lunes, 5 de agosto de 2013

Comparaciones de cara a las PASO



Campañas desapasionadas y una única pasión
Nada más aburrido que las elecciones legislativas en Santa Fe. Una carrera de caracoles reumáticos despertaría más pasión. Varios factores ayudan a que las cosas sean así. Primero, los candidatos son tan insípidos que parecen carecer de identidad partidaria. Segundo, no se pueden pasar los spots de campaña porque el gobernador Bonfati debe haber tenido mejores cosas que hacer y no gestionó los acuerdos necesarios con los medios. Y tercero, los medios locales se dejan invadir por las disputas del ombligo del mundo y no generan ningún espacio de debate que permita que los ciudadanos conozcan a los pre candidatos. Quizá camino a las elecciones de octubre abandonen la pereza y pongan la sesera al servicio de un programa político circunstancial. Pero si uno quisiera escribir algo interesante sobre el clima electoral, no encontraría nada: el mismo vacío de ideas se traslada a la escena provinciana con el agravante de que no aparecen grandes temas que puedan despertar controversias. Menos mal que existen las histriónicas escaramuzas de los capitalinos y bonaerenses sino, ni nos enteraríamos de las PASO.
De acuerdo a los encuestadores y analistas políticos, el Frente para la Victoria será, mal que les pese a muchos, la primera fuerza política del país. Después de octubre, el oficialismo estará mejor posicionado en la Cámara de Diputados y se reducirá un poco en Senadores. Que nadie se ilusione: aunque el kirchnerismo demuestre una vez más el apoyo que recibe de la mayoría, no se acallarán los discursos deslegitimadores. Lejos de comprender el momento, seguirán hablando de choripanes, cooptaciones, cadenas nacionales y demás estupideces. Pese a los números, continuarán tratando a La Presidenta como a una mucama rebelde; insistirán con las órdenes pero hablarán de diálogo; pronosticarán catástrofes y anticiparán el fin de ciclo.
Si los políticos de la oposición no entienden lo que está pasando, allá ellos. Hay un colectivo que sí comprende y cada uno de sus integrantes puede dar nutridas lecciones sobre el tema. Los que tienen más de treinta años saben que jamás han vivido una década tan prometedora, tan luminosa. Las crisis que antes nos acosaban cada bienio han quedado en la historia y nada demasiado sombrío parece amenazarnos en el camino. Y saben también que no es casualidad que así sea. Los menores de treinta lo huelen, lo perciben en el ambiente. Tal vez no conozcan demasiado el pasado pero consideran estos tiempos como un punto de partida al futuro. Porque todos los que conforman este colectivo saben que el chofer no está dormido ni distraído, que conduce con mano firme sorteando los escollos y anticipando los vericuetos.
Porque de eso se trata esta historia: de un Estado que ha tomado las riendas del país y no las piensa soltar. La historia de un Gobierno que no se deja gobernar, que orienta sus acciones en función de distribuir el bienestar, que pone la Economía al servicio del ciudadano y no a la inversa. Lo contrario ya lo hemos vivido y no hay argumento que nos haga retroceder. Y si la amnesia nos acosa, basta echar una mirada por el otrora primer mundo. Si de símbolos se trata, la ciudad norteamericana de Detroit, de raíz industrial, modelo del desarrollo pos Segunda Guerra, fotografía del bienestar perpetuo, muestra su fantasmagórico presente. Una metrópoli derrotada por la espada de Wall Street. La economía especulativa se fagocitó a la productiva. Y en los edificios abandonados y derruidos no queda ni la sombra de las personas que los habitaban. Calles desiertas cubiertas de basura, sin rastros de los miles de coches que circulaban por ellas.
¿Sirve esto de escarmiento? No. Al otro lado del charco, el modelo neoliberal trata de aplastar a la poderosa Europa. El FMI propone una solución para que España pueda mejorar su economía: bajar un 10 por ciento los salarios para reducir el desempleo. Las viejas recetas que se aplicaron en estas tierras en la última década del siglo pasado y que sólo lograron profundizar la crisis. Dar a los angurrientos enriquecidos la posibilidad de que sigan llenando sus arcas a costa del empobrecimiento de los ciudadanos. El organismo internacional sigue aconsejando –imponiendo- el modelo que ya ha fracasado una y otra vez. Y los gobiernos elegidos por vía democrática se convierten en ridículos títeres que bailan al ritmo de los hilos que los animan. Pero eso no es nada: los que padecen estos experimentos son los que deberían disfrutar de los bienes que producen y no los que sólo juegan a la timba.
