Campañas
desapasionadas y una única pasión
Nada más aburrido que las
elecciones legislativas en Santa Fe. Una carrera de caracoles reumáticos
despertaría más pasión. Varios factores ayudan a que las cosas sean así.
Primero, los candidatos son tan insípidos
que parecen carecer de identidad partidaria. Segundo, no se pueden pasar
los spots de campaña porque el gobernador Bonfati debe haber tenido mejores
cosas que hacer y no gestionó los
acuerdos necesarios con los medios. Y tercero, los medios locales se dejan
invadir por las disputas del ombligo del
mundo y no generan ningún espacio de
debate que permita que los ciudadanos conozcan a los pre candidatos. Quizá
camino a las elecciones de octubre abandonen la pereza y pongan la sesera al
servicio de un programa político circunstancial. Pero si uno quisiera escribir
algo interesante sobre el clima electoral, no encontraría nada: el mismo vacío de ideas se traslada a la
escena provinciana con el agravante de que no aparecen grandes temas que puedan
despertar controversias. Menos mal que existen las histriónicas escaramuzas
de los capitalinos y bonaerenses sino, ni nos enteraríamos de las PASO.
De acuerdo a los encuestadores
y analistas políticos, el Frente para la Victoria será, mal que les pese a
muchos, la primera fuerza política del país. Después de octubre, el oficialismo
estará mejor posicionado en la Cámara de Diputados y se reducirá un poco en
Senadores. Que nadie se ilusione: aunque
el kirchnerismo demuestre una vez más el apoyo que recibe de la mayoría, no se
acallarán los discursos deslegitimadores. Lejos de comprender el momento,
seguirán hablando de choripanes, cooptaciones, cadenas nacionales y demás
estupideces. Pese a los números, continuarán
tratando a La Presidenta como a una mucama rebelde; insistirán con las
órdenes pero hablarán de diálogo; pronosticarán catástrofes y anticiparán el
fin de ciclo.
Si los políticos de la
oposición no entienden lo que está pasando, allá ellos. Hay un colectivo que sí comprende y cada uno de sus integrantes puede
dar nutridas lecciones sobre el tema. Los que tienen más de treinta años
saben que jamás han vivido una década tan prometedora, tan luminosa. Las crisis
que antes nos acosaban cada bienio han quedado en la historia y nada demasiado
sombrío parece amenazarnos en el camino. Y saben también que no es casualidad
que así sea. Los menores de treinta lo huelen, lo perciben en el ambiente. Tal vez no conozcan demasiado el pasado
pero consideran estos tiempos como un punto de partida al futuro. Porque
todos los que conforman este colectivo saben que el chofer no está dormido ni
distraído, que conduce con mano firme
sorteando los escollos y anticipando los vericuetos.
Porque de eso se trata esta
historia: de un Estado que ha tomado las riendas del país y no las piensa
soltar. La historia de un Gobierno que no se deja gobernar, que orienta sus
acciones en función de distribuir el bienestar, que pone la Economía al servicio del ciudadano y no a la inversa.
Lo contrario ya lo hemos vivido y no hay argumento que nos haga retroceder. Y
si la amnesia nos acosa, basta echar una mirada por el otrora primer mundo. Si
de símbolos se trata, la ciudad norteamericana de Detroit, de raíz industrial,
modelo del desarrollo pos Segunda Guerra, fotografía del bienestar perpetuo, muestra su fantasmagórico presente. Una
metrópoli derrotada por la espada de Wall Street. La economía especulativa se
fagocitó a la productiva. Y en los edificios abandonados y derruidos no queda
ni la sombra de las personas que los habitaban. Calles desiertas cubiertas de
basura, sin rastros de los miles de coches que circulaban por ellas.
¿Sirve esto de escarmiento? No.
Al otro lado del charco, el modelo neoliberal trata de aplastar a la poderosa
Europa. El FMI propone una solución para que España pueda mejorar su economía: bajar un 10 por ciento los salarios para reducir
el desempleo. Las viejas recetas que se aplicaron en estas tierras en la
última década del siglo pasado y que sólo lograron profundizar la crisis. Dar a los angurrientos enriquecidos la
posibilidad de que sigan llenando sus arcas a costa del empobrecimiento de los
ciudadanos. El organismo internacional sigue aconsejando –imponiendo- el
modelo que ya ha fracasado una y otra vez. Y los gobiernos elegidos por vía
democrática se convierten en ridículos títeres que bailan al ritmo de los hilos
que los animan. Pero eso no es nada: los
que padecen estos experimentos son los que deberían disfrutar de los bienes que
producen y no los que sólo juegan a la timba.
