y engrosar las cuentas off shore al mismo tiempo. El gradualismo, que le dicen y cuando nos demos cuenta, estaremos chapoteando en algo más inmundo que el barro.

2 comentarios:

  1. excelente!!! gracias Gustavo compartiendo-abrazos

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  2. Asociar "mérito" con esta porquería desgobernante es mucha generosidad suya, Gustavo, por más meritocracia que cacareen, de cleptocracia y bestiacracia no pasan, cosa confirmada en estos días de fuga record, devaluación y precios demenciales (es maravilloso, de lo que se conoce y sin que estén en vigencia, son más caros que los normales... o sea, la esencia del "ahorro" y/o "congelamiento" sonaría ridícula si no fuera lo enorme del desastre)... obviamente, "el mundo" está asustado con la posible vuelta del populismo y, claro, uno como pajuerano que es, de salir poco, se pregunta alguna cosita, ¿cómo puede asustar una pagadora serial (de deudas que no contrajo) y no horrorizarlos un coso que no pagó nada en su vida? (el Correo lo perdió por no pagar, no porque los K fueran "estatistas")....porque si eligen asustarse con quien paga y preferir al que nunca paga, o son o se hacen o, más seguro, la opción más deseada es el firmador de pagarés y después el diluvio, que total, ellos ganan siempre y uno termina empapado, muerto de frío y de hambre, negoción, claro.
    Riesgo país a 1000, dólar a 48, ¿qué puede salir mal?, mientras doña colesterol nos deleita con su show fúnebre y empastillado (claro, amplificado por la prensa seria, que para éso está) y el doctor glock, para variar (y porque también para éso está), pidiendo la enésima prisión preventiva a CFK.... digo yo, ¿la idea no será que se quede en Cuba?, la verdad, a mí me parece que va a volver....
    Además, tiene que cobrar las regalías del librito, ¿o ya se las embargaron?. Si calladita los tiene tan mal, ¿qué pasará cuándo se acerque a los micrófonos?.
    Que estos cosos desprecien a todos los que no somos de la misma porquería, a estas alturas es casi un elogio y sólo corresponde devolverles una gentileza equivalente, sin privarnos de la burla a su FALTA de méritos, su incapacidad (para nada que no sea el choreo) y, claro, el fracaso de esta "derecha moderna y democrática" que sólo existió en las coartadas de unos y los delirios de los oportunistas que nunca faltan...
    Una situación horrible y con vista a empeorar pero, inevitable la sonrisa, tan amarga como real y, quizás, necesaria. Se terminan...

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