Sin embargo, muchos de los exponentes de la oposición vernácula siguen alentando un retorno al pasado no tan lejano con consejos plagados de tintes monetaristas: enfriar la economía, bajar el gasto, devaluar la moneda, seguridad jurídica, endeudamiento para crecer. Todo lo que constituye el discurso único neoliberal de los noventa disfrazado con edulcorados mimos hacia algunas medidas de inclusión llevadas adelante por el proyecto K. Por supuesto, evitan esa expresión que parece una palabrota, libertad de mercado, porque ya se sabe lo que significa: dejar que las fieras saqueen todo lo que esté a su alcance. Por más que contenga la palabra ‘libertad’ ese enunciado no se refiere a ningún derecho constitucional, sino a una visión ideológica donde la economía se autogobierna en beneficio de unos pocos.
Y eso no es estado ausente, como se puede pensar, sino un estado bien presente para satisfacer la angurria inagotable de los que pretenden quedarse con todo. En España, el gobierno de Mariano Rajoy no encabeza un estado ausente, sino que su presencia garantiza el enriquecimiento de unos pocos en detrimento de la mayoría que, confiada, puso su voto en quien no debía confiar. Una presencia siniestra que produce angustias en los habitantes de ese país europeo que, en otros tiempos, parecía la meca de muchos argentinos desencantados.
Desencanto que ha quedado desterrado en esta nueva nación que ha comenzado a esbozarse hace apenas diez años. Los aeropuertos no son más el escenario de dramáticas separaciones familiares con miembros que huían despavoridos de la crisis que se avecinaba. Ahora las partidas son coloridas, festivas porque están protagonizadas por viajeros de vacaciones. Cada vez son más, aunque puertas adentro se quejan a más no poder. Individuos con las cacerolas siempre dispuestas para meter ruido ante el menor estímulo de los medios carroñeros. Sujetos que eligen representantes iracundos que no producen más que dicterios infundados. Manipulados que pondrán su voto a favor no de calienta bancas, sino de ausentes crónicos.
Protestones que sólo escuchan lo que acrecienta sus prejuicios, que consideran el  bienestar como un logro personal, que desprecian al que asciende, que idolatran al que los humilla, que adoran al que mejor les miente. Que detestan a Cristina, aunque no saben por qué. Que se conmueven ante la pobreza pero rechazan las medidas de inclusión. Que prefieren destruir lo que no comprenden ni comprenderán nunca. Que creen que es de inteligentes estar solamente en contra. En fin, aunque son pocos, parecen muchos porque gritan bastante.
Estos individuos son los que se quedan con la idea de que La Presidenta violó la veda, en lugar de entender lo que ha dicho. “Ahora, los padres les pueden comprar las zapatillas a los pibes y el guardapolvo porque nadie quiere vivir de arriba. Los que piensan que hay gente que le gusta que les regalen las cosas, son los que toda la vida tuvieron todo”. Conmovedor discurso en La Matanza. Y lo quieren silenciar con denuncias aquellos diputados que ostentan más ausencias que proyectos. Caraduras que hundieron el país y que quieren volver a hacerlo.

3 comentarios:

  1. Antes que nada mi solidaridad Gustavo con la tragedia hoy vivida en tu ciudad por el edificio destruido. Análisis brillantes, como siempre. También aprovecho para despedirme, al menos de mis "apuntes", por un tiempo largo. Sí, me tendrás seguido por aquí, desde mi traje de Doc9 o como mi nombre verdadero, Emiliano Felipe -así también aparezco con esa denominación en face-; mandarte un abrazo grande y militando por un país un poco mejor. Vos, yo, tantos somos herederos de la revolución inconclusa, el peronismo, tras las bombas del 55; la lucha continua.

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    1. Gracias por la solidaridad recibida ante este dramático suceso. Por supuesto, también agradezco tu constante presencia en este espacio y espero que pronto retomes los apuntes del Doc. Abrazo enorme

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  2. Bueno amigo, no me imaginaba la falta de informacion al respecto y el no pasar los spots. Creo que es intencional. En las consideraciones de evaluacion de este gobierno y de sus detractores coincido en total. Si sabes algo de Del Frade agradeceria un comentario o mensaje.(vi el video caso Lorenzeti) Abrazo

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