Sin embargo, muchos de los
exponentes de la oposición vernácula siguen alentando un retorno al pasado no
tan lejano con consejos plagados de tintes monetaristas: enfriar la economía,
bajar el gasto, devaluar la moneda, seguridad jurídica, endeudamiento para
crecer. Todo lo que constituye el
discurso único neoliberal de los noventa disfrazado con edulcorados mimos hacia algunas medidas de inclusión
llevadas adelante por el proyecto K. Por supuesto, evitan esa expresión que
parece una palabrota, libertad de
mercado, porque ya se sabe lo que significa: dejar que las fieras saqueen todo lo que esté a su alcance. Por más
que contenga la palabra ‘libertad’ ese enunciado no se refiere a ningún derecho
constitucional, sino a una visión ideológica donde la economía se autogobierna en beneficio de unos pocos.
Y eso no es estado ausente, como se puede pensar,
sino un estado bien presente para
satisfacer la angurria inagotable de los que pretenden quedarse con todo.
En España, el gobierno de Mariano Rajoy no encabeza un estado ausente, sino que
su presencia garantiza el enriquecimiento de unos pocos en detrimento de la
mayoría que, confiada, puso su voto en quien no debía confiar. Una presencia
siniestra que produce angustias en los habitantes de ese país europeo que, en
otros tiempos, parecía la meca de muchos
argentinos desencantados.
Desencanto que ha quedado
desterrado en esta nueva nación que ha comenzado a esbozarse hace apenas diez
años. Los aeropuertos no son más el
escenario de dramáticas separaciones familiares con miembros que huían
despavoridos de la crisis que se avecinaba. Ahora las partidas son
coloridas, festivas porque están protagonizadas por viajeros de vacaciones.
Cada vez son más, aunque puertas adentro se quejan a más no poder. Individuos
con las cacerolas siempre dispuestas para meter ruido ante el menor estímulo de
los medios carroñeros. Sujetos que eligen representantes iracundos que no
producen más que dicterios infundados. Manipulados
que pondrán su voto a favor no de calienta bancas, sino de ausentes crónicos.
Protestones que sólo escuchan
lo que acrecienta sus prejuicios, que consideran el bienestar como un logro personal, que
desprecian al que asciende, que idolatran al que los humilla, que adoran al que
mejor les miente. Que detestan a Cristina, aunque no saben por qué. Que se conmueven ante la pobreza pero
rechazan las medidas de inclusión. Que prefieren destruir lo que no
comprenden ni comprenderán nunca. Que
creen que es de inteligentes estar solamente en contra. En fin, aunque son
pocos, parecen muchos porque gritan bastante.
Estos individuos son los que se
quedan con la idea de que La Presidenta violó la veda, en lugar de entender lo que ha dicho. “Ahora, los padres les pueden
comprar las zapatillas a los pibes y el guardapolvo porque nadie quiere vivir
de arriba. Los que piensan que hay gente que le gusta que les regalen las
cosas, son los que toda la vida tuvieron todo”. Conmovedor discurso en La Matanza. Y lo
quieren silenciar con denuncias aquellos diputados que ostentan más ausencias
que proyectos. Caraduras que hundieron el país y que quieren volver a
hacerlo.
Antes que nada mi solidaridad Gustavo con la tragedia hoy vivida en tu ciudad por el edificio destruido. Análisis brillantes, como siempre. También aprovecho para despedirme, al menos de mis "apuntes", por un tiempo largo. Sí, me tendrás seguido por aquí, desde mi traje de Doc9 o como mi nombre verdadero, Emiliano Felipe -así también aparezco con esa denominación en face-; mandarte un abrazo grande y militando por un país un poco mejor. Vos, yo, tantos somos herederos de la revolución inconclusa, el peronismo, tras las bombas del 55; la lucha continua.
ResponderBorrarGracias por la solidaridad recibida ante este dramático suceso. Por supuesto, también agradezco tu constante presencia en este espacio y espero que pronto retomes los apuntes del Doc. Abrazo enorme
BorrarBueno amigo, no me imaginaba la falta de informacion al respecto y el no pasar los spots. Creo que es intencional. En las consideraciones de evaluacion de este gobierno y de sus detractores coincido en total. Si sabes algo de Del Frade agradeceria un comentario o mensaje.(vi el video caso Lorenzeti) Abrazo
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