Esto se pone picante. Tanto que hasta la diputada Graciela Caamaño parece una
heroína. Aunque los PRO dicen que todo está bien, la economía está cada vez
peor por aplicar recetas equivocadas
para problemas que no existían y por dar rienda suelta a las incontenibles
angurrias de especuladores disfrazados
de empresarios. Ellos dicen que todo está bien, aunque nos pidan paciencia
y prometan que el sacrificio durará un poco más. Ellos dicen que todo está bien aunque reconozcan que algo anda mal.
Por eso Macri recita a cada rato que sabe “lo
difícil que es llegar a fin de mes”. Aunque nunca lo ha experimentado, siempre viene bien simular comprensión y hablar de las consecuencias de sus medidas como si fueran castigos divinos.
Así, se convierten en
comentadores de un escenario diseñado por ellos para hacer lo que verdaderamente quieren: seguir cercenando
derechos para potenciar sus privilegios. Algunos consideran que más daño no
pueden hacer, sin embargo, todavía tienen más en carpeta. Sus proyectos de ley
demuestran que el deterioro social puede
profundizarse con una reforma laboral que precarice aún más a los
trabajadores, un código penal más punitivo, una ley electoral que blanquee sus trampas y hasta una modificación
de la Carta Orgánica del Banco Central que permita que un extranjero lo presida.
Nada que venga de esta banda de forajidos debería aceptarse en el Congreso: los proyectos deben debatirse para mejorar
las cosas, no empeorarlas.
“Éste
es el camino” recita Macri, para alentar a la tropa y esperanzar a los incautos. Un camino plagado
de zarzas de gruesas espinas que rasgan la piel de los que estamos obligados a
transitarlo, mientras ellos, ahítos de fortunas mal habidas, gozan el sangriento espectáculo desde sus
lechos de rosas. Desde los miles de parlantes hábilmente instalados, una
voz metálica sentencia: “les hicieron
creer que…”, “se robaron un PBI”, “somos
transparentes y ponemos la verdad sobre la mesa”, “hay que superar 70 años
de fracasos” (ah, no: ahora son 80, por la inflación) y miles de cantinelas
más; todas infundadas, como siempre.
Todo está bien, dicen. Estamos
creciendo tanto que es imposible
advertirlo. Todo está fenómeno, si el FMI nos sigue prestando plata para que se fugue a paraísos fiscales y
muchos “inversores” especulan con las
Leliq, una treta que ya suma más de un billón de pesos. Cifras monstruosas que deberemos saldar con nuestra dignidad. La
verdadera pesada herencia del gobierno por venir.
Estiércol
a la vista
Todo está bien, dice un presidente
que no sabe distinguir agro-tóxicos de
fertilizantes, considera que todos
los morochos son extranjeros y sueña con inaugurar un puente entre Corrientes y Rosario. En tren de confundir, el
equipo de comunicación oficial llamó ‘Menem’ a Macri, una especie de “gato por liebre” pero con animales horrendos. La ministra Bullrich, inspirada por
esta idea, expulsa, retiene y encarcela
inocentes como si fueran los peores enemigos y los embaucadores de los
medios hegemónicos relatan la detonación
de una caja con dos parlantes y un grabador. Todo está bien porque el
senador Bullrich –mismo apellido,
distinta persona, igual bestialidad- propone una ley para reducir los paros
docentes a cinco por año. “Les hicieron
creer que…” tenían derecho a un
salario digno y a hacer huelgas.
No pasa nada, dicen desde La
Rosada SA, aunque el consumo de carne esté en
el nivel más bajo de los últimos 29 años y la leche se haya convertido en
un lujo. No es para menos, si la distribución del ingreso es cada vez más
regresiva y el índice de Gini, que mide la desigualdad, se ubicó en 2018 en
0,434, bastante más lejos del cero que
en 2015, que estaba en 0,361. Todo está bien porque los ricos son más ricos y los pobres, más pobres. Aunque derramen
lágrimas por el incremento de la pobreza, hicieron
todo para que esto ocurra. Y el perdón se lo piden al FMI, no a los millones que sufren este
ajuste brutal e innecesario.
Todo está bien porque lograron capturar
al peligrosísimo Alberto Samid por una deuda impositiva de hace más de 20 años.
Las pantallas se volcaron de lleno a este episodio para tapar lo que deberían poner en tapa: la existencia de una red de
espionaje, extorsión y persecución nunca
vista en nuestra historia. Una banda de fiscales, jueces y periodistas que inventaron delitos para encarcelar
opositores. “Les hicieron creer que…”
la libertad es para todos. Casi todas las causas –por el beneficio de la duda-
contra funcionarios del gobierno anterior fueron
defecadas desde esta verdadera
asociación ilícita. Una pandilla que se creó como brazo ejecutor de una
venganza de clase, con la pátina de
periodismo objetivo y justicia independiente. Una Justicia tan justa que
acomoda los sorteos para que todas las
acusaciones contra CFK caigan sobre el mismo juez. Tribunales tan
confiables que inventan un proceso basado en cuadernos de dudosa procedencia y guiones memorizados para evitar la
prisión.
