Un episodio decisivo a la vista
El poder de Sergio Massa todavía no apuró la
germinación de la semillita, pero sí logró resucitar a Chiche Duhalde, aunque no alcanzó para incrementar su
inteligencia ni suavizar su corazón. En una respuesta vehemente a unos
mensajes de Cristina, la ex primera dama del presidente de prepo hizo gala de
su vetusto no-pensar. Nada para sorprenderse, pero su reaparición para el ridículo suena desconcertante. Eso sí, detrás de tanta sandez hay algo de
coherencia que está en sintonía con los planes del establishment. Ansiosos
a más no poder, los personeros del Poder Fáctico mandan a cualquiera de sus
sicarios para enlodar la escena. Porque nadie en su sano juicio diría a esta
altura del partido lo que Chiche ha dicho respecto al rol de la mujer en la
política y en todos los ámbitos de la vida. Si lo dijo fue para llamar la atención y que se escuche lo que en
realidad quería decir. Quedarse en la superficie de sus palabras es no
comprender lo crucial de estos tiempos. Un
mensaje oscuro para enviar contenidos más oscuros aún. El miércoles, en
cambio, La Presidenta fue más clara. Su “quiero
hablar con los titulares, no con los suplentes” no se presta a demasiadas
confusiones. Pero, como peces hambrientos, los
suplentes de las listas se engancharon en cualquier anzuelo y salieron a
responder a una invitación que no estaba dirigida a ellos. Y bueno, están
en campaña y tienen que figurar, aunque sea de la peor manera.
“Es
evidente que está atravesando un proceso de desequilibrio o falta de
inteligencia emocional para darse cuenta de que no encuentra la solución”, dijo la señora Chiche, como si estuviera
explicando la receta de un budín inglés. El
significado de ‘inteligencia emocional’ quedará para su próxima lección, porque
es mucho más complejo de lo que parece. Además, uno debe buscar una
solución cuando está ante un problema y el resultado de las PASO podría ser, apenas,
una advertencia. Sin embargo, Hilda recrudeció sus inconsistentes explicaciones
con amenazas encubiertas. “El no
reconocimiento de la derrota electoral y las cosas que dice la ubican en un
lugar muy desgraciado para todos nosotros. Me preocupa porque le quedan más de
dos años de gestión”. Sugestivo
pensar quiénes son ‘todos nosotros’, ¿los de TN? Si a ella le preocupan los
dos años de gestión que le quedan, bienvenido sea. Que alguien como ella esté preocupada es una buena señal para este
colectivo.
Pero su
mirada está puesta en un futuro que no
verá: el tan mentado 2015. No porque
le quede poca cuerda, sino porque no será como lo desea. Y no sólo ella. Como
una Moira de la Antigua Grecia, pretende hilar las hebras del destino de
nuestro país. Después de afirmar que, gracias
a Cristina, ninguna mujer querrá aspirar a un cargo dirigencial, arremetió
con fiereza: “me parece que tiene que
entrar en el debate nacional si la mujer está preparada para ejercer la
política per se, con sus características, con sus condiciones y convicciones, o si simplemente va a acompañar el proyecto
de alguien”. Y sentenció, antes de cualquier debate: “la mujer no participa masivamente en
política. Aún es más cosa de hombres”. Y lo dijo como si evocara los
tiempos de su juventud, allá por mediados
del siglo XIX, con pretendida inocencia. Lo que dejó dicho sin decirlo es
más tenebroso: si Cristina llega a terminar
su mandato, el próximo tiene que ser Un Presidente, porque entre los hombres se
entienden mejor. Con todo lo que eso significa, por supuesto.
Que
Cristina haya interpelado a los dueños del Poder Económico el miércoles en
Tecnópolis, dejó descolocado a más de uno. Sobre
todo por el juego que utilizó con eso de los titulares y suplentes.
Algunos simularon estar ofendidos y otros sacaron el pecho, pero lejos de
cualquier trayectoria. Horacio Rodríguez Larreta, Jefe de Gabinete de la CABA,
se sintió invitado y aceptó gustoso. “Del
lado nuestro, tanto del PRO como de Mauricio, diga lo que diga Cristina,
siempre vamos a estar dispuestos al diálogo”, considerando el diálogo como un espacio para órdenes y
exigencias. Pino Solanas, en cambio, rechazó de plano un
convite que no recibió. “La verdad es que
nosotros no iríamos. Nos encontramos ante una Presidenta que está negando las
expresiones de la realidad y se coloca en víctima de no se sabe qué”, anticipó, confirmando que no entiende nada.
Federico Pinedo, un diputado del PRO muy paquete pero poco lúcido, consideró
que “en las democracias gobierna el
pueblo a través de los partidos. En el fascismo corporativo gobernaban las
corporaciones con el Duce”. Además,
mentiroso porque en su ideario político la democracia debe estar al servicio de
una minoría selecta.