Pero todo está bien, porque
además del accionar de esta agencia para-estatal, los espías oficiales también “han
hecho varias”. Así lo
reconoció Gustavo Arribas, Director de la Agencia Federal de Inteligencia y
amigo-inquilino de Macri. Ante la Comisión Bicameral de Seguimiento de
Actividades de Inteligencia, Arribas
admitió haber enviado a dos agentes a presionar al juez Carzoglio para que
detenga a Pablo Moyano. Un apriete tan obsceno que los enviados fueron de parte del presidente y hasta
entregaron un borrador de la orden de detención. Un hecho tan inadmisible
que debería escandalizar a los
defensores de la República.
“La
casa está en orden”, podría anunciar el empresidente, porque sabe que una
suculenta parte del dinero público está destinado a garantizar un blindaje
mediático sin precedentes. En la era de la comunicación, muchos no se
enteran de nada. ¡Cuántos habrán repetido como autómatas eso de que Cristina se robó un PBI! El autor del hit fue Leonardo Fariña, un financista ligado a la farándula
vernácula. “Querían ficción, yo les di
ficción”, declaró después de haber paseado
por muchos medios repitiendo la falacia. Ahora que el espía arrepentido,
Hugo Barreiro, confesó que el ministro de Justicia, Germán Garavano entregó el guion a Fariña en su despacho,
durante una reunión convocada por el periodista Luis Majul, deberían desmoronarse muchos prejuicios con
forma de sentencia.
Nada
está bien porque todo ha sido una farsa. Un periodismo de guerra
compuesto por invenciones repetidas
hasta el cansancio por mascarones mediáticos y muchos de los que hoy son
oficialistas. Causas armadas en antros oscuros que han distorsionado la decisión del votante. Noticias falsas
presentadas como verdad que enturbian la
democracia. En este contexto tan emporcado nos encaminamos hacia las
elecciones. Una oportunidad histórica
para que, de una vez y para siempre, pase verdaderamente algo.
gracias estimado Gustavo temprano leyendo y compartiendo tus reconfortantes apuntes, son unos psicópatas! abrazos
ResponderBorrarTengo algún problema con el título, no me cierra lo de "laberinto" porque creo, a diferencia de lo complicado y confuso de los laberintos, lo que tenemos por delante es simple, evidente, sin mayor confusión; claro, es una porquería atroz, pero éso siempre se supo, ninguna novedad,....otra cosa con lo "infernal", tengo para mí que éso va a suceder - el infierno - cuando la actual porquería empiece a ser recuerdo y los "incautos" (que hoy sostienen ésto), además de capacidad de compra y consumo vayan recuperando capacidad de negacionismo y estupidez ante lo intolerable de que la negrada también recupere algo. Ahí me parece que vendrá lo infernal, en la repetición de esa película que ya vimos y que aún vemos. Y sin ser adivino.
ResponderBorrarLo incomprensible, además de desagradable, es esa divergencia en el idioma en que decimos o parecen decirse las cosas, que sea escandaloso un boquiflojo como Samid y no importe, casi, que un tipo que hace de presidente se moleste porque algún juez impide fumigar veneno sobre pueblos, escuelas..... sobre personas, claro y que al veneno
lo llame "fertilizante".... o sea, te enveneno y te tomo de estúpido.
Y todo es un poco así, "pierden los K" y festeja no el que ganó, sino el amarillo (que hasta tiene que disfrazar el color) cuya derrota es más que obvia; no por sabido y natural con estos tipos es menos cansador y, se siente, interminable... pero bueno, terminará. Ese final, quizás, sea lo "reconfortante" (que no pueden ser sus apuntes porque no somos masoquistas y los otros sí, psicóticos y perversos, apenitas).
excelente, comparto...Son tiempos cansadores e interminables para los que siempre entendimos este desenlace de las mismas políticas nefastas archi-conocidas (aunque aún así siempre nos dejan atónitos con la renovación de los métodos con que la aplican y su recargada capacidad para no avergonzarse en lo más mínimo durante su desarrollo) Y para mí, lo más difícil de soportar es toda esta legión de periodistas! políticos, empresarios que ahora se sienten "defraudados" y hasta resaltan ciertos aciertos del gobierno anterior que AYUDARON a hundir...Que algunos ciudadanos comunes, obreros, jubilados fueran engañados....pero ellos?? ellos??!!! ... Y volverán a hacer lo mismo!! confundiendo y manipulando la decisión de los votantes.... Mucho por hacer en adelante, económicamente y socialmente .....
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