Lejos de la postal que
están distribuyendo los voceros del establishment, La Presidenta no se siente
derrotada. Y no porque desconoce la
realidad sino porque no lo está. Tampoco debe sentirse victoriosa. Los
números del domingo no la han acobardado y eso
es lo que más los desespera, porque la convocatoria al diálogo con los
titulares de ninguna manera debe interpretarse como un gesto de sumisión a los
personeros del poder. Por el contrario,
es un desafío. No es una tregua ni un pacto pacífico que le garantice la
gobernabilidad lo que busca La Primera Mandataria, sino un espacio donde se pueda hablar en serio sobre el destino del
país. Y lejos de los laderos mediáticos y políticos, que, serviles,
confunden todo y responden a intereses de personajes oscuros. Así es que, todos
los que se apresuraron a rechazar esta interpelación de CFK quedan, una vez más
descolocados. Por si no entendieron,
ellos son los suplentes.
Ellos son los que encubren las intenciones de los que nunca
dan la cara, los que disfrazan el camino al fracaso con recursos publicitarios,
los que adornan con flores y guirnaldas el atajo que nos conduce al peor pasado.
“El camino al infierno está empedrado con
buenas intenciones”, los descubrió Cristina. Pero también esclareció sobre las recetas habituales del neoliberalismo.
“Cuando te dicen que hay que gobernar con
metas de inflación, piden un cepo a los salarios”, explicó una vez más. Y
ella pone el cuerpo para que todos comprendan de una buena vez qué es lo que
está en juego. Los que enfrentan a este
proyecto son los que siempre se han beneficiado con las crisis y no aparecen en
las listas con sus nombres, sino con los de sus emisarios. Los que siempre
están ocultos difunden su prédica a través de los libelos con formato
periodístico.
Y entonces, todos los
caminos conducen a Clarín, que, como nunca, se ha constituido como el principal organizador de la oposición a
este proyecto que promete desarticular su poder o perecer en el intento. Pero
Cristina no convocó a ninguno de sus integrantes a este diálogo de titulares, porque con ellos no hay diálogo posible.
Ellos sólo quieren obediencia y sumisión. La convocatoria de La Presidenta
intenta aislarlos y dejar en evidencia sus intenciones destructivas. Y los convidados son los que también corren
peligro con ese grupo dominante arremetiendo contra los intereses de todos.
El próximo encontronazo
será el 28 de agosto, fecha que la Corte disfrazó de Audiencia para resolver la
tan postergada constitucionalidad de la LSCA, la Madre de Todas las Batallas, por ahora. ¿Por qué no hizo esta
jugada el año pasado, antes de su confuso fallo? ¿Por qué no resolvió de la
misma manera la constitucionalidad de la ley que reformaba el Consejo de la
Magistratura? ¿Por qué eligió el
aniversario de la fundación del diario para esta cita tan trascendente? Tal
vez, esta Corte errática también necesita compañía para tomar decisiones críticas,
para destinar el golpe letal a una de
las dos posiciones. Porque de ese encuentro sólo una saldrá triunfante: la legitimidad de las leyes que surgen de
la voluntad del Pueblo a través de sus representantes o la avidez insaciable de
los que siempre han succionado las riquezas de Nuestra Nación. Un paso al
futuro o un tren fantasma al pasado. Una pena la tibieza del triunfo del
domingo pasado. Todo sería más fácil si
algunos no se dejaran confundir con tan poco.
Me llama la atención que nadie del Gobierno pare a Cristina, le ayude, trate de persuadir, que se está pateando mucho en contra del arco propio. Vengo de los pagos del Doc9; y creo que en octubre, así, la derrota será peor y vamos a extrañar y llorar mucho por otra desilución más.
ResponderBorrarTus pasionales pero a la vez certeros artículos contribuyen a apuntalar este proyecto de país que intenta- y en muchos casos logra- modificar lo que hasta hace poco parecía inmodificable. Gracias, Gustavo!
ResponderBorrarSergio Garcia
Si Cristina suaviza su discurso estaría arriando banderas. Si los números mejoran de acá a octubre -que creo que va a ser así- será porque profundice o por lo menos sostenga lo que ha dicho siempre, no porque se mimetice con los opositores. No es momento para tibios ni para probar con fórmulas alternativas. En Santa Fe, la cuestión es complicada. Votar a Obeid duele un poquito, pero votar a algún partido chico de izquierda para que no llegue a nada es debilitar el proyecto. En fin, hay tiempo para batallar.
ResponderBorrarPorqué se fué Bielsa? qué le pasa con Cristina? Problema plítico o problemas de celos? Disculpen ,no lo sé